El acuerdo se tomó en la Cumbre de Río de Janeiro de junio de 1992. Bajo el título de Agenda 21, se aprobó un programa de acción para crear las condiciones de un desarrollo duradero y respetuoso con el medio ambiente
Lavar sin perjudicar el medio ambiente
El propósito de esta campaña consiste en conseguir que, en el año 2001, se reduzca en un 5% la cantidad de energía gastada en cada lavado en Europa respecto a las cifras del año 1996. También se persigue disminuir en un 10% el peso de detergente y de material utilizado en los envases, y en otro 10% la cantidad de componentes orgánicos difíciles de eliminar del medio ambiente. Estos objetivos han sido asumidos voluntariamente por la Asociación Internacional de Jabones, Detergentes y Productos Afines (AISE), que incluirán en los paquetes consejos para conseguir ese ahorro. La campaña afecta a 18 países europeos, entre los que se encuentra España, e incluye a 150 fabricantes y empresas de toda Europa que han acordado dirigirse a 144 millones de hogares europeos (384 millones de consumidores) para solicitar su colaboración en el proyecto.
Ahorrar con la lavadora, el objetivo
Los 11 millones de hogares españoles realizan actualmente alrededor de 2.960 millones de lavados cada año, con un coste total superior a los 205.000 millones de pesetas (70 pesetas por lavado), según cálculos realizados por técnicos.
Aplicar estas medidas de racionalidad podría reducir el gasto en lavado de los hogares alrededor de un 7%. El ahorro total para los hogares españoles podría situarse en torno a los quince mil millones de pesetas anuales (algo más de 5 pesetas por lavado). Los cálculos indican que, si en España se siguiese estrictamente la campaña, en el año 2001 conseguiríamos ahorrar más de 50.000 toneladas de detergente, suficientes para llenar 40 piscinas olímpicas.
En cuanto a energía eléctrica, el ahorro alcanzaría los 87 millones de kilovatios hora, equivalente al consumo de alumbrado público de una ciudad como Madrid durante un año.
Consejos para un lavado más ecológico
- Reutilice los envases permanentes o rellenables y compre recipientes de recambio en la medida de lo posible. El producto es idéntico pero emplea menos cartón o plástico, una ventaja para su cubo de basura y para el medio ambiente. También puede reciclar los envases.
- Antes de lavar clasifique la ropa de la colada por colores, tipos de tejidos y nivel de suciedad, y asegúrese que se hacen coladas con el mismo tipo de ropa. Así, se utilizan las mejores condiciones de lavado (programa, temperatura y dosis de detergente). Las prendas de color, las sintéticas y las poco sucias, por ejemplo, se pueden lavar a menor temperatura que las prendas blancas, las de algodón y las muy sucias.
- No use la lavadora con poca ropa. A todos nos ocurre en ocasiones: queremos vestir esa blusa o esos pantalones, pero están sucios y los lavamos solos. El problema es que algunas lavadoras consumen la misma cantidad de electricidad y agua, sea cual sea su carga.
- Dosifique en función de la suciedad y de la dureza del agua. La cantidad de detergente que usted debe utilizar depende de la dureza del agua en su localidad y del grado de suciedad de la ropa. Siguiendo las instrucciones del envase, obtendrá los mejores resultados y ayudará al medio ambiente. Conviene leerlas periódicamente, incluso si utiliza siempre la misma marca, ya que los comerciantes varían las características del producto.
- Evite utilizar detergentes que incluyan fosfato entre sus ingredientes. El fosfato es el componente más controvertido de los jabones para lavadora. Su función consiste en ablandar el agua para mejorar así el poder limpiador. Pero actúa como un poderoso contaminante: una vez en los ríos, provoca el crecimiento de las algas, lo que impide al oxígeno llegar a los peces y al resto de la vida acuática (eutrofización). Hoy en día existen muchos jabones (por ejemplo, la mayoría de los detergentes líquidos) que no lo utilizan.
