En Vitoria, un funeral modesto cuesta la mitad que en Alicante
Según revela un estudio realizado por CONSUMER, que ha analizado los precios de 91 servicios funerarios en CAV, Navarra, La Rioja, Burgos, Cantabria, Barcelona, Castellón, Valencia, Alicante y Murcia, el coste mínimo de un funeral -incluyendo el féretro más económico, coche fúnebre, corona de flores, gastos de gestión, certificado de defunción e inhumación y la esquela más habitual en el diario de mayor tirada de cada provincia- varía entre las 134.000 pesetas de media en Vitoria y las 303.064 pesetas de Alicante. La única funeraria de Pamplona (hay tres) que ha accedido a contestar a CONSUMER ofrece uno de los costes menos onerosos, con 136.000 pesetas por el servicio completo. Asimismo, Barcelona (138.412 pesetas sólo hay una) y Logroño (147.000 pesetas, sólo hay una) se sitúan en un nivel bajo en la tabla.
La funeraria que contestó en Burgos (167.000 pesetas) y las de Bilbao (165.000 pesetas de media), Santander (163.000 pesetas de media) y Castellón 159.780 son las que más se acercan a la media que se registra en Murcia (170.664 pesetas). Con los precios más elevados se sitúan las de la capital donostiarra (187.433 pesetas) y las de Valencia (202.251 pesetas), cuya carestía se debe en gran medida al alto coste de una de sus funerarias, que con casi 250.000 pesetas es junto con una de Murcia (270.000 pesetas), de las más caras. Pero son las dos funerarias de Alicante (303.064 pesetas) las que presentan el coste más elevado de las estudiadas. Contratar en esta ciudad el servicio del supuesto supone 33.724 pesetas más que en la segunda más cara (localizada en Murcia).
Continuando con las comparaciones, la diferencia entre la funeraria más cara antes citada y la más barata (de Murcia) es de 183.000 pesetas. Por otro lado, la posibilidad de ahorro en cada capital según se concierte el servicio con una u otra funeraria de la misma ciudad la prestación del servicio, es de casi 150.000 pesetas en Murcia, 82.600 pesetas en Valencia, 66.186 pesetas en Castellón, 40.000 pesetas en San Sebastián, 21.000 pesetas en Santander,12.500 en Bilbao y 5.275 pesetas en Vitoria. En las otras cinco capitales, no pudieron establecerse diferencias: en Pamplona sólo contestó una de las tres funerarias existentes, en Burgos lo hizo una de dos, en Logroño y Barcelona sólo operan una en cada ciudad y en Alicante hay dos que son del mismo dueño. Las funerarias no determinan los precios de las esquelas, que varían mucho en los periódicos tomados para este supuesto. Si despreciamos el precio de las esquelas, la funeraria de Pamplona y la de Logroño se sitúan como las más baratas, con unas 100.000 pesetas de media. Les siguen las de Vitoria y Barcelona(112.600 y 114.052 pesetas de media, respectivamente).Castellón con casi 121.000 pesetas de media y las de Bilbao y Burgos, con precios similares (unas 123.000 pesetas de media) son un 20% más caras que la de Pamplona.
Las de Santander y Murcia con casi 140.000 pesetas, son las cuartas más caras. Las de Valencia (173.947 pesetas de media) y las de San Sebastián, (casi 154.000) pesetas se sitúan en segunda y tercera posición respectivamente. Pero es Alicante también sin incluir el precio de la esquela, la ciudad de coste más elevado: 264.088 pesetas. En las localidades no capitalinas, el panorama presenta diferencias. Murcia y Barcelona son los territorios más caro y barato (198.659 y 111.636 pesetas), respectivamente. En La Rioja y Burgos, morirse en los pueblos genera menos gasto que en la capital: el ahorro medio respecto de las funerarias de las respectivas capitales se mueve en torno a las 9.000 pesetas. También en Barcelona, Alicante y Valencia, morirse en los pueblos cuesta bastante menos que morirse en la capital: el ahorro medio respecto de las funerarias de las capitales se mueve desde las más de 100.000 pesetas de diferencia en Alicante, hasta 21.000 pesetas en Valencia Otra conclusión del estudio es el oscurantismo de las funerarias en cuanto a sus tarifas, casi siempre presentadas de manera global y sin una adecuada explicación de los conceptos por los que se cobra.
En clara evidencia de esta situación, CONSUMER no ha podido conseguir los precios de 223 empresas por la negativa de sus responsables a facilitar los datos solicitados. Junto a ello, se observa una muy lenta liberalización del sector, que en 1996, por Real Decreto, dejó de funcionar en régimen de monopolio. Sólo en Bilbao, Vitoria, y Pamplona compiten más de dos empresas, y en Logroño y Barcelona la elección es imposible: no se puede acudir más que a una funeraria y en Alicante hay dos pero pertenecen al mismo propietario.
