Alrededor de la moda se han creado infinidad de tópicos: belleza, riqueza, frivolidad, extravagancia, espectáculo. Usted, que vive y trabaja en ello, ¿cómo describiría este mundo?
Para mí la moda es una forma de expresión y de comunicación. En mi caso, como diseñadora, es una manera de trasmitir lo que siento y, bueno, hacer de una necesidad, que es vestirse, algo mejor, más “bonito”. En cuanto a lo que rodea a la moda, es igual a muchos otros mundos, que incluyen elementos negativos, envidias… La frivolidad, el glamour no es una vivencia interna dentro de la moda, casi siempre depende de los ojos con los que se mira.
Uno de los adjetivos que también se asocia con frecuencia al mundo de la moda es el de implacable. ¿Usted ha recibido codazos?
Creo que es implacable en el sentido de que con cada colección te la juegas. Tienes que cambiar pero conservando tu esencia y es muy difícil afrontar el hecho de que cada seis meses tienes que cambiar. Te da la sensación de que en el desfile lo has dado todo de ti y ya tienes que estar con lo siguiente. Para mí lo implacable es eso. Porque al resto no le presto demasiada atención.
Quizá por esto ha fijado su sede y su residencia en Bilbao, y no en Madrid y Barcelona.
Un poco sí, porque a mí el trabajo de la moda me consume muchísimo, no te lo quitas nunca de la cabeza. Por eso, he optado por vivir en Bilbao, donde sales de trabajar y puedes hacer una llamada y tomarte un vino con tus amigos… Para mí es importante, y también lo es el no estar rodeada siempre de moda, porque crea mucho estrés. Es necesario airearte para vivir tus experiencias y poder contar algo especial.
¿Hasta qué punto depende el éxito o el fracaso de un diseñador de la opinión de los críticos de moda?
Yo creo que las críticas ayudan o pueden entorpecer, pero al final lo importante es la constancia, el tener claro lo que quieres y saber moverlo como lo tienes que mover.
Y, ¿cómo se tiene que mover?
Mover en el sentido de cómo venderlo, de salir y arriesgarse a que se vea tu trabajo… En muchas ocasiones una buenísima crítica te puede dar mucho impulso y una mala crítica puede no ser tan mala si eres constante y mueves las cosas como tienes que hacerlo.
Le preguntaba antes por los “codazos”. ¿Cómo describiría las relaciones entre los diseñadores?
Bueno, yo creo que cada uno va un poco a su “bola”, pero yo no tengo especialmente malas relaciones. Creo además que vivir en Bilbao contribuye a eso. Como hace tanto tiempo que no ves a la gente, cuando te encuentras con ellos está muy bien, porque necesitas hablar, compartir…
Usted es licenciada en Bellas Artes. ¿Qué impresión le produjo la exposición de Armani en el Guggenheim de Bilbao?
Me pareció fenomenal. Todo lo creativo tiene una base artística, unos referentes artísticos. A mí me interesa mi trabajo porque me expreso a través de él. Hacer moda pura y dura no me interesa. Me interesa evolucionar, expresarme, sentir que me llena y me sorprende mi trabajo. Ésa es una de las fórmulas que te empuja a seguir en esta locura. A mí el que la sociedad entienda que hay diseñadores que han cambiado el ritmo de la forma de vestir de las personas y lo que conlleva.. me parece que es importantísimo, que Chanel liberara a las mujeres de unas limitaciones, de estar superencorsetadas, de hacer que se sintieran libres… me parece algo muy relevante, desde un punto de vista cultural, para la vida de las mujeres y de los hombres. Por ello considero que eso perfectamente se puede exhibir en un museo.
Pero de ahí a catalogar una prenda de vestir como una obra de arte…
Puede haber prendas de vestir que estén planteadas como obras de arte. Hay prendas de Lacroix y de Balenciaga que creo que tienen una sensibilidad impresionante, con una gran dosis de arte y creatividad. Pero no quiere decir que todo lo que haga Balenciaga sea arte. Es una cosa muy personal. En mi caso, yo creo que en muchas cosas doy mucho de mí, que es lo más cercano a lo artístico, pero no quiere decir que el resultado sea arte. Yo creo que la ropa es ropa y luego hay dosis de arte o de tu visión personal, de tu sinceridad…
Pero entonces, eso también podría hacer extensible a otros objetos de consumo como coches, floreros… De hecho, el Guggenheim también acogió una exposición de motos, muy polémica, por cierto.
