Menús infantiles en restaurantes: poca variedad y baja calidad dietética
Comer fuera de casa cuando se tienen hijos es, a veces, todo un reto. Además de la batalla del “esto me gusta, esto no me gusta”, la aventura muchas veces comienza por encontrar un restaurante que incluya en su carta un menú infantil y que ante todo, sea equilibrado.
Y es que la alimentación no solo ha de cuidarse en casa; también en un restaurante se puede educar a los más pequeños en el arte de comer de manera saludable y equilibrada. Con el propósito de conocer la calidad nutricional de los menús infantiles que se ofrecen en los restaurantes de nuestro país, EROSKI CONSUMER ha visitado 180 establecimientos ubicados en A Coruña, Barcelona, Bilbao, Logroño, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona, San Sebastián, Santander, Sevilla, Valencia y Vitoria. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. No siempre disponían de un menú infantil por escrito, pero mientras unos optaban por ofrecer platos combinados, otros diseñaban un menú infantil teniendo en cuenta su carta y otros adecuaban el menú de los adultos.
En líneas generales, se observó que los menús infantiles analizados no ofrecen platos variados ni equilibrados. Casi la mitad de ellos no logra aprobar el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, fundamentalmente por la insuficiente variedad de alimentos que incluyen (las legumbres y la verdura no son nada frecuentes), la repetición en las guarniciones y salsas (casi siempre patatas fritas o salsa de tomate frito) y el excesivo empleo de técnicas culinarias grasas (fritos, empanados y rebozados). En cuanto al precio, los menús cuestan de media 12,5 euros.
Cómo se ha hecho
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano…
En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos distribuidos de la siguiente manera: dos por ofrecer verduras, arroz/pasta o patata y legumbres; otro punto cuando menos del 50% del menú contenía alimentos de origen no animal; dos más si el menú infantil incluía igual número de carne, derivados (salchichas, despojos, etc.) y huevo que de pescado; un punto si más del 50% de estos platos eran elaborados y no precocinados; dos puntos más cuando el 50% de los platos estaban cocinados con técnicas culinarias poco grasas (como cocido, plancha, horno…); otros dos si las guarniciones y salsas eran variadas e incluían verduras; uno si había fruta fresca en las opciones de postre; otro punto si se podía elegir pan integral; un punto más si se podía optar a agua; y uno último si era posible acceder a menús especiales/dietéticos (sin sal, sin gluten, vegetales, etc.).
Calidad dietética mejorable
Comer fuera de casa cuando se tienen hijos es, a veces
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. Asimismo, los dulces y las grasas deben tomarse con moderación porque poseen gran cantidad de azúcares sencillos, grasa saturada y pocas vitaminas y minerales.
Conviene intentar cumplir esta máxima no solo en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 180 menús analizados por EROSKI CONSUMER, el 56% aprueba el examen (16% obtienen un muy bien, el 17% un bien y el 23% un aceptable) pero el resto, el 44% de los restaurantes analizados, suspende en calidad dietética: un 14% con muy mal, un 13% con mal y el resto con un regular.
Con todo, se han detectado diferencias por localidades. Son pocas las localidades donde no suspende ningún menú infantil analizado: en concreto, Bilbao y Vitoria. Además, es en ambas capitales donde se encontraron los dos menús infantiles mejor valorados (con un 8,9 en las dos ocasiones). Sin embargo, Murcia destaca como la ciudad donde es más fácil comer equilibrado para los más pequeños, puesto que cinco de los doce menús analizados obtenían más de un 7 de calificación. También destaca positivamente Logroño, donde solo uno de los diez restaurantes donde ofrecieron menú infantil suspende con un ‘regular’. Los peores se hallaron en Oviedo, donde seis de los diez analizados se valoraron con un ‘muy mal’. Le siguen Málaga, Pamplona y Sevilla con más del 70% de los menús suspendidos; y Barcelona, Madrid y Valencia con más de la mitad.
Comer fuera de casa cuando se tienen hijos es, a veces
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo duro, carne picada, atún, surimi, quesos, etc.).
Se pueden realizar platos muy nutritivos y apetecibles si se combinan las verduras con arroz, pasta, patata o legumbre (paella de verduras, espaguetis con sofrito de verduras y salsa de tomate, espinacas, acelgas, borraja, berza o coliflor con garbanzos, etc.) o bien realizar ensaladas de arroz y pasta. Otra opción a tener en cuenta es ofrecer como entrante una ensalada sencilla (solo con ingredientes vegetales), además del resto de platos.
En el estudio, de los 180 menús infantiles analizados, solo un 22% incluía como mínimo un plato de verdura o ensalada, mientras que en un 66% de ellos se podía encontrar pasta y/o arroz, el recurso más habitual: macarrones a la boloñesa y arroz con tomate frito. Además, pese a los beneficios reconocidos de las legumbres, solo un 7% las incluía como plato en la oferta de menú (en Bilbao, Logroño, Málaga y Oviedo).
En materia de verduras o ensaladas, destacaban de manera sobresaliente Bilbao y Logroño porque en más de dos terceras partes de los menús allí analizados daban la oportunidad de escoger un plato de ensalada o de verdura (10 en Bilbao y 7 en Logroño). Sin embargo, en ninguno de los evaluados en Málaga, Oviedo y Pamplona se halló esta opción.
