Nuevos residuos eléctricos y electrónicos

Ordenadores y teléfonos móviles también se reciclan

Los residuos eléctricos y electrónicos representan ya el 4% de los desechos que se genera en Europa
1 enero de 2002
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Ordenadores y teléfonos móviles también se reciclan

Hemos asumido que algunos equipos electrónicos, como teléfonos móviles, ordenadores, cadenas de música y otros muchos aparatos de uso diario han sido diseñados para un periodo de vida útil limitado. Pero, ¿qué hacemos con ellos si se estropean, rompen, envejecen o, simplemente, cuando deseamos cambiar a otro aparato más moderno? Según un estudio realizado por el Grupo de Trabajo para los Residuos Eléctricos y Electrónicos de la UE, este tipo de desechos (ordenadores y teléfonos móviles principalmente) representa ya el 4% de la basura total en Europa y su eliminación se está conviertiendo en un serio reto.

El circuito de las 3 R (reducir, reutilizar y reciclar) es aplicable también a los ordenadores domésticos.

España genera al año entre 100.000 y 160.000 toneladas de basura electrónica doméstica. Si a esa cantidad se le añaden los residuos que producen el sector de la electrónica, el resto de la industria y los establecimientos comerciales, se alcanza la cifra de 200.000 toneladas de desperdicios electrónicos al año. Si se lograse reciclar el 70% de estos desechos, se podrían recuperar mas de 90.000 toneladas de metales, 30.000 toneladas de plásticos y 13.000 toneladas de vidrio. Ante la magnitud del problema, en 1999 la UE fijó un límite de 2,75 kilogramos por habitante y año para la basura electrónica doméstica que se recoja a partir de 2002, pero de momento ningún país europeo podrá atenerse a esa cifra. Ecologistas y expertos concentran ahora su atención en los residuos grises, grupo en el que ganan protagonismo ordenadores y teléfonos móviles, ya que acabarán representando el grueso de los nuevos residuos electrónicos.

Nueva normativa

La mayoría de los residuos blancos se fabrican con metales como cadmio, plomo, bromados, mercurio, cromo hexavalante, baterías de plomo, salinas o alcalinas, etc. Muchos de estos materiales son tóxicos para los seres humanos, animales y plantas -cuando alcanzan determinada concentración en el cuerpo-, al tiempo que degradan el medio ambiente. La Oficina Ambiental Europea, una federación creada por ciudadanos, calcula que la Unión Europea generó en 1998 unos seis millones de toneladas de chatarra electrónica y afirma que para el año 2004 esta cantidad se elevará a 7,4 millones de toneladas, lo que indica un aumento del 4% anual. Además, asegura que el 90% de los desechos electrónicos se envía directamente a los vertederos, se quema o abandona de cualquier manera. Por ello, el Parlamento Europeo prepara una nueva normativa que obligará a los fabricantes de equipoos eléctricos y electrónicos a hacerse cargo de los aparatos que vendan, de modo que deberán recoger y reciclar esos productos una vez finalice su vida útil. Se espera que esta medida encarezca en aproximadamente un 5% las computadoras. Además, a partir de 2006 se prohibirá construir ordenadores y electrodomésticos que contengan plomo, mercurio, cadmio, cromo hexavalante y bifeniles polibrominados o éter difenil. Así mismo, se pretende promover una nueva fuente de negocios, creando empresas que se dediquen a reciclar estos materiales.

Reciclaje de metales

Los metales constituyen el nucleo principal de los residuos eléctricos y electrónicos, pero al menos su reciclaje resulta factible, ya que reutilizar metales permite ahorrar su proceso de extracción, una de las fases más agresivas con el medio ambiente dentro la producción de este material. Para recuperarlos se necesita menos energía (10% menos, por ejemplo, en el caso del cobre) y se generan menos desechos (potencialmente, un 98% menos) que para extraerlos de la naturaleza. Esto no significa que deba dejarse de lado la explotación de minerales vírgenes, sino que el reciclaje desempeña un papel importante en el desarrollo sustentable como productora de metales comunes y preciosos, muy útiles para generaciones venideras. Además de su significativo valor monetario, los metales reciclados poseen también un valor ambiental único: pueden durar para siempre, lo que los convierte en un recurso fundamental.

