Cambiar los neumáticos

Una operación elemental de seguridad cotidiana

De los neumáticos dependen factores como el consumo, la seguridad y el confort de un vehículo
1 noviembre de 2002
Img eco listado

Una operación elemental de seguridad cotidiana

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Uno de cada seis vehículos que circulan por las carreteras españolas ruedan con un neumático que debe ser cambiado por su escasa capacidad de adherencia; una tercera parte calza las ruedas traseras en peor estado que las delanteras, lo que puede plantear situaciones de riesgo; el 73% de los neumáticos tiene la presión más baja que la recomendada, y la mitad de los coches circulan con algún neumático con la presión tan baja como para sufrir un serio percance en cualquier momento. Estos datos resultan más preocupantes, aún si cabe, con la llegada del invierno, las lluvias y el frío. Así, de los más de 77.000 accidentes que se produjeron en España en 2001 con alguna víctima, 371 tuvieron como causa principal el mal estado de los neumáticos (muy desgastados), según cifras de la Dirección General de Tráfico. De los neumáticos dependen factores como el consumo, la seguridad y el confort de un vehículo, de ahí la importancia de calzarlos siempre en buen estado. Y la llegada de la meteorología adversa acrecienta, aún más si cabe, la necesidad de revisar el estado de los neumáticos que, además, sufren durante las vacaciones veraniegas un desgaste mayor al habitual.

¿Cuándo cambiar de neumáticos?
Para elegir neumáticos hay que considerar factores como el tipo de conducción y el presupuesto disponible

Los neumáticos disponen de unos ‘testigos’ de desgaste situados en el fondo. Cuando esos testigos pueden verse a ras de superficie indican que el dibujo de la rueda ha llegado a su profundidad mínima legal, por lo que la seguridad del conductor peligra y, además, estará cometiendo una infracción del Código de Circulación.

Cuando se sobrepasa este límite el neumático pierde eficacia, por lo que las distancias necesarias para frenar serán mayores y se incrementa el riesgo de sufrir un aquaplanning (patinazo del coche, debido a menudo a que el dibujo de la rueda está tan gastado que no evacua adecuadamente el agua). Este momento para el cambio de neumáticos viene marcado por ley, pero los expertos recomiendan no esperar a llegar al límite legal (1,6 mm).

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Según la asociación Automovilistas Europeos Asociados (AEA), el reglamento de conducción también se preocupa de que el neumático esté en perfectas condiciones. Aunque la banda de rodante cumpla la normativa, hay otros factores como la deformación o los cortes que pueden motivar que a un conductor le impongan una multa. La sanción por esta infracción ronda los 91 euros, pero puede alcanzar los 150 euros. Por lo tanto, la rueda hay que cambiarla cuando disponga de alguna anomalía. Asimismo, los conductores noveles deben revisar sus neumáticos cada vez que se rozan un bordillo, pues la rueda sufre un golpe, se deforma y se exponen a ser multados. Desde la AEA se recomienda, además, acudir al taller mecánico cuando un automóvil ha estado un largo periodo de tiempo inutilizado. Según esta asociación, dejar el coche parado un año desgasta más las ruedas que conducir durante 100.000 kilómetros. Pero en cualquier caso aconsejan acudir con más frecuencia a revisar el automóvil.

A los jóvenes, desde la AEA se les aconseja que dejen de rendirse a los encantos del tunning, ya que en muchas ocasiones instalan ruedas no homologadas por los fabricantes y se juegan la multa y pierden seguridad. Hay que respetar la ficha técnica del fabricante, pues las ruedas que diseñan para cada modelo responden a una serie de leyes físicas que hay que respetar.

Desde el Real Automóvil Club de Cataluña (Racc) aseguran que no hay una época ideal para el cambio de ruedas y que cada caso es particular. Si bien que en invierno hace más frío y se requiere más adherencia a la carretera, la necesidad del buen estado del neumático es extensible a todo el año. Para cambiar de gomas el Racc recomienda considerar

el tipo de conducción, el estado del coche y el presupuesto del que se dispone. La fuente de la AEA añade otros factores a considerar, como la zona por la que se conduce o el tipo de carreteras que se utilizan con más frecuencia. No es lo mismo conducir por el norte, que por el sur, como tampoco lo es viajar por autopista que una carretera de montaña.

Por término general, y con uso normal, el cambio se suele realizar cada dos años o cada 40.000 kilómetros. Respecto al precio, se pueden encontrar modelos con óptimas prestaciones desde 42 euros a 84 euros por rueda. A partir de ahí, la gama es muy amplia. Cuando se acude al taller hay que tener claras dos cosas: el presupuesto y el tamaño de ruedas que calzamos. Si el presupuesto es más elevado de lo esperado, siempre cabe la posibilidad de cambiar dos ruedas, en vez de las cuatro. Se recomienda montar los neumáticos nuevos en el eje trasero, con el objetivo de asegurar un mejor control del vehículo en situaciones difíciles (frenada de emergencia o curva cerrada), ya que el eje delantero se controla con el volante, aunque la adherencia sea más débil y el trasero funciona mejor y se aprovecha de la adherencia de los neumáticos nuevos. En ocasiones, los deterioros de un neumático están a menudo ocultos. Si el coche vibra o tira hacia un lado puede deberse a un desperfecto de la rueda.

Consejos de mantenimiento

La utilización que se hace del vehículo y su estado determinan que un mismo juego de ruedas pueda durar entre 5.000 y 40.000 kilómetros, según el portal Todomotor. Por ello, tanto los fabricantes de ruedas como los de coches dan una serie de pautas para sacar el máximo rendimiento a los neumáticos. Una firma de neumáticos aconseja controlarlos de manera regular, y siempre antes de cada viaje. Un control periódico permite detectar y corregir las anomalías. Además, recomienda que hay que evitar los golpes contra las aceras y los baches, ya que dañan los neumáticos gravemente. El fabricante aconseja verificar la presión de inflado una vez al mes, porque unas ruedas mal hinchadas se gastan antes y además de forma irregular. Asimismo, señala que es conveniente realizar una permuta de las ruedas delanteras con las traseras cada 5.000 a 10.000 kilómetros.

El tipo de neumático que equipa de origen cada coche ha sido elegido por el fabricante para optimizar las prestaciones del vehículo. Por lo tanto, en condiciones normales, los expertos recomiendan mantener el mismo modelo. Ahora bien, es posible y recomendable cambiar de neumáticos en función del tipo de conducción, de las condiciones climáticas, del estado de las carreteras y de los recorridos. Pero no se recomienda montar cualquier modelo de neumáticos. Las ruedas del mismo eje deben tener las mismas características comerciales y técnicas. Y como no, los fabricantes de coches proponen respetar siempre las especificaciones que ellos mismos aconsejan para sus vehículos.

La medida del neumático se fija por la anchura en milímetros o perfil. Ambos parámetros permiten modificaciones. Una rueda más ancha tiene más adherencia, aunque cuenta con el inconveniente de que la resistencia al rodamiento es mayor, por lo que aumenta el desgaste y el consumo. En su contra juega también que la precisión en la conducción disminuye. Asimismo, se puede optar por diferentes composiciones en los materiales de la rueda. En términos deportivos, se habla de gomas blandas, duras o mixtas. En el caso de los turismos es igual. Las blandas se agarran más, pero se gastan antes. Por supuesto, son mejores, pero resultan más caras. Si lo que se hace es disminuir el perfil, hay más agarre, pero con el agravante de reducir el confort y la duración del neumático.