Ciudadanos frente al cambio climático

El movimiento Clima, impulsado desde España, pretende implicar a la ciudadanía en la lucha contra el efecto invernadero
1 febrero de 2007
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Ciudadanos frente al cambio climático

/imgs/20070201/img.medioambiente.01.jpg La cumbre de Naciones Unidas sobre cambio climático celebrada en Nairobi el pasado mes de noviembre vio nacer al Movimiento Clima, una iniciativa que se promueve desde España y que reclama la participación de los ciudadanos para ayudar a frenar las emisiones de CO2. Impulsado por cuatro organizaciones nacionales e internacionales y con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente, la iniciativa intenta concienciar al mayor número posible de ciudadanos de que ellos pueden contribuir para mitigar el cambio climático. No hacerlo supondrá que millones de personas, en especial las más vulnerables, sufrirán un mayor riesgo de inundaciones, sequías, huracanes y hambrunas, y los daños ecológicos y económicos en todo el planeta alcanzarán valores sin precedentes.

¿Cómo puede actuar la ciudadanía?

En esta última línea se enmarcan acciones como el Movimiento Clima. WWF / Adena, una de las organizaciones promotoras, explica que reducir el gasto doméstico de consumo eléctrico es una forma relativamente sencilla de contribuir a reducir las emisiones sin dejar de hacer lo que se hace siempre. Se trata tan sólo de evitar el gasto inútil, como tener aparatos encendidos cuando no se usan.

Un ejemplo son los ordenadores y los aparatos de sonido. Si están apagados pero permanecen enchufados, siguen consumiendo electricidad. Este gasto se evita simplemente desenchufando los aparatos. Hay otra muy buena razón para desconectar los equipos de la instalación eléctrica: las caídas y subidas de tensión, y los picos (repentinas subidas de tensión a niveles muy altos) tienen un impacto negativo en todos los aparato electrónicos y puede dañarlos seriamente aunque estén apagados. Desenchufar los equipos es una forma sencilla de protegerlos y, de paso, de ahorrar electricidad.

Entre otras medidas que se promueven está el uso de bombillas de bajo consumo (sólo cambiando cuatro bombillas se puede ahorrar 36 euros en la factura de la luz al cabo del año), mejorar el aislamiento de las puertas y ventanas poniendo burletes, lo que permitiría reducir hasta un 10% el gasto de calefacción o, en caso de comprar un electrodoméstico, optar por los de clase energética A, que consumen hasta un 60% menos energía que otro similar de clase D.

El ahorro en cifras

La electricidad es una de las fuentes más importantes de emisiones de gases efecto invernadero. El gasto de electricidad a nivel doméstico supone entre un 20% y un 30% del consumo eléctrico de España, que en 2004 fue de 238.730 millones de kilovatios según la Asociación Española de la Industria Eléctrica. Con acciones como las que se promueven se podría reducir entre un 2% y un 5% de toda la electricidad consumida en España, explican desde WWF/Adena y hasta el 10% del consumo doméstico.

Se ha calculado que cada kilovatio supone, en España, una emisión de 0,379 kilogramos de dióxido de carbono a la atmósfera. El consumo medio por hogar es de 363,5 kilovatios al mes, según el Ministerio de Medio Ambiente, así que se estaría hablando de emisiones de hasta 126 kilogramos de CO2 mensuales, 1.513 al año. Si se redujera el consumo en cada hogar un 10%, se podría conseguir una reducción proporcional de emisiones de gases efecto invernadero, unos 150 kilogramos por hogar. Lo equivalente a lo que se emite en un solo mes.

Según recuerda el informe Stern [un documento sobre el impacto del cambio climático en la economía mundial elaborado por el economista Nicholas Stern por encargo del gobierno británico y publicado el pasado octubre de 2006], si no se adoptan medidas y se sigue como hasta ahora, el nivel de gases de efecto invernadero podría triplicarse a finales de este siglo, lo que supondría un riesgo de que en las siguientes décadas la temperatura global aumente más de 5 grados.

Cálculos poco halagüeños

Las consecuencias de ese aumento ponen al hombre, dice el informe, en un “terreno desconocido”. Para dar una idea de lo que puede suponer, la temperatura actual es de promedio 5 grados más alta que la que se registró durante la última era glacial, hace 20.000 años. Si “sólo” 5 grados causa esas diferencias, se puede deducir que las perspectivas no son nada halagüeñas.

Así, se pueden esperar efectos como inundaciones que amenazarán a ciudades como Londres, Nueva York, Barcelona, o Hong Kong, cercanas a la costa o con ríos cuyo caudal puede aumentar; pérdidas de cosechas en regiones enteras; desaparición de especies; aumento de intensidad de los huracanes; mayor riesgo de cambios abruptos en el clima o la fusión irreversible de la capa de hielo de Groenlandia.

Repercusiones económicas graves

Hay aspectos ante los que aún hay mucha incertidumbre, como la relación entre los cambios globales y los cambios climáticos regionales. De lo que no hay duda, afirma el informe, es de que los cambios tendrán repercusiones económicas graves. “Nuestras acciones en las décadas inmediatamentente venideras”, dice, “pueden implicar el riesgo muy serio para la actividad económica y social durante el resto de este siglo y el siguiente, de una escala parecida a la de las grandes guerras y la Gran Depresión”.

Evitar o limitar el cambio

No obstante, el informe también apunta un posible escenario en el que, si se efectúan las actuaciones adecuadas, se puedan contener y estabilizar las emisiones de CO2. Eso no evitaría el cambio climático pero sí lo limitaría. Las acciones propuestas van en tres direcciones: regular las emisiones de carbono, apoyar la innovación y el desarrollo de tecnologías limpias y, por último pero no menos importante, conseguir la eficiencia energética e informar a la sociedad para lograr un cambio de comportamiento.

Guía para colaborar contra el cambio climático

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  • Apagar y desenchufar aparato de música, televisión y ordenador cuando no se usan ahorra 87,2 kilogramos de CO2 anuales
  • Desenchufar el cargador del móvil cuando se haya terminado la carga ahorra 6 kilogramos de CO2 anuales
  • Poner la lavadora sólo cuando esta llena y con programas de baja temperatura, ahorro de 359,8 kilogramos de CO2 anuales
  • Una ducha rápida en vez de un baño, ahorra 531 kilogramos de CO2 anuales
  • Bajar 1 grado la calefacción en invierno, ahorra 228,7 kilogramos de CO2 anuales
  • Cuatro bombillas de bajo consumo supone un ahorro de 179 kilogramos de CO2 anuales
  • Bajar persianas y evitar uso de aire acondicionado ahorran 578 kilogramos de CO2 anuales
  • Usar el transporte publico, o ir a pie o en bici al trabajo. Ahorro de 305 kilogramos de CO2 anuales
  • Aislar adecuadamente puertas y ventanas para que no entre aire frío. Ahorro de 286 kilogramos de CO2 anuales
  • Escoger electrodomésticos de clase A. Ahorro de 293 kilogramos de CO2 anuales