Se fuma en casi la mitad de los lugares en que está prohibido
Este Decreto, que es de cumplimiento obligatorio sin perjuicio de que se amplíe en cada comunidad autónoma (muchas cuentan con su propia normativa al respecto), establecía hace ya una década la “prohibición absoluta de fumar” en medios de transporte colectivo, centros sanitarios o docentes, zonas de la Administración Pública de atención directa al público, salas de uso público general, lectura y exposición, y en espacios cerrados, como locales comerciales, cines o teatros.
Transcurridos 10 años desde que se promulgó, se comprueba que esta normativa es poco más que papel mojado, tanto por su escasa repercusión en los hábitos y actitudes de los ciudadanos como por la casi nula acción sancionadora de la Administración ante las infracciones: en estos años (según constató esta revista) apenas se han incoado expedientes por incumplimiento de la norma que prohibe fumar en estos espacios de uso público. Volviendo al comportamiento ciudadano, los datos son elocuentes: en CAV, Navarra, Cantabria, Burgos, La Rioja, Barcelona, Comunidad Valenciana y Murcia se fuma habitualmente en casi la mitad de los lugares de donde está prohibido hacerlo. Además, es frecuente (ocurre en uno de cada tres casos) que fumen quienes trabajan en estos lugares legalmente libres de tabaco.
Así lo constata un informe de CONSUMER, cuyos técnicos han visitado en dos ocasiones (en días de gran afluencia de público) y durante cuarenta y cinco minutos cada vez, un total de 225 de estos espacios, ubicados en los doce territorios que abarca el estudio.
El incumplimiento es casi absoluto en estaciones de trenes, universidades públicas y en las sedes de la Diputación provincial o Gobierno autónomo. También destacan los centros sanitarios: en 15 de los 24 examinados había gente fumando. Los lugares más respetuosos con los no fumadores son el bus urbano (en ninguno fumaba el público, pero sí tres conductores), las oficinas del Inem (17%) y las gasolineras, aunque se fumaba también en el 17% de las visitadas, con el peligro consiguiente.
Castellón lidera el incumplimiento de la norma.
Comparando las provincias, Castellón es la que, según este informe, más incumple la ley, puesto que en casi el 67% de los lugares inspeccionados había gente fumando, con el agravante de que entre ellos figuran los dos centros sanitarios estudiados en Castellón, el hospital Gran Vía y el General. En Álava el incumplimiento alcanza casi el 60% y también había gente fumando en los dos centros sanitarios inspeccionados, el hospital Txagorritxu y la Policlínica San José. En Navarra y Alicante, el incumplimiento se dio en casi la mitad de los establecimientos (incluidos los dos hospitales de Navarra, (el de Navarra y el Virgen del Camino), y el General de Alicante. En Valencia, por su parte el incumplimiento también alcanzó el 47,5%.
Por su parte, Barcelona es el territorio más escrupuloso con la norma, ya que en sólo el 21% de los lugares públicos se fumaba, si bien uno de ellos era un hospital. En Vizcaya, Cantabria y Guipúzcoa, se ignora la ley en el 42% de los lugares, mientras que en Burgos, esta proporción se queda en un 39%, en Murcia en un 37% y en La Rioja en el 33%. Por otro lado, y volviendo a los datos generales, las señalizaciones (obligatorias) que advierten de la prohibición de fumar, existen en sólo el 76% de los lugares visitados. Y sólo en el 3% hay zonas para fumadores, a pesar de que el Decreto recomienda su habilitación.
Una situación lógica: hay razones de peso.
En uno de cada tres de estos espacios protegidos del tabaco (en el 83% de las Universidades y en el 42% de los hospitales no grandes) los empleados fuman en las instalaciones. Además, en el 82% de los lugares donde se fumaba, los profesionales de los mismos no sólo no recriminan su comportamiento a los infractores, sino que ni siquiera responden correctamente cuando los usuarios, ante la constatación de que hay alguien fumando, preguntan “si se puede fumar” en ese lugar. Y, para completar el panorama, la señalización -obligatoria por ley- que advierte de la prohibición de consumir tabaco, brilla por su ausencia en la mayoría de las estaciones de buses y en casi el 70% de las oficinas de turismo y aeropuertos. En general, en uno de cada cuatro lugares donde deben exhibirse carteles de “No fumar”, no los hay.
