Casi todos tienen lo básico: los mejores, en La Rioja y Galicia
Cada día de este verano, una multitud de agotados peregrinos procedentes de los más diversos lugares del mundo se agolpará en la plaza de Obradoiro, a las puertas de la Catedral de Santiago. A mediados de mayo, los que habían pasado por Roncesvalles ya triplicaban los del año pasado. El aluvión parece inminente, pero ¿por qué se aceptan, y de buen grado, los esfuerzos físicos y las incomodidades de todo tipo que depara el Camino a los peregrinos? Inquietudes culturales, creencias religiosas, retos personales, impulsos deportivos… sobran los motivos que pueden animarnos a llegar hasta el Monte Do Gozo, desde donde vislumbrar Santiago de Compostela, después de recorrer cientos de kilómetros del Camino a pie, en bici o a caballo.
La revista CONSUMER ha inspeccionado los 99 albergues que se encontraban abiertos en abril (ocho permanecían cerrados) a lo largo de todo el Camino Francés, que une Roncesvalles y Santiago de Compostela y se confirma como el recorrido preferido por los peregrinos. El trayecto Somport-Puente La Reina, ramal del Camino Francés, no fue analizado. Los técnicos de CONSUMER han visitado 13 albergues de Navarra, seis en La Rioja, 14 en Burgos, 11 en Palencia, 31 en León, 15 en Lugo y nueve en A Coruña.
La conclusión más importante es que la gran mayoría de los albergues del Camino de Santiago cumplen con los requisitos mínimos (luz, agua corriente, duchas, lavaderos de ropa, lugar mínimamente confortable para dormir, …) para atender las necesidades básicas del peregrino, ya que sus equipamientos e infraestructuras son aceptables. Tras una evaluación ponderada de estos alojamientos de paso (siguiendo criterios exclusivos de CONSUMER, que no olvidaron el modesto objetivo hostelero de estos albergues), la red del Camino Francés obtuvo una media de 6,7 puntos, rozando el notable. Esta positiva percepción es compartida por nueve de cada diez de los casi 200 peregrinos consultados por esta revista en Santiago de Compostela el pasado mes de abril y que habían pernoctado en estos albergues. Los mejores están, sin duda, en La Rioja, ya que consiguen unos excelentes 7,7 puntos de media. También han obtenido un notable de media provincial los de Lugo y A Coruña, a los que siguen los de Burgos, Navarra y León, con entre 7 y 6,5 puntos. La peor nota la han merecido los de Palencia, con sólo 6 puntos de media.
Las deficiencias marcan, sin embargo, el contrapunto realista a esta valoración favorable. Las carencias menos disculpables se anotaron en el albergue de Bercianos del Camino (León), que no disponía de agua potable ni luz artificial, y en el también leonés de El Ganso, que no ofrecía luz eléctrica. Continuando con las deficiencias, sólo el 8% de los albergues (cuatro de León, dos de Palencia, y otro de Burgos y A Coruña) carecen de agua caliente, mientras que el 3% (uno de Burgos y dos de León) ni siquiera cuentan con duchas.
Van a faltar albergues
Otro aspecto problemático es la capacidad de estos centros (entre Roncesvalles y Santiago, los 107 albergues dan cobijo a sólo 6.300 personas por noche), que varía de menos de 500 plazas para peregrinos en Palencia, La Rioja y Burgos hasta las 1.774 y las 1.352 plazas de León y A Coruña, respectivamente. Capacidades que, si se cumplen la previsiones de afluencia de peregrinos, se revelarán insuficientes para acoger a quienes desean realizar el Camino “como Dios manda”, alojándose en estos albergues que simbolizan el respeto a la tradición jacobea. No es casualidad que en varios pueblos por los que discurre el Camino, la Administración y el sector privado se las estén ingeniando para aumentar la capacidad hostelera, bien mediante nuevos campings, habilitando polideportivos, … Y hacen bien porque, salvo imprevistos, en verano decenas de miles de peregrinos no podrán, como querrían, pernoctar en uno de estos albergues. Y habrá que dormir…
Cocina, lavadero, taquillas, teléfono
Más de la mitad de los albergues palentinos carece de cocina, siendo La Rioja el único territorio que garantiza este equipamiento en todos sus albergues (en ninguno se sirven comidas), disponible en la inmensa mayoría de los de Lugo, A Coruña y Burgos. En Palencia, sólo cinco de los once establecimientos ofrecen al peregrino la posibilidad de preparar alimentos.