El hogar es el lugar donde se adquieren principalmente los hábitos alimentarios. Los niños observan nuestra forma de comer, los alimentos que ingerimos, los que compramos, cómo cocinamos y así, de forma progresiva se van acostumbrando a nuestros hábitos. Para dar buen ejemplo dentro y fuera de casa:
- Es conveniente acostumbrarles a realizar 5 comidas al día. La dieta equilibrada debe repartir las calorías a lo largo del día: desayuno 20%, almuerzo 10%, comida 35%, merienda 10%, cena 25%.
- La importancia de desayunar: se aconseja consumir lácteos, cereales/pan/galletas y fruta o zumo de fruta fresca. Reducir o eliminar la bollería industrial.
- El agua es siempre mejor que los refrescos o zumos envasados (tienen poca cantidad de fruta y muchos azúcares simples).
- Hay que comer en familia siempre que sea posible. Comer despacio y sin distracciones (TV, videojuegos).
- Para el almuerzo y merienda, se aconseja prepararles pequeñas raciones para que no les “quite el apetito” a la hora de comer o de cenar. Se aconseja variar cada día.
- Moderar el consumo de carne en los niños, especialmente la procesada (salchichas, hamburguesas…) así como embutidos por la gran cantidad de grasa y sal que llevan.
- Reducir el consumo de sal, utilizando, a ser posible, la yodada. Los alimentos enlatados, snacks (patatas fritas, frutos secos….), y precocinados contienen elevadas cantidades de sal.
- Hay que educarles para que “coman de todo”. Antes de concluir que un alimento no le gusta a un niño, es conveniente preparárselo de diferentes maneras: por ejemplo, si rechaza el puré de calabacín, preparárselo en tortilla, “pochado” con otras verduras que le gusten, relleno de jamón cocido y queso, etc.
Equilibrio entre carne y pescado
Es muy habitual incluir también carnes o pescados acompañados de diversas salsas o guarniciones. En líneas generales, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado. Este último es un alimento tan nutritivo como la carne. De hecho, la Asociación Española de Pediatría aconseja el consumo de pescado frente al de carne por su menor contenido energético y su mejor perfil graso.
Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Sin embargo, se comprobó que menos de la mitad de los menús infantiles analizados incluyen pescado entre las opciones de menú. En Pamplona, por ejemplo, ninguno de los 10 evaluados contiene esta opción, mientras que en Vitoria 8 de los 10 sí lo ofrecen.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones se cae en el error de utilizar la misma salsa para diferentes platos, generalmente de tomate. Algo similar ocurre con las patatas fritas, que suelen ser el único recurso para ofrecer de guarnición en los segundos platos. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas, sofritos, salteadas o a la plancha (calabacín, berenjena…), pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados…etc.
Pese a las recomendaciones, solo uno de cada cuatro menús infantiles ofrecía guarniciones y salsas variadas. Lo habitual es encontrar salsas de tomate frito y patatas fritas congeladas. Destacan de manera positiva 8 de los 12 menús infantiles analizados en Murcia: uno de ellos ofrecía un aliño de vinagre de Módena y caramelo, picatostes fritos con perejil y ajo, una salsa de hongos con cebolla y patatas rehogadas con champiñón, cebolla, tomate y vino blanco.
Para acompañar todas estas delicias, es aconsejable el pan integral porque tiene un mayor contenido en fibra y nutrientes reguladores como vitaminas y minerales. Sin embargo, tres de cada cuatro restaurantes no lo ofrecían, siempre era blanco.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua -cocido o hervido, vapor…-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión).
Sin embargo, un 43% de los menús analizados incluyen platos en los que se han utilizado técnicas culinarias que aportan grasa a los alimentos: en especial, fritos, empanados y rebozados. En concreto, en Oviedo, en todos los menús analizados los fritos, empanados y rebozados superaban a la plancha o el horno. Al contrario que los de San Sebastián, donde mandaba la plancha, el horno y la comida cocida.
En este sentido, influye el planteamiento que se hace del menú infantil. Uno de cada diez establecimientos oferta platos combinados, generalmente una mezcla de fritos y empanados (croquetas, escalopes, calamares a la romana, huevo frito, patatas fritas, embutido, etc.). Si bien son platos que encantan a los niños, resultan demasiado grasos y con muchas calorías. Esto ocurre especialmente en Oviedo (6 de los 10 locales visitados ofertan platos combinados) y en Sevilla (6 de los 12 analizados).
Puntos positivos: fruta fresca y agua
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que como postre en el 82% de los menús infantiles analizados se incluía la fruta fresca y en todos los evaluados el agua era siempre una opción.
Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús “dietéticos” adaptados a necesidades dietéticas especiales como alergias e intolerancias alimentarias. Tres de cada cinco menús infantiles analizados incluían este tipo de menús dietéticos. Destacaban positivamente A Coruña, Barcelona, Murcia y Vitoria, donde en todos ofrecían esta posibilidad. Eso sí, en gran parte de ellos solicitaban que avisasen con antelación para poder prepararlo de forma adecuada, sin prisas y con los alimentos apropiados.
12,5 euros por menú infantil
Los 180 restaurantes visitados cobran una media de 12,5 euros por los menús infantiles. Sin embargo, entre localidades hay diferencias de hasta el 66%: en Barcelona, la media es de 16,3 euros, mientras que en Valencia asciende a 9,8 euros.