Los únicos que cumplen la norma son los hospitales grandes (en los de tamaño medio visitados, los únicos sin señales son el de Bilbao y el de Valencia) y los buses urbanos. Pero se constata que no hay relación directa entre el despliegue de señalización y el grado de incumplimiento de esta norma.
Tampoco se ponen las cosas fáciles a los fumadores, al no habilitarse zonas especificas para ellos. De los 225 lugares, sólo en 6 se ofrecen estas zonas. En ningún hospital, salvo en el Clinic de Barcelona se han localizado espacios para fumadores, a pesar de que el motivo que conduce a los usuarios a estos centros los convierte en escenarios propicios para el consumo de tabaco.
Se fuma en todos los lugares donde está prohibido.
Ninguno de los 15 lugares visitados en cada territorio respeta la norma. Se podría salvar el bus urbano, puesto que en los 24 examinados fue el único espacio en que no había usuarios fumando, pero en tres (dos en San Sebastián y uno en Alicante), el conductor consumía tabaco, si bien con la ventanilla abierta. La Universidad Pública y Diputación o Gobierno son las áreas donde menos se respeta la ley, ya que en el 92% de los casos se fumaba. En casi el 60% de los hospitales, está también presente el tabaco. Sólo en uno de los dos de Burgos (General Yagüe), Logroño (San Millán), San Sebastián (Virgen del Pilar), Barcelona (Sagrat Cor De LalianCa), Alicante (San Carlos) y en los dos de Valencia (La Fe y Quirón) y Murcia (Virgen de la Arixaca y San Carlos) no fumaban los usuarios ni el personal. En términos generales, y excepción hecha del bus, las gasolineras, el INEM y el museo (aunque se fuma en el 25% de los visitados), el consumo de cigarrillos es habitual en estos espacios libres de tabaco. A pesar del peligro que ello entraña, en la cuarta parte de las gasolineras visitadas en Álava, Barcelona, Murcia y Vizcaya, había clientes fumando y en la misma proporción de las de Guipúzcoa, Alicante, Castellón, Murcia y La Rioja, los empleados lucían cigarrillos encendidos. Aunque el mayor incumplimiento se detectó en las gasolineras de Castellón, en las que en el 100% de los casos los usuarios fumaban y en el 75% de las gasolineras de Valencia lo hacía el personal.
Pero si los empleados también fuman…
La mínima asunción social de esta norma se refleja en el porcentaje de empleados de estos espacios públicos que la incumple. En uno de cada tres, el personal fuma donde está prohibido. En el 83% de las universidades visitadas y de ayuntamientos, los empleados consumen tabaco en su puesto de trabajo. Había trabajadores del propio centro humeando el ambiente en cinco hospitales medianos y en tres de los grandes (Txagorritxu, en Vitoria, la Policlínica Guipuzcoana, en San Sebastián y el Gran Vía de Castellón), de los doce inspeccionados de cada tipo. Además, la actitud más común de los empleados ante el incumplimiento de esta prohibición es la “vista gorda” o el desentendimiento.
Los técnicos de CONSUMER, sin identificarse como tales, les preguntaban, al ver a personas consumiendo cigarrillos, si allí se podía fumar. Sólo en el 18% de los casos, los empleados respondieron adecuadamente. Las respuestas mayoritarias fueron un incomprensible “se puede fumar” y un muy condescendiente “como fuma todo el mundo…”.
De menor a mayor incumplimiento, una por una y tabla comparativa
La más respetuosa con la norma: sólo se fuma en el 21% de los lugares. Faltan carteles de no Fumar en sólo el 10% de los lugares. Donde menos fuma el personal (en el 16% de los espacios), y donde mejor reaccionan ante quienes lo hacen. Los usuarios fumaban en el 25% de las gasolineras.
Se fuma en el 33% de los espacios libres de tabaco. Los empleados en la tercera parte de los casos, informaron de la prohibición. En ninguno de los dos hospitales fuma el personal, pero en el pequeño lo hacen los usuarios. Ninguna zona para fumadores. El personal fuma en el 25% de las gasolineras visitadas.
La tercera ciudad más cumplidora de la ley (se fuma en el 37% de los espacios), aunque a mucha distancia de Barcelona. Nadie fumaba en los centros sanitarios. En el 25% de las gasolineras, fumaban usuarios y personal. Ninguna zona para fumadores. Donde más se vende tabaco: en casi el 60% de los lugares.