En ocasiones, el caminante necesita guardar sus pertenencias en el albergue, en sitio seguro; por ejemplo, para salir a conocer los alrededores del lugar; es entonces cuando se echan en falta los armarios o taquillas, ausentes en los seis de La Rioja y en buena parte de los de Navarra, Burgos, Palencia y León. Tampoco parece excesivo que se pretendan algunas comodidades, como el acceso a un teléfono público. Piense el caminante lo que quiera, es mejor que se olvide de mantener contacto frecuente con su familia o amigos, siempre que no lleve un móvil: sólo el 15% de los albergues de Navarra y el 20% de los de Burgos cuentan con teléfono. Los mejor preparados son los de Galicia, ya que tres de cada cuatro disponen de este servicio.
Las diferencias también son palpables en cuanto a la dotación de calefacción, sólo presente en menos de la mitad de los albergues. Pero si los peregrinos pueden disfrutar de ella en ocho de cada diez albergues de Lugo, en Palencia y León esta posibilidad se reduce a tres de cada diez.
Una distribución más equilibrada se registra en el despliegue de inodoros, que varía desde una unidad por cada diez plazas en los de Burgos hasta la proporción 1/17 en los de León, donde se encuentran los dos únicos albergues del Camino Francés sin siquiera un inodoro, Bercianos del Camino y El Ganso. Otro aspecto a mejorar, en opinión de los peregrinos que respondieron a la encuesta, es la distribución de las plazas para dormir. Y no les falta razón: la mitad de las plazas del Camino Francés lo son en forma de literas, el 10% de colchones, y sólo el 7% son camas; el resto del espacio hábil para dormir (el 32% del total) es puro suelo. En A Coruña y Lugo, en torno a la mitad de las plazas para dormir son de suelo, mientras que en Navarra y Burgos, mejor preparados, sólo el 10% de las plazas son de suelo.
Otra carencia es que en buena parte de los albergues no se cuenta con un espacio en el que lavar la ropa después de la larga y agotadora jornada. Sólo la mitad de estos albergues cuenta con lavaderos y nada más que en un 15% de ellos hay lavadora automática.
Por último, la mayoría de cuenta con un salón en el que los peregrinos pueden conversar sobre sus vivencias, si bien sólo en A Coruña y La Rioja se reserva un espacio para salón en todos los albergues. En Navarra, sin embargo, sólo el 60% de ellos ofrecen esta opción.
A caballo o en bici
La Oficina de Acogida al Peregrino de Santiago de Compostela calculó, el pasado año, que un 26% de los peregrinos realizó el Camino en bicicleta y que uno de cada cien lo cubrió a caballo. A excepción de en La Rioja, donde todos los albergues excepto uno (Grañón) cuentan con un espacio para guardar bicicletas, el peregrino se ve obligado a conocer de antemano, entre Roncesvalles y Santiago, los lugares concretos que ofrecen este servicio: el 80% de los de León, Burgos, Navarra y Palencia, mientras que en A Coruña sólo se pueden guardar bicis en la mitad de los centros. Y en Lugo, en uno de cada cuatro. Conviene recordarlo.
El abanico de albergues con establo es, como cabía esperar, aún más reducido (uno de cada cinco). A Coruña es la excepción, ya que la mitad de sus albergues ofrece un lugar cerrado para el descanso de estos animales. Muy difícil lo tienen los jinetes a su paso por Palencia, donde ni un solo albergue cuenta con establo.
Uno de cada diez, suspenso
Siguiendo el sistema de ponderación de CONSUMER, el 10% de los albergues suspenden, por no garantizar el descanso (sin lujos, pero con una mínima comodidad) del peregrino. Son el antiguo de Calzadilla de la Cueza y el de Boadilla del Camino (Palencia); el antiguo de Hontanas (Burgos), Alto Do Poio (Lugo) y, en León, los de Acebo de San Miguel, Calzada del Coto, El Ganso, Bercianos del Camino y el municipal de Rabanal del Camino. Se da la circunstancia de que en esta última provincia se ubican el mejor (el municipal de León, con 9,3 puntos) y el peor (Bercianos del Camino, con menos de 2 puntos), lo que refleja en cierta medida la gran disparidad de estos centros en cuanto a la calidad que ofrecen.
