Cámaras, más que píxeles

El destino de las imágenes y el presupuesto determinan en gran medida el modelo a elegir
1 diciembre de 2010
Img internet

Cámaras, más que píxeles

Apretar el botón y listo. ¡Ojalá fuera así de sencilla la elección de una cámara fotográfica! En el ámbito de las nuevas tecnologías conviven diversos sistemas que se entremezclan para comercializar híbridos con las más variadas funcionalidades. Escoger un modelo concreto en este contexto no es sencillo, y menos si se tiene en cuenta que las diferencias de precios entre las diferentes tecnologías pueden resultar abismales. Lo primero que se debe tener claro es el uso que se le dará a la cámara.

El primer requisito antes de comprar cualquier cámara digital es no dejarse llevar únicamente por el número de megapíxels de resolución que ofrezca el dispositivo. No es un factor determinate, e incluso un exceso de resolución puede perjudicar a la imagen captada. Como referencia, por encima de los diez megapíxeles la cámara funciona bien, salvo que se busque hacer una foto para imprimirla en un póster o en una valla publicitaria.

El reino de las compactas

  • Si se desea una cámara para hacer fotografías ocasionales y retratos familiares que luego se guardarán en algún disco duro o se colgarán en una red social, blog o servicio de álbumes en Internet, la mejor opción es comprar una cámara compacta de rango medio, que puede costar entre 200 y 300 euros. Uno de los modelos más populares son la Ixus de Canon, cómodos de llevar por su pequeño tamaño. Tienen la resolución necesaria y una serie de opciones predeterminadas que permiten obtener imágenes de calidad aceptable.
  • Las cámaras compactas también son las más recomendadas para las personas mayores que no quieren cargar con peso y no desean aparatos muy complicados, sin renunciar a llevar un dispositivo que les permita realizar buenas capturas.
  • Si se desea regalar una cámara a una persona que no ha tenido contacto antes con la fotografía digital, también se debe optar por una compacta. El motivo es que es la forma más barata y sencilla de familiarizarse con ella sin la necesidad de aprender conceptos complejos.
  • Si se tienen ciertas ambiciones artísticas pero no se quiere gastar demasiado dinero, o no se desea adquirir mayores conocimientos técnicos, existe el rango de las compactas avanzadas que, a cambio de pagar un poco más, ofrecen una mayor calidad óptica y mejores sensores y estabilizadores de imagen. Su precio medio sube unos 200 euros más, pero con práctica se pueden conseguir fotografías que se puedan imprimir para enmarcar.

La liga de las réflex

  • Si el objetivo es mejorar y se tiene vocación fotográfica, se debe apostar por los modelos que permiten intercambiar la parte óptica de la cámara. Así se podrá escoger la que mejor cuadre con los deseos del usuario. Ello implica adquirir conocimientos de óptica y también de programas de retoque digital, ya que la imagen se podrá editar para mejorarla. También supone una inversión monetaria superior. Por otro lado, pesan bastante más que las compactas y pueden resultar incómodas de llevar durante mucho tiempo encima.
  • Siempre que se disponga del presupuesto suficiente, la mejor opción son las réflex digitales de última generación. Se puede comprar el cuerpo por separado de la óptica -que se diferencia de las ópticas analógicas en que se pueden manejar de modo eléctrico- para luego escoger la que más convenga. Además, las prestaciones de estas cámaras son numerosas: buena pantalla en alta definición para ver las capturas, controles tanto automáticos como manuales para que el usuario determine los parámetros, sensores más grandes y de calidad superior, visores ópticos, etc.
  • En cuanto al precio, por debajo de los 1.500 euros no se encuentran modelos que cumplan estas condiciones. La opción más económica es comprar el cuerpo por un lado y buscar después una óptica más asequible, o bien optar por el rango bajo de las réflex, donde se pueden encontrar modelos a precios similares a los de las compactas avanzadas, como ocurre con los modelos Nikon D3000 o D5000.

Parámetros ópticos

  • En el momento de comprar la óptica conviene estudiar si sus parámetros se adaptan tanto al tipo de foto que se desea hacer como al cuerpo de cámara donde se ensamblará. Estos se pueden leer en la parte frontal de la lente. Un rango focal -se mide en milímetros- con los valores bajos es idóneo para realizar fotos panorámicas. Si, en cambio, estos son más altos, la óptica es útil para capturar imágenes de objetos lejanos. El zoom óptico -no confundir jamás con el zoom digital-, se indica con un número seguido del signo “x”, proporciona una idea del acercamiento que puede alcanzar el objetivo y está relacionado con el rango focal. Cuanto más amplio sea este último, mayor será el número de aumentos del zoom.
  • Otro valor a tener en cuenta es el valor “f” de la sensibilidad lumínica. Cuanto menor sea -no hay nada más bajo que 1.2-, mayor sensibilidad tiene la óptica. Conviene retener este dato porque en función del sensor del que se disponga en el cuerpo de cámara, se precisará de un valor u otro. Interesará jugar con menos sensibilidad lumínica si el sensor es muy grande para que las capturas no tengan exceso de luz y por tanto de ruido, o bien si los valores de “f” son muy elevados y el sensor poco sensible. Entonces habrá que pensar en usar un trípode en condiciones de baja luminosidad.

La opción híbrida

  • Una tercera alternativa son los estándares de 4/3 y Micro 4/3, las nuevas cámaras conocidas como híbridas, porque tienen un tamaño y un peso cercano al de una compacta pero permiten intercambiar la óptica, cuya calidad es superior a la de las compactas. Su ventaja principal es que son cómodas de llevar encima sin perder calidad en exceso respecto a las réflex, si bien su precio en ocasiones se dispara, sobre todo en comparación con las réflex de gama baja.
  • Otro inconveniente asociado a las cámaras híbridas, sobre todo el estándar Micro 4/3, es que hay poca oferta de ópticas intercambiables, ya que no se ha llegado a un acuerdo unánime entre los fabricantes. Existe por un lado un consorcio, del que forman parte Olympus, Kodak, Leica, Fuji, Panasonic, Sanyo y Sigma, que fabrican algunos modelos compatibles. Pero Sony y Samsung, que apuestan fuerte y con éxito por este estándar, han creado sus propios formatos.