¿Continuará Internet deparándonos grandes sorpresas?
Claro que sí. Hace 10 años estaba en una reunión con treinta especialistas considerados como los padres de Internet y se lanzó la pregunta de cuántas personas estarían conectadas a la red en 2000. Ellos contestaron que unos 10 millones, mientras que yo dije que al menos 1.000 millones de personas navegarían por Internet en 2000. Me miraron atónitos y compasivos, pensando que alguna tuerca de mi cabeza se había aflojado. Pero acerté: para finales de este año unos 1.000 millones de individuos estaremos conectados mediante la Red.
Se habla mucho del comercio electrónico. ¿Qué cifras podemos barajar sobre este nuevo modo de comprar, para hacernos una idea?
Aquí también hay previsiones para todos los gustos. Hace unos años, algunos expertos anunciaron que en 2003 el volumen de ventas del comercio electrónico sería de 327.000 millones de dólares. Me irrité y les pregunté de dónde habían sacado el pico de los 27.000 millones. Cada vez que hacemos una predicción erramos, pero yo voy a lanzar una: en 2002, el comercio electrónico supondrá, en todo el mundo, unos 2 billones de dólares. Se estima que dentro de tres años, el 50% del comercio electrónico se realizará en Estados Unidos, el 40% corresponderá a Europa, un 5% para Japón, Corea y Taiwan y el resto del mundo se repartirá el 5% restante. Pero creo que dentro de cinco años este comercio on line predominará en los países en desarrollo, sobre todo en América Latina porque si se cuenta con un mínimo de infraestructura tecnológica lo fundamental es que exista una cultura digital, intuitiva. Si tuviera 20 años menos, invertiría mi dinero en Latinoamérica. Es una gran zona donde sólo se hablan dos idiomas (español y portugués), lo que facilita el desarrollo de Internet, y la mitad de la población tiene menos de 22 años. A esto añadiría la mejora y ampliación de la infraestructura de telecomunicaciones, y que ninguno de los 50 países más pobres del mundo está en Iberoamérica. Si bailan la samba ¡cómo no van a navegar por Internet!.
¿Cómo se puede superar la marginación de los países pobres en el acceso a las nuevas tecnologías?
La diferencia no es tanto entre ricos y pobres, sino entre los que tienen acceso a Internet y los que no. La solución es proveer de acceso a la Red a quienes no cuentan con él. Y eso no quiere decir que hay que comprar un ordenador a cada niño. En algunos países de Extremo Oriente, muchas personas comparten una conexión a Internet en un café, y todos tienen su propia dirección de correo electrónico. ¿De dónde procedía el virus I Love You? De Filipinas, y no es una casualidad. Sin embargo, también hay circunstancias que ennegrecen el futuro de Internet en los países en vías de desarrollo. En África, la corrupción de los gobiernos y la pobreza actúan en contra del desarrollo, y también de la implantación de Internet. Mientras en los países del norte de Europa hay un teléfono por persona, en África sólo hay uno por cada 50 individuos. Esta escasez de equipamientos e infraestructuras de comunicación juega en su contra, pero la situación sociopolítica de ese continente es su principal lastre para el desarrollo.
¿Cuál es la situación de Internet en Europa, a fecha de hoy?
Europa la podemos dividir en tres franjas. Una es la de los países escandinavos, donde la penetración de Internet es incluso mayor que en Estados Unidos; otra es la de los países más ricos (Francia, Reino Unido, Alemania, Suiza…) y otra la de los países del sur (España, Portugal, Italia, Grecia). En estos últimos, la infraestructura no es tan buena pero mejora día a día. Y pervive la cultura del trabajo por horas, de la economía sumergida, del buscarse la vida, del no respeto sano a la autoridad… que le va como anillo al dedo a Internet y al comercio electrónico. La forma de vida latina, menos rígida, menos reglamentista y más espontánea, está más acorde con la cultura digital que la mentalidad japonesa o la alemana. El consumidor de Internet encaja bien en una sociedad con mucha economía subterránea, ya que la Red se nutre de pequeñas iniciativas a veces poco o mal organizadas y no del todo reglamentadas, de las que los más avispados se pueden aprovechar. Lo que quiere decir que se tendrá que revisar la legislación en muchos aspectos, entre otros los impuestos, tasas y aranceles. Las leyes de muchos países no están preparadas y deberán adaptarse a la economía de Internet.