Los mejores albergues, los 17 que superan el listón de ocho puntos, son: Ribadiso da Baixo, Arca O Pino, Melide y el que tiene la Xunta gallega en Santa Irene (todos ellos en A Coruña); O Cebreiro, Triacastela, Palas de Rei y Portomarín, en Lugo; el municipal de León y el de Mansilla de las Mulas, en León; Logroño y Navarrete (La Rioja); Estella y el municipal de Los Arcos, en Navarra; Terradillos de los Templarios y el de las Madres Clarisas de Carrión de los Condes (Palencia) y, por último, el albergue de Belorado, de Burgos.
Navarra y Palencia, los albergues más caros
Algunos albergues contradicen en parte la austeridad que caracteriza desde tiempos remotos a este viaje a Santiago, al exigir al peregrino el pago de un dinero (hasta 1.500 pesetas) por pernoctar. En otros, clasificados como gratuitos (la mitad de los existentes), se solicita la voluntad del viajero, con la finalidad de sufragar los gastos de mantenimiento y conservación del albergue. CONSUMER ha considerado gratuitos exclusivamente a estos últimos, a los albergues que no piden una cantidad determinada de dinero al usuario, aunque permitan que deposite un donativo. En principio, en los que “cobran” se debe pagar esta cantidad pero no hacerlo normalmente no supone la no admisión. En cualquier caso, el informe constata que no hay una correlación entre la exigencia del pago y la calidad de los albergues, y prueba de ello es la red de estos alojamientos en Galicia, que, sólo superada en calidad por la de La Rioja, acoge al peregrino gratuitamente en casi todos los centros de Lugo y en tres de cada cuatro de los de A Coruña. La situación en Galicia es encomiable: en Lugo, sólo se debe pagar en Alto Do Poio (400 pesetas por día), mientras que en A Coruña las tarifas de los dos no gratuitos alcanzan las 500 y 1.500 pesetas, en el Seminario Menor de Belvis (Santiago de Compostela) y el privado de Santa Irene, respectivamente. Este índice de gratuidad desciende hasta el 65% de los albergues de Burgos, al 50% de La Rioja, al 45% en Palencia y al 40% en León. En Navarra, el peregrino habrá de pagar en casi todos (11 de los 13 estudiados) los albergues del Camino Francés; además, el precio medio por día (514 pesetas) en los alojamientos navarros que cobran es el segundo más elevado. Los albergues de la comunidad foral cobran desde las 300 pesetas por noche en Puente la Reina y Viana hasta las 1.300 de Casa Alberdi, el privado de Los Arcos.
En León, en los no gratuitos (19 de un total de 31) cobran una media de 413 pesetas por noche, siendo el más barato el de Santa Catalina de Somoza (200 pesetas). El de Pereje cobra 1.300 pesetas, si bien sólo se abonan cuando se solicita un juego de sábanas completo (con sólo una bajera, se pagan 800 pesetas). Esta relación de precios choca con las muy modestas tarifas de los tres albergues de La Rioja que cobran, y que suponen sólo 300 pesetas, cuando precisamente los albergues riojanos son los de mejor calidad media de todo el Camino Francés. Y en Palencia (que tiene los albergues peor equipados), el precio medio de los seis no gratuitos asciende a 550 pesetas, el más caro de las seis provincias comparadas. El precio mínimo en esta provincia es de 200 pesetas, en Frómista, y el más caro alcanza las 1.000 pesetas, en los albergues de las Madres Clarisas, en el Monasterio de Santa Clara, de Carrión de los Condes (con sábanas y toallas de baño) y de Lédigos y de Terradillos de los Templarios (en estos dos, se da también la opción de abonar 500 pesetas y dormir sobre un colchón en el suelo).
Por último, los cinco albergues de Burgos (hay nueve en total) que cobranl, lo hacen en una media de 420 pesetas por noche. La tarifa mínima, 300 pesetas, se localizó en Villafranca Montes de Oca y en la capital burgalesa, mientras que la más cara, 500 pesetas, corresponde a los de Olmos de Atapuerca, Hornillos del Camino y Hontanas.