Por debajo del precio medio se sitúan los establecimientos visitados en Murcia (9,9 euros de media), Málaga (10,2 euros), Santander (11 euros) y Pamplona (11,4 euros); y en la media se sitúan los restaurantes analizados en Vitoria (12,1 euros de media), Logroño (12,2 euros), Bilbao (12,5 euros) y Madrid (12,6 euros). Por otra parte, después de Barcelona, las ciudades más caras son San Sebastián (15,4 euros), A Coruña (14,2 euros), Sevilla (13,7 euros) y Oviedo (13,9 euros).
La gran pregunta es si el coste de un menú infantil tiene relación directa con la calidad dietética y nutricional de los platos que lo componen. En este caso, las diferencias no son amplias: los mejores menús infantiles (es decir, aquellos que obtienen una puntuación superior a 7 puntos) costaron una media de 12 euros, mientras que por los peores (aquellos que suspendieron el examen nutricional) había que desembolsar una cantidad similar, 12,6 euros de media.
Dónde: en Bilbao. Precio: 12,50 (pan y bebida incluidos) Nota: Muy bien
El menú
- Primeros:
- Lentejas
- Fettuccinni al queso Philadelphia
- Coliflor hervida con su refrito
- Ensalada mixta (lechuga, tomate, patata cocida, huevo cocido, conserva de bonito, espárragos, surimi, aceite de oliva, vinagre aromatizado)
- Puerros a la vinagreta
- Segundos:
- Cabracho fresco a la bilbaína
- Huevos a la cazuela con txistorra
- Salchichas de pollo con puré de patatas
- Lomo adobado a la plancha con pimientos y setas
- Estofado de potro a la jardinera
- Postres:
- Yogur
- Bolas de helado de sabores
- Tartas variadas (de arroz, de chocolate, etc.)
Los postres pueden sustituirse por fruta fresca
Puntos positivos:
- Verdura+legumbres+pasta.
- Solo 2 de los platos con verdura y farináceos llevan alimentos de origen animal.
- Un plato de pescado.
- No son alimentos precocinados, sino frescos.
- La mayor parte de los platos están cocinados con técnicas culinarias que no aportan excesiva grasa.
- Las guarniciones son variadas e incluyen verduras.
- Incluye la posibilidad de sustituir los postres por fruta fresca.
- También ofrece un lácteo sencillo: yogur.
- Se puede elegir agua, como bebida.
Puntos negativos:
- Hay más platos de carne/huevos que de pescado.
- No se puede elegir pan integral.
- No hay oferta de menús especiales/dietéticos, aunque los platos son bajos en sal.
Las ciudades, una a una
- A Coruña
- Barcelona
- Bilbao
- Logroño
- Malaga
- Madrid
- Murcia
- Oviedo
- Pamplona
- San Sebastián
- Santander
- Sevilla
- Valencia
- Vitoria
A Coruña
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Ninguno incluye legumbres en sus opciones, ocho tampoco verduras y hortalizas, y la mitad ni siquiera pescado
En A Coruña, se visitaron un total de 10 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. La mitad de los menús infantiles analizados en la capital coruñesa no logra aprobar el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtienen un ?regular? como nota final, igual a la media del estudio. Con todo, el precio medio de los menús evaluados es de 14,2 euros, un 14% más caro que el coste global del estudio (12,5 euros).
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Calidad dietética mejorable
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 10 menús coruñeses analizados por EROSKI CONSUMER, solo la mitad aprueba el examen (dos obtienen un ?muy bien? y tres un ?aceptable?), pero el resto suspende en calidad dietética: uno con un ?muy mal?, dos con un ?mal? y dos con un ?regular?.
Más verdura y equilibrio entre carne y pescado, por favor
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 10 menús infantiles analizados en A Coruña, solo dos incluían como mínimo un plato de verdura o ensalada. Además, pese a los beneficios reconocidos de las legumbres, ningún menú infantil estudiado en la capital coruñesa las incluía como plato en el menú.
Asimismo, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Sin embargo, solo la mitad de los menús infantiles analizados en A Coruña incluyen pescado entre sus opciones.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), sofritos o pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. Pese a las recomendaciones, solo uno de los 10 menús infantiles estudiados en A Coruña ofrecía guarniciones y salsas variadas: por ejemplo, incluía ensalada de lechuga, tomate, maíz y soja, entre las opciones.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). En siete de los diez menús coruñeses analizados, más del 50% de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas: en especial, fritos y empanados.
Puntos positivos: fruta fresca y agua
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que, como postre, en todos los menús infantiles analizados en A Coruña se incluía la fruta fresca y el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias. En todos los restaurantes visitados en A Coruña incluían esta posibilidad.
Barcelona
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Ninguno incluye legumbres en sus opciones, un 86% tampoco verdura y otro 59% ni siquiera pescado
En Barcelona, se visitaron un total de 22 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. Más de la mitad de los menús infantiles analizados en la capital catalana no logra aprobar el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtiene un ?regular? como nota final, igual que la media del estudio. Con todo, el precio medio de los menús evaluados es de 16,3 euros, un 30% más que el coste global del estudio (12,5 euros).
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Calidad dietética mejorable
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 22 menús barceloneses analizados por EROSKI CONSUMER, solo un 45% aprueba el examen (dos obtienen un ?muy bien?, seis un ?bien? y dos un ?aceptable?) pero el resto, el 55%, suspende en calidad dietética: tres con un mal y nueve con un ?regular?.