Sí, pero bueno, hay artes mayores, artes aplicadas…. Hablo de una exposición donde se vean prendas de ropa con influencias artísticas. Se podría quedar así la definición.
¿A quién le gustaría vestir?
Pues yo tampoco soy mucho de tener esos sueños e ídolos. Puedo pensar en Lauren Bacall con ciertos trajes que estoy haciendo ahora por ejemplo, pero otro tipo de cosas no me las imaginaría con ellas. Otra cosa es si ella se lo pondría.
En muchas ocasiones se puede ver en actos públicos a celebridades que llevan el traje de un diseñador. ¿Ha pagado en alguna ocasión a algún personaje famoso para que lleve sus vestidos?
Bueno, en la moda hay de todo, al final es una forma de publicidad como cualquier otra, unos la hacen de una manera y otros de otra. Se ve muchas veces como algo exagerado o como falso cuando en realidad el mundo de la publicidad es el mismo mundo. Yo no lo he hecho, pero tampoco diré que nunca lo haría.
¿Miriam Ocáriz es clienta de Miriam Ocáriz?
Sí, sobre todo de cosas que no son muy marcadas, aunque cada vez lo soy más porque la colección es cada vez más amplia.
Y cuando Miriam Ocáriz no es clienta de Miriam Ocáriz, ¿de quién lo es?
Tengo varias cosas de unos amigos de Barcelona, hay una diseñadora francesa que también me gusta mucho… pero bueno, lo que veo que me encanta.
¿Viste siempre ropa de marca o de diseño?
Bueno, más que de marca, visto de colegas porque les sigo y me gustan.
Permítame una curiosidad, ¿qué se hace con la ropa que se usa en los desfiles?
Se vende. El concepto de un desfile es personal. En mi caso, se aleja de efectos teatrales y barrocos, es más íntimo, y también mi concepto de la ropa es más “llevable”. Aunque esto no impide que muestres un vestido muy exagerado y luego se produzca una versión más real, o se puede extraer sólo el pantalón o sólo la chaqueta de varios modelos…hay adaptaciones. Algunas prendas que mostramos no las podemos vender, pero no porque no queramos, sino porque no las podemos producir, porque no tenemos medios y sale carísimo…hay que tener en cuenta que uno en un desfile presenta su sueño, su ideal.
¿Cuál es el proceso que se sigue para la organización de un desfile?
Un desfile es la guinda de un trabajo de seis meses de mucha gente. Empiezas una colección de cero y tienes que hacer todos los patrones, cortar los tejidos, vas construyendo una colección a la vez que el muestrario con el que vender. Me planteo cosas y voy componiendo, voy sacando fotos con mezclas que me dan ideas hasta que llegas a 45 diseños para el desfile, 45 imágenes completas, aunque en el muestrario hay más, por lo menos 90 prendas. Luego hay un casting para las modelos un mes antes y después es todo muy rápido.
A las chicas las ves en una pantalla y llegan el día anterior al desfile, y tienes cuatro salidas, 45 prendas y 18 chicas, de las que diez salen tres veces. Un desfile con 45 salidas dura alrededor de 13 minutos y las chicas se cambian tres veces de ropa en 15 minutos, con lo cual es una locura impresionante. Tienes que mostrar seis meses de mucho trabajo en 13 minutos. Te crea mucho estrés. Yo siempre estoy dentro, nunca he visto un desfile y nunca lo veré. Hay mucha tensión.
Se acaban esos 13 minutos, ¿qué hace usted?
Te quedas paralizada, no sabes si reír si llorar… es una sensación entre alivio y bajón. Fíjate, yo tengo el desfile en Cibeles el miércoles a las 12:30h y el jueves a las 08:00h de la mañana cojo un vuelo a París a comprar tejidos para la próxima edición. Y se supone que para comprar tejidos ya tienes que haber tenido algo pensado ya.
Muchas personas ajenas al mundo de la moda observan los modelos que aparecen y se preguntan qué reflejo tiene en el consumo habitual, en qué influyen.
Es un proceso cada vez más rápido, antes era mucho más lento, lo que se veía en los desfiles de Balenciaga y los primeros creadores era a lo que podían llegar muy pocas personas y luego eso ha ido creando un proceso de la moda. Las personas deseaban eso que veían y al principio modistas copiaban los patrones de los creadores… hasta que llegaba a los mercados más fáciles de acceder y a la sociedad en general. Entonces mientras todo este proceso se creaba se iban creando las mismas siluetas, los estilos eran más largos..ahora es una locura en la que todo va muy rápido.
¿Cuál es su prenda favorita?
