La ropa hay que cuidarla
Basta con leer la etiqueta de la ropa y seguir las instrucciones en ella dictadas para conservar en buen estado las telas y tejidos tras su lavado, secado y planchado. He aquí unos consejos para que nuestra ropa supere con éxito el más dañino de estos procesos: el lavado.
- No guarde la ropa sucia en lugares cerrados herméticamente. Manténgala seca y aireada.
- Siga las indicaciones de las etiquetas, y separe las prendas según colores y tipo de lavado.
- Antes del lavado, vacíe los bolsillos, cierre las cremalleras (abiertas, estropean otras prendas), ate los botones y cintas, vuelva del revés los puños, levante los cuellos de las camisas, y cosa cualquier roto, ya que por pequeño que sea se hará más grande en el lavado.
- Si limpia por primera vez una prenda, compruebe si destiñe. Haga la prueba en una parte no visible, por ejemplo, el dobladillo. Humedezca un algodón y déjelo sobre la tela cinco minutos. Si el algodón adquiere el mismo color, lave la prenda por separado o llévela a la tintorería.
- Si una mancha se le resiste, no experimente. Deje la prenda en manos de un profesional.
- No ponga la ropa a remojo en recipientes de esmalte o metal; podría oxidarse. Use uno de plástico lo suficientemente grande como para que las prendas estén cubiertas de agua.
- Utilice preferentemente agua fría. Si la suciedad de la ropa lo requiere, puede lavar con agua tibia; la demasiado caliente estropea los tejidos.
- Evite el centrifugado a muchas revoluciones y la exposición directa al sol durante el secado. Porque se apelmazan las prendas.
- Si tras el lavado la ropa presenta manchas de jabón, vuelva a aclararla añadiendo vinagre al agua. Una tacita, si lava a máquina; y una cucharada sopera, si lo hace a mano.
Lavado a máquina…
- No llene en exceso la lavadora.
- Introduzca las prendas delicadas dentro de una red específica. Si carece de ella, puede salir del paso con una funda de almohada.
Lavado a mano…
- Deje que el detergente se disuelva del todo antes de introducir la prenda.
- Para las prendas de punto, utilice un detergente líquido especial para lana. Estruje suavemente la prenda dentro del agua. Nunca frote la lana húmeda, se encogería.
- Procure lavar con agua fría, pero si las indicaciones de la etiqueta permiten temperaturas más altas, tome nota: en un lavado frío (30º C), el agua parecerá fría al tacto; en un lavado tibio (40º C), sentirá una sensación agradable, y uno caliente alcanza la máxima temperatura (50º C) que la mano puede soportar.
Cuidado con la lejía…
- No abuse de la lejía. Desgasta las fibras interiores y exteriores de las prendas, limitando la vida útil de las mismas.
- Nunca use lejía hipoclorada (de cloro) sin diluir. Provoca agujeros en la ropa.
- No utilice lejía en telas dañadas o descoloridas, ya que no actuará de manera uniforme. Tampoco la aplique a prendas de lana.
- No lave prendas remojadas en lejía con las que no lo han estado porque los restos de dicho producto podrían deteriorar la ropa no tratada.