La visión de los habitantes del cielo
Avistamiento de aves
El “birdwatching”, nombre en inglés de esta afición, es una actividad que mueve pasiones y mucho dinero. Sus practicantes son una valiosa entrada de divisas en forma de ecoturismo para países como Costa Rica, Madagascar o Kenia, y para otros que valoran cada vez más a un turista que combina poder adquisitivo y respeto al medio ambiente.
Según una encuesta de la Universidad de Stanford, 69 millones de estadounidenses mayores de 16 años practican este hobby. En el Reino Unido, otro de los países con más seguidores del mundo junto a Estados Unidos, se organiza en agosto la “British Birdwatching Fair”, una feria que atrae todos los años a la localidad de Rutland a miles de aficionados y profesionales de todo el mundo. En España este tipo de turismo se encuentra en un estado incipiente, aunque algunas comunidades autónomas, como Extremadura o Andalucía, cuentan con diferentes iniciativas, y son cada vez más las casas rurales que lo están ofreciendo entre sus actividades de tiempo libre.
Otro dato que indica el fervor hacia las aves es el número de asociaciones y asociados registrados en todo el mundo. En España, además de la principal asociación conservacionista especializada en aves, la Sociedad Española de Ornitología, SEO/BirdLife, que cuenta con unos diez mil socios, se han creado diversas agrupaciones y federaciones con un interés específico en las aves, e incluso en alguna especie en particular.
Además del entretenimiento y del disfrute de la naturaleza, el interés científico puede resultar otro aliciente. La ornitología, junto a la astronomía, es una de las ciencias que atrae más aficionados, que representan una valiosa fuente de datos para la ciencia profesional.
Principales lugares para la observación
Cualquier comunidad autónoma cuenta con paisajes naturales que albergan una enorme diversidad de especies ornitológicas. El Delta del Ebro, el Parque Nacional de Doñana en Huelva, las Lagunas de Villafáfila en Zamora, Gallocanta en Teruel, las Salinas del Cabo de Gata en Almería, la Albufera Valenciana, los encinares extremeños, las lagunas de Toledo, el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, las Marismas de Santoña o el Parque Nacional de Garajonay en Canarias son sólo algunas muestras de una larga lista.
De hecho, España es el país europeo que alberga más áreas de importancia internacional para las aves, según el inventario de SEO/BirdLife, que contabiliza hasta 391 zonas en nuestro país. Según este trabajo, el alto número de estos espacios no se corresponde con el de Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPAs) -figura legal de la normativa comunitaria-, declaradas en España, que no pasan de 170. Por comunidades autónomas, Extremadura posee la mayor extensión en buen estado para la conservación de las aves, con un 74% de su territorio dedicado a estas Zonas, mientras que Canarias es la que alberga un mayor número, con un total de 65.
Además, el inventario de SEO/BirdLife denuncia que las principales amenazas a las aves en España son las transformaciones de regadíos, la construcción de infraestructuras, como embalses o carreteras, la industrialización y la urbanización.
Riqueza de especies
El número de aves que pueden detectarse en España es enorme: de las 514 especies europeas, la mitad nidifican en España y para un centenar más es zona de paso o de invernada, según datos de SEO/BirdLife. Desafortunadamente, el número de esas especies que se encuentra amenazada también es grande. Unas 160 especies necesitan medidas de conservación en España, entre ellas algunas que sólo se encuentran en nuestro territorio, como el Camachuelo Trompetero, la Avutarda Hubara, la Focha Moruna, el Corredor Sahariano, la Alondra de Dupont y las especies endémicas canarias. Asimismo, la Pardela Balear, el Acaudón Chico, el Águila Pescadora y el Pinzón Azul de Gran Canaria son algunas de las especies que se hallan en peligro crítico de extinción en España.
Tras la elevada mortalidad que sufrió en el desastre ecológico del “Prestige”, el Arao Común (una ave marina) será posiblemente la primera especie en extinguirse en España, según SEO/BirdLife. Por fortuna, el estado de otras especies ha mejorado en los últimos años, como es el caso de las Cigüeñas Blanca y Negra, el Calamón, la Garcilla Cangrejera, el Morito, la Malvasía Cabeciblanca, el Quebrantahuesos o el Águila Imperial Ibérica, gracias al esfuerzo de entidades públicas y privadas y a una mayor concienciación de la ciudadanía. Los observadores de aves concienciados por el medioambiente y las distintas asociaciones conservacionistas no sólo disfrutan del placer de observar, sino también de la protección y mejora de la situación de estos animales y de los enclaves en los que viven.
Con el uso de algunos trucos sencillos, además de buenas dosis de paciencia, se puede lograr observar un variado número de aves, tanto si nos trasladamos a la naturaleza más salvaje como si vivimos en el campo o en la ciudad, o si disponemos de un jardín, o tan sólo de un balcón o el alféizar de una ventana:
- Intente observarlas a tempranas horas de la mañana o al atardecer, que es cuando en general están más activas -excepto las aves nocturnas-.
- Si es posible, sitúese con el viento de frente para evitar ser delatado por el olor, y sea muy silencioso.
- Como material recomendable, además de ropa y calzado adecuados para la naturaleza (de colores neutros y elegidos en función de las condiciones meteorológicas), se recomiendan prismáticos con una buena relación aumentos- luminosidad (10×50, 8×30 ó 12×60) y guías de calidad.
- Una de las mejores formas de atraer a las aves es ofrecerles alimento. Trozos de coco, semillas, frutos secos o migajas de pan atraerán a una gran variedad de pájaros, y es recomendable instalar uno o varios comederos para tener más éxito. Si además de comer, les ofrecemos un hogar -por medio de cajas nido, por ejemplo- podremos atraerlas para que críen a nuestro alrededor.