Centros de adelgazamiento

La mayoría suspenden el examen

Facilitan poca información, no siempre atiende al cliente un experto en dietética y nutrición, y el eslogan de "dieta personalizada" es a menudo sólo un gancho comercial
1 mayo de 2002
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La mayoría suspenden el examen

La operación bikini ya ha comenzado para muchas personas. Así, centros de estética, herboristerías y similares hacen su agosto cuando quedan ya pocas semanas para lucir el bañador y enfundarse las prendas más “comprometidas”. El negocio de los centros de adelgazamiento supone en nuestro país 1.500 millones de euros al año (datos de 2000).

Anuncios que prometen pérdidas de peso rápidas y sin apenas esfuerzo, dietas personalizadas para cada cliente y primeras consultas gratuitas, remiten a los destinatarios de esta publicidad a centros que, como se ha comprobado, no siempre disponen de personal cualificado en nutrición. Para averiguar si los tratamientos que ofrecen estos centros de adelgazamiento son efectivos, si el personal que los atiende está adecuadamente cualificado y si se trata de establecimientos serios y rigurosos desde el punto de vista médico, técnicos de CONSUMER visitaron (sólo una visita, nada más) en abril 36 centros de adelgazamiento que actúan en 12 ciudades. La mayor parte de ellos tenían un denominador común: sus promesas para perder peso y los tratamientos que proponen suscitaron la desconfianza de los expertos en dietética y nutrición, al fijar metas imposibles de conseguir con dietas saludables.

Se establecieron -contando con la colaboración de expertos en dietética y nutrición y con la asesoría médica pertinente- los criterios que podrían contribuir a determinar si un centro de este tipo permite al cliente perder peso de una manera eficaz y saludable.

Posteriormente, seis técnicos de esta revista acudieron como clientes ficticios a tres centros de adelgazamiento ubicados en Alicante, Barcelona, Bilbao, Burgos, Castellón, Madrid, Málaga, Pamplona, Santander, San Sebastián, Valencia y Vitoria, y comunicaron a los empleados de estos centros su interés por perder peso. De estos seis técnicos, dos de ellos en modo alguno necesitaban adelgazar, otros dos presentaban un ligero sobrepeso (índice de masa corporal -IMC- entre 25 y 26,9) y los otros dos eran obesos de primer grado (IMC entre 30 y 34,9).

La principal conclusión del estudio es que el 68% de estos 36 centros adelgazamiento suspende el examen, mientras que únicamente el 6% aprueba con holgura y el 26% centros consigue sólo un “aceptable”. Además, se comprobó en algunos una clara falta de ética profesional ya que sugieren tratamientos que no se adaptan a las necesidades del cliente que les visita (aconsejan, por ejemplo, adelgazar a quien no lo necesita). Otro aspecto negativo de estos centros es que los clientes no siempre son atendidos por médicos especializados o expertos en nutrición, y que el mensaje de “dieta personalizada” es sólo un gancho comercial en más de la mitad de los centros. Finalmente, sólo el 60% de los centros propone una duración realista y saludable del tratamiento, el resto plantean pérdidas de peso excesivamente rápidas para que resulten saludables y duraderas.

Conclusiones, muy elocuentes, tras una primera visita

  • El 68% de los centros de adelgazamiento estudiados, no aprueban. El 14% incluso se hizo acreedor a un “muy mal” al basar sus tratamientos en “productos estrella”.