- Lave con la temperatura recomendada más baja. Hoy en día la mayoría de los detergentes lava correctamente a bajas temperaturas. Además, con temperaturas elevadas se gasta más energía de la necesaria. Puede ahorrar hasta una 40% y disminuir la factura de la electricidad y su ropa quedará tan limpia como siempre con agua fría. El 90 % de la energía eléctrica que precisa la lavadora se consume en el calentamiento del agua (un programa a 90 grados gasta cuatro veces más electricidad que a 40 grados) y sólo el 10% restante en mover el motor que acciona el tambor.
- Utilice la lavadora a plena capacidad, ya que este electrodoméstico emplea prácticamente la misma cantidad de agua y electricidad si trabaja lleno o semivacío. Existen programas económicos o de media carga que evitan derroches cuando la lavadora no está llena, pero si bien gastan menos que un programa completo, dos lavados de media carga consumen siempre más electricidad y agua que uno con el tambor lleno.
- El sol es la mejor secadora. Conviene aprovechar la acción directa del sol y del aire para secar la ropa. Así, las prendas se conservan mejor y se ahorra energía, sobre todo considerando que las secadoras consumen más electricidad que las lavadoras trabajando con el mismo volumen de ropa. Si no se puede o no quiere prescindir de la secadora, son preferibles las de circulación con salida exterior de aire a las de condensación, ya que para igual rendimiento las primeras gastan hasta un 15% menos de energía eléctrica.
- Las cargas parciales de las secadoras emplean más electricidad por kilo de ropa que las lavadoras. Al adquirir una secadora nueva es imprescindible que disponga de la misma capacidad de ropa que la lavadora. Si es menor, habrá que repetir la operación de secado, y si la secadora cuenta con más cabida, funcionará sin aprovechar la carga completa.
- Para eliminar las manchas difíciles sin dejar rastros, se puede recurrir a algunos remedios caseros. Las manchas de tinta y bolígrafo desaparecen si se tratan localmente con jugo de limón, sal o yogur y posteriormente se lava la prenda con agua tibia. Si son recientes, bastará remojar la zona ensuciada en leche templada y después lavar toda la prenda.
- La vieja pastilla de jabón o el jabón de escamas han comenzado a valorarse nuevamente debido a sus posibilidades de uso, inocuidad y eficacia. Las pastillas de jabón verde, por ejemplo, son ideales para la limpieza de hornos, cacerolas y demás enseres de cocina. Para superficies lacadas nada mejor que jabón duro: además de quedar impecables, recuperan su brillo original.
La eutrofización es una contaminación mediante fosfatos, pesticidas, etc. que se produce en los ríos y pantanos. Estos agentes químicos provocan el crecimiento de las algas, y éstas impiden al oxígeno llegar a los peces y al resto de la vida acuática. Dicha contaminación está ligada a los fosfatos de los detergentes y, sobre todo, a la creciente aplicación de fertilizantes y plaguicidas en la agricultura española. En los últimos años, se ha producido una degradación general y acelerada de la calidad del agua en los embalses. Los estudios realizados en diversas presas repartidos por nuestro país muestran que, en más de la mitad, el grado de eutrofización ha aumentado.
La calidad del agua depende de una serie de normas de obligado cumplimiento. Existe un gran número de Directivas comunitarias, traspuestas al ordenamiento jurídico español, que imponen unos requisitos exigentes y concisos respecto a la calidad que las aguas deben poseer en función de su uso.
Actualmente, la calidad general de las aguas superficiales españolas no es del todo satisfactoria, según el Libro Blanco del Agua, a la luz de la legislación vigente y de las aspiraciones existentes en el seno de la sociedad. Aunque el estado de la cabecera de la mayoría de los ríos de la mitad norte peninsular presenta un grado óptimo de conservación, a medida que van discurriendo por núcleos urbanos e industriales el grado de contaminación de las aguas aumenta, llegando, en algunos casos, a un estado muy degradado en sus tramos medios y finales.
En la mitad sur, si bien los problemas son similares a los de la mitad norte, la calidad del agua en las cabeceras empeora como consecuencia de los menores caudales presentes, lo que origina una menor dilución de los vertidos contaminantes. Todo ello se ve acrecentado este año por la cíclica sequía.