Más verdura y equilibrio entre carne y pescado, por favor
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 22 menús infantiles analizados en Barcelona, solo tres incluían como mínimo un plato de verdura o ensalada, mientras que en 21 de ellos se podía encontrar pasta y/o arroz, el recurso más habitual. Además, pese a los beneficios reconocidos de las legumbres, ningún menú infantil estudiado en la capital condal las incluía como plato en la oferta de menú.
Asimismo, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Sin embargo, menos de la mitad de los menús infantiles analizados en Barcelona incluyen pescado entre las opciones de menú (un 41% de ellos).
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), sofritos o pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. Pese a las recomendaciones, solo uno de los 22 menús infantiles estudiados en Barcelona ofrecía guarniciones y salsas variadas: por ejemplo, incluye salsa de champiñones entre las opciones.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). En un tercio de los menús barceloneses analizados, más del 50% de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas: en especial, fritos, empanados y rebozados.
Puntos positivos: fruta fresca y agua
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que, como postre, en 20 de los menús infantiles analizados en Barcelona se incluía la fruta fresca y en todos los evaluados el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias. En todos los restaurantes visitados en Barcelona incluían esta posibilidad.
Bilbao
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Diez de ellos incluyen entre sus opciones verduras y hortalizas, seis también legumbres y otros siete pescado
En Bilbao, se visitaron un total de 12 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. Ninguno de los menús infantiles analizados en la capital vizcaína suspende el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtiene un ?bien? como nota final, muy por encima del ?regular? nacional del estudio. Con todo, el precio medio de los menús evaluados supone 12,5 euros, igual al coste global del estudio.
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Buena calidad dietética
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 12 menús bilbaínos analizados por EROSKI CONSUMER, todos aprueban el examen: cuatro obtienen un ?muy bien?, cinco un ?bien? y tres un ?aceptable?.
Verdura y equilibrio entre carne y pescado
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 12 menús infantiles analizados en Bilbao, diez incluían como mínimo un plato de verdura o ensalada. Además, la mitad de los menús infantiles estudiados en la capital vizcaína incluía legumbres como plato en la oferta de menú (de las pocas veces que se hallaron menús con esas características en el estudio).
Asimismo, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Más de la mitad de los menús infantiles analizados en Bilbao (siete en total) incluyen pescado entre las opciones de menú.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas, sofritos, salteadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. Pese a las recomendaciones, solo cuatro de los 12 menús infantiles estudiados en Bilbao ofrecía guarniciones y salsas variadas: por ejemplo, puré de patatas, pimientos y setas, guisantes cocidos y/o crema de manzana.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). Solo en uno de los menús bilbaínos analizados, más del 50% de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas: fritos, guisados y estofados.
Puntos positivos: fruta fresca y agua
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que, como postre, en todos los menús infantiles evaluados en Bilbao se incluía la fruta fresca y el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias. Solo en cinco de los restaurantes de Bilbao visitados incluían esta posibilidad.
Logroño
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Siete de ellos incluyen entre sus opciones verduras y hortalizas, cuatro también legumbres y otros seis pescado
En Castilla La Mancha, se entrevistó a un total de 128 personas responsables de las compras, almacenamiento y preparado de alimentos en el hogar. Tres de cada cuatro eran mujeres con una media de edad de 45 años. En líneas generales, se comprobó que los consumidores manchegos entrevistados creen desperdiciar muy pocos alimentos: solo un 15% de los encuestados allí reconoce que suele tirarlos a la basura. Sin embargo, tres de cada diez confunde los significados de fecha de caducidad y de consumo preferente, lo que puede influir en su salud o que gran cantidad de alimentos perfectamente válidos para el consumo vayan a parar al cubo de la basura.
Lo que pensamos que tiramos
¿Somos realmente conscientes de la cantidad de alimentos que destinamos al cubo de la basura? Solo el 7% de los encuestados manchegos reconoce que suele tirar comida a la basura, el 93% restante asegura que intenta conservarlos en el frigorífico o congelados, aunque entre ellos hay quienes confiesan que, al final, acaban por tirarlos (el 6% de ellos así lo reconoce).
En este sentido, se enumeraron doce tipos de alimentos para detectar la percepción que tienen los entrevistados manchegos sobre la cantidad que tiran de los mismos. Consideran que apenas se tira nada, una creencia extensible a todos los grupos, excepto a las frutas y verduras. Es más, quienes sí reconocen deshacerse de los alimentos lo hacen, de forma mayoritaria, con la idea de que es en poca cantidad. En cifras, la mayor proporción de desechos se concentra en las frutas y verduras (el 51% de los manchegos entrevistados reconoce tirarlas); los cereales, productos de panadería y pastelería (un 37%); pasta, arroz y legumbres (un 25%); y embutidos (un 21%). Para todos los demás grupos de alimentos, el porcentaje de los manchegos que admiten tirar algo es inferior al 18%.
Confusión entre fecha de caducidad y de consumo preferente
La fecha de caducidad indica en qué momento deja el producto de ser seguro para el consumo alimentario. La de consumo preferente señala en qué momento deja el productor de garantizar que sus cualidades organolépticas estén intactas, sin que ello suponga un riesgo para la salud. ¿Distinguen los consumidores manchegos ambos conceptos? Para averiguarlo, se preguntó a los responsables de los alimentos de los hogares manchegos sobre estas dos fechas, incluyendo en las opciones de respuesta el significado correcto de cada una y un tercero ?falso- que también está extendido en la opinión pública.
