En mayo las plantas exigen mucha atención
Durante este mes, la actividad vegetal se encuentra en pleno apogeo. Aumentan las temperaturas y las horas de sol, trayendo como consecuencia una explosión de colores en jardines, terrazas y balcones de las casas. Estas fechas marcan la frontera que divide las floraciones de los arbustos de primavera (azaleas, lilos, forsitias, etc.) de los de verano (rosa, hortensia…). Los cuidados requeridos por las plantas son mayores.
Los macizos de flores de temporada y balconeras con sus geranios, petunias, lobelias, tagetes, etc. han de estar ya adornando los edificios. Habrá que iniciar los tratamientos preventivos de insecticidas y fungicidas que más tarde evitarán la aparición de plagas y enfermedades, por ejemplo el pulgón, oidio o la mancha negra en los rosales. El césped, por su parte, exigirá frecuentes siegas, riegos y abonados.
Aún se está a tiempo de plantar árboles, arbustos y coníferas, pero a condición de adquirirlos en contenedores. Antes del transplante, es necesario mojar bien la maceta y a la hora de plantar conviene desmelenar la cabellera de las raíces exteriores que cubren la mota de tierra del tiesto. Los riegos del primer año serán vitales para el futuro desarrollo de la planta. También se puede iniciar la planta de especies acuáticas en el estanque, aunque las plantadas en años anteriores y que han desaparecido durante el invierno estarán rebrotando. Las bulbosas de verano (dalias, gladiolos o calas) se pueden, asimismo, plantar ahora. Las matas de las bulbosas de invierno se secarán poco a poco, por lo que se pueden desenterrar para su conservación (siempre en un lugar fresco, seco y oscuro) hasta el próximo otoño.
Podar los frutales.
Si se quiere regularizar la producción de fruta este es el momento de podar en verde y del aclareo de los frutos de los melocotoneros, albaricoqueros… Los arbustos de floración primaveral como kerrias y forsitias se podarán ahora, para que vuelvan florecer en la próxima primavera. Los cítricos cultivados en maceta conviene podarlos regularmente para que se conserven compactos y armoniosos. Un despuntado general de la copa mantendrá bonita la planta, aunque inicialmente pueda dar pena eliminar unas ramas con flores o frutos del año. Durante esta época se puede disponer de un mini-huerto condimentario en el alféizar de una ventana soleada: se preparará una jardinera con plantas aromáticas como la menta (se plantará en solitario por su poder invasor), albahaca, tomillo, salvia, perejil, etc.
Lucen las rosas y las camelias.
Mayo es el mes de la rosa por excelencia; no hay que olvidarse, por tanto, de riegos, abonados, eliminación de chupones y flores marchitas si se quiere alargar esta campaña floral. Si la temperatura lo permite, se pueden sacar las plantas de interior a la terraza, evitando colocarlas en una orientación muy soleada. La instalación de un sistema de riego por goteo automático en la terraza ahorrará tiempo y dedicación, además de darnos tranquilidad durante las ausencias vacacionales.
Es también buen momento para, mediante la técnica del acodo, multiplicar plantas difíciles como las camelias y los rododendros. Este método consiste en elegir un rama bien desarrollada en la parte inferior de la planta; mediante un arqueo se enterrará la parte central de la rama elegida, dejando su extremo al aire y en posición vertical atado a una caña. En un año, la rama producirá raíces en la parte enterrada, pudiendo separarse con garantía de la planta madre. La colocación temprana de tutores a las plantas vivaces de tallo alto asegura una buena sujeción de sus largos brotes floridos; de no hacerlo se doblarán y caerán por su propio peso o por acción del viento.
Riegos: El agua mezclada con sales minerales del suelo es la sangre de las plantas, que por estas fechas corre velozmente por sus vasos conductores. El papel de este agua es fundamental. Se evitará regar en horas de máxima insolación, ya que puede provocar estrés a la planta, por los cambios bruscos de la temperatura. Las plantas aprovechan mejor el agua a primera o a última hora del día. El agua estará a temperatura ambiente y se mojará bien la tierra, y no la planta. Ya que las flores se estropearían con mayor rapidez; además, estas duchas continuas favorecen las enfermedades provocadas por hongos. La comprobación de la humedad del sustrato de cultivo mediante el tacto nos da una idea de las necesidades hídricas de las plantas. También hay unos sencillos indicadores de riego que, colocados en la superficie de las macetas mediante un cambio de color, muestran el grado de humedad del suelo.
Abonos: La actividad vegetativa de las plantas se encuentra en plena efervescencia, para que sea adecuada hay que abonar las plantas. Sobre todo, las que se encuentran en macetas con poca tierra, y por consiguiente, con pocos minerales. El mercado ofrece abonos complejos con la mayoría de minerales y oligoelementos necesarios que mantienen al césped con buen color, plantas con flor en todo su esplendor o plantas de interior de hoja en plena actividad.
Se deberán usar de forma racional los abonos para evitar carencias o excesos, sobre todo de nitrógeno (con poco no se desarrolla la planta, con mucho crece de forma desmesurada y es más proclive a plagas). Las plantas agradecerán que se respete la dosis de abonado propuesta por el fabricante. la oferta de abonos es amplia: abono líquido, barritas de abono de lenta liberación, los enriquecidos con materia orgánica, etc.
Control de plagas y enfermedades: La frenética eclosión de las plantas, unida a las condiciones medioambientales, hacen que la aparición de plagas y enfermedades sea un problema muy extendido. Las plagas más comunes son las de pulgón, mosca blanca, cochinilla, araña roja, y oruga. Y entre las enfermedades, destacan las de oidio, botritis, y mildiu o roya. El crecimiento desordenado de los nuevos brotes, el debilitamiento de la planta y la aparición de manchas son síntomas de que los bichos (plagas) o manchas (hongos) se han instalado la planta, interfiriendo en su desarrollo. Hay una amplia gama de insecticidas y fungicidas que, siguiendo las indicaciones del fabricante, controlarán o al menos atenuarán el efecto dañino. Conviene observar los síntomas, para identificar el problema y así elegir el producto fitosanitario más adecuado. No hay que olvidar la peligrosidad de estos productos, tóxicos, para personas y animales: habrá que tomar las medidas de seguridad indicadas por el fabricante.