Todas las partes de nuestro cuerpo son importantes, pero las extremidades superiores (brazos y manos)son nuestras principales herramientas, y su integridad deviene fundamental para realizar las más elementales actividades de nuestra vida cotidiana.
Las afecciones de tipo degenerativo o inflamatorio de codo y muñeca son más bien raras
Las afecciones de tipo degenerativo o inflamatorio de codo y muñeca son más bien raras. Pero son frecuentes a nivel de hombro, una articulación que permite una gran movilidad en todos los sentidos, con poco contacto entre las superficies articulares pero bien reforzada con una cápsula que la amortaja, y con gran profusión de músculos y tendones que la envuelven y que al tiempo que movilizan el brazo y antebrazo la refuerzan y protegen.
El hombro doloroso es un cuadro clínico caracterizado por dolor y limitación, más o menos acusada, de la movilidad del hombro. Se trata de un problema que cada día motiva más consultas: afecta hoy a entre un 4% y un 7% de la población, siendo más frecuente en los hombres. Su comienzo suele ser insidioso y lento: el dolor surge tras algunos movimientos concretos o bien por la noche. Las molestias iniciales pueden ser tan leves que no se les conceda mayor importancia, hasta que un día el dolor se agudiza o se hace más acusada la limitación de la movilidad.
Bolsa de guisantes congelada, sobre la zona dolorida
Las causas del hombro doloroso pueden ser muy diversas (tenemos muchas estructuras óseas, musculares y tendinosas), pero las más frecuentes son las lesiones del tendón del músculo supraespinoso, la tendinitis de la porción larga del biceps, y el llamado síndrome subacromial.
El tendón del supraespinoso, junto con los tendones del infraespinoso y redondo menor, forma el denominado manguito de los rotadores, una estructura que protege a la articulación y que se lesiona con frecuencia. Cuando el brazo se eleva por encima del plano del hombro, esta estructura tendinosa tiende a rozar contra el borde inferior del acromion que se sitúa justo por encima, lo que es causa de inflamaciones, desgarros e incluso roturas. Son muy propensos a esta lesión los nadadores y quienes realizan trabajos que obligan a tener los brazos por encima de los hombros. El dolor aparece cuando se intenta levantar el brazo. Por las noches, el dolor incluso impide adoptar posiciones cómodas para dormir. Lo habitual es que el brazo se pueda utilizar si no se eleva por encima del hombro.
El diagnóstico de la afección no plantea dificultades, pero el tratamiento sí puede presentar problemas. El reposo es la clave: durante una o dos semanas, habremos de procurar el reposo de la articulación y aplicar hielo dos veces al día en la zona dolorida. Una buena forma de aplicar el frío es con una bolsa de guisantes congelados, ya que se adapta perfectamente a la superficie del hombro; después de usada, se mete al congelador hasta la próxima aplicación.
Si el dolor es persistente y molesto, se puede recurrir a la toma de antiinflamatorios por vía oral durante dos o tres semanas. Si el cuadro no se resuelve tras este tratamiento, puede probarse con la infiltración local con corticoides, pero siempre como último remedio y asesorados por expertos, pues se corre el riesgo de infiltrar el tendón.
Esta tendinitis del suparespinoso es la causa más frecuente de hombro doloroso en personas de 15 a 35 años, y también hasta los 50 años, mientras que en los mayores de esta edad el origen más frecuente de la lesión es el síndrome subacromial.
Otro tipo de afección
El síndrome subacromial está muy relacionado con la tendinitis del supraespinoso y el manguito de los rotadores. La bolsa subacromial está entre el manguito de los rotadores y el acromion, y desempeña la función de almohadillaje y lubricante; si se inflama, aumenta su tamaño y se crea un conflicto de espacio para el paso de los tendones, además de que una bolsa serosa inflamada resulta muy dolorosa. El dolor se localiza en la parte más alta del hombro y se alivia colocando el brazo adosado al cuerpo y sujetándolo con el otro brazo. Hay dolor intenso al palparse el brode acromial. Esta lesión se da con frecuencia en jugadores de tenis, pala y padel y en lanzadores de peso y jabalina, así como en trabajadores que realizan esfuerzos con las extremidades superiores. El tratamiento de esta lesión es reposo y aplicación de frío. No se debe aplicar calor, pues aumentaría el dolor. La infiltración local, en la bolsa, también suele ser efectiva. Una vez superado el dolor, hay que iniciar ejercicios pendulares con los brazos.
Una última causa frecuente
La tendinitis de la porción larga del biceps es otra causa habitual del hombro doloroso. Este tendón pasa por un túnel óseo y fibroso, lo que puede originar fricciones que generan la tendinitis. El síntoma fundamental es el dolor en la cara anterior del hombro y se suele dar entre lanzadores. El tratamiento es similar al de otras tendinitis: reposo y frío.
Si las afecciones anteriores eran producidas por un exceso de actividad o de sobrecarga, la capsulitis adhesiva, el “hombro congelado”, ocurre precisamente por todo lo contrario, es decir, por falta de movilidad, por excesivo reposo. Por ello es recomendable, ante la afección de hombro, moverlo en cuanto se pase la fase aguda dolorosa, ya que si la cápsula no se moviliza con cierta frecuencia manifiesta una tendencia a establecer adherencias fibrosas entre sus paredes. Con un cuadro de hombro doloroso, tendemos a no moverlo porque el movimiento origina fuertes dolores, pero pueden darse adherencias que harán cada vez más difícil la movilización, creándose así un círculo vicioso que debe interrumpirse cuanto antes. Para evitar la formación de adherencias, nada hay más eficaz que los movimientos pendulares del brazo. La prevención es básica, y la mejor posible es la movilización del hombro. Los síntomas del hombro congelado son típicos, siendo el más notable la limitación para mover el brazo en cualquier dirección. Precisamente esta imposibilidad de estirar el brazo en cualquier dirección es lo que nos pone en la pista de esta lesión en concreto, ya que en las demás que hemos descrito se limita la movilidad en una dirección pero no en todas.
Comprobaremos la incapacidad para realizar actividades como peinarse, ponerse una chaqueta, abrocharse el sujetador por la espalda, y en general para todo los movimientos del hombro. El tratamiento más efectivo del hombro congelado es el movimiento del hombro intentando realizar con él las actividades cotidianas y una tabla de ejercicios; a veces no es fácil luchar contra el dolor, pero hay que intentarlo.
La tabla de ejercicios es preventiva y terapeútica. Son ejercicios fáciles que, afortunadamente, se pueden realizar en el hogar sin un equipamiento especial de aparatos. Hay que hacerlos diariamente, sin prisas, con suavidad; conviene repetir cada ejercicio cinco veces e ir aumentando la frecuencia semanalmente hasta un máximo de 25 veces.