Se comprobó así que solo un 6% de los entrevistados en Castilla La Mancha atribuye a ambos conceptos un significado falso. Sin embargo, tres de cada diez los confunden. Por un lado, un 32% cree que la fecha de caducidad quiere decir que a partir de esa fecha el alimento ya no conserva sus cualidades específicas pero que es seguro comerlo, un error que puede repercutir en consumir alimentos en mal estado. Y por el otro lado, otro 31% de los hogares analizados en Castilla La Mancha opina que la fecha de consumo preferente significa que a partir de esa fecha no es del todo seguro comer ese producto, una creencia que puede provocar que gran cantidad de alimentos perfectamente válidos para el consumo vayan a parar al cubo de la basura.
Málaga
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Ninguno incluye verduras y hortalizas entre sus opciones, solo dos legumbres y cuatro fruta fresca
En Málaga, se visitaron un total de 12 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. Once de los menús infantiles analizados en la capital andaluza no logra aprobar el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtiene un ?mal? como nota final, peor que la media del estudio (?regular?). Con todo, el precio medio de los menús evaluados es de 10,2 euros, un 18% más económico que el coste global del estudio (12,5 euros).
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Calidad dietética mejorable
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 12 menús malagueños analizados por EROSKI CONSUMER, solo uno aprueba el examen con un ?bien?, pero los once restantes suspenden en calidad dietética: tres con un ?regular?, tres con un ?mal? y cinco con un ?muy mal?.
Más verdura y equilibrio entre carne y pescado, por favor
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 12 menús infantiles analizados en Málaga, ninguno incluía como mínimo un plato de verdura o ensalada. Además, pese a los beneficios reconocidos de las legumbres, solo dos menús infantiles estudiados en la capital malagueña las incluían en la oferta.
Asimismo, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Solo cinco de los analizados en Málaga lo contemplaban entre las opciones.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o únicamente patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas, salteadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. Un tercio de los 12 menús infantiles estudiados en la capital andaluza ofrecía guarniciones y salsas variadas: por ejemplo, arroz blanco y/o ensalada, entre las opciones.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). En la mitad de los menús malagueños analizados, más del 50% de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas: en especial, fritos y guisados.
Puntos positivos: agua entre las opciones de bebida
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que, en todos los menús infantiles evaluados en Málaga el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Sin embargo, como postre, solo en cuatro se incluía fruta fresca. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades dietéticas especiales como alergias e intolerancias alimentarias. Solo uno de los restaurantes visitados en Málaga incluía esta posibilidad.
Madrid
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Ninguno incluye legumbres en sus opciones, un 77% tampoco verdura y otro 68% ni siquiera pescado
En Madrid, se visitaron un total de 22 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. Tres de cada cinco de los menús infantiles analizados en la capital madrileña no logra aprobar el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtiene un ?regular? como nota final, igual que la media del estudio. Con todo, el precio medio de los menús evaluados es 12,6 euros, similar al coste global del estudio (12,5 euros).
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Calidad dietética mejorable
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 22 menús madrileños analizados por EROSKI CONSUMER, solo un 42% aprueba el examen (uno obtiene un ?muy bien?, tres un ?bien? y cinco un ?aceptable?), pero el resto, el 60%, suspende en calidad dietética (nueve con un ?regular?, uno con un ?mal? y tres con un ?muy mal?).
Más verdura y equilibrio entre carne y pescado, por favor
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 22 menús infantiles analizados en Madrid, solo cinco incluían como mínimo un plato de verdura o ensalada, mientras que en 17 de ellos se podía encontrar pasta y/o arroz, el recurso más habitual. Además, pese a los beneficios reconocidos de las legumbres, ningún menú infantil estudiado en la capital madrileña las incluía en su oferta.
Asimismo, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Sin embargo, solo un tercio de los analizados en Madrid incluyen pescado entre las opciones.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o únicamente patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas, salteadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. Pese a las recomendaciones, solo dos de los 22 menús infantiles estudiados en Madrid ofrecía guarniciones y salsas variadas: por ejemplo, se incluía arroz y/o champiñones rehogados entre las opciones.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). En la mitad de los menús madrileños analizados, más del 50% de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas: en especial, fritos y empanados.
Puntos positivos: fruta fresca y agua
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que, como postre, en todos los menús infantiles analizados en Madrid se incluía la fruta fresca y el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias. En casi todos los restaurantes visitados en Madrid (19 en total) incluían esta posibilidad.
Murcia
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
En todos ellos podía escogerse fruta fresca como postre y ocho incluían pescado entre sus opciones, y la mitad verduras y hortalizas
En Murcia, se visitaron un total de 12 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. Solo uno de los menús infantiles analizados en la capital murciana suspende el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtiene un ?bien? como nota final, por encima del ?regular? nacional del estudio. Con todo, el precio medio de los menús evaluados es de 9,9 euros, un 21% más económico que el coste global del estudio (12,5 euros).
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Buena calidad dietética
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 12 menús murcianos analizados por EROSKI CONSUMER, casi todos aprueban el examen: cinco obtienen un ?muy bien?, cuatro un ?bien? y dos un ?aceptable?. Solo uno se queda en el ?regular?.
Verdura y equilibrio entre carne y pescado
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 12 menús infantiles analizados en Murcia, la mitad incluía como mínimo un plato de verdura o ensalada, mientras que en 10 de ellos se podía encontrar pasta y/o arroz, el recurso más habitual. Además, a pesar de los beneficios reconocidos de las legumbres, ninguno incluía legumbres como plato en la oferta de menú.