Féretro y esquela, la mitad del gasto.
El féretro (cuyo precio incluye generalmente el acondicionamiento sanitario del cadáver) es el concepto más gravoso y en el que se registran mayores diferencias entre las capitales: de las 170.000 pesetas que cuesta el féretro más barato en Alicante pasamos a las casi 43.000 pesetas que hay que pagar Vitoria. En el precio de la esquela (la de tamaño más habitual en el diario de más tirada de la provincia, o la media entre los dos diarios de mayor audiencia de la ciudad), las oscilaciones son aún mayores, al ir desde las 46.000 pesetas de Logroño hasta las 21.000 exigidas en Vitoria. Ambos conceptos, féretro y esquela, acaparan, en general, la mitad del presupuesto en los servicios funerarios El elevado coste del féretro más económico en Alicante explica, en parte, que esta ciudad esté a la cabeza en cuanto a carestía. Y Vitoria ofrece el precio más bajo debido a lo económico del féretro y de la esquela más habitual.
Coronas de flores, gastos de gestión, coche fúnebre, … Analizando los otros gastos relacionados con el funeral, destaca la menor diferencia de precios en las coronas de flores más comunes, entre las 19.000 pesetas de Pamplona y las 6.000 pesetas de Barcelona. Pero, en cambio, los gastos de gestión arrojan cuantiosas diferencias. San Sebastián ofrece un coste medio por este servicio de 32.700 pesetas frente a las 4.200 de Murcia, las 4.500 de Pamplona y las 4.800 pesetas de Logroño. Por las gestiones en Burgos se cobran 11.235 pesetas. En Bilbao, con un precio similar a Santander, Barcelona, Alicante y Castellón, exigen 16.000 pesetas. En Valencia se cobra por las tramitaciones burocráticas 22.000 pesetas Y en Vitoria, unas 20.000 pesetas. Por otro lado, el desembolso que representa el alquiler del coche fúnebre (trayecto: desde el lugar, en la capital, donde se encuentre el cadáver hasta el tanatorio, y de aquí al cementerio) sirve como ejemplo de la falta de homologación que reina en el sector de las funerarias: no existe un sistema común de cobro, algunas lo calculan en función del tiempo de espera y otras según el kilometraje. O en función de ambas cosas a la vez. Alicante (más de 24.000 pesetas por el coche) es la que más cobra por este servicio Bilbao y Vitoria (más de 19.000 pesetas por el coche), frente a las 5.500 pesetas de Pamplona o las 6.000 pesetas de Barcelona. El certificado de defunción (expedido por el Colegio de Médicos y gestionado por la funeraria para dar de baja al fallecido en el Registro Civil), cuesta menos de 500 pesetas en las capitales de CAV, Murcia, Barcelona y en Logroño, en Burgos se eleva a las 3.000 pesetas, llega a las 4.000 en Pamplona, Alicante, Valencia y Castellón y alcanza las 5.000 pesetas en Santander. Y la tasa de inhumación, por su parte, supone desde las 20.500 pesetas en Bilbao (aunque en su cementerio también se ofrece la opción del coste cero, si se entierran los cadáveres en un panteón comunitario durante cinco años y se permite después al cementerio deshacerse de ellos) a las 2.000 pesetas del camposanto de Murcia.
Otros servicios, más gastos
Si se solicitan servicios complementarios (no incluidos en el supuesto de CONSUMER), como el tanatorio, los gastos se incrementan. Y a ello se debe añadir el desembolso que supone el enterramiento en una fosa, nicho o panteón, si no se posee uno. Y si se opta por la incineración sobrevienen los gastos de cremación y los de la urna en que se depositan las cenizas del difunto, si bien se evitan otros, como los del enterramiento o compra o alquiler de nicho o fosa. Las salas de tanatorio han ido sustituyendo al domicilio del fallecido como espacio en el que velar al cadáver con la intimidad y recogimiento que requiere la luctuosa circunstancia. Pero, todavía, es una prestación de la que no todas las funerarias disponen.
Existe al menos un tanatorio en cada capital, si bien las diferencias en precios son significativas. En Alicante (las horas requeridas comúnmente) cuesta casi cinco veces más (58.800 pesetas) que en Santander (10.000). Murcia, donde se cobra 52.000 pesetas por el tanatorio, se sitúa cerca de la capital alicantina, seguida de Valencia (37.450 pesetas) San Sebastián y Vitoria, con 32.700 y 31.000 pesetas, respectivamente, se sitúan cerca de la ciudad riojana (33.000), mientras que en un nivel intermedio se encuentran los tanatorios de Bilbao, Castellón y Pamplona, a 26.000 pesetas el servicio. Burgos es la tercera con el precio mínimo más bajo, 21.000 pesetas, seguida de Barcelona (11.700 pesetas). Por su parte, la mesa de firmas (libro en el que se expresa la condolencia a la familia) cuesta en Bilbao (5.800 pesetas), casi seis veces más que en Vitoria y cuatro veces más que en Logroño. En el resto de capitales, se mueve entre las 2.000 y 3.000 pesetas. El servicio religioso, por otro lado, corre a cargo de la Iglesia y, por lo general, las funerarias incluyen en su factura la cantidad que se paga por este concepto: entre las 2.000 y las 5.000 pesetas.