Un notable en conservación y limpieza
Según la ponderación de CONSUMER, los albergues están más que bien en este apartado, al alcanzar un notable de media. Destacaron los de A Coruña, cuyo estado y mantenimiento ha merecido un sobresaliente. En el otro extremo, se sitúa la red de Palencia, con un suspenso en conservación si bien con un notable en limpieza. En una aproximación más exacta, cabe subrayar el mal estado en que se encontraban el albergue de San Juan de Ortega (Burgos) y el de Boadilla del Camino (Palencia), así como el pésimo cuidado que recibe el de Bercianos del Camino, en León. En el momento de la inspección (abril 99), se acometían reformas en un 20% de los albergues. Más en concreto, afectaban a 10 albergues de León (entre ellos, el peor, Bercianos del Camino), tres de Burgos, dos de Navarra, Palencia y Lugo, y uno de La Rioja.
Por último, sólo en La Rioja, Burgos, Palencia y Lugo se encuentran todos los albergues del Camino Francés abiertos durante todo el año. Las excepciones a esta amplia oferta son el albergue privado de Santa Irene, en A Coruña, el de Pamplona (ambos abiertos entre abril y septiembre), y el también navarro y municipal de Los Arcos (cerrado desde noviembre hasta febrero). A estos casos hay que sumar seis de León con apertura limitada: La Trinidad, de Sahagún (de abril a octubre), el municipal de Sahagún (noviembre a marzo), Gaucelmo, en Rabanal del Camino (abril a octubre), el municipal de Rabanal (mayo a septiembre), Cacabelos (abril a octubre) y el municipal del Bierzo, en servicio desde el 1 de abril hasta el 15 de octubre.
Pocas farmacias en las cercanías de los albergues
Sólo en el 65% de los albergues puede el peregrino recibir asistencia sanitaria en las cercanías (un kilómetro a la redonda) del albergue. Esta carencia es más importante en Burgos y Lugo, donde la posibilidad se rebaja hasta el 43% y el 33% de los albergues, respectivamente, mientras que en Palencia y La Rioja hay equipamientos médicos en las cercanías de todos los alojamientos para peregrinos visitados. Las farmacias, únicamente cercanas en la mitad de los albergues, tampoco abundan. La oferta más deficitaria se registra de nuevo en Lugo, Burgos (en torno al 35%), y en Palencia (27%).
Hablando de otros servicios, sólo hay oficinas de información al peregrino cercanas en el 70% de los albergues, oficinas de turismo en el 35% de ellos y tiendas para llenar la mochila de alimentos y productos de primera necesidad en el 65% de los albergues. Los cajeros automáticos y talleres de reparación de bicicletas se encuentran cercanos a sólo el 40% de los albergues.
A Coruña y Lugo, las mejores para usar el móvil en el Camino de Santiago
La escasez de teléfonos de uso público en los albergues, disponibles en sólo la mitad de ellos, ha podido motivar el aumento del número de peregrinos que portan un teléfono móvil en su mochila (uno de cada dos, según la encuesta de CONSUMER). Estos móviles resultan muy útiles, pero el caminante debe saber que la cobertura varía mucho en función de la zona y del modelo y marca del teléfono. Tras una prueba práctica realizada con cuatro móviles (Moviline, Movistar, Airtel y Amena) en los 99 albergues del Camino Francés, se concluye que todos los teléfonos ofrecen cobertura en los albergues de Lugo y A Coruña. Y que Moviline, en La Rioja, sólo llega al 80% de los albergues, y en Navarra al 77%. En esta comunidad, Airtel da servicio en el 84% de ellos. Ninguna de las cuatro marcas de telefonía móvil era operativa en uno de los refugios de León, y todas ofrecían su peor cobertura en Burgos: Moviline llegaba sólo al 43% de los albergues, Airtel, al 57%, y Movistar y Amena al 64%. Por último, Moviline y Movistar gozaban de cobertura en el 72% de los albergues de Palencia, mientras que Airtel y Amena entablaban comunicación en el 54% y 81%, respectivamente.
Peregrinos: sólo va entrenado uno de cada tres
Alegrías y sinsabores, reposo y cansancio, heridas y curas, desasosiego y tranquilidad,.. El Camino de Santiago se ve jalonado por un sinfín de dificultades que acostumbran al caminante a superar el esfuerzo diario, o hacen mella en él hasta obligarle a dejar sus esperanzas en la cuneta. Resulta, pues, razonable buscar consejo en quienes han cumplido el propósito de visitar Santiago después de cientos de kilómetros de peregrinación, y de ahí que CONSUMER haya querido conocer la opinión de 204 peregrinos curtidos en este empeño.
