Sin causa conocida y de tratamiento complejo
Las enfermedades infecciosas, algunas afecciones crónicas, las formas larvadas de depresión, la anemia o las hepatitis, cursan con esa sensación de debilidad física, de cansancio.
Pero no siempre el cansancio está relacionado con problemas de salud: puede ser provocado por el estrés, el exceso de trabajo, la hiperactividad, el sobreentrenamiento o los esfuerzos inhabituales.
En estos días, por otro lado, aparece la astenia primaveral, cuyo origen atribuye al cambio climático estacional. No es relevante, ya que el cansancio es leve y dura poco tiempo. Se calcula que una de cada cinco consultas ambulatorias de medicina general o interna están motivadas por la astenia.
En ocasiones, se puede identificar la causa de este cansancio y prescribir un tratamiento efectivo, aunque la mayoría de las veces la astenia cede sin tratamientos de ningún tipo una vez eliminada la causa que la ocasiona.
Cuando no es posible dar con una causa específica de la astenia, se habla de síndrome de fatiga crónica o síndrome de astenia crónica (SAC).
Este síndrome, o conjunto de síntomas, se caracteriza por un cuadro de cansancio de más de medio año de duración que produce una disminución mayor del 50% en la capacidad para realizar las labores habituales.
Es, por otro lado, un cansancio que no mejora con el reposo. Para etiquetarlo como tal síndrome, el médico habrá descartado todas las causas conocidas de astenia, tanto enfermedades orgánicas como psíquicas. Y a estos dos síntomas mayores, cansancio y disminución de la capacidad física, se suman otros menores, pero casi siempre presentes, y que por orden de mayor a menor frecuencia son: dificultad para concentrarse y déficit de memoria, dolor de cabeza, molestias faríngeas, ganglios (adenopatías) dolorosas en cuello o axilas, dolores musculares, pérdida de fuerza, fiebre de pocas décimas, dolores articulares y trastornos del sueño.
Pueden, en este síndrome de astenia crónica, aparecer también alergias, dolores abdominales, erupciones cutáneas y trastornos psíquicos, pero estos síntomas son menos frecuentes que los antes mencionados.
El SAC se presenta fundamentalmente entre los 20 y los 50 años, y afecta especialmente a mujeres, que muchas veces son diagnosticadas de depresión, anemia, o cualquier otra enfermedad que pueda explicar el cuadro.
¿Por qué la astenia?.
La causa no es conocida, aunque haya muchas teorías que intentan explicarla. La más defendida es la del origen vírico de la enfermedad; de hecho, este síndrome presenta similitudes con las patologías víricas. Además, casi siempre aparece después de un cuadro viral agudo, catarro, gripe, … pero no se ha podido demostrar nada en este sentido, ya que no se ha descubierto el virus o familia de virus responsables del SAC.
Se ha apelado asimismo, como explicación al problema, a una disfunción del sistema inmunológico. Cada año que pasa, se conoce mejor la relación entre estrés y sistema inmunológico.
Hoy se sabe, por ejemplo, que las personas estresadas experimentan, y sufren, un descenso de sus defensas, manifestando una reducción en la eficacia de su sistema inmunológico, lo que les convierte en más vulnerables a procesos infecciosos o cancerosos. En una persona estresada, con defensas bajas, una infección viral banal puede cronificarse y producir cuadros de este tipo. También se especula con que el motivo del SAC puede ser las alteraciones musculares, responsables del cansancio. Y no faltan quienes sostienen que el SAC es una enfermedad fundamentalmente psiquiátrica, y que los síntomas no son otra cosa que manifestaciones del trastorno psíquico. De hecho, casi dos terceras partes de los afectados presentan depresión leve o moderada. Ahora bien, no se puede asegurar si esta depresión es consecuencia del SAC, o realmente la causa del síndrome. Tras lo expuesto, no es difícil concluir que el SAC es, como enfermedad, una verdadera incógnita.
Es frecuente, y aun tratándose de una patología que no compromete la vida, su tendencia a la cronicidad es desesperante. Presenta mejorías y remisiones espontáneas, pero su evolución es a largo plazo y no es extraño que genere un importante grado de incapacidad física.
Sin terapia efectiva.
Se han ensayado todo tipo de medicamentos, si bien los mejores resultados se han obtenido con fármacos antidepresivos. Algunos pacientes, por su cuenta, toman Prozac, nombre comercial de la fluoxetina, medicamento al que la publicidad y ciertos usuarios famosos, primero en USA y después en nuestro país, han adjudicado poderes casi milagrosos. Lo cierto es que, en los ensayos controlados científicamente, el Prozac no ha demostrado eficacia . También se ha probado el interferón alfa, que ha dado buenos resultados en afectados de SAC que presentan alteraciones inmunológicas. Otro fármaco, la carnitina, utilizado por deportistas, se ha mostrado eficaz en algunos casos. Para los síntomas acompañantes, como dolores musculares o articulares y ganglios dolorosos, los antiinflamatorios no esteroides (AINE) se han comportado con eficacia, pero no influyen en la evolución de la enfermedad.
También se han ensayado los preparados multivitamínicos, sin que se haya visto mejora alguna en el proceso. Ya al margen de los fármacos, el papel del ejercicio físico suave como terapia para el SAC es discutido. A algunos afectados les mejora algo, pero en ensayos controlados el deporte no ha deparado resultados satisfactorios.
- El síndrome de astenia crónica es una enfermedad de causa desconocida y tratamiento complejo.
- No hay medidas preventivas y lo único que se puede aconsejar como precaución es evitar el estrés. Porque tiene efectos negativos sobre el sistema inmunológico, y es origen de muchas enfermedades.
- La astenia primaveral se atribuye al cambio climático estacional. No es relevante: el cansancio es leve y dura poco tiempo. Encontrarse cansado es habitual. No hay motivo de alarma: la mayoría de las veces se trata de una astenia coyuntural, que se supera en unos días, o semanas, sin tratamiento alguno.
- ¿Cuándo padecemos astenia crónica? Sólo cuando dura más de seis meses, reduce nuestras prestaciones físicas, y se acompaña de síntomas como: dificultad para concentrarse y déficit de memoria, dolor de cabeza, molestias faríngeas, ganglios (adenopatías) dolorosas en cuello y/o axilas, dolores musculares, pérdida de fuerza, fiebre de pocas décimas, dolores articulares y trastornos del sueño.
- Si padecemos astenia crónica, acudiremos al médico. El facultativo nos prescribirá las medidas terapéuticas ajustadas al caso.
- Se presenta fundamentalmente entre los 20 y los 50 años, y afecta más a mujeres, que frecuentemente son diagnosticadas de depresión, anemia, o cualquier otra enfermedad que pueda explicar el cuadro.