Cámaras de móviles, usos limitados
El 85% de los teléfonos móviles incorporan ya una cámara fotográfica. Estas minicámaras han evolucionado desde su nacimiento en 1997 casi tanto como los propios aparatos que las incorporan, y se encuentran lejos de sus primeras y rudimentarias versiones, que apenas permitían distinguir lo retratado. Su éxito ha sido tal que en los concierto de rock no brillan ya los mecheros encendidos, sino las pantallas de sus móviles mientras registran la imagen. Pero están lejos aún de suplir a las cámaras fotográficas digitales. Si se quiere una buena fotografía, todavía hace falta llevar “la digital” encima.
Los modelos actuales de móvil disponen de cámaras con una calidad cada vez más aceptable, en ocasiones de más de 2 megapíxeles. Si bien con 3 megapíxeles se entiende que es posible sacar una foto con calidad de impresión (para “revelar” a 13x11cm, por ejemplo), hay que recordar que los “píxeles” no lo son todo: estas cámaras adolecen de una óptica muy pobre que no puede rivalizar con la de sus “hermanas mayores”. Eso sí, pueden sacar imágenes con una calidad suficiente para verlas después en el ordenador, compartirlas con familiares y amigos por email o mensajes multimedia (los sucesores de los SMS, los MMS) o incluso imprimirlas en papel si no se es demasiado exigente. Su uso lo marca la oportunidad, no su calidad.
Otros avances que ofrecen estas cámaras son la capacidad de grabar vídeos por un corto espacio de tiempo (unos segundos o, como mucho, minutos) con una calidad suficiente como para poder colgarlos en sitios web como Youtube. Para ello necesitan una capacidad de memoria notable, que se consigue generalmente mediante tarjetas de memoria externa (como las de las cámaras digitales convencionales). Una generosa tarjeta de memoria (las hay de uno o dos “gigas”) también permitirá guardar juegos o programas o canciones en formato MP3.
Mejoras engañosas
Un avance engañoso es el del zoom digital, un sistema para acercarse al objeto retratado mediante un ardid que empeora la calidad de la imagen, a diferencia del zoom óptico, que lo hace sin merma de resolución. La calidad de estas cámaras ya es deficiente de por sí como para perder más nitidez por usar el zoom digital. Si el usuario quiere acercar la imagen, es preferible editarla posteriormente en el ordenador con una aplicación como Photoshop, Picasa o iPhoto. Los flashes de estas cámaras también tienen mucho que mejorar. La mayoría de las cámaras ni los incluyen, y las que cuentan con ellos ofrecen una potencia escasa. Por ello, se recomienda sacar las fotos en entornos muy bien iluminados.
Los últimos avances en lentes ultradelgadas (en las que “cabe” un zoom óptico) y en luces LED (con un menor consumo y que ofrecerán flashes potentes) permiten augurar que la calidad de estos dispositivos seguirá aumentando exponencialmente. No está lejos el día en que millones de usuarios lleven en su bolsillo una cámara de foto y vídeo con una calidad equiparable, si no superior, a las digitales actuales. ¿Lo negativo? La multiplicación de ojos electrónicos alarma a los que se preocupan por su intimidad, ya que cualquiera, en cualquier lugar, puede estar tomando imágenes, con el problema para la privacidad que ello implica.
Inmortalizar a los amigos en situaciones embarazosas es uno de los usos más comunes de las cámaras de los teléfonos móviles. Pero hay muchas otras posibilidades:
- Recordar dónde está el coche en el aparcamiento. Una foto a la columna con el número y listo.
- Documentar los daños en un accidente de tráfico, tanto del coche contrario como del propio. Una foto de la matrícula del contrario tampoco viene mal.
- Tomar fotos de los platos en los restaurantes, bien sea para utilizar las ideas en una cena en casa, o para dar envidia a los que no estaban en el ágape.
- Tomarse fotos cuando se consigue el corte de pelo perfecto. En unas semanas se le podrá enseñar la foto al peluquero y decir “lo quiero otra vez así”
- En lugar de anotar los teléfonos de los carteles, por ejemplo, cuando se busca piso, fotografiarlos.
- Hacer una lista de la compra tomando fotos de lo que hace falta.
- Tomar una foto del sitio donde están las llaves para enseñársela a la persona que las tiene que recoger. Es más sencillo que explicar “en el aparador de la izquierda, al lado del jarrón…”
- Tomar muchas fotografías: Con la actual capacidad de almacenamiento, no hay problema para tomar muchas fotografías y luego desechar las indeseadas. Como la tecnología en estos dispositivos es menos precisa que en las cámaras digitales convencionales, cuantas más imágenes se capturen mayor será la posibilidad de tomar una buena.
- Acercarse al objetivo: Muchas cámaras de móvil no tienen zoom (o sólo ofrecen uno digital, que es incluso peor), por lo que si se toman las fotografías desde lejos perderán mucha calidad además de distraer el objetivo con los elementos de fondo. Es mejor acercarse al objetivo tanto como sea posible, sobre todo en los retratos: así se consigue una imagen más nítida.
- Disparar la cámara a la altura de los ojos: Es la manera de conseguir la imagen de modo más preciso y enfocado, sobre todo en retratos. Si se toman fotografías a niños o mascotas, habrá que agacharse, aunque tomándolas desde arriba también se podrá conseguir un efecto interesante. Otro truco para conseguir un enfoque óptimo es procurar disparar siempre con el brazo en ángulo recto, aunque para ello haya que subirse encima de algún objeto o agacharse.
- Tener en cuenta la luz: Los métodos de iluminación de las cámaras de los móviles todavía no son los bastante potentes, pero, acompañados de una buena iluminación ambiental, pueden conseguir una imagen aceptable. Lo mejor será buscar, siempre que se pueda, lugares profusamente iluminados.
- Utilizar un fondo liso: Los fondos lisos eliminan los objetos de fondo que puedan distraer la atención del objetivo, además de resaltar más los contornos de la imagen.
- Ajustar la resolución a un nivel alto: Muchos teléfonos con cámara permiten elegir el tamaño de las fotografías. Suelen ofrecer ajustes bajo, medio y alto para la resolución . Cuanto más elevado sea el ajuste, mejor será la calidad. Hay que definir el ajuste más elevado para obtener fotografías de calidad óptima. La diferencia no se percibirá en la pantalla del teléfono, pero sí se notará cuando se imprima o en una pantalla de ordenador.