Cuestan a los padres tres veces más que los públicos
Pero, un año más, habrán sido muchos los progenitores que se han cuestionado si sus pequeños están en el mejor centro escolar de los posibles. No es nada sencillo saberlo. Hay más preguntas que respuestas, y cada padre tiene su propia imagen de lo que es un colegio o escuela ideal. “¿Qué tipo de escuela queremos para nuestros hijos: pública, concertada o privada?” ¿En qué se diferencian realmente estas tres opciones?
Pero, un año más, habrán sido muchos los progenitores que se han cuestionado si sus pequeños están en el mejor centro escolar de los posibles. No es nada sencillo saberlo. Hay más preguntas que respuestas, y cada padre tiene su propia imagen de lo que es un colegio o escuela ideal. “¿Qué tipo de escuela queremos para nuestros hijos: pública, concertada o privada?” ¿En qué se diferencian realmente estas tres opciones?
El tema se las trae (los partidarios de cada tipo de centro presentan su propia batería de argumentos), y aunque algunos padres lo tienen muy claro, otros muchos dudan a la hora de inclinarse por un determinado modelo. La convicción de algunos de que el tipo de centro escolar puede influir en el tipo de formación académica y en el desarrollo personal de los hijos e, incluso, en su futuro profesional, condiciona mucho la decisión. Esta decisión la deben tomar unos padres que, para valorar la cualificación de un determinado colegio, han dejado de contemplar el lenguaje, las matemáticas, la historia o los idiomas (es decir, la calidad de la labor pedagógico-académica) como únicos válidos de comparación entre los centros escolares. Porque, a la hora de elegir colegio, muchos padres se guían por criterios bien alejados de los estrictamente académicos: la orientación religiosa o laica del centro y los profesores, la cercanía al hogar, si cuenta o no con servicio de comedor (y la calidad de la comida), el ambiente social (elitista, clase media, popular, con muchos marginados sociales, …) que caracteriza al centro, su imagen y prestigio, la tradición familiar, el coste de la matrícula y de las cuotas, las instalaciones deportivas o la existencia de equipos deportivos bien organizados y competitivos en todos los cursos, la disciplina imperante en el centro…
CONSUMER ha estudiado y comparado los precios, servicios y algunas infraestructuras que ofrecen para el curso lectivo 222 colegios de Primaria y Secundaria (115 públicos, 80 privados concertados y 27 enteramente privados), ubicados en Alava, Alicante, Barcelona, Burgos, Cantabria, Guipúzcoa, Madrid, Málaga, Murcia, Navarra, Valencia y Vizcaya.
Que los colegios privados puros son más caros que los públicos y que los privados concertados, es evidente. No obstante, para tener una noción más exacta de lo que cuestan al año los colegios, en este informe se han sumado las cantidades que cobra cada una de las escuelas testadas en concepto de escolaridad, matrícula, cuota de homologación, seguro escolar, enfermería, material fungible del aula, asociación de padres y material escolar, incluidos los libros de texto.
Los resultados indican que, este curso, un centro público de Primaria cobrará por estos conceptos en nuestro país de media al año, y por cada alumno, 14.500 pesetas, mientras que en un colegio concertado lo exigido alcanzará más del triple, las 46.300 pesetas, una cantidad aparentemente excesiva si se tiene en cuenta que las ayudas públicas a los centros concertados estudiados cubren de media un 88% de su presupuesto. También sorprende la astronómica cifra, más de 400.000 pesetas de media al año por cada alumno, a que hacen frente quienes dejan la educación de sus hijos en manos de un colegio privado sin subvenciones públicas.
En Secundaria, los precios resultan algo más elevados, pero se mantiene la tendencia: 20.000 pesetas de media al año en los centros públicos, 54.000 pesetas en los concertados y 463.000 pesetas en los privados.
Por otro lado, aunque es frecuente que el transporte escolar esté subvencionado por la Administración en los colegios públicos, el precio medio a pagar por los padres en concepto de escolaridad, comedor y el bus en los colegios públicos, concertados y privados asciende de media, en Primaria, hasta las 96.500, 214.300 y 626.100 pesetas, respectivamente. Y en Secundaria, 124.500 pesetas anuales en los colegios públicos, 220.000 pesetas en los concertados y 686.100 pesetas en los privados puros.
