Listeria y salud

Un brote de listerioris ha causado siete muertes en Francia, y suscitado la alerta en la UE al relacionarse esta epidemia con la ingesta de determinados alimentos. La bacteria que está detrás de este drama es todavía poco conocida. Hablemos de ella.
1 abril de 2000
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Listeria y salud

La listeria monocytogenes está muy presente en la naturaleza (suelo, aguas residuales, agua de ríos, forrajes animales, insectos, intestino del ser humano…). Por tanto, hemos de convivir con ella, y lamentablemente, los controles sanitarios de la industria alimentaria no son todavía del todo eficaces combatiendo esta bacteria. Se ha detectado listeria en alimentos como vegetales, leche cruda y derivados, helados, pollo, carnes crudas o poco pasadas, pescados crudos y ahumados y platos preparados.

La listeria puede ocasionar graves problemas de salud, especialmente a mujeres embarazadas, bebés, ancianos, diabéticos, cancerosos, trasplantados y pacientes de sida o de otras inmunodeficiencias. Se aconseja a estos grupos de riesgo evitar los quesos frescos y cremosos y las comidas crudas o poco cocinadas. Y se sugiere calentar hasta casi la ebullición los platos precocinados antes de consumirlos.

En realidad, la listeria causa muy pocas intoxicaciones en seres humanos. Y para que ocurran, los alimentos ingeridos han contener altos recuentos de esta bacteria patógena; un bajo número no es problemático. Evitemos, por tanto, que los alimentos más proclives a contenerla se encuentren en las condiciones en que la bacteria se reproduce más rápidamente.

Fundamental: que se mantenga la cadena de frío tanto en la elaboración de los productos alimentarios y su distribución como en el hogar del consumidor. Pero esto no es suficiente, hay que minimizar la presencia de listeria en los centros de elaboración de alimentos. Urge que la industria y las autoridades públicas adopten las medidas necesarias para que esta bacteria no cause más problemas en la salud de los consumidores.