Esquiar

Llegó la temporada blanca

Los fines de semana, las semanas blancas y los próximos carnavales son el momento propicio para que los aficionados a los deportes de invierno desempolven sus útiles (botas, esquíes, ropa de abrigo específica) guardados durante el verano y "tomen" las estaciones de esquí.
1 febrero de 1999

Llegó la temporada blanca

De cualquier modo, las posibilidades lúdicas no siempre están en las pistas de esquí. Piscinas climatizadas, alquiler de bicicletas o trineos, pistas de patinaje, discotecas, centros termales, cines…, las estaciones no reparan en gastos para atraer al aficionado y para que éste se lo pase bien incluso cuando al caer la tarde se cierran las pistas.

En solitario, en familia o con un grupo de amigos, el abanico de opciones es muy amplio. Las estaciones españolas recibieron durante 1997 cerca de cinco millones de visitas que fundamentalmente se dedicaron a disfrutar del esquí alpino.

España ofrece 28 estaciones y 709 pistas balizadas por las que deslizarse a lo largo de un total de 767 kilómetros. Los aficionados al esquí de fondo cuentan, por su parte, con circuitos específicos en 15 estaciones convencionales y de otras 17 específicas de la especialidad nórdica, que suman más de 450 kilómetros balizados, más seguros que los (también esquiables, para expertos) que transcurren por nieve virgen.

Andorra, con 5 estaciones, y Francia, con más de 300, amplían la oferta blanca, y son destinos habituales, ya al otro lado de los Pirineos, de algunos esquiadores. Telesillas, telesquís y telecabinas posibilitan a los esquiadores el acceso a las pistas. El precio de los forfait diarios de las 40 estaciones de esquí alpino incluidas en este informe oscila entre las 1.900 pesetas de Leitariegos (León) y las 4.400 pesetas que se deben abonar en Baqueira-Beret. Las agencias de viajes ofrecen “paquetes” que incluyen traslado, alojamiento y forfait para varios días.

Aunque los precios son siempre elevados (el esquí es un deporte poco asequible para las economías muy modestas), varían mucho según la estación y el tipo de alojamiento. Es posible disfrutar de un fin de semana “blanco” desde unas 20.000 pesetas por persona en concepto de transporte, alojamiento y remontes mecánicos.

Material, ropa y complementos son otros gastos a añadir. Pero el equipo no está completo sin un buen seguro. Porque el esquí, a pesar de ser un deporte aconsejable para nuestra salud, provoca lesiones con relativa facilidad. La Tarjeta de Federado de la Federación Española de Deportes de Invierno (FEDI) cuesta 6.000 pesetas al año y ofrece cobertura mundial en caso de accidente, y continuidad del tratamiento en caso de que resulte necesario. Los esquiadores eventuales también pueden contratar seguros de uno o más días. El precio oscila entre 250 y 2.600 pesetas, según duración y país de destino. Por otro lado, lo más aconsejable a la hora de iniciarse en el esquí es apuntarse a un cursillo impartido por profesionales, si bien es recomendable, incluso para los ya veteranos en estas lides y especialmente en el inicio de la temporada, tomar algunas clases de perfeccionamiento.

El mundo blanco del esquí alpino.

Los centros invernales más importantes, por dominio esquiable, de los recogidos en este informe son St. Lary-Soulan (Pirineo francés), Pas de la Casa-Grau Roig (Andorra) y Baqueira-Beret (Pirineo Catalán), con 100, 88 y 77 kilómetros de pistas respectivamente. Las estaciones catalana (4.400 pesetas) y andorrana (4.100 pesetas), junto con Formigal (4.000 pesetas, en el Pirineo Aragonés) son también las más caras, en los forfaits diarios de adultos.

Aunque si tenemos en cuenta el número de remontes y los kilómetros de pistas, esquiar en cualquiera de ellas resulta más barato que hacerlo en Leitariegos (león), cuyo forfait cuesta sólo 1.900 pesetas pero que cuenta únicamente con 6 remontes y poco más de 5 kilómetros de pistas. Algunas estaciones establecen los precios según la edad del usuario.

Los niños menores de 12 años y los adultos de más de 65 años se benefician de descuentos de hasta el 50%. Los menores de 4 a 6 años no pagan en algunas estaciones. También se reducen las tarifas si sólo se va a esquiar media jornada o si se adquieren bonos de varios días.

Cerler, Panticosa, Baqueira, Espot y Sierra Nevada, en España; Arinsal, en Andorra, y Cauterets, en Francia, son estaciones apropiadas para los más expertos y, sobre todo, para los amantes de la velocidad. Esta circunstancia viene dada por los más de 1.000 metros de desnivel entre sus cotas máxima y mínima. Principiantes y esquiadores tranquilos encuentran pistas adecuadas en estaciones con apenas 400 metros de desnivel, como Cabeza de Manzaneda, Leitariegos, Vall de Nuria o Alto Campoo.

La altitud a la que se encuentran las estaciones es fundamental a la hora de asegurar la presencia de nieve. Si la nieve escasea, los cañones se ocupan de producirla artificialmente. Font Romeu-Pirénées 2.000, con 460 cañones; Baqueira-Beret con 357, y Pas de la Casa con 323, son las estaciones con más cañones de nieve y, por tanto, de kilómetros de pistas de innivación producida.