  • El lema “primera consulta gratuita” es un engaño, un mero gancho comercial. Ningún centro de los visitados realiza un estudio previo gratuito -algunos lo hacen en siguientes visitas, pagando- para garantizar la adecuación del tratamiento a las características personales del cliente. Se limitan a dar información que con frecuencia es incompleta y resulta confusa.
  • El mensaje de “dieta personalizada” es engañoso en el 60% de los centros. Se utiliza para vender mejor sus tratamientos y productos, ya que ese argumento ayuda a convencer a los clientes. Sólo cuatro de cada diez centros ofrecían dietas realmente personalizadas.
  • En el 26% de estos establecimientos se comprobó falta de ética profesional: informan o sugieren tratamientos que en absoluto se adaptan a las necesidades reales del cliente. Aconsejan adelgazar cuando el cliente no lo necesita, identificando un problema de obesidad. Uno de estos centros propuso al cliente un tratamiento muy invasivo (gastroplastia, una cirugía) sin disponer del historial clínico ni dietético del paciente. En otro centro, el técnico de CONSUMER (que actuaba como cliente ficticio) fue tentado para trabajar como comercial de la marca: le explicaron de manera exhaustiva (incluso más minuciosamente que el tratamiento) los beneficios económicos del empleo, sin interesarse por su titulación o conocimientos, llegando a señalar que eso “era lo de menos”.
  • En el 20% de los centros, comerciales o “técnicos especialistas” (no especificaron su titulación) o una esteticién actúan como dietistas o médicos, sugieren el tratamiento y realizan una “identificación del problema de exceso de peso” sin estar capacitados para este cometido.
  • 19 de los 36 centros de adelgazamiento estudiados pertenecen a 8 franquicias. Y el tratamiento que sugieren en los centros de 7 de esas franquicias difiere mucho. Por tanto, no se puede valorar globalmente el funcionamiento de las franquicias.
  • Por último, la duración del tratamiento y el ritmo de pérdida de peso propuestos es realista y saludable en sólo el 60% de los centros. Es decir, en el 40% plantean objetivos difícilmente alcanzables y/o poco saludables, puesto que la pérdida de peso se realizaría en un tiempo inferior al recomendable.

En un centro de Madrid, a la pregunta del técnico de esta revista (IMC de 24, es decir, un peso correcto, sin necesidad alguna de adelgazar) sobre cuántos kilos le proponían bajar, le respondieron en un principio que unos 20 kilos, y al ver su cara de incredulidad corrigieron y le sugirieron adelgazar sólo 10 kilos.

Información insuficiente

Nuestros técnicos acudieron principalmente a centros de adelgazamiento que ofrecían una primera consulta gratuita, pero algunos que no realizan esta primera consulta gratuita ofrecieron a nuestros técnicos la posibilidad de una consulta informativa. Ese fue el caso del Centro Dietético Zoroa e Ideal Line, ambos en Alicante, Ailara en Bilbao y Oikos en Málaga, que han sido evaluados teniendo en cuenta la condición meramente informativa de la visita. La mayor parte de los centros estudiados utilizan el mensaje de “primera consulta gratuita” como gancho comercial, pero se ha comprobado que esta visita no proporciona al cliente información suficiente para decidir si le conviene comenzar con el tratamiento o si éste resultará efectivo en su caso concreto.

Sólo el 30% de los centros ofrece una información aceptable sobre los posibles tratamientos. La información se consideró aceptable cuando el tratamiento se adapta a las necesidades de la persona (dieta individualizada tras un estudio completo previo) y cuando promete una pérdida de peso de 0,5 a 1 kilogramos por semana. El resto de centros visitados o no facilitan información suficiente para que el cliente pueda decidir si realizar el tratamiento o no y para averiguar si tendrá el efecto deseado, o establece objetivos de pérdidas de peso superiores a los citados 0,5 a 1 kilogramos por semana.

¿Realmente necesito perder peso?

Para acertar con el problema de sobrepeso es preciso, como mínimo, un estudio antropométrico de la persona. Es decir, hay que pesar y medir al paciente para determinar su IMC y clasificar su posible grado de sobrepeso. Pero, a pesar de ello, sólo el 20% de los centros de adelgazamiento visitados realizan este diagnóstico tan necesario. Al menos, en otro 20% de los centros esta medición se hacía en la segunda visita, generalmente de pago. En el resto, esta necesaria medición no se hace.