Se fuma en el 39% de locales, y en ninguno el personal informa de la prohibición. En uno de los dos hospitales, no fuma nadie; en el otro, lo hace el personal. Donde menos se indica la prohibición de fumar: faltan carteles en el 40% de los lugares visitados. Ninguna zona para fumadores. No fumaba nadie en las gasolineras.
Se fuma en el 42% de espacios públicos. El personal no informa de la prohibición en ninguno, y fuma en el 37% de los lugares. En el hospital mediano, no fuman usuarios ni empleados. En el grande, todo lo contrario. Ninguna zona para fumadores. El personal fuma en el 25% de las gasolineras visitadas. Es donde menos tabaco se vende (21% de los lugares)
Se fuma en el 42% de lugares. Y en ninguno, salvo en el hospital grande, el personal informa. En hospitales, fuman los usuarios y no el personal. Donde más consumen tabaco los empleados: en el 42% de los espacios. Ninguna zona para fumadores. No se fumaba en las gasolineras.
Se fuma en el 42% de espacios públicos. En ninguno, salvo en el instituto, el personal advierte de la prohibición. En los dos centros sanitarios, fuman los usuarios; en uno, también el personal. Donde menos fuman los empleados (21% de lugares), después de Barcelona (16%). En el 5% hay zonas para fumadores. Los usuarios fumaban en el 25% de las gasolineras.
Se fuma en casi la mitad (47,5%) de los espacios públicos. Y en ninguno informa el personal sobre la prohibición. En los dos hospitales fuman los usuarios, y en uno también el personal. Uno de cada tres lugares, sin señales de prohibido fumar. En el 5%, hay zonas para fumadores. No fumaba nadie en las gasolineras.
Se fumaba en casi la mitad de los espacios donde no se puede. Y lo hacen los trabajadores en el 26% de los casos. Fuman los usuarios en el hospital grande. Poca señalización: no la había en uno de cada cuatro lugares. El personal fuma en el 25% de las gasolineras. Ninguna zona para fumadores.
Se fuma en casi la mitad de los espacios, pero no en los hospitales. Es donde más fuman los trabajadores (en el 58% de los casos). El personal fuma en el 75% de las gasolineras. Los usuarios en ninguna. No hay señalización en uno de cada cuatro lugares. Ninguna zona para fumadores.
La segunda peor situación. En el 58% de sus lugares, se fuma. Paradójicamente, es donde más señales de prohibición hay, junto con Murcia. Los empleados fuman en el 37% de los espacios. En hospitales, fuman personal y usuarios. Ninguna zona para fumadores, aunque se vende tabaco en casi la mitad de los lugares visitados. Los usuarios fumaban en el 25% de las gasolineras.
La peor. En el 67% de los lugares libres de humo, se fuma. Y lo hacen los empleados en un 44% de estos espacios. En los hospitales fuman usuarios y personal. Los usuarios fumaban en todas las gasolineras; y en el 25%, el personal. Lo único positivo: es donde hay más zonas para fumadores (en el 17% de los espacios).
FICHA TÉCNICA
El fin de la investigación fue comprobar el grado de cumplimiento del Real Decreto 192/1988, de 4 de marzo, que prohibe fumar en determinados espacios públicos.
Se visitaron un total de 225 lugares en los que está prohibido fumar. Fueron 19 espacios en cada una de las provincias de CAV, Navarra, Cantabria, Barcelona, Valencia, Alicante y Murcia. En La Rioja, Burgos y Castellón se inspeccionaron 18 lugares, ya que carecen de aeropuerto. En cada provincia, se visitaron un hospital grande y otro pequeño, una estación de autobuses y otra de trenes, Ayuntamiento, una universidad, instituto y biblioteca públicos, la Diputación o Gobierno autónomo, una oficina del INEM y otra de Turismo, un museo provincial, el aeropuerto, cuatro gasolineras y dos autobuses urbanos de líneas diferentes.
Todos los lugares se visitaron en horas punta en ellos y en dos ocasiones distintas de diferentes días (entre el 30 de marzo y el 3 de abril), con la excepción de las gasolineras y los autobuses urbanos, que se visitaron una vez.
En cada uno de los 225 lugares, el observador permaneció 45 minutos, sin desvelar el motivo de su presencia. Visitó las zonas de acceso público (zonas de atención al público, salas de espera y de exposición, pasillos, vestíbulos etc.). En cada lugar, el observador buscó señalizaciones que prohibiesen fumar, comprobó si alguien fumaba, y anotó el comportamiento de los empleados ante el incumplimiento de la prohibición de fumar.