Ordenadores

El ordenador ha ganado su lugar como un electrodoméstico más del hogar y, sobre todo, de las empresas, donde su presencia es imprescindible y aumenta imparablemente. Pero al igual que ocurriera con frigoríficos, televisores o lavadoras, la vida útil de los primeros ordenadores ha finalizado, y sus dueños se enfrentan al problema de qué hacer con estos aparatos cuando desean desprenderse de ellos. En ocasiones se abandonan en el propio servicio de reparaciones. Así, algunos técnicos acumulan, a su pesar, electrodomésticos que les confían para su arreglo y que luego sus propietarios no retiran. Estos aparatos abandonados, entre los que abundan ordenadores, se restauran para ser donados a escuelas o instituciones de interés público.

Otra posibilidad para que las computadoras sobrevivan a la destrucción consiste en entregarlas en promociones que aceptan equipos viejos, que posteriormente se revenden a bajo precio.

Pero, sin duda, el circuito conocido como las 3R (reducir, reutilizar, reciclar) se impone. Una manera de reutilizar consiste en desarmar los equipos, reemplazar las piezas desgastadas, pintarlas y restaurarlas para que cumplan las expectativas de un modelo nuevo. También los equipos usados son desguazados, se clasifican las partes aprovechables como repuestos y el material restante se recicla. Las partes plásticas de las impresoras, por ejemplo, pueden llegar a transformarse en la parte externa de un diskette o hasta en cubiertos de plástico.

Tipos de residuos eléctricos y electrónicos

Los residuos tecnológicos se clasifican en tres líneas, denominadas mediante colores.

  • Línea blanca: frigoríficos, lavadoras, lavavajillas, hornos y cocinas.
  • Línea marrón: televisores, equipos de música, vídeos…
  • Línea gris: equipos informáticos (teclados, CPUs, ratones…) y teléfonos móviles. Todavía no suponen el grueso de los vertidos de tecnología, pero llegarán a serlo.
Teléfonos móviles: un nuevo aparato en la cadena de reciclaje

Se estima que en España hay alrededor de 20 millones de teléfonos móviles, y 3 millones de estos aparatos se consideran ya obsoletos. Ante la cantidad de residuos que los móviles pueden generar, el pasado verano se puso en marcha la Campaña de Recogida de Móviles en poblaciones de más de 50.000 habitantes. Se han instalado cerca de 300 puntos de entrega y recogida en establecimientos y servicios técnicos para concienciar a los ciudadanos de la necesidad de recoger y reciclar este tipo de residuos, que se incrementa sin cesar, con el fin de ahorrar materias primas y recursos naturales. Aunque por el momento no hay datos oficiles sobre la aceptación de esta campaña, la experiencia piloto realizada en la Comunidad de Madrid entre los meses de enero y julio de 2001 arroja resultados muy positivos: se recogieron 8 toneladas de residuos de teléfonos móviles, unos 51.000 aparatos.

Los residuos reciclables generados por los móviles se clasifican como accesorios (cargador, manos libres, antena, teclado, transformadores…) y terminales (componentes eléctricos, carcasas, baterías, placas de circuitos…). Tras la entrega del móvil en un punto de recogida, éste es transportado a una planta de reciclaje ubicada en Erandio (Vizcaya), donde se le extrae la batería, que se traslada a un gestor autorizado de residuos peligrosos. Allí también se separan los materiales plásticos y metálicos, y después de ser triturados, se reutilizan para fabricar otros teléfonos o para obtener materias electrónicas. Gracias a este proceso, el 95% de los componentes de los teléfonos móviles se recicla. Esta campaña antecede al Plan Nacional de Residuos Electrónicos y Eléctricos que está previsto se apruebe los primeros meses de este mismo año.