Escasez de nichos y fosas.
El proceso de despedida pública al finado concluye con el enterramiento o cremación del cadáver. La incineración, disponible en todas las capitales salvo en Logroño, representa costes muy distintos: desde las 26.000 pesetas de Bilbao a las más de 112.000 pesetas de Vitoria (se hace en Bilbao; en este precio las funerarias vitorianas incluyen el desplazamiento). En la inhumación (o enterramiento), que depende de los ayuntamientos aunque el pago se realice a la funeraria, se puede recurrir a fosas, nichos y panteones. La situación de los cementerios de cada capital, tanto en cuanto a disponibilidad (alquiler o venta) de estas estructuras de depósito y guarda de cadáveres como a precios es muy dispar. Y dista mucho de ser favorable para los usuarios.
Por ejemplo, en ninguno de los tres cementerios de San Sebastián se ofrecen nichos y sólo se alquilan columbarios (para restos) y ceniceros (cenizas) por 10 años, a 30.000 y 15.000 pesetas, respectivamente. Las fosas no se alquilan y se paga 17.400 pesetas por la inhumación. Veamos otro caso: las inhumaciones, en Bilbao, son de dos tipos: las realizadas en concesiones a 99 años (panteones, sepulturas y nichos), para las que no hay posibilidad de venta al estar agotada la oferta; y la inhumación en panteones comunitarios durante cinco años, tras los cuales se procede a la exhumación para dar entrada a otros cadáveres. Con este sistema rotatorio, desde hace 9 años no hay enterramiento en fosa de tierra, y se aprovecha mejor el escaso espacio disponible en el cementerio. En el de Pamplona, fosas y nichos sólo se adquieren a través de concesiones del ayuntamiento por 10 años, a 12.000 y 39.000 pesetas, respectivamente.
Los panteones salen a subasta y los más baratos cuestan 650.000 pesetas. En Barcelona los nichos sólo se pueden alquilar con un coste de casi 9.000 pesetas al año. Si lo que se prefiere es la compra, el coste de un nicho se encuentra en torno a las 134.000 pesetas. Los panteones son una opción muy concreta. En Barcelona se compran por precios que superan los 3 millones de pesetas. En cada ciudad se repite la diversidad.
En Valencia y Castellón, fosas y nichos sólo se alquilan. Los cementerios de estas dos capitales venden terreno, desde las 85.700 pesetas por cada metro cuadrado de terreno en Castellón hasta las 135.000 de Valencia . En Alicante, el terreno para este fin sale a 62.000 pesetas el metro cuadrado y en Murcia supera las 100.000 pesetas.
El auge de las cenizas.
Del total de las 320.000 defunciones que cada año se registran en nuestro país, se estima que las cremaciones son el destino del 18% de los cadáveres, si bien varía mucho de una ciudad a otra. La ciudad puntera es Madrid con un 25% anual de cremaciones. En los últimos dos años se ha registrado un gran incremento de los hornos crematorios en ciudades de menos de 500.000 habitantes, lo que ha dispersado este servicio.
En Europa hace varios años que se ha estancado este aumento, al quedarse las cremaciones en el 30%. En nuestro ámbito, 9 de las capitales estudiadas hacen cremaciones: (Álava, Navarra y La Rioja carecen de hornos crematorios, si bien en la capital alavesa pronto abrirán sus puertas dos de ellos). El servicio de Santander es por casi 90.000 pesetas, en Alicante, donde las dos funerarias que incineran cobran lo mismo, es de 77.000 pesetas por cadáver. La media de las dos que queman en Murcia sale a unas también onerosas 65.000 pesetas. En Burgos saldría por casi 60.000 pesetas. En San Sebastián y Pamplona por 55.600 y 50.290 pesetas, respectivamente. La de Barcelona (que trabaja sin competencia, ya que es la única que opera) cobra 41.500 pesetas. Y las más baratas son las funerarias de Valencia y Castellón (una en cada ciudad), donde la cremación representa en torno a las 32.000 pesetas.
El coste del protocolo funerario, ciudad por ciudad.
