Hacia una ciudad verde
Tapiola es el sueño de una ciudad jardín integrada en la naturaleza. A ocho kilómetros de Helsinki, esta ciudad finesa de 41.000 habitantes se concibió en 1953 siguiendo el ideal de ciudad jardín de principios del siglo XX. Está formada por varias secciones residenciales separadas por cinturones verdes. Cada una de ellas se organiza en varios poblados que se agrupan alrededor de un centro comercial y de servicios, del que parten caminos y parques que conducen a los diferentes poblados. En medio de estas secciones se sitúa otra área, la “City”, donde se reúnen edificios institucionales, despachos y comercios. Las fábricas e industrias se encuentran en otra área específica rodeada de vegetación con el fin de reducir el ruido y la contaminación, pero lo bastante cerca como para poder llegar a ellas andando. Sin embargo, Tapiola está muy lejos de la realidad que se ha impuesto en las grandes urbes del planeta, basada en una urbanización ciega con mejor o peor fortuna.
Sostenibilidad urbana
La mitad de la población del planeta, 3.200 millones de personas, vive en ciudades. Parte de esta ciudadanía, en especial en los países ricos, busca un modo de vida más cercano a la naturaleza en urbanizaciones de chalets y adosados. Pero no es una opción mejor: según todos los expertos, son ecológicamente insostenibles por su consumo exagerado de suelo por persona, su gasto energético alto y la dependencia exclusiva del transporte en automóviles particulares.
Otro de los grandes problemas que azotan las ciudades tiene que ver con su gran dependencia del exterior en cuanto a recursos y su gran capacidad de generar residuos. Se ha calculado que en una ciudad de un millón de personas en el mundo occidental entran cada día 2.000 toneladas de alimento, 625.000 de agua y 9.500 de combustible. Los residuos no son menores: 500.000 toneladas de aguas residuales, 950 toneladas de contaminación aérea y 9.500 de residuos.
El camino hacia una ciudad verde pasa por mejorar en seis áreas interrelacionadas: agua, residuos, alimentos, energía, transporte y uso del territorio. El informe “Reinventando las ciudades para las personas y el planeta” del Worldwatch Institute aborda algunas ideas para mejorar la gestión de esas áreas. Entre ellas destacan las siguientes:
- Transporte y territorio
Un ejemplo de planificación integrada es la ciudad de Curitiba (Brasil). En 1970, la ciudad estableció varias carreteras principales que transcurrían desde el centro hasta la periferia para que fueran las principales vías de circulación, y las zonas intermedias quedaron como zonas peatonales. En Curitiba una de cada tres personas tiene coche, pero los dos tercios de los trayectos se hacen en transporte público. Desde 1974, el tráfico descendió un 30%. - El agua y zonas verdes
Conservar los cauces y riberas de ríos preserva mejor la disponibilidad de agua y reduce el riesgo de sufrir inundaciones. Si se mantienen como entorno natural (sin cubrir de cemento, ni urbanizar, conservando la vegetación natural) se puede facilitar a la población un parque natural y un refugio para la biodiversidad de la zona.
Otro problema derivado de la población creciente es la necesidad de construir nuevas depuradoras para aguas residuales. Una forma de preservar espacios verdes y dar, además, una respuesta al tratamiento de aguas residuales es el uso de humedales. Aunque ocupan más terreno que las plantas habituales, son más económicos, evita la producción de fangos y proveen una zona verde. - Más autonomía en alimentos y energía
El interés creciente de la población por la producción orgánica puede verse satisfecha con la preservación de granjas cercanas a la ciudad. La agricultura comunitaria, que se inició en Japón, Suiza y Alemania, supone que los consumidores pagan a los agricultores una tasa a cambio de una caja de vegetales cada semana. También se puede cultivar dentro de la ciudad, aprovechando patios, jardines de los mercados o solares. Es la idea de los huertos urbanos, que ha empezado a proliferar en diferentes ayuntamientos y organizaciones de toda España.
Más autonomía energética se puede conseguir a través de sistemas descentralizados y variados de energía, como los paneles solares o plantas con bombas de calor geotérmico que bombean el calor del suelo al edificio y del edificio al suelo cuando hace calor. Por otro lado, gran cantidad de la energía producida se escapa de los edificios. Los espacios verdes alrededor de los edificios ayudan a mantener el calor y el frescor, lo que supone un ahorro de energía.
/imgs/20061201/img.medioambiente.03.jpg Asegurar que hay un parque público o un espacio abierto recreacional a no más de medio kilómetro de cada uno de los ciudadanos para el año 2015.- Reducir el consumo de energía de la ciudad por un 10% para el 2012.
- Establecer una política de reciclaje y llegar a la ausencia de desechos antes de 2040.
- Reducir la cantidad de vehículos de ocupación individual en un 10% para el 2012.
- Evitar y reducir el desperdicio de agua un 10% para el 2012 con programas de reciclaje y sistemas de planificación en el que participen todas las comunidades afectadas.
- Ampliar y mejorar el servicio de transporte público, haciendo que en el 2015 éste se encuentre accesible y a menos de medio kilómetro de cada ciudadano