La americana.
¿Por qué?
Porque dice muchas cosas, es la imagen de Saint-Laurent de la primera mujer vestida de esmóquin, con la camisa blanca y es una de las imágenes que más me gustan, también es el símbolo del cambio de Chanel de liberar a las mujeres. Para mí es una prenda ultrafemenina.
¿El tejido que más le agrada?
La lana fría, que es una lana de verano con seda.
Un color.
El rosa chicle
Un complemento.
Zapatos.
¿Es usted fetichista?
Con los zapatos sí, me encantan
Hablando de fetiches, ¿por qué esa fascinación suya por los lazos?
Pon un lazo en tu vida, esto lo tengo clarísimo. Es un trozo de tela que tiene muchos significados y que a la vez habla de la infancia, de las convenciones, la elegancia… y me gusta trabajarlo de muchas maneras.
Por lo que veo, le da usted importancia a la carga simbólica de las prendas
Sí, intento jugar con todos los matices que tengan significados
¿Qué hace falta para vestir bien?
Conocimiento, personalidad y sensibilidad en todos los aspectos.
¿Y dinero?
Algo sí. Depende. Se puede vestir muy bien con poco dinero. Hay gente que viste muchas cosas de rastro, con las de su madre… y queda estupendo. Obviamente, con dinero es más fácil.
Para vestir de Miriam Ocáriz sí hace falta dinero.
Sí, por supuesto que sí. Pero hay muchas personas que pueden vestir de marca y no tener estilo.
¿Le gustaría que sus prendas llegaran al gran público, que bajara su precio y que fueran más accesibles?
Eso lo intentas constantemente, pero partes de unos tejidos, unos conceptos y unas premisas que no hacen que la prenda vaya a salir barata. Se tratar de hacer otra línea diferente, distinta y a mí eso me parece que está bien. Lo que me interesa es evolucionar, investigar… y eso cuesta un dinero y al final es también lo que la gente paga, que hagas cuatro patrones, cuatro pruebas… y que el resultado no sea un churro, sino al contrario.
Precisamente, los que venden como churros, como Inditex, H&M… ¿considera que han democratizado la moda?
Sí, desde luego
¿Y le parece positivo?
Considero positivo que haya modas democráticas, lo que no considero positivo muchas veces es la forma en la que se llega a ellas.
¿A qué se refiere?
Hay ciertas empresas que sacan versiones superajustadas a ideas nuevas antes que el propio creador o, por lo menos a la vez. Para mí se crea mucha confusión porque tú no estás haciendo una buena moda con tus ideas, estás fusilando a otros… Cuando alguien compra a un diseñador está comprando exclusividad y eso se puede trasladar a todo, hasta a la alimentación, en una tienda pequeñita se paga mucho más. Es tu necesidad de salirte de los monopolios, es estar en la sociedad pero sentirte diferente, desarrollarte y reafirmarte.
Dos temas que han marcado la polémica respecto a la moda han sido el peso de las modelos y las medidas tomadas por la Administración respecto al tallaje de las prendas. ¿Qué opinión le merecen?
El tema de la unificación de las tallas me parece genial. Yo cuando pruebo la colección lo hago primero con una chica que se adecua a la media, y luego ya preparo la prenda para el desfile, porque soy consciente de que las chicas de la pasarela, ya para empezar, tienen una estatura muy superior a la media. Eso lo hacen todos. De todas formas, no se debe olvidar que hay distintos tipos de cuerpo, aunque las medidas sean las mismas.
Lo que se ha denunciado son los saltos de tallas, que una persona con una 44 con una marca determinada es una 38 en otra
También dicen que al lado de la talla se debería especificar cómo hay que llevar la prenda porque hay cosas de punto que pueden ser más rectas, más holgado… también nos tendrían que dar medidas de brazo…
¿Hasta qué punto se puede responsabilizar a la moda y a la imagen que se trasmite con esos desfiles de la obsesión por la delgadez y la extensión de enfermedades como la anorexia y la bulimia?
Es que las modelos siempre han sido delgadas, que no escuálidas. Son profesionales que tienen que interpretar la ropa de uno, de otro y de otro.. y eso es lo primero que valoramos los diseñadores: su estética, imagen, forma de andar… Una modelo puede potenciar mucho tu imagen y llevarla con mucho peso y dignidad, pero también te la puede hundir. Por eso interesa una persona en principio vital, inteligente, que tenga unos matices de actriz porque tiene que saber interpretar y que tenga un cuerpo. Eso unido es una modelo.