Otras conclusiones son que los costes a pagar en los colegios públicos difieren mucho y que en algunas provincias los precios medios de los públicos y concertados testados son muy diferentes a los que rigen en otros territorios. Por ejemplo, sin comida ni autobús, una escuela pública de Primaria puede costar desde 27.500 pesetas (una de Barcelona) hasta 5.000 pesetas anuales (una navarra), mientras que entre las concertadas la variación varía, en el mismo nivel de enseñanza, desde las 210.000 pesetas, que cobra otro centro barcelonés, hasta las 10.800 pesetas, de uno de Valencia. Por último, cabe reseñar que, en apariencia, los elevados costes de los colegios concertados y, especialmente, los privados no se ven compensados por unas prestaciones académicas o extracadémicas de mayor calidad, siempre teniendo en cuenta las variables analizadas por CONSUMER.
Los precios de los centros privados, sin justificación aparente CONSUMER ha realizado, como complemento a la comparación de precios cuyas conclusiones se han adelantado, un estudio en el que, mediante un sistema propio de ponderación, se valoran 17 conceptos diferentes relacionados con la calidad del servicio global que ofrecen los centros escolares. Y la conclusión principal es que los elevadísimos precios de la red privada no se justifican con los 17 elementos testados, entre ellos el número de alumnos por profesor, la oferta de idiomas, la amplitud de la gama de niveles de enseñanza, las dependencias sanitarias o la existencia de profesores especializados en educar a niños con necesidades especiales. Así, mientras los colegios públicos y concertados han obtenido una nota media global de 6 puntos, los privados se han quedado en 6,6 puntos, cuando, como se ha visto, el coste medio que suponen a los padres es diez veces superior al de los colegios concertados y casi 30 veces superior al de los públicos.
Llama la atención el hecho de que hay ámbitos de mejora comunes a los tres tipos de colegios, como el escaso multilingüismo en la oferta académica, el déficit de aseos adaptados para minusválidos y el corto número de centros con dependencias sanitarias (los concertados están algo mejor que los públicos en este apartado, pero peor que los privados).
Otras posibilidades de mejora son más específicas de cada uno de los tipos de colegio. Por ejemplo, los públicos testados adolecen de una parca gama de niveles de enseñanza; los concertados son los que más alumnos tienen por aula en Primaria (24 niños, frente a los 21 niños por aula que hay en los privados y 20 en los públicos) ; y por último, los privados son los que menos adaptan sus centros a las necesidades de los niños minusválidos.
Muchas diferencias en el coste de los colegios públicos
Los costes a pagar en los colegios públicos varían mucho. Sin incluir comedor ni autobús, los padres de un niño de Primaria en un colegio público pueden pagar, en nuestro país y durante este curso (por matrícula, escolaridad, libros y material, seguro escolar, APA, …), desde 27.500 pesetas (en un colegio de Barcelona) hasta 5.000 pesetas anuales (en uno navarro). En Secundaria, el coste máximo ha sido de 37.000 pesetas, en otra escuela de Barcelona, y el más económico de 9.150 pesetas, en una murciana. En realidad, los precios mínimos anotados corresponden a una escuela malagueña, ubicada en una zona margina, cuya escolaridad es gratuita.
Incluso en una misma provincia, los precios de los centros públicos difieren mucho, debido fundamentalmente a la diversidad de libros de texto por los que opta cada colegio. En Barcelona, hay escuelas de Secundaria que cobran casi la cuarta parte que otras, lo que equivale a una diferencia de más de 25.000 pesetas por hijo, y sin incluir comedor ni bus. No es el único caso: en diez de las doce provincias estudiadas la diferencia entre la escuela pública más barata y la más cara de las comparadas supera las 10.000 pesetas anuales.
En la red de escuelas concertadas, las diferencias de precios entre los centros son más cuantiosas, a pesar de que la principal fuente de financiación de las mayoría de ellos es la Administración, que cubre de media un 88% del presupuesto de estos centros mixtos (el 9% procede de los ingresos de los alumnos y el 3%, de otros ingresos).
Así, sin comida ni autobús, una escuela concertada de Primaria puede costar desde 210.000 pesetas (una de Barcelona) hasta 10.800 pesetas anuales (una valenciana). Y otro tanto ocurre en Secundaria, donde el centro concertado más caro, de Vizcaya, cobra 215.000 pesetas al año por alumno, y el más barato, de Málaga, se queda en 15.200 pesetas. Estas diferencias de costes se dan igualmente en las mismas provincias. El ejemplo más claro de ello lo encontramos en Barcelona, donde, en Primaria, el precio del centro más caro (210.000 pesetas) multiplica por diez al del más barato. La menor variación de precios en una misma provincia, se registra en Valencia: sólo 13.000 pesetas entre los centros concertados.
Más lógicas se antojan estas diferencias de precios en la red privada. Los padres de un niño de Primaria pueden pagar, sin incluir comedor ni autobús, durante este curso desde 715.000 pesetas hasta 192.000 (en dos colegios de Valencia). En Secundaria, el coste máximo, de 830.000 pesetas en una escuela de Barcelona, contrasta con el más económico, de 212.800 pesetas de una valenciana. Y en una misma provincia, los precios también difieren mucho. El caso más extremo se da en Valencia, donde una escuela privada de Secundaria cobra casi cuatro veces más que la menos onerosa (de 795.000 a 212.800 pesetas), siempre sin incluir comedor ni bus.
De provincia a provincia
El precio medio de los centros públicos estudiados difiere, aunque no mucho, de una provincia a otra. Las referencias son Barcelona, con el coste medio más alto (21.000 pesetas), y Málaga, con poco más de 10.000 pesetas. Y en Secundaria ocurre otro tanto, ya que los padres pagan de media desde 16.000 pesetas, en Murcia, hasta casi 27.000 pesetas en Gipuzkoa.
El modelo concertado también presenta variaciones de unas provincias a otras. Sin comedor ni transporte, Barcelona también destaca por su carestía con una tarifa media, en Primaria, de 81.000 pesetas, y en Secundaria, de 92.600 pesetas. Nada que ver con la oferta educativa concertada de Valencia (18.500 y 25.000 pesetas en Primaria y Secundaria, respectivamente), Cantabria (21.000 y 27.000 pesetas), o Burgos (27.000 y 33.000 pesetas).
Por último, en la enseñanza privada, el coste medio de los centros de Primaria consultados es de 404.000 pesetas, si bien los de Barcelona (465.000 pesetas), Málaga (436.000 pesetas), Alicante (409.000 pesetas), Madrid (407.000 pesetas) y el de Vizcaya (600.000 pesetas) se mueven por encima de esta media. Por contra, en los ocho de Valencia consultados se cobran 350.000 pesetas de media; 343.000 pesetas en el de Murcia, y 387.000 pesetas, en el de Cantabria (es un internado). Y en Secundaria, el de Murcia resulta también el menos oneroso (378.000 pesetas), mientras que la media de Barcelona, Málaga y Alicante supera el medio millón de pesetas (el vizcaíno cobra 700.000 pesetas al año por alumno).
Los concertados, muchos niños por aula en Primaria
A pesar de que el grado de calidad (medido según los criterios de CONSUMER) que separa a los centros privados de los públicos y concertados es mínimo, hay aspectos en los que las diferencias son notables. Uno de ellos es la existencia de servicio de comedor. El 92% de las escuelas estudiadas inscritas en la red privada y el 86% de la concertada ofrecen este servicio, mientras que en la enseñanza pública, el porcentaje de las escuelas con comedor se queda en el 70%. si bien en Barcelona, Alava, Guipúzcoa y Vizcaya ofrecen este servicio más del 80% de los centros públicos consultados. En Murcia y Málaga se da la situación contraria: sólo el 20% de los centros públicos comparados tienen servicio de comedor.
Otro aspecto clave es la atención que reciben los niños y niñas en las aulas. Tanto en los centros públicos como en los privados se ha contabilizado una media (incluyendo Primaria y Secundaria) de 12 alumnos por cada profesor, mientras que en los concertados esta cifra es peor, ya que se eleva hasta los 17 alumnos por profesor.
En otro orden de cosas, el 5% de los colegios estudiados, no aceptan a niños con necesidades educativas especiales (NEE), al carecer del personal y los medios para ello necesarios. Según las consultas efectuadas, el 85% de los centros públicos y el 70% de los concertados cuentan con aulas de apoyo y profesores especializados en estos alumnos. En los centros privados, el 76% dispone de aulas de apoyo y el 90% cuenta con profesores especializados.
¿Y los niños minusválidos?
Otra carencia detectada es que sólo la mitad de los colegios están adaptados para minusválidos, y aunque en función de la titularidad las diferencias no son importantes (el 52% de los concertados, el 50% de los públicos y el 44% de los privados están adaptados), las consultas revelan un contraste significativo de unas provincias a otras. Mientras en Alava todos los colegios consultados están adaptados en algunas de sus instalaciones y en Navarra lo están tres de cada cuatro, en Barcelona, Madrid y Burgos no llegan al 40%.
En cuanto a dependencias sanitarias, se comprueba que los centros privados están mejor provistos, ya que mientras que seis de cada diez colegios privados puros cuentan con estas dependencias, sólo uno de cada diez de los públicos dispone de tal infraestructura.