En primer lugar, nos enteramos de que sólo uno de cada tres caminantes se había entrenado (de media, 44 días de ejercicio previo) antes de emprender el viaje.
En un intento ya de dibujar el perfil del peregrino, las consultas revelan que éste parte hacia Santiago de Compostela fundamentalmente desde León, Navarra y Lugo, que realiza el Camino por motivos culturales (23% de los peregrinos), religiosos (20%) y como reto personal (18%), así como que prefiere afrontarlo en grupo (nueve de cada diez), que recorre una media de 232 kilómetros en diez días de media y que gasta 36.600 pesetas en todo el viaje.
Por otro lado, aseguraron llevar en su mochila una toalla y un impermeable (el 99% de los peregrinos), un saco de dormir (el 95%), un gorro (el 85%), cantimplora y papel higiénico (el 79%) y botiquín (el 72%). Asimismo, casi la mitad incluyó alguna guía escrita en su equipaje. Por otra parte, nueve de cada diez consideró que las instituciones competentes en cada territorio deberían mejorar ciertos aspectos del Camino, como la calidad y número de los albergues, la señalización, asistencia sanitaria y seguridad en el trayecto. Tres de cada diez afirmaron que algunos tramos de montaña y carretera resultan peligrosos, especialmente en A Coruña, Lugo y León. Por último, aunque manifestaron sentirse satisfechos con esta experiencia, un 15% no tiene claro si lo intentará de nuevo y un 3% afirma que no volverá a repetirla.
¿Qué es La Compostelana?
Es la certificación oficial que concede la Catedral de Santiago de Compostela a quienes realizan la peregrinación por motivos religiosos, y demuestran haber recorrido al menos 100 kilómetros a pie o a caballo, o bien 200 kilómetros en bicicleta, presentando la Credencial del Peregrino, una tarjeta firmada por las parroquias, albergues o personas representativas de los pueblos por los que discurre el Camino. Este certificado, cuyo origen se remonta al siglo XIV, se puede recoger en la Oficina del Peregrino (Rúa do Vilar, 1, junto a la Catedral).
El albergue del Monte Do Gozo, incomparable
CONSUMER visitó y evaluó también el albergue del Monte Do Gozo, situado en puertas de Santiago de Compostela. Se trata de un centro incomparable a cualquiera de los demás, por su gran capacidad (800 plazas) y por hallarse integrado en un complejo residencial con albergue juvenil, plazas hoteleras y cámping. Está dotado, además, con todo lo necesario para garantizar el descanso al peregrino. Esta enorme diferencia en despliegue de servicios y comodidades ha motivado su exclusión del informe a efectos de la ponderación (desvirtuaría la comparación) que incluye a los otros 98 centros estudiados a lo largo de todo el Camino Francés.
- Mucho ánimo, pero poco peso. No carguemos la mochila (no más de 10 kilos) con objetos innecesarios o que se puedan adquirir en el Camino; evitaremos las rozaduras de las correas.
- Preparación física previa, tanto para el peregrino de a pie como para el que va en bici o a caballo. Un entrenamiento en recorridos cortos y zonas montañosas es muy aconsejable.
- Calzado adecuado. Indispensables unas botas bien adaptadas al pie, cómodas, que sujeten el tobillo y con una suela que no resbale. Los calcetines, de algodón, y siempre limpios, secos y bien colocados, para evitar rozaduras. Mejor llevar también unas zapatillas ligeras, y de calidad, para las etapas llanas y los momentos de descanso o paseo.
- Es preferible realizar el Camino en primavera o a principios de otoño. Este verano será difícil conseguir dormir en los albergues, previsiblemente llenos hasta la bandera. Y hay tramos en los que el calor será asfixiante, Y en invierno, los tramos de montaña resultan gélidos.
- La indumentaria, adecuada al tiempo. En verano, ropa ligera de algodón, y en invierto, anorak de montaña, guantes y ropa de lana. Un gorro para el frío, en invierno; y para el sol, en verano. No olvidemos las gafas de sol.
- El saco de dormir resulta muy útil, ya que los albergues ofrecen muchas plazas en el suelo. Si no se lleva saco, incluir en la mochila una funda de almohada, dado que la higiene en algunos albergues es muy primitiva.
- Cargar con cazuelas y sartenes es un error. Hay albergues que sirven comidas, y restaurantes con menús a precio módico. Los refugios en los que se permite cocinar cuentan con los utensilios necesarios. Lo mejor es llevar sólo cubiertos y una navaja.