Asimismo, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Ocho de los analizados en Murcia lo incluyen entre las opciones de menú, una de las proporciones más altas del estudio.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas, salteadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. Así, en Murcia, ocho de los 12 menús infantiles estudiados ofrecía guarniciones y salsas variadas: por ejemplo, salsa con verduras, verduras a la plancha y/o puré de patatas, entre las opciones.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). En la mitad de los menús murcianos analizados, más del 50% de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas: en especial, fritos y guisados.
Puntos positivos: fruta fresca y agua
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que en todos los menús infantiles evaluados nutricionalmente en Murcia se podía elegir fruta fresca como postre y el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias. Todos los restaurantes de Murcia visitados incluían esta posibilidad.
Oviedo
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Ninguno incluye verduras y hortalizas entre sus opciones, solo uno legumbres y tres pescado
En Oviedo, se visitaron un total de 10 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. Nueve de los menús infantiles analizados en Oviedo no logra aprobar el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtiene un ?muy mal? como nota final, la peor nota del estudio (la media nacional es de ?regular?). Con todo, el precio medio de los menús evaluados es de 13,9 euros, un 11% más caro que el coste global del estudio (12,5 euros).
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Calidad dietética mejorable
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 10 menús ovetenses analizados por EROSKI CONSUMER, solo uno aprueba el examen con un ?bien?, pero los nueve restantes suspenden en calidad dietética: uno con un ?regular?, dos con un ?mal? y seis con un ?muy mal?.
Más verdura y equilibrio entre carne y pescado, por favor
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 10 menús infantiles analizados en Oviedo, ninguno incluía como mínimo un plato de verdura o ensalada. Además, pese a los beneficios reconocidos de las legumbres, solo uno de los menús las incluía en la oferta (aun así, entre los poco hallados en el estudio con esta característica).
Asimismo, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Solo tres de los analizados en Oviedo lo incluyen en el menú.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o únicamente patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas, sofritos, salteadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. Solo uno de los 10 menús infantiles estudiados en la capital asturiana ofrecía guarniciones y salsas variadas: por ejemplo, lechuga y salsa con verduras.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). En todos los menús ovetenses analizados, más del 50% de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas: en especial, empanados y fritos.
En este sentido, influye el planteamiento que se hace del menú infantil. Y es que en seis de los 10 restaurantes visitados, ofrecían platos combinados para los niños, generalmente una mezcla de fritos y empanados (croquetas, escalopes, calamares a la romana, huevo frito, patatas fritas, embutido, etc.). Si bien son platos que encantan a los niños, resultan demasiado grasos y con muchas calorías.
Puntos positivos: agua entre las opciones de bebida
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que, en todos los evaluados en Oviedo el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Sin embargo, como postre, solo en la mitad se incluía la opción de tomar fruta fresca. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias. Solo uno de los restaurantes visitados en Oviedo ofrecía esta posibilidad.
Pamplona
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Ninguno incluye verduras y hortalizas entre sus opciones, tampoco legumbres o pescado
En Pamplona, se visitaron un total de 10 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. Siete de los menús infantiles analizados en la capital navarra no logra aprobar el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtiene un ?mal? como nota final, peor que la media del estudio (?regular?). Con todo, el precio medio de los menús evaluados es de 11,4 euros, un 9% más económico que el coste global del estudio (12,5 euros).
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Calidad dietética mejorable
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 10 menús pamploneses analizados por EROSKI CONSUMER, solo tres aprueban el examen (obtienen un ?aceptable?), pero los siete restantes suspenden en calidad dietética: cuatro con un ?mal? y tres con un ?muy mal?.
Más verdura y equilibrio entre carne y pescado, por favor
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 10 menús infantiles analizados en Pamplona, ninguno incluía como mínimo un plato de verdura o ensalada, mientras que en nueve de ellos se podía encontrar pasta y/o arroz, la combinación más habitual. Además, pese a los beneficios reconocidos de las legumbres, tampoco en ningún menú infantil estudiado en la capital navarra las incluían como plato en la oferta de menú.
Asimismo, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Sin embargo, ninguno de los estudiados en Pamplona incluye pescado entre las opciones de menú.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o únicamente patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas, sofritos, salteadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. Pese a las recomendaciones, solo uno de los 10 menús infantiles estudiados en Pamplona ofrecía guarniciones y salsas variadas: por ejemplo, salsa de verduras, patatas y pimientos, entre las opciones.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). Solo en tres de los menús pamploneses analizados, más del 50% de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas: en especial, fritos.
Puntos positivos: agua entre las opciones de bebida
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que, en todos los menús infantiles evaluados en Pamplona el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Sin embargo, como postre, solo en dos se incluía fruta fresca. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias. Solo uno de los restaurantes visitados en Pamplona incluía esta posibilidad.
San Sebastián
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Ninguno incluye legumbres entre sus opciones y solo uno verduras y hortalizas, pero en cuatro hay pescado y todos ofrecen fruta fresca en el postre
En San Sebastián, se visitaron un total de 10 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. Tres de los menús infantiles analizados en la capital guipuzcoana no logra aprobar el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtiene un ?aceptable? como nota final, mejor que la media del estudio (?regular?). Con todo, el precio medio de los menús evaluados es de 15,4 euros, un 23% más caro que el coste global del estudio (12,5 euros).
