La ropa hay que cuidarla

Mantelerías, sábanas, mantas, pantalones, camisas... queremos que nuestra ropa esté perfecta y que nos dure más de una temporada, pero no siempre dedicamos a su cuidado el mimo necesario
1 octubre de 1999
Img consejos listado

La ropa hay que cuidarla

Basta con leer la etiqueta de la ropa y seguir las instrucciones en ella dictadas para conservar en buen estado las telas y tejidos tras su lavado, secado y planchado. He aquí unos consejos para que nuestra ropa supere con éxito el más dañino de estos procesos: el lavado.

  • No guarde la ropa sucia en lugares cerrados herméticamente. Manténgala seca y aireada.
  • Siga las indicaciones de las etiquetas, y separe las prendas según colores y tipo de lavado.
  • Antes del lavado, vacíe los bolsillos, cierre las cremalleras (abiertas, estropean otras prendas), ate los botones y cintas, vuelva del revés los puños, levante los cuellos de las camisas, y cosa cualquier roto, ya que por pequeño que sea se hará más grande en el lavado.
  • Si limpia por primera vez una prenda, compruebe si destiñe. Haga la prueba en una parte no visible, por ejemplo, el dobladillo. Humedezca un algodón y déjelo sobre la tela cinco minutos. Si el algodón adquiere el mismo color, lave la prenda por separado o llévela a la tintorería.
  • Si una mancha se le resiste, no experimente. Deje la prenda en manos de un profesional.
  • No ponga la ropa a remojo en recipientes de esmalte o metal; podría oxidarse. Use uno de plástico lo suficientemente grande como para que las prendas estén cubiertas de agua.
  • Utilice preferentemente agua fría. Si la suciedad de la ropa lo requiere, puede lavar con agua tibia; la demasiado caliente estropea los tejidos.
  • Evite el centrifugado a muchas revoluciones y la exposición directa al sol durante el secado. Porque se apelmazan las prendas.
  • Si tras el lavado la ropa presenta manchas de jabón, vuelva a aclararla añadiendo vinagre al agua. Una tacita, si lava a máquina; y una cucharada sopera, si lo hace a mano.

Lavado a máquina…

  • No llene en exceso la lavadora.
  • Introduzca las prendas delicadas dentro de una red específica. Si carece de ella, puede salir del paso con una funda de almohada.

Lavado a mano…

  • Deje que el detergente se disuelva del todo antes de introducir la prenda.
  • Para las prendas de punto, utilice un detergente líquido especial para lana. Estruje suavemente la prenda dentro del agua. Nunca frote la lana húmeda, se encogería.
  • Procure lavar con agua fría, pero si las indicaciones de la etiqueta permiten temperaturas más altas, tome nota: en un lavado frío (30º C), el agua parecerá fría al tacto; en un lavado tibio (40º C), sentirá una sensación agradable, y uno caliente alcanza la máxima temperatura (50º C) que la mano puede soportar.

Cuidado con la lejía…

  • No abuse de la lejía. Desgasta las fibras interiores y exteriores de las prendas, limitando la vida útil de las mismas.
  • Nunca use lejía hipoclorada (de cloro) sin diluir. Provoca agujeros en la ropa.
  • No utilice lejía en telas dañadas o descoloridas, ya que no actuará de manera uniforme. Tampoco la aplique a prendas de lana.
  • No lave prendas remojadas en lejía con las que no lo han estado porque los restos de dicho producto podrían deteriorar la ropa no tratada.