¿Ve algún freno para este imparable desarrollo de Internet?
El problema más acuciante, y habrá que prevenirlo porque no está tan lejano en el tiempo, es que, como consecuencia de su gran uso, la Red llegue a congestionarse y deje de funcionar con un mínimo de rapidez y calidad. La conexión debe estar disponible en todo momento, porque si no el instrumento se volvería inútil. Hemos de evitar este colapso en las redes mejorando todo lo posible las infraestructuras de las telecomunicaciones.
¿Puede aventurar un perfil-tipo del consumidor de Internet en un futuro próximo?
Voy a darle otro de mis vaticinios que tanto sorprenden: dentro de unos cinco o diez años habrá más objetos conectados a Internet que personas, especialmente los más comunes en los hogares, los juguetes y los electrodomésticos. El consumo de juguetes es tan enorme que pronto habrá más Barbies conectadas a la Red que personas (en USA, cada niña tiene de media más de seis de estas muñecas), y las Barbies de todo el mundo se contarán sus confidencias en distintos idiomas. Las lavadoras, también conectadas a Internet, nos las regalará el fabricante, que nos cobrará por cada lavado y por la actualización de los programas informáticos que hacen funcionar al electrodoméstico. Además, los circuitos reemplazarán a los códigos de barras en los productos y les permitirán dialogar entre ellos: una camisa, por ejemplo, podrá comunicar a una lavadora el programa más adecuado para su tipo de tejido y color. Todos poseeremos entre 5.000 y 10.000 microprocesadores comunicándose entre sí, lo que dará pie a todo tipo de industrias hoy todavía inimaginables.
¿Qué opina de los hackers, o piratas informáticos?
Veo positivo que existan jóvenes autodidactas con ambiciones y que aúnan curiosidad y conocimientos. El futuro es de la juventud, y hay que pensar en los hackers como investigadores que crean y colaboran en el desarrollo de las nuevas tecnologías.
¿Qué nos dice sobre la Internet de los móviles? ¿Seguirá teniendo ventaja Europa sobre Estados Unidos en este terreno?
La ventaja que tenía Europa sobre Estados Unidos en la telefonía móvil se va a reducir porque las recientes subastas de licencias de telefonía móvil UMTS, que han reportado cuantiosas sumas de dinero a las arcas de los gobiernos europeos, repercutirán ese sobreprecio en el bolsillo del consumidor. El coste de mil dólares por usuario, que representa el desembolso realizado por las operadoras, implica directamente el fracaso de la tercera generación de esos móviles cuyo valor añadido es la posibilidad de conectarse a Internet. Así, la ventaja que Europa tenía sobre Estados Unidos en la telefonía móvil desaparecerá, y no lo hará sólo por culpa de la voracidad financiera de los gobiernos, sino también porque la tecnología en que se basa -UMTS- no está suficientemente avanzada. Otros sistemas de comunicación inalámbrica restarán posibilidades a la conocida como telefonía de tercera generación. Tanto el GPRS, sistema similar al UMTS, que permite conectarse a Internet a una velocidad mayor, como las redes Peer-to-Peer (de igual a igual) competirán con el UMTS.
¿Y qué pasará con las televisiones?
La televisión es un medio excelente para conectarse a Internet. Dentro de cinco años, convivirán la TV por cable, las plataformas digitales y las televisiones tradicionales adaptadas a los nuevos medios. Eso sí, todas ellas ofrecerán una programación muy parecida.
¿Por qué Estados Unidos es más activo que Europa a la hora de montar negocios en la “nueva economía”?
En Europa rige una mentalidad muy conservadora. Se ha impuesto la idea de no correr riesgos y de disfrutar un trabajo fijo para toda la vida; prima el valor de la seguridad. A todo esto, hay que añadir el miedo al fracaso que estigmatiza al joven que no logra sacar adelante un nuevo proyecto. Si en Europa una nueva empresa en Internet se tarda en ponerla en marcha seis meses, en Estados Unidos se hace en dos días y si el negocio no funciona, no pasa nada. Lo peor que te puede suceder si fracasas en un proyecto ambicioso y arriesgado es que hayas aprendido algo nuevo. En Estados Unidos, el entorno invita a asumir estos riesgos. Se valora mucho socialmente al que asume grandes riesgos y triunfa. Uno de los aspectos más importantes de la nueva economía es que hay que escuchar a los jóvenes y valorar sus iniciativas.