Mercedes Ruiz-Giménez, Presidenta de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo (CONGDE)

"Los recortes en cooperación nos llevan a reducir acciones y presencias importantes en diferentes contextos y países"

1 mayo de 2013
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En 2013 la AOD se sitúa en niveles de 1981. ¿Está justificado?

Es totalmente incomprensible e injustificado. Mientras la renta nacional ha disminuido un 5% desde 2008, la AOD se ha reducido un 70% desde 2001. La mal llamada crisis económica ha llevado a unos recortes que esconden un cambio de modelo. Los presupuestos son inmorales, no tienen en cuenta la situación de extrema pobreza de millones de personas en el mundo.

¿A cuánto asciende el recorte en subvenciones públicas a las ONGD?

Las ONGD obtienen recursos de la AECID, que ha registrado la caída más fuerte, con un recorte acumulado del 70%. Las organizaciones seguimos recibiendo el 50% de su presupuesto y se han mantenido los compromisos en marcha, pero se han cerrado ayudas especiales y nuevos convenios, los fondos para programas plurianuales han descendido un 17% y la convocatoria anual de subvenciones a entidades más pequeñas será muy reducida en 2013.

¿Qué supone para la cooperación internacional la reducción de fondos españoles?

Si diferenciamos el apoyo canalizado a través de las ONGD, que colaboramos con lugares de gran pobreza que dependen de la AOD, el impacto será más importante en 2013 y 2014. La cooperación descentralizada ha descendido un 50% y nuestro apoyo se reducirá en ese porcentaje. Pero además, el 19% de las organizaciones hemos abandonado un país o una zona geográfica, el 65% hemos disminuido el número de proyectos en terreno y el 37%, en España, el 21% hemos cerrado sedes territoriales y el 50% hemos reducido personal.

¿Afectan los recortes al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio?

Es evidente. El propio secretario general de Naciones Unidas reconoció que los recortes de los países europeos tendrían un impacto fuerte en la consecución de los Objetivos, señaló de manera especial las reducciones de Grecia y España y pidió a los gobiernos que no coloquen la carga de la austeridad fiscal sobre los más pobres.

¿Teme que desaparezcan las subvenciones a ONGD, e incluso, la AECID?

No quisiéramos que esto ocurriera, pero la fuerte reducción presupuestaria de la AECID podría llevar a su desaparición como Agencia. Nos preocupa además el interés actual porque los coordinadores de las oficinas técnicas de cooperación en el exterior sean diplomáticos y no expertos en cooperación.

¿Hay que mejorar la efectividad de la ayuda?

Esto es urgente, independientemente de la crisis. En su último informe periódico, el Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE recomienda la concentración, algo que recoge el nuevo Plan Director. También necesitamos una mayor coordinación entre donantes, aprobar la asignatura de la evaluación y garantizar que las políticas públicas de agricultura, pesca, medio ambiente, comercio o migraciones estén guiadas por el objetivo de lucha contra la pobreza y defensa de los derechos humanos.

¿Deben replantearse las ONGD su funcionamiento?

Nos lo replanteamos siempre, pero tenemos una responsabilidad compartida. Dada nuestra profesionalidad, la mayoría de los fondos públicos se canalizan a través de las ONGD. Sin embargo, tenemos que diversificar nuestras fuentes y urge una ley de mecenazgo para que los donantes privados se sientan motivados para colaborar.

El Plan Director apuesta por fomentar la actuación de las empresas en cooperación.

Por eso reclamamos mecanismos éticos y de derechos humanos que regulen su contribución y fiscalicen sus actuaciones, como las del resto de actores. Las empresas sociales, con intereses focalizados en el desarrollo humano y sostenible, son bienvenidas. Pero si se centran en objetivos de lucro e internacionalización, tenemos muchas objeciones.

¿Qué rol juegan las ONGD como actores de desarrollo?

El tradicional es la gestión y ejecución de proyectos, pero el fundamental es la transformación social, la lucha contra la pobreza y las desigualdades. Promovemos una ciudadanía comprometida y responsable con la política pública de cooperación al desarrollo, un aspecto donde aún tenemos un déficit.

Las estadísticas señalan que los ciudadanos apoyan la AOD.

Pero este apoyo no es masivo ni sale a las calles. Es muy importante en momentos puntuales, como grandes emergencias, pero falta dar el paso a un compromiso permanente.

Otro compromiso pasa por destinar el 0,7% de la renta nacional a AOD, ¿lo cumpliremos?

Estamos lejos, pero si Irlanda lo ha mantenido, pese a haber sido rescatada, España puede alcanzarlo.