Ictus / Tabaco / Sal / El cambio climático / Café / Entrevista: Josep Blanch

1 julio de 2007

Ictus / Tabaco / Sal / El cambio climático / Café / Entrevista: Josep Blanch

En cuatro palabras

Ictus:
Conocida también como embolia o trombosis cerebral, es una enfermedad cerebrovascular que afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro. El ictus tiene lugar cuando uno de estos vasos se rompe o es taponado por un coágulo, con lo que una parte del cerebro no recibe el aporte de oxígeno necesario. Sus principales síntomas son adormecimiento repentino de la cara, un brazo o una pierna, confusión y dificultades para hablar o entender, y está originada por múltiples factores, como la edad, la herencia familiar, presión sanguínea elevada o ser fumador. En ocasiones debe recurrirse a la cirugía para eliminar el coágulo, y su tratamiento depende de las incapacidades que haya provocado al paciente.

El que avisa no es traidor

Los componentes del tabaco aceleran el riesgo de degeneración macular

La edad no perdona y ante el envejecimiento florecen los achaques, que aumentan si se es fumador. Un nuevo estudio publicado en British Journal of Ophtalmology señala que las personas fumadoras (ya sean activas o pasivas) tienen el doble de posibilidades de perder visión e incluso de quedar ciegas debido a la degeneración macular asociada a la edad. Esta patología degenerativa del ojo afecta a la parte central de la retina y causa una progresiva pérdida de la visión central. De acuerdo con los resultados publicados, la pérdida podría verse acelerada por el exceso de producción de radicales libres asociados al consumo de tabaco.

Noticias

Disminuir la sal reduce hasta un 25% el riesgo de sufrir patologías cardíacas

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El sodio es bueno y necesario para la salud, pero en su justa medida. Basta con reducir la cantidad de sal utilizada en la preparación de las comidas y tener en cuenta la composición de los alimentos precocinados para gozar de una mejor salud cardiovascular. Así lo asegura un estudio publicado en British Medical Journal y realizado por investigadores de la Escuela Médica de Harvard, que indica que consumir menos sal no sólo disminuye el nivel de presión arterial, sino que se reduce hasta un 25% el riesgo de padecer patologías cardiacas, beneficios que se prolongan durante diez o quince años. El estudio comparó la salud de más de tres mil personas, unas con dieta baja en sodio y otras que podían consumir la cantidad de sal deseada.

El cambio climático podría provocar más problemas respiratorios y cardíacos

Más polen y partículas de polvo en el aire tienen como consecuencia la aparición de un mayor número de enfermedades circulatorias y del aparato respiratorio. La Organización Mundial de la Salud asegura que las olas de calor que previsiblemente acompañarán al cambio climático pueden hacer que la “temporada de polen” se alargue, con un incremento del número de enfermedades alérgicas, así como de los problemas cardíacos y respiratorios. El impacto del calor se deja notar en las enfermedades ligadas al consumo de agua y a los parásitos: una mayor temperatura aumenta la presencia de garrapatas transmisoras de enfermedades en el norte de Europa, además de propiciar nuevos brotes de cólera y paludismo en África y Asia.

El consumo de café podría ayudar a prevenir la gota

Beber de una a cuatro tazas de café a diario podría reducir hasta un 59% la incidencia de la gota, enfermedad metabólica cuyo desarrollo depende del nivel de ácido úrico presente en las articulaciones y que produce una intensa sensación de dolor en los miembros inferiores, especialmente los dedos de los pies. Según un estudio realizado conjuntamente por investigadores de la universidad British Columbia de Canadá y la escuela de Medicina de Harvard, determinadas sustancias del café como el fenol clorogénico ayudarían a disminuir su incidencia por ser un potente antioxidante. La ingesta de café, sin embargo, no basta para prevenir este trastorno, puesto que seguirá siendo necesario un estricto control de la dieta. Por otro lado, un exceso de consumo puede causar, como es sabido, alteraciones del sistema nervioso central.

Entrevista: Josep Blanch, presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER)

“Las bebidas gaseosas pueden perjudicar al metabolismo óseo”

/imgs/20070701/img.salud-2.02.jpgLas personas obesas y sedentarias siempre han estado en el punto de mira de la medicina cardiovascular; pero los reumatólogos tiemblan también ahora por sus huesos.
Los desequilibrios en la dieta, la falta de ejercicio y el estrés agravan los síntomas de muchas enfermedades reumáticas (artrosis, artritis, osteoporosis, dolor lumbar o fibromialgia) e influyen directamente en su evolución clínica.

¿Algún consejo?
Evitar las comidas rápidas, generalmente desequilibradas, y moderar el consumo de bebidas gaseosas, ricas en fosfatos que pueden perjudicar al metabolismo óseo. La malnutrición, por otro lado, empobrece la arquitectura ósea y propicia la aparición de enfermedades reumáticas.

No es un secreto que la obesidad perjudica las rodillas con artrosis, es pura física?
También química. Existen numerosas interrelaciones entre obesidad y patología articular que se extienden más allá de la mera relación con el exceso de peso y la sobrecarga mecánica. Diversas sustancias producidas por el tejido adiposo, como la leptina, promueven la inflamación articular y desencadenan reuma.

¿Y el estrés?
En el caso de la fibromialgia, el estrés puede llegar a influir muy negativamente en la evolución de la enfermedad, ya que agrava sus síntomas.

¿Y no castigamos más al aparato locomotor cuando nos ejercitamos?
Lo hacemos cuando nos ejercitamos mal, pero el aparato locomotor está precisamente para moverse. Está demostrado que los pacientes que hacen ejercicio físico viven más y tienen una mejor calidad de vida, puesto que la práctica de ejercicio aumenta la capacidad de resistencia del músculo ante la fatiga y endurece el hueso, que, además, retiene mejor el calcio y, de esta forma, se disminuye el riesgo de fractura.