Uno de los errores más comunes de estos centros es que se identifica el problema del paciente con ligereza, bien porque no se pesa ni mide al paciente, bien porque no siempre atiende un profesional cualificado y experto en dietética y nutrición: es frecuente que esta esencial gestión inicial la realice un comercial, recepcionista u otro empleado sin la formación adecuada.

En 11 centros, algo menos de la tercera parte de los visitados, se comprobó una preocupante ausencia de ética profesional, puesto que aconsejaron adelgazar a quien no lo necesitaba, e incluso identificaron un problema de obesidad cuando no existía. Es el caso del cliente ficticio que ha acudido a los centros de la zona Norte de nuestro país y cuyo índice de masa corporal era 22 (peso adecuado), y también el que visitó los establecimientos de Madrid, con un IMC de 24, también con peso correcto y que no necesita adelgazar.

El coste del tratamiento que ofrecían algunos centros para estos clientes que no necesitaban perder peso superaba los 1.500 euros, incluyendo terapia dietética de adelgazamiento y/o métodos estéticos locales.

También se anotó algún caso de quien dice ser médico y no muestra su titulación, y que con su comportamiento y palabras hace dudar de su aseveración. En un centro de adelgazamiento de A Coruña, la doctora que atendió al cliente enviado por CONSUMER le recomendó someterse a una gastroplastia (reducción del estómago) sin contar con un historial clínico y dietético de anteriores tratamientos, cuando la gastroplastia está indicada sólo e en obesidades tipo III o IV -no era el caso de la paciente- y cuando otro tipo de intervención terapéutica ha fracasado y el paciente padezca patologías asociadas. Además, el paciente debe ser perfectamente informado de las consecuencias a corto y largo plazo de la operación, así como de las posibles complicaciones. La doctora, sin embargo, aseguró al cliente que esa cirugía apenas entrañaba riesgo.

Dieta personalizada

Algunos centros de adelgazamiento basan sus métodos en dietas estándar o directamente milagrosas, que ni son personalizadas ni se ajustan a las necesidades concretas del paciente. No todas las personas responden de igual forma a un determinado tratamiento. Y un paciente puede responder de forma distinta a un mismo tratamiento realizado en distintos tiempos. De ahí que exigir un tratamiento personalizado y aclarar desde el primer momento la importancia de la implicación del paciente en el seguimiento de la pauta dietética, sean pilares básicos para perder peso. La tan común promesa de ofrecer una “dieta personalizada” es, en la mayoría de las ocasiones, un gancho para vender sus tratamientos y productos.

Únicamente el 40% de los centros de adelgazamiento visitados ofrecían una dieta personalizada, ya que en la información que proporcionan al cliente hacen referencia a que la dieta se basará en su estilo de vida, gustos y preferencias, y le explican que, para garantizar el éxito de los resultados, es fundamental su total implicación. Y el 14% de los centros basan el tratamiento en uno o varios “productos estrella”, lo que, directamente, los descalifica porque estos tratamientos ni enseñan hábitos alimentarios correctos ni sirven para mantener a largo plazo la reducción del peso.

Duración del tratamiento

Perder peso con un ritmo superior a los 0,5-1 kilogramos por semana no es recomendable, por lo que la duración del tratamiento tiene que tener en cuenta este criterio de salud. Además, cada individuo reacciona de manera distinta a los tratamientos adelgazantes, por lo que ofrecer una fecha fija deviene difícil, sin olvidar que siempre se han de contemplar visitas periódicas que permitan realizar un seguimiento del tratamiento, incluso una vez finalizado. No se ajustaban a este criterio sólo el 40% de los centros comparados. En ellos, la duración estimada del tratamiento se consideró desacertada, ya que los objetivos no eran realistas ni saludables: proponían pérdidas de peso demasiado aceleradas. En un centro fijaron un ritmo de pérdida claramente excesivo: entre 5 y 7 kilogramos al mes.