Otros deportes blancos.

También conocido como “surf de nieve”, el snowboard es el deporte de invierno de moda entre los más jóvenes. Aunque comparten pistas con los esquiadores, algunas estaciones, como San Isidro, Astún, Baqueira, Sierra Nevada o Pas de la Casa cuentan con pistas de half-pipe exclusivas para estos surferos de la nieve.

El esquí nórdico o de fondo es otra alternativa, económica (no hay que pagar por los remontes, ya que no se usan) y más relajada. Esta modalidad está hecha a la medida de quienes buscan un deporte tranquilo y seguro, lejos de la masificación y bullicio de las estaciones de esquí ; y de las colas que padecen quienes toman los remontes mecánicos para subir a las pistas.

Cualquier persona con unas mínimas condiciones físicas puede practicar el esquí de fondo, ya que se trata de una disciplina con un índice de lesiones muy bajo, si bien aúna coordinación, reflejos y esfuerzo aeróbico. Aunque se trata de una especialidad más implantada en países escandinavos y centroeuropeos, aumenta entre nosotros el número de aficionados que se deslizan por los cerca de 456 kilómetros de pistas nórdicas balizadas que hay en el territorio estatal.

Los mayores circuitos de fondo se encuentran en Candanchú (Huesca) y Sant Joan de L’Erm (Lleida), con 35 kilómetros cada una, en Cerler y Llanos del Hospital (Huesca) y Aransa (Lérida), con 30 kilómetros. En Navarra, Belagua y Abodi disponen de circuitos de 24 y 25 kilómetros, respectivamente.

Más vale prevenir.

Aprender la técnica es esencial en un deporte como el esquí, en el que abundan los accidentes y las lesiones. Quienes prefieren “pasar” de la inevitable disciplina que conlleva el aprendizaje suelen arrepentirse, ya que, aunque a base de intentarlo por sus propios medios, uno consigue esquiar con cierto nivel, siempre arrastrará consigo deficiencias técnicas que le impiden mejorar en sus prestaciones y le restan seguridad, especialmente en los trances difíciles (tormentas, pistas complicadas, pérdidas, …) con que, antes o después, se encuentra el esquiador.

Aunque lo habitual es recibir las primeras clases de amigos ya iniciados en el deporte blanco, la opción más aconsejable es apuntarse a un cursillo impartido por profesionales especializados. En todas las estaciones hay escuelas de esquí, suficientemente dotadas de recursos humanos y pedagógicos para atender a las necesidades de los esquiadores. Las clases pueden ser particulares o colectivas. Es el usuario quien elige: si no se es muy hábil, lo mejor es comenzar con al menos un par de clases individuales. Sale caro, pero compensa. Una hora de cursillo individual cuesta entre 3.500 y 4.000 pesetas, mientras que una clase colectiva de dos horas puede conseguirse desde 1.900 pesetas por persona. La opción más provechosa, siempre que podamos, es dedicar una semana completa al aprendizaje.

Un cursillo colectivo de 15 horas repartidas en 5 días cuesta entre 8.000 y 15.000 pesetas (entre 500 y 1.000 ptas./hora), según la estación. Los precios son aplicables tanto al esquí alpino como al nórdico o al snowboard. Y los cursos son aconsejables en los tres casos, si bien el esquí nórdico resulta más sencillo de aprender. No olvidemos que, con frecuencia, las carencias técnicas se pagan con lesiones.

El equipo blanco.

El coste de un equipo de esquí varía mucho. Hay género para todos los gustos y niveles. Entre botas, tablas, fijaciones y bastones, equiparse para el esquí alpino puede salir entre 55.000 y 185.000 pesetas. El desembolso se sitúa entre 50.000 y 100.000 pesetas para los amantes del snowboard, y a partir de 30.000 pesetas si se practica esquí de fondo. A la hora de comprar unos esquís, lo más importante es considerar nuestro nivel como esquiadores y el uso que se va a dar a las tablas. Las de los principiantes deben ser ligeras, dóciles y manejables. Al elegir unas fijaciones (que sujetan las botas a las tablas) el peso, la edad, la preparación física y el nivel de esquí del usuario, además de la disponibilidad económica, claro está, son los factores a tener en cuenta.

En la elección de las botas son fundamentales la comodidad al calzarlas, la rigidez lateral, la elasticidad frontal y una correcta sujeción al pie y al tobillo. Todo este material se puede alquilar en las propias estaciones, lo que es muy recomendable para los principiantes, dado el elevado coste de su compra.

El alquiler por un día de un equipo completo de esquí cuesta entre 1.200 y 2.500 pesetas. También se ha puesto de moda el mercado de segunda mano, que opera mucho entre los clubes y las federaciones. La ropa de abrigo ha de comprarse o pedirse prestada, dado que no se alquila. La indumentaria debe resistir al frío, retener el calor corporal y resultar cómoda para el usuario. Además, conviene que el anorak y el pantalón sean transpirables e impermeables. Las gafas de sol son esenciales, ya que la nieve refleja el 85% de la radiación que recibe.