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Calidad dietética mejorable
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 10 menús de la capital guipuzcoana analizados por EROSKI CONSUMER, siete aprueban el examen (dos obtienen un ?bien? y cinco un ?aceptable?), pero los tres restantes suspenden en calidad dietética: uno con un ?regular? y dos con un ?mal?.
Más verdura y equilibrio entre carne y pescado, por favor
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 10 menús infantiles analizados en San Sebastián, solo uno incluía como mínimo un plato de verdura o ensalada, mientras que en nueve de ellos se podía encontrar pasta y/o arroz, el recurso más habitual. Además, pese a los beneficios reconocidos de las legumbres, tampoco en ningún menú infantil estudiado en la capital guipuzcoana se incluían como plato en la oferta de menú.
Asimismo, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Cuatro de los analizados en San Sebastián lo incluyen en el menú.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o únicamente patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas, salteadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. Pese a las recomendaciones, solo dos de los 10 menús infantiles estudiados en San Sebastián ofrecían guarniciones y salsas variadas.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). En ninguno de los menús de la capital guipuzcoana analizados, más del 50% de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas. Al contrario, usaban especialmente hervido, plancha y horno.
Puntos positivos: fruta fresca y agua
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que, en todos los evaluados en San Sebastián el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Además, como postre, todos ofrecían la posibilidad de tomar fruta fresca. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias. Solo uno de los restaurantes visitados en San Sebastián incluía esta posibilidad.
Santander
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Ninguno incluye legumbres entre sus opciones y solo uno verduras y hortalizas, pero en la mitad hay pescado y todos ofrecen fruta fresca en el postre
En Santander, se visitaron un total de 10 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. Tres de los menús infantiles analizados en la capital cántabra no logran aprobar el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtiene un ?aceptable? como nota final, mejor que la media del estudio (?regular?). Con todo, el precio medio de los menús evaluados es de 11 euros, un 12% más económico que el coste global del estudio (12,5 euros).
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Calidad dietética mejorable
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 10 menús de la capital cántabra analizados por EROSKI CONSUMER, siete aprueban el examen (uno con un ?muy bien?, dos obtienen un ?bien? y cuatro un ?aceptable?), pero los tres restantes suspenden en calidad dietética con un ?regular?.
Más verdura y equilibrio entre carne y pescado, por favor
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 10 menús infantiles analizados en Santander, solo uno incluía como mínimo un plato de verdura o ensalada, mientras que en ocho de ellos se podía encontrar pasta y/o arroz, el recurso más habitual. Además, pese a los beneficios reconocidos de las legumbres, tampoco en ningún menú infantil estudiado en la capital santanderina se incluían como plato en la oferta de menú.
Asimismo, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. La mitad de los analizados en Santander incluyen pescado entre las opciones de menú.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o únicamente patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas, sofritos, salteadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. Pese a las recomendaciones, solo dos de los 10 menús infantiles estudiados en la capital cántabra ofrecían guarniciones y salsas variadas: por ejemplo, ofrecían lechuga y cebolla, entre otras opciones.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). En la mitad de los menús analizados en Santander, más del 50% de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas: utilizan en especial, fritos.
Puntos positivos: fruta fresca y agua
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que, en todos los menús infantiles evaluados en Santander el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Además, como postre, todos ofrecían la posibilidad de tomar fruta fresca. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias. Nueve de los restaurantes visitados en Santander incluía esta posibilidad.
Sevilla
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Ninguno incluye legumbres entre sus opciones, solo uno verduras y hortalizas y cuatro pescado
En Sevilla, se visitaron un total de 15 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. Doce de los menús infantiles analizados en la capital sevillana no logra aprobar el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtiene un ?mal? como nota final, peor que la media del estudio (?regular?). Con todo, el precio medio de los menús evaluados es de 13,7 euros, un 10% más caro que el coste global del estudio (12,5 euros).
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Calidad dietética mejorable
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 15 menús sevillanos analizados por EROSKI CONSUMER, solo tres aprueban el examen con un ?aceptable?, pero los doce restantes suspenden en calidad dietética: tres con un ?regular?, tres con un ?mal? y seis con un ?muy mal?.
Más verdura y equilibrio entre carne y pescado, por favor
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 15 menús infantiles analizados en Sevilla, solo uno incluía como mínimo un plato de verdura o ensalada. Además, pese a los beneficios reconocidos de las legumbres, ninguno de los menús infantiles estudiados en la capital sevillana las incluía como plato en la oferta de menú.
Asimismo, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Solo cuatro de los evaluados en Sevilla incluyen pescado entre las opciones de menú.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas, sofritos, salteadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. Solo tres de los 15 menús infantiles estudiados en la capital andaluza ofrecía guarniciones y salsas variadas: por ejemplo, arroz, entre otras opciones.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). En nueve de los menús sevillanos analizados, más del 50% de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas: en especial, fritos.
En este sentido, influye el planteamiento que se hace del menú infantil. Y es que en seis de los 15 restaurantes visitados, ofrecían platos combinados para los niños, generalmente una mezcla de fritos y empanados (croquetas, escalopes, calamares a la romana, huevo frito, patatas fritas, embutido, etc.). Si bien son platos que encantan a los niños, resultan demasiado grasos y con muchas calorías.