Naturaleza del tratamiento

Este baremo se refiere a los métodos en que se basan los centros de adelgazamiento en sus propuestas para la pérdida de peso. Algunos basan su tratamiento únicamente en productos que venden a sus clientes, en ocasiones con el calificativo de “adelgazantes” lo que es ilegal e incierto. Es el caso del 14% de los centros estudiados. En cualquier tratamiento de adelgazamiento, la dieta es un pilar fundamental, ya que el 90% de los casos de exceso de peso se deben a una ingesta excesiva de alimentos muy calóricos y al sedentarismo. Por tanto, estos productos “milagro” como tratamiento único del exceso de peso ni sirven para adelgazar ni para mantener el peso perdido.

El precio, poco que ver con la calidad del tratamiento

Pagar más no significa, al menos en los centros visitados en esta investigación, adelgazar con un tratamiento más eficaz y saludable. Algunos centros que obtienen un “mal” en el examen de CONSUMER cobran hasta el triple que varios de los pocos (sólo 9, de 36) centros que aprobaron.

Algunos centros cobran por tratamiento y otros lo hacen por visita. Entre los primeros, la media por tratamiento es de 1.637 euros (270.000 pesetas), y los extremos son 3.005 euros y 632 euros, es decir, una proporción de cinco a uno.

En cuanto a los centros de adelgazamiento que cobran por cada consulta y/o por los productos que venden (se ha hecho una estimación considerando la frecuencia de visitas y el uso de los productos sugeridos en cada centro), la media se sitúa en 124 euros mensuales (20.000 pesetas). Los precios oscilan desde los 390 euros al mes del más caro hasta los 48 euros del más barato. Es decir, una proporción de uno a ocho.

Respecto a las condiciones de pago, la mayoría de los que cobran por todo el tratamiento ofrecen facilidades para efectuar los abonos, financiando los tratamientos y permitiendo los pagos aplazados y en mensualidades.

Los sólo dos centros calificados con un “bien” (Clínica Dual, de Valencia, e Ideal Line, de Castellón) fijan para su tratamiento un precio de 1.500 y 2.676 euros, respectivamente.

Cuándo desconfiar de un centro de adelgazamiento

  • Cuando propongan una duración determinada del tratamiento sin efectuar un estudio previo de nuestro estado (peso y talla, antecedentes personales y familiares de problemas de salud, estilo de vida…) y cuando el tratamiento se abone en un solo pago y no en cada visita. Si no saben cuántos kilos hemos de perder ni la causa de nuestro problema, ¿cómo pueden establecer la duración adecuada del tratamiento o nuestro peso meta?
  • Cuando nos ofrezcan un tratamiento basado únicamente en productos estrella , y cuando incluye una dieta gratuita que se completa con productos a la venta en el propio establecimiento u otros concertados, y que hemos de pagar desde un principio. Estos tratamientos no enseñan hábitos adecuados de alimentación ni sirven para mantener la pérdida de peso.
  • Cuando nos garanticen que el ritmo de pérdida de peso será superior a 0,5-1 kilogramos por semana (3-4 kilos al mes). Adelgazar a un mayor ritmo implica una pérdida de agua y electrolitos, a la par que de masa muscular y, ya en menor proporción, de grasa. Además, puede causarnos consecuencias indeseables, más o menos graves para la salud: bajadas de tensión arterial, pérdidas de masa muscular, niveles elevados de grasa en sangre, carencias nutritivas, y otros problemas.
  • Cuando nos aseguren que adelgazaremos sin esfuerzo. La decidida y esforzada implicación de la persona en cualquier tratamiento de pérdida de peso es fundamental para conseguir los objetivos, si estos son realistas y no entrañan riesgos para la salud.
  • Cuando nos sugieran tomar diuréticos sin que antes comprueben que efectivamente padecemos retención de líquidos, circunstancia que pueden provocar hechos como el embarazo, la lactancia, ciertos problemas de salud (insuficiencia cardiaca, renal o hepática, por ejemplo). El uso indiscriminado de los diuréticos (sustancias que aumentan la producción de orina) y de los laxantes (aumentan el número de defecaciones), es un riesgo para la salud pública.
  • Cuando nos indiquen antes de habernos sometido a tratamiento y de saber cómo responderemos a él, una fecha fija de duración del mismo. El ritmo de pérdida peso varía de unas personas a otras y depende de las particularidades de cada individuo.