También es interesante hacerse con gafas especiales de ventisca: las de sol resultan inútiles para el mal tiempo, ya que se empañan y permiten que se cuele la nieve entre los ojos con lo que se reduce mucho la visión, con la consiguiente pérdida de seguridad y de comodidad y calidad en el descenso. Guantes, gafas y ropa pueden costar, conjuntamente, entre 35.000 y 125.000 pesetas.

La seguridad obliga a respetar ciertas normas
  • Extreme la precaución, y respete a los demás esquiadores. Los más torpes también tienen derecho a practicar. Todos lo fuimos algún día. Y nos gustaba encontrarnos con esquiadores expertos que respetaban a los novatos y eran considerados con sus limitaciones
  • No esquíe por encima de sus posibilidades. Infórmese de la dificultad de las pistas por las que transita. Lleve siempre encima el plano de pistas, y consúltelo antes de tomar un remonte por primera vez. Evitará disgustos y preocupaciones
  • Mire en todas direcciones antes de cruzar o incorporarse a una pista
  • Deje un espacio de seguridad cuando vaya a adelantar a otro esquiador
  • Evite detenerse en el centro de una pista o en lugares estrechos o sin visibilidad. En caso de caída, deje libre la pista cuanto antes
  • Si se ve en la obligación de ascender o descender a pie, hágalo por el lateral de la pista
  • Respete las señalizaciones e indicaciones, tanto de los carteles y señales de pistas como de los empleados de la estación
  • En caso de accidente, ayude siempre (con precaución, puede ser atropellado por otro esquiador) al necesitado
  • Comunique a los responsables posibles causas de accidentes que perciba en las pistas
  • Evite competir, hacer piruetas o correr riesgos en zonas no aptas para ello. No sólo está en juego su seguridad, también lo está la de los demás esquiadores.
  • Respete la naturaleza. Una estación de esquí es un entorno privilegiado, procure que el impacto medioambiental de su actividad como deportista y usuario sea el menor posible.

Un deporte saludable, si se practica con precaución

El esquí es un ejercicio completo. Y se practica en un ambiente saludable, lo que reporta beneficios para la salud tanto física como para el bienestar psicológico. Sin embargo, es un deporte en el que se producen lesiones y accidentes debido al medio en que se desarrolla, una superficie inclinada y deslizante, al clima frío, al entorno y al material específico que se utiliza.

Beneficios para la salud

  • La altura a la que se practica el esquí, en torno a los 2.000 metros, incrementa el número de glóbulos rojos y blancos, lo que supone un aumento de las defensas del organismo
  • El aire puro de la montaña contribuye a la oxigenación del organismo
  • El sol fomenta la producción de vitamina D y, en consecuencia, previene el raquitismo y la osteoporosis. Sin embargo hay que tener precaución para evitar quemaduras.
  • La acción del calor y el frío activa las capas vasculares de la epidermis, facilitando su descongestión y actuando como regenerador epitelial.
  • El esquí de fondo aumenta la resistencia física y mejora el rendimiento cardiovascular.

Lesiones más comunes

  • Rodilla: Es la parte más vulnerable al estar continuamente flexionada y por realizar cambios bruscos de dirección. Un 87% de las lesiones son torceduras de menisco y ligamentos.
  • Pulgar: Esguinces al caer llevando el bastón enganchado. Tendinitis y artritis en la parte interna de los pulgares debido a la presión que ejercen los dedos sobre los palos.
  • Cabeza: Por golpes al caer o colisionar. Un 33% de las lesiones son heridas, y un 28% contusiones.
  • Espalda: Dolores por sobrecarga. Un 38% de las lesiones son luxaciones.
  • Codo: Tendinitis por sobrecarga.

Objetivo: evitar los accidentes

  • Realice un calentamiento previo
  • Adapte su velocidad y forma de esquiar a sus posibilidades, así como a las condiciones generales del terreno, de la nieve, del tiempo y a lo concurridas que estén las pistas.
  • No esquíe en solitario, ni fuera de las pistas o en tramos cerrados.
  • Inscríbase en un cursillo para aprender bien los fundamentos técnicos. Evitará adquirir “vicios” que aumentan el riesgo de lesiones. Una flexión incorrecta de las rodillas puede originar esguince de ligamentos.
  • Elija el equipo según su nivel como esquiador, su estatura y peso. Manténgalo en buen estado. Si es principiante, alquile el material.
  • Lleve ropa cómoda y específica de este deporte.
  • Proteja su piel y sus ojos del sol y del viento. Utilice cremas de alto factor de protección y gafas de sol, incluso en los días nublados.
  • Coma adecuadamente. Una dieta rica en azúcares e hidratos de carbono le aportará suficiente energía y le prevendrá de agujetas y calambres. Ingiera muchos líquidos.
  • Descanse lo suficiente para recuperar las energías perdidas.
  • El alcohol está desaconsejado, pues aunque provoca un calentamiento momentáneo, perjudica el metabolismo muscular, inhibe los reflejos y disminuye la capacidad de reacción.