Por último, la mitad de los colegios públicos y concertados convocan al menos cada trimestre una reunión con los padres, mientras que lo hacen sólo el 37% de los de la red privada.
¡Y quién no estudia inglés!
El inglés predomina claramente en las escuelas públicas, concertadas y privadas como el primer idioma que se imparte como asignatura. Casi el 97% de los colegios estudiados siguen esta tendencia, mientras que el tradicional segundo idioma, el francés, se enseña como asignatura en el 63% de los centros. Las clases no se imparten en español en el 22% de los casos, al contemplarse este idioma como una asignatura más. Las clases de alemán se ofrecen sólo en el 7% de los colegios. Otro dato a destacar en cuanto a los idiomas es que el español aparece como asignatura sólo en las escuelas de las comunidades incluidas en este informe donde se habla euskara, catalán o valenciano, y destacan en este sentido Barcelona y Guipúzcoa, donde en el 84% y 68% de sus centros, respectivamente, se sigue esta tónica. Las escuelas consultadas de Vizcaya, Alava, Navarra, Alicante y Valencia se mueven en porcentajes más modestos de impartición de clases en el idioma autóctono: entre el 30% y el 14%.
- Se analizaron 222 colegios (115 públicos, 80 concertados y 27 privados) en doce provincias: 14 en Alava (7 públicos y 7 concertados), 15 en Navarra (9 públicos y 6 concertados), 25 en Barcelona (11 públicos, 10 concertados y 4 privados), 21 en Murcia (14 públicos, 6 concertados y 1 privado), 23 en Vizcaya (14 públicos, 8 concertados y 1 privado), 8 en Burgos (4 públicos y 4 concertados), 16 en Málaga (9 públicos, 4 concertados y 3 privados), 15 en Cantabria (8 públicos, 6 concertados y 1 privado), 16 en Guipúzcoa (8 públicos y 8 concertados), 24 en Madrid (12 públicos, 7 concertados y 5 privados), 18 en Alicante (9 públicos, 5 concertados y 4 privados), 27 en Valencia (10 públicos, 9 concertados y 8 privados).
- Entre el 14 y el 30 de junio de 1999, se entrevistó telefónicamente a responsables de los 222 colegios estudiados.
- Cara a conseguir un enfoque correcto del estudio y contrastar datos, se realizaron consultas a representantes de las Asociaciones de Padres de los colegios.
- Se consultó a Educación de las provincias objeto del estudio con el fin de determinar el número de colegios privados financiados al 100% por los ingresos de los alumnos.
Una puntualización y tabla comparativa
Este estudio se ha elaborado tras una selección aleatoria de colegios. Y existiendo tantos como hay, la representatividad de los datos será sólo aproximada. Y hay otras razones, por ejemplo, en algunas provincias funcionan muchos colegios privados puros y en otras apenas opera ninguno. O en unas provincias se han podido seleccionar para el informe (sin pretenderlo) los centros más caros o los más baratos, los más o los menos subvencionados o los más modernos o antiguos.
Estas limitaciones se intentan reducir incorporando un elevado número de centros de cada tipo, pero la representatividad nunca puede ser absoluta. Desde luego, lo será mayor en cuanto a tipos de centro que en cuanto a un tipo de centro en una determinada provincia, por ejemplo.
Por otro lado, aunque los parámetros barajados por CONSUMER para calificar los colegios son objetivos, hemos de reconocer que, por la enorme y quizá insalvable dificultad que entrañaría hacerlo, no se han medido aspectos tan importantes para muchos padres como la calidad de las infraestructuras, la cualificación de los profesores, la filosofía del centro, los métodos pedagógicos para seguir la evolución de niños y niñas, la cantidad, calidad y variedad de materiales a disposición de los alumnos, el despliegue de cuidadores en las horas de esparcimiento y comedor… En definitiva, elementos que escapan a este estudio por resultar intangibles y difíciles de comparar.
Actividades extraescolares, en todos los centros
Casi la totalidad de los centros escolares estudiados dicen organizar actividades extraescolares durante el año lectivo, y sin duda, son las culturales y deportivas las que tienen un mayor éxito entre los más jóvenes. En general, no se advierte gran diferencia en la oferta de estas actividades según la titularidad de los colegios, pero cuando se trata de coordinar intercambios de alumnos con el extranjero o de organizar campamentos de verano, las escuelas privadas, tanto puras como concertadas, superan a las públicas, con menos tradición en estas inciativas.