Cuestionario individual: ¿Necesito realmente perder peso?

  • Antes de comenzar una dieta, hágase la siguiente pregunta: ¿necesito adelgazar? Hay una diferencia enorme entre desear adelgazar por motivos estéticos y necesitarlo de verdad.
  • Plantéese: ¿qué es lo que me induce a desear adelgazar? No hay problema en perder unos pocos kilos con una dieta saludable. Pero cuando se pretende perder mucho peso el motivo fundamental ha de ser la salud, no la estética ni las modas. Los métodos “milagrosos” para adelgazar son un serio riesgo para la salud.
  • ¿Cómo saber si me sobra peso? El índice de masa corporal (IMC) es la referencia más utilizada para determinar dónde se sitúa el umbral del exceso de peso. Sólo es válido para adultos de más de 25 años. Se obtiene al aplicar la siguiente fórmula:

IMC = Peso (kg)/ Talla (m)
El IMC de una persona que mide 1,65 m y pesa 60 kilogramos es… 22,03.
60 / (1,65 x 1,65)= 60 /2,72= 22,03.
Es decir, su peso es adecuado, no necesita adelgazar.

IMC Resultados
<18,5 Peso insuficiente (por debajo de lo considerado normal)
18,5-24,9 Peso adecuado
25-26,9 Sobrepeso grado I
27-29,9 Sobrepeso grado II (preobesidad)
30-34,9 Obesidad de tipo I
35-39,9 Obesidad de tipo II
40-49,9 Obesidad de tipo III (conlleva riesgos para la salud)
50 Obesidad de tipo IV (extrema)

Resultados:

Peso insuficiente: Si una persona se encuentra por debajo de su peso adecuado, debería realizarse revisiones médicas regulares (según la periodicidad que establezca el médico) para descartar cualquier problema de salud relacionado con su bajo peso. Una vez desestimada esa posibilidad, deberá plantearse el acudir a una consulta dietética para revisar y mejorar sus hábitos de alimentación.

Peso adecuado: No se requiere dieta alguna de adelgazamiento. Si se desea moldear la figura (glúteos, caderas…) se puede recurrir al ejercicio físico y a tratamientos locales de estética. Recordemos que nunca está de más seguir una dieta equilibrada, para lo cual el consejo de un experto resulta fundamental.

Sobrepeso y obesidad: Si una persona se encuentra por encima de su peso adecuado, debe mejorar sus hábitos de alimentación, además de contemplar la posibilidad de aumentar su grado de actividad física. Es conveniente acudir a un especialista en nutrición.

¿Cómo se han valorado los centros? y tabla comparativa

Bien: si obtiene una valoración positiva en todos los apartados excepto en el primero (“estudio para la personalización del tratamiento”). No se penaliza que no realicen este estudio en la primera visita -aunque sea lo recomendable- ya que lo pueden hacer en posteriores citas.

Aceptable: se debe conseguir una valoración positiva en los apartados de “dieta personalizada adecuada” y “acertada duración del tratamiento”, siempre y cuando no basen su tratamiento en productos estrella como pastillas, algas, cremas, hierbas y similares de venta en los propios centros o en otros establecimientos concertados.

Mal: los centros que no logran una valoración positiva en los apartados de “dieta personalizada adecuada” y “acertada duración del tratamiento” no aprueban, a pesar de que hayan conseguido una buena valoración en el resto de los bloques.

Muy mal: es suficiente con que ofrezcan tratamientos basados principalmente en productos “estrella”. También consiguen esta calificación los centros que suspenden en varios apartados importantes.