- Siempre a mano algo dulce y frutos secos para reponer energías en un momento de desfallecimiento. No olvidemos la cantimplora con agua. Ni el bastón o bordón para acompañar el paso en caminos resbaladizos o abruptos.
- Papel higiénico, toalla y cortauñas no deben faltar en la mochila. Los imperdibles sirven para colgar la ropa húmeda de la mochila mientras andamos.
- Botiquín: aguja e hilo para pinchar las ampollas, desinfectante, tijeras, esparadrapo, vendas de algodón, alcohol, crema antinflamatoria y aspirinas o paracetamol. Y crema de protección para evitar quemaduras solares.
- En los tramos de carretera, siempre por el arcén izquierdo. Si se hace el Camino en grupo, no se deben crear apelotonamientos en la calzada. La Cruz Roja realiza una gran labor en el Camino. Solicitemos su ayuda sólo en caso de necesidad.
- No es conveniente caminar por la noche, pero si se hace, se debe usar reflectantes que avisen de nuestra posición a los vehículos.
- En caso de agotamiento por calor, busquemos un lugar fresco para descansar, beber líquido e intentar recuperar los minerales perdidos (un litro de agua con una cucharadita de sal y media de bicarbonato). Si los calambres son fuertes, auméntese la cantidad de sal.
- Documentación (tarjeta de la Seguridad Social y DNI), imprescindible. No lo es tanto una guía escrita del Camino, pero son muy útiles. Si queremos la Compostelana, hagámonos con el libro de sellos o credencial del peregrino en nuestro punto de inicio del Camino.
- En lugar de dinero en efectivo, utilicemos tarjetas de crédito. Son más seguras.
- Los tapones de oidos sirven para evitar los ronquidos de los compañeros de habitación.
Estudiamos las guías del Camino de Santiago
La adquisición de guías escritas antes de emprender cualquier viaje se está convirtiendo en costumbre de muchos usuarios. CONSUMER ha analizado las que encontramos en las librerías en abril de este año. Y las conclusiones del estudio son las que siguen:
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El Camino de Santiago a Pie: El País-Aguilar. 216 págs. 2.800 ptas. Tamaño: (140 por 230 cm).
- Lo mejor: Es la más completa. Muy práctica, de diseño atractivo y con alta calidad fotográfica. Ofrece gran cantidad de detalles útiles para peregrinos, y cuenta con secciones muy interesantes, como Preparación del Viaje o Historia y Consejos Prácticos. Cada capítulo está pensado sobre los kilómetros a cubrir jornada a jornada.
- Lo peor: Lo único que se echa en falta, como complemento, son mapas de carretera. Calificación: 9 puntos. La mejor opción para quien piensa hacer el Camino. Y no es cara.
-
Guía práctica del peregrino – El Camino de Santiago: Everest. 264 págs. 2.950 pesetas. Tamaño: 160 por 280 cm.
- Lo mejor: Mapas individuales, con mucha información de fácil comprensión. Contiene perfiles de ruta para ciclistas, difíciles de encontrar en otras guías.
- Lo peor: Su gran tamaño la convierte en poco manejable, por lo que es mejor llevar las fichas reducidas donde se resume la información. Calificación: 8 puntos.
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Aeroguía del Camino de Santiago: Geo-Planeta. 384 págs. 3.400 pesetas. Tamaño: 135 por 230 cm.
- Lo mejor: Las fotografías aéreas ofrecen una perspectiva espectacular y desconocida del Camino. Las leyendas que aparecen en cada capítulo tienen un gran interés histórico.
- Lo peor: La información útil para el peregrino es menos completa que en otras guías. Es la más cara. Calificación: 6 puntos.
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Guía Repsol Galicia – Los Caminos de Santiago: Repsol. 218 páginas. 2.395 pesetas. Tamaño: 150 por 285 cm.
- Lo mejor: De fácil manejo y con un diseño muy claro y actual. Incluye una completa relación de actos lúdicos y culturales programados en Galicia para este año Xacobeo, así como una lista de servicios para el visitante a esta comunidad.
- Lo peor: Su utilidad para el peregrino es limitada, ya que no es una guía específica del Camino de Santiago, sino que va dirigida a los turistas que visitan Galicia. Calificación: 6 puntos.