Los expertos nutricionistas de Eroski Consumer responden
Tengo tendencia a sufrir depresión y necesitaba saber cuáles son los alimentos que aumentan los niveles de serotonina
Conviene dirigir la dieta en dos aspectos importantes: reconocer y prescindir de aquellos alimentos que restan vitalidad y energía, y aumentar los alimentos que nutren las hormonas que regulan las emociones, entre ellas la serotonina. En el primer grupo se encuentran los alimentos ricos en azúcares refinados y/o en grasas, en particular grasas saturadas y grasas parcialmente hidrogenadas “grasas trans”. Conviene evitar todo tipo de azúcares, dulces y alimentos azucarados (bollería, repostería, pastelería, golosinas, chocolates, bombones, etc.). Si apetece algo dulce, se aconseja decantarse por frutas desecadas, mermeladas naturales o chocolates con alto porcentaje de cacao (70% u 82% de cacao). La serotonina es un neurotransmisor (mensajero químico) relacionado con el estado de ánimo y el buen humor, y su concentración en el cerebro es proporcional a la de triptófano en el plasma y el cerebro. El triptófano es un aminoácido esencial que se aporta a través de la alimentación para su conversión en serotonina; y en esta conversión participa también la vitamina B6. Alimentos ricos en triptófano: huevos, pescados, legumbres (soja), frutos secos, frutas (plátano, piña, aguacate). Alimentos ricos en vitamina B6: germen de trigo, pescado azul, frutos secos, etc.
La estevia está de moda y en mi casa hemos empezado a utilizarla en lugar del azúcar o de fructosa. Pero nos surge una duda: ¿es recomendable usarla reemplazando el azúcar en niños de 6 años?
Más que recomendable, es aceptable que los niños con esa edad conozcan que la estevia es una planta de la que se extrae su componente dulce y se contempla como una alternativa saludable al azúcar. Se puede cultivar estevia en casa y que los pequeños mastiquen un trozo de una hoja para que comprueben su potente sabor dulce. A partir de ahí, se les puede ofrecer productos dulces caseros como bizcochos, magdalenas, etc. en los que se ha sustituido en parte o totalmente el azúcar de la receta original.
Lo recomendable es, sin llegar a la obsesión, que los niños se acostumbren a probar sabores dulces naturales y que sean estos alimentos los que sirvan como endulzantes de otras recetas. Algunos ejemplos de alimentos naturalmente dulces que pueden formar parte de la dieta infantil son estos: frutas frescas bien maduras, frutas desecadas (ciruelas secas, uvas pasas, orejones, dátiles, higos secos… y trozos de cualquier fruta que se ha dejado secar), melaza de cereales (tiene una textura semejante a la miel) y la propia miel.
ABC de la nutrición: Permarexia
No es un trastorno en sí mismo, sino más bien una conducta de riesgo. El término se refiere a las personas que están permanentemente a dieta, o que siguen dietas cada temporada. El riesgo añadido es que la persona piensa que todo lo que come engorda y eso le lleva a probar dietas peligrosas, las conocidas “dietas milagro”. Algunos expertos creen que puede ser el paso previo a un trastorno de la conducta alimentaria como la anorexia o a la bulimia.
El momento del comer influye en el peso
Investigadores del Instituto IMDEA Alimentación, en colaboración con la Universidad de Murcia y las Universidades americanas de Harvard y Tuffs, han demostrado que el momento de la ingesta de alimentos (cronobiología) determina la eficacia de las dietas de pérdida de peso. En un estudio realizado en una muestra de 420 personas que siguieron durante 20 semanas una dieta de pérdida de peso, los investigadores demostraron que en las estrategias terapéuticas debían incluirse no solo el consumo de calorías y la distribución de macronutrientes, sino también el momento de la ingesta. “Nuestros resultados indican que los individuos que retrasan hasta tarde la comida principal del día -después de las 15:00 horas- muestran una pérdida de peso significativamente menor que los que comen más temprano”, explica Marta Garaulet, catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia y autora principal del estudio.
Consejo del mes: alimentos compatibles con las legumbres
Los platos de legumbres pasan a un segundo plano en los menús veraniegos. El consejo de este mes es atreverse a comer legumbres elaboradas y presentadas de una forma original. Con cereales integrales (arroz, cuscús, sopa de pasta…) como complemento de un plato de legumbres es de obligado cumplimiento para respetar una norma de nutrición: complementariedad proteica y mejora del perfil nutricional del menú. Con verduras de todas clases se pueden aligerar los platos de legumbres hasta conseguir unas deliciosas y apetecibles cremas frías. Algunas sugerencias: crema de lentejas al curry, de lentejas naranjas con zanahorias y puerros; crema bretona de alubias blancas y verduras. Con pescado: el recetario tradicional es reflejo de un nutrido listado de recetas en las que se combinan estos dos tipos de alimentos; las legumbres fuente de proteína vegetal y los pescados, fuente de proteína animal. Algunos ejemplos: garbanzos con bacalao o con calamares; alubias blancas con calamares y mejillones, o con setas y almejas.
Consejo del mes: ciruelas para los huesos
Frescas, turgentes, moradas, amarillas, verdes o rojizas, las ciruelas son unas de las frutas que anuncian la entrada del verano. En el compendio nutricional, son relevantes los siguientes nutrientes en las ciruelas: vitaminas (vitamina E, A, folatos), minerales como el potasio, carotenoides antioxidantes, fibra y azúcares responsables de su sabor dulce. No obstante, el aspecto más relevante de la composición de las ciruelas es su reconocido beneficio para la salud ósea. Son diversos compuestos bioactivos de las ciruelas, en particular los polifenoles que se concentran en mayor cantidad en las ciruelas pasas, los que actúan sobre los osteoblastos (células formadoras de hueso) y facilitan la mineralización ósea.
Una ración de ciruelas bien maduras se puede licuar, triturar o batir para obtener un jugo refrescante y un cóctel de antioxidantes. Un vaso de jugo tomado en el desayuno o entre horas ayuda en la depuración del organismo, nutre la piel y la protege del efecto dañino de los rayos UV.