Puntos positivos: agua entre las opciones de bebida
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que, en todos los menús infantiles evaluados en Sevilla el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Además, como postre, en diez se incluía la opción de tomar fruta fresca. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias. Solo uno de los restaurantes visitados en Sevilla ofrecía esta posibilidad.
Valencia
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Ninguno incluye legumbres entre sus opciones, solo dos verduras y hortalizas y en seis no ofrecen la posibilidad de elegir pescado
En Valencia, se visitaron un total de 15 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. Ocho de los menús infantiles analizados en la capital valenciana no logra aprobar el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtiene un ?regular? como nota final, en la media del estudio. Con todo, el precio medio de los menús evaluados es de 9,8 euros, un 22% más económico que el coste global del estudio (12,5 euros).
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Calidad dietética mejorable
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 15 menús valencianos analizados por EROSKI CONSUMER, siete aprueban el examen (tres con un ?muy bien?, dos con un ?bien? y dos con un ?aceptable?), pero los ocho restantes suspenden en calidad dietética: cuatro con un ?regular?, tres con un ?mal? y uno con un ?muy mal?.
Más verdura, por favor
Un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 15 menús infantiles analizados en Valencia, solo dos incluían como mínimo un plato de verdura o ensalada, mientras que en 13 de ellos se podía encontrar pasta y/o arroz, el recurso más habitual. Además, pese a los beneficios reconocidos de las legumbres, ninguno de los menús infantiles estudiados en la capital valenciana las incluía como plato en la oferta de menú.
Asimismo, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. En nueve de los menús infantiles evaluados en Valencia incluyen pescado entre las opciones de menú.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas, sofritos, salteadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. Seis de los 15 menús infantiles estudiados en la capital valenciana ofrecían guarniciones y salsas variadas: por ejemplo, verduras fritas y/o un aliño de perejil, ajo, aceite y limón.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). En cinco de los menús valencianos analizados, más del 50% de los platos que lo componían estaban cocinados con técnicas culinarias grasas: en especial, fritos y rebozados/empanados.
Puntos positivos: fruta fresca y agua entre las opciones de bebida
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que, en todos los menús infantiles evaluados en Valencia el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Además, como postre, también todos incluían la opción de tomar fruta fresca. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias. Ocho de los restaurantes visitados en Valencia ofrecían esta posibilidad.
Vitoria
Restaurantes: analizados 180 menús infantiles de 14 capitales
Todos dan la opción de incluir menús especiales (por alergia o intolerancia), ocho de ellos incluyen pescado, nueve también fruta fresca y la mitad cocina mayoritariamente con técnicas culinarias no grasas
En Vitoria, se visitaron un total de 10 restaurantes. En cada local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un sábado cualquiera. Ninguno de los menús infantiles analizados en la capital alavesa suspende el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER, por lo que obtiene un ?bien? como nota final, muy por encima del ?regular? nacional del estudio. Con todo, el precio medio de los menús evaluados es de 12,1 euros, similar al coste global del estudio (12,5 euros).
El método de análisis ha consistido en valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos (verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil, así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo de catorce puntos.
Buena calidad dietética
La dieta de los más pequeños debe ser variada y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos, carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales. No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera de casa. Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 10 menús vitorianos analizados por EROSKI CONSUMER, todos aprueban el examen: cuatro obtienen un ?muy bien?, dos un ?bien? y cuatro un ?aceptable?.
Puntos positivos: fruta fresca, agua y equilibrio entre carne y pescado
Una de las conclusiones más positivas del estudio es que, como postre, en nueve de los menús infantiles evaluados en Vitoria se incluía la fruta fresca y en todos, el agua era siempre una opción, frente a refrescos y zumos. Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús ?dietéticos? adaptados a necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias. Todos los restaurantes de Vitoria visitados incluían esta posibilidad.
Por otra parte, la costumbre gastronómica pasa por incluir más carne que pescado, pero este último es un alimento tan nutritivo como la carne. Por todo ello, se valora positivamente que los menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Ocho de los menús infantiles analizados en Vitoria incluyen pescado entre las opciones de menú, la mejor proporción del estudio.
Más verdura y legumbre, por favor
Además, un menú infantil de calidad debe incluir al menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor puntuación. Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo, carne picada, atún, quesos, etc.).
En este punto se encontraron las carencias de los menús alaveses evaluados que le impedían obtener más puntos. Y es que de los 10 menús infantiles analizados en Vitoria, solo en uno incluían como mínimo un plato de verdura o ensalada, mientras que en siete de ellos se podía encontrar pasta y/o arroz, el recurso más habitual. Además, ninguno de los menús infantiles estudiados en la capital alavesa incluía legumbres en la oferta del menú.
Además, el acompañamiento de este tipo de platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae en el error de utilizar la misma salsa o patatas fritas congeladas como guarnición. Pero se pueden emplear ensaladas, verduras rehogadas, sofritos, salteadas o a la plancha (calabacín, berenjena?), pimientos rojos y verdes, champiñones y setas, puré de patata, arroz o guisantes salteados, etc. La mitad de los menús estudiados en Vitoria incluía ensaladas entre las opciones.
La clave: cocinar sin grasa
Es fundamental prestar atención también a las técnicas culinarias. Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los alimentos: las que emplean agua ?cocido o hervido, vapor?-, a la plancha u horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil digestión). En la mitad de los menús vitorianos analizados, más del 50% de los platos que lo componen están cocinados con técnicas culinarias no grasas: en especial, horno, hervido y plancha.