Blefaroplastia / Los peligros de una dieta vegetariana en los niños / El tinte de pelo puede provocar linfoma / Comer chocolate no provoca acné / Entrevista: Josep Toro, Servicio de Psiquiatría Infantil y Juvenil

1 octubre de 2006
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Blefaroplastia / Los peligros de una dieta vegetariana en los niños / El tinte de pelo puede provocar linfoma / Comer chocolate no provoca acné / Entrevista: Josep Toro, Servicio de Psiquiatría Infantil y Juvenil

En cuatro palabras

Blefaroplastia

Quienes están pensando pasar por el quirófano para mejorar su imagen quizás deban ir familiarizándose con esta palabra algo impronunciable. De raíces griegas, es el resultado de la suma del sustantivo blepharon (párpado) y el verbo plas (modelar). Con este nombre se define la técnica destinada a remover el exceso de piel y poder manejar las bolsas grasas tanto de los párpados superiores como de los inferiores para mejorar el aspecto de ojos cansados y conseguir que se vean más jóvenes y frescos.

Quien avisa no es traidor…

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Los peligros de una dieta vegetariana en los niños

Ausencia de colesterol, grandes dosis de vitaminas y minerales… Es innegable que frutas, verduras y hortalizas son esenciales en una dieta sana y equilibrada. Pero, lejos de proporcionar salud, una alimentación exclusivamente vegetariana puede acarrear riesgos, en especial para los más pequeños, ya que no aporta los nutrientes necesarios para el organismo. La dieta vegetariana está contraindicada para niños y los adolescentes porque no cubre sus requerimientos de proteínas y puede causar un déficit en el crecimiento. Además, en la mayoría de los casos da lugar a anemia ferropénica (causada por la carencia de hierro), que provoca cansancio y fatiga que suelen traducirse en un bajo rendimiento escolar y en problemas de conducta. Una dieta sin carnes ni pescado también produce déficits de ácido fólico -esencial para la maduración de los glóbulos rojos- y de calcio, lo que puede afectar a la densidad de los huesos y causar osteoporosis.

Noticias

El tinte de pelo puede provocar linfoma

Rubio, moreno, pelirrojo… o violeta, fucsia e incluso azul. En la actualidad, la cabeza puede lucir cualquier color que se desee. Pero la moda no siempre va de la mano de la salud y los expertos alertan de que utilizar tintes para el pelo con excesiva frecuencia puede resultar perjudicial. En los años 80 se habló de la relación entre linfoma y tinte por los colorantes que se usaban, cuya formulación se cambió. Sin embargo, la relación entre cáncer y tinte de pelo continúa y un estudio del Instituto Catalán de Oncología de Barcelona señala que el 10% de los linfomas que padecen las mujeres puede estar provocado por esta causa, y que el riesgo de padecer linfoma es del 26% para quienes utilizan el tinte una vez al mes.

Comer chocolate no provoca acné

/imgs/20061001/img.despiece-salud.02.jpgVía libre para los adolescentes que quieran comer chocolate sin sufrir acné. Tras años de ser considerado como el peor enemigo de quienes querían mantenerse libres de los odiados granos, se ha demostrado que la mala prensa de este producto es injustificada, según los dermatólogos. Éstos señalan a los factores genéticos y las fluctuaciones hormonales como los verdaderos responsables del acné, hecho al que se une la ingesta de determinados alimentos entre los que destaca la leche, según un estudio de la Universidad de Harvard. Los consumidores diarios de leche, principalmente de la leche desnatada, que bebían uno o más vasos al día, desarrollan acné en un 22% más de casos que los consumidores de un vaso o menos por semana.

ENTREVISTA

Josep Toro, Servicio de Psiquiatría Infantil y Juvenil del Hospital Clínico de Barcelona

“La menstruación aparece hoy a los 12 años, cuatro antes que medio siglo atrás”

  • /imgs/20061001/img.despiece-salud.04.jpgNo se oye a los padres hablar bien de los adolescentes. ¿Tan difícil es esta etapa de la vida?
    Cada etapa de la vida tiene sus dificultades, y la principal de la adolescencia es el riesgo. Hablamos de individuos inmaduros afrontando dificultades propias de la edad madura, pero con mucha más vulnerabilidad que nosotros. No es sólo que sea más fácil equivocarse, sino que las consecuencias de la equivocación pueden hacer más daño.
  • ¿Valen de algo los discursos de padres a hijos?
    Con independencia de que sean o no eficaces, son imprescindibles. Los adultos debemos sentar pautas a nuestros hijos, hablarles a las claras de lo que pensamos que está bien y lo que no lo está, advertirles de los riesgos que entrañan determinadas conductas. Lo malo es que el empeño del grupo de amigos pesa más en los adolescentes que el de la familia o la escuela.
  • Puede que hayamos perdido los papeles.
    Puede que nos hayamos equivocado, pero no debemos por ello culpabilizarnos, ni culpabilizar a la sociedad. Hay circunstancias que escapan a todo control social. Por ejemplo, la edad de inicio de la menarquia (primer periodo menstrual) ha pasado en menos de medio siglo de los 16 a los 12 años, lo que implica decirle “ya eres una mujer” a una niña de 12 años.
  • Puede que para ella sea una buena noticia.
    Los adolescentes de ahora se sienten llamados a hacer un papel de adulto cuando su mente no está aún verdaderamente preparada para ese reto. Una cosa está clara, la estadística de conducta agresiva o antisocial y de trastornos de la conducta alimentaria es hoy mayor.
  • Lloverán consultas al especialista…
    No tanto, la adolescencia es la etapa de la vida que pasa más desapercibida a los médicos. Sólo se acude por accidentes o trastornos graves, perdiendo la oportunidad de intervenir a tiempo en muchas cosas. Por ejemplo, se sabe que el tiempo medio que transcurre entre un trastorno obsesivo-compulsivo y su identificación por parte del médico es de tres años. En todo ese tiempo habríamos podido intervenir de forma eficaz.