Jugar es un derecho, no un privilegio
Nada hay más navideño que los juguetes, que llegadas estas fechas se convierten en protagonistas de las campañas de organizaciones de apoyo a personas sin recursos, para recordarnos que todos los niños tienen derecho a jugar. Y aunque ese derecho les asiste todo el año, es en Navidad cuando los niños que no abren regalos nunca son más conscientes de su diferencia. No hay olvidar que, según los últimos datos oficiales, ocho millones de personas son pobres en nuestro país. Otras cifras, como las que aporta en su último estudio la Fundación FOESSA, hablan de medio millón de familias por debajo del umbral de la pobreza. A la hora de colaborar en estas iniciativas, el dilema consiste en acertar con el juguete.
Especialistas en Educación para el Desarrollo y Cooperación ofrecen una clave: “Que los niños acompañen a los padres a comprar el juguete que quieren regalar, así eligen lo que les gustaría que les regalaran a ellos”. Quienes se decidan a entregar juguetes encontrarán que cada vez son mayores las exigencias de las personas y organismos que se dedican a recolectar regalos, sean parroquias, Cruz Roja, asociaciones de vecinos o cualquier otra organización. Y es que entregar un juguete no consiste en dar caridad, vaciar armarios o reciclar artilugios que molestan en casa. Se trata de poner un poco de justicia y ofrecer solidaridad y generosidad gratuita.
Cuatro premisas para un buen juguete
- Nuevo, a poder ser. A pesar del consumismo que esconden, los regalos navideños a los más pequeños nacen de la tradición cultural de premiar al niño bueno. Y los menos favorecidos económicamente también ven la tele. Que sea nuevo y actual repercute en la bondad del regalo en la medida en que no hay distinciones ni categorías.
- Educativo. Debe potenciar las capacidades del niño. Un juguete constituye una herramienta de desarrollo básica de la inteligencia y sensibilidad de los más pequeños. Y educativo no significa aburrido; no sólo el puzzle de siempre cumple la obligación de formar. Cada vez hay más juguetes adecuados y atractivos a la vez, sin necesidad de optar por aquellos en los que la violencia explícita o implícita despierta el interés del niño.
- No sexista. Es necesario dejar atrás definitivamente el tópico de regalar juegos femeninos a las niñas y masculinos a los niños. No se trata sólo de optar por lo políticamente correcto. Estamos ante un error pedagógico: si a los niños y a las niñas se les impide potenciar parte de sus habilidades, se estará limitando al hombre y a la mujer de mañana. De igual forma, se coartarán sus relaciones sociales y su capacidad de comunicarse fuera de los estadios establecidos, y se perpetuarán tópicos.
- No eléctrico. Hay que evitar comprar juguetes eléctricos o que necesiten de otro elemento para ser utilizados o completos. Es probable que sus destinatarios no puedan volver a jugar con ellos una vez se acaben las pilas, o arreglarlos si los mecanismos se estropean.
La logística de entrega
Son numerosos los puntos de recogida y cientos los voluntarios que permiten el funcionamiento de las cadenas de recolección y entrega de juguetes. Algunas se prolongan incluso hasta el 5 de enero. El proceso de recogida, se trate de una u otra asociación, comienza con descartar los juguetes bélicos, sexistas, discriminatorios y los que no son nuevos. Posteriormente, se clasifican por edad. Quienes entregan los juguetes cometen a menudo el error de calcular la edad de juego a partir de los 4 años y prolongarla hasta los 10. Por ello, las organizaciones insisten en la necesidad de contemplar a bebés y a chavales hasta 16 años. Para facilitar la labor del embalaje es preferible entregar los juguetes sin envolver, ya que los voluntarios deben ordenarlos por edades, empaquetarlos y decorarlos con papel. Una vez clasificados comienza la entrega, teniendo en cuenta las dos noches de sorpresa: el 24 de diciembre y el 5 de enero.
¿Cómo llegan los juguetes a los niños?
La mayoría de los juguetes recogidos se destinan a familias sin recursos suficientes para comprarlos. Pero, si por cualquier circunstancia no se reparten todos o la entrega llega tarde, se distribuyen en ludotecas, centros de infancia, centros educativos y hospitales. Las grandes organizaciones y las que cuentan con más medios envían los juguetes que quedan por repartir-si sobra alguno- a proyectos internacionales de cooperación. No obstante, antes de optar por esta alternativa tratan siempre de cubrir las necesidades de los colectivos más cercanos. Los datos sobre familias sin recursos los procuran asociaciones, agentes sociales, administraciones, ayuntamientos e incluso Apymas (asociaciones de padres y madres). La confidencialidad está garantizada, pero para evitar abusos siempre se requiere una identificación, una confirmación de que el juguete llegará a manos de quien lo espera: un niño o una niña. Las cifras ofrecidas por organizaciones solidarias sobre las recogidas del año pasado hablan de la participación de miles de personas en pequeños pueblos y en grandes ciudades. Sumando lo recolectado por Cruz Roja y otras pequeñas instituciones, se reunieron 300.000 juguetes, aunque esta cifra no incluye pequeñas pero igualmente importantes iniciativas de asociaciones anónimas.
Reutilizar, otra manera de colaborar
Hasta ahora hemos insistido en la importancia de que los juguetes sean nuevos, pero hay organizaciones, sobre todo pequeñas asociaciones de vecinos o culturales, que potencian el reciclado de juguetes usados, olvidados o en mejor o peor estado, para darles mejor destino que el contenedor o trastero. Se trata de otra fórmula igualmente válida pero con objetivo diferente, que consiste en aprovechar la Navidad, el periodo estrella de consumismo, para formar a los chavales en la cultura de no despilfarrar, y al mismo tiempo, concienciar a los adultos sobre la conveniencia de reutilizar los recursos.
Campaña
La revista Consumer participa en la campaña que Radio Nacional ha organizado para esta Navidad. La iniciativa, que arrancó el 28 de noviembre de 2001 y se cerrará el 5 de enero de 2002, tiene como fin recaudar fondos para fabricar juguetes destinados a niños que soportan extremas situaciones de pobreza en India, Mozambique, Nicaragua, México, y se basa en la intención de fomentar el espíritu solidario de la sociedad especialmente entre los niños. Para ello se ha puesto a la venta de un juguete básico, que todos los niños deseen comprar para sentirse partícipes de la campaña solidaria: un pompero (juguete para hacer pompas de jabón), que se encuentra en establecimientos y grandes superficies a un precio de 3 euros (500 ptas). El día 5 de enero, y coincidiendo con la celebración de todas las Cabalgatas de Reyes de todo el país, se procederá al lanzamiento simbólico de pompas de jabón y se leerá un manifiesto que culminará la Campaña.
Para acertar en la compra de juguetes, es preferible que sean niños quienes los elijan, ya que el destinatario de los juegos será otro niño. Reflexionar sobre algunas preguntas les ayudará a acertar.
- ¿Para qué edad será?
- ¿Cuánto rato jugarías con él?
- ¿Te parece que está bien construido?
- ¿Le gustará a otro niño o niña?
- ¿Podrá jugar con sus amigos o hermanos?
- ¿Es de chicas o de chicos?
- Cualquier delegación de Cruz Roja
- Delegaciones de UNICEF
- Parroquias
- Apymas (Asociaciones de Padres y Madres)
- Ayuntamientos