- Vitoria: (Los datos corresponden a la media de las dos funerarias que contestaron a CONSUMER. Una no lo hizo). Ofrece el coste mínimo medio más bajo (134.000 pesetas de media), un 126% menos que en Alicante. El féretro (42.800) y la esquela habitual (21.400) más baratos. Tasa de inhumación (3.900) de las más baratas El coste más económico de la mesa de firmas (1.000 pesetas, casi seis veces menos que Bilbao) pero el más caro de la cremación (112.000 pesetas).
- Pamplona: (Sólo respondió una de las tres funerarias existentes). La segunda ciudad con un coste mínimo más bajo (136.000 pesetas). El coche fúnebre (5.500) más económico y los gastos de gestión (4.500) de los menos onerosos. En los servicios complementarios (tanatorio, mesa de firmas y cremación), tarifas de nivel intermedio.
- Barcelona: (sólo hay una empresa funeraria). Algo más de 4.000 pesetas que en Vitoria (138.400 ptas.), la mitad que en Alicante. La corona de flores (6.000 ptas. ) más barata. El segundo coche fúnebre (6.000) menos oneroso, y de las esquelas (24.360) menos costosas. El tanatorio más barato (11.684 ptas.) junto con el de Santander. La capital con tasa de inhumación más cara: casi 22.000 pesetas.
- Logroño: (Sólo opera una funeraria, y proporcionó la información). El cuarto coste mínimo más bajo (147.000 pesetas). La esquela habitual más cara (46.000), más del doble que en Vitoria. No hay posibilidad de cremación. El tanatorio (33.000) se sitúa en una posición intermedia.
- Castellón: (los datos corresponden a la media de las dos funerarias que contestaron. Seis no lo hicieron). La quinta ciudad más económica (160.000 ptas.). Costo caro en el féretro (66.000 ptas.). Coche fúnebre (7.000 ptas.) y tasa de inhumación (3.800) de los más baratos. Caros, la esquela (39.000 ptas.) y los gastos de gestión (16.342).
- Santander: (Los datos corresponden a la media de las dos funerarias que existen). Coste mínimo, en un nivel medio (163.000 pesetas). El certificado de defunción más caro (5.000 pesetas), pero esquela barata (23.000). El tanatorio más barato (10.000 pesetas, casi seis veces menos que en Alicante).
- Bilbao: (Los datos corresponden a la media de las tres funerarias que contestaron a CONSUMER. Una no lo hizo). Coste mínimo similar a Santander (165.000 pesetas). Alto coste del coche fúnebre (19.000 pesetas, el triple que Pamplona). Cara tasa de inhumación (20.000 ptas.). Cremación la más barata (26.000 ptas.), pero mesa de firmas muy cara (5.800).
- Burgos: (Sólo respondió una de las dos funerarias existentes). Coste (167.000 pesetas) similar a Murcia. El féretro más económico es caro (64.000), lo mismo que la esquela habitual (44.000). En tanatorio, mesa de firmas y cremación, los costes son de nivel medio.
- Murcia: (los datos corresponden a la media de las cuatro funerarias que contestaron. Otras tantas no lo hicieron). En la parte alta de la tabla en cuanto al coste medio (171.200 ptas.). Sus precios más elevados, en el féretro (71.000) pesetas, en el coche fúnebre (13.500) y el tanatorio (52.163). La corona de flores, barata (9.500 pesetas). La más económica tasa de inhumación (2.000 ptas.) y gastos de gestión (4.210 pesetas).
- San Sebastián: (Los datos corresponden a la media de las dos funerarias que operan). El tercer coste mínimo más elevado (187.000), un 40% más que en Vitoria. Los féretros (66.000) caros. Los gastos de gestión (32.000, representan siete veces más coste que en Murcia y Pamplona) más caros. El tanatorio, en una posición intermedia (32.700).
- Valencia: (los datos corresponden a la media de las tres funerarias que contestaron. ¡Dieciocho funerarias! no lo hicieron). La segunda ciudad más cara . El coste medio es de 202.250 pesetas. Muy caro el féretro (81.000 ptas.), sólo superado por los de Alicante. Gastos de gestión muy elevados (21.750 ptas.).
- Alicante: (los datos corresponden a la media de las dos funerarias que existen). La ciudad con funerales modestos más caros, con mucha diferencia : 303.000 pesetas de media. El féretro (171.200 ptas.), el coche fúnebre (24.600 ) y el tanatorio (58.850). La corona de flores (17.000) cara.
Ficha técnica y tabla comparativa
- Se comparan los precios de 91 funerarias: 24 de las doce capitales y 67 de otras localidades de CAV, Navarra, Burgos, La Rioja, Cantabria, Barcelona, Castellón, Valencia, Alicante y Murcia.
- La recogida de tarifas de las funerarias finalizó el 31 de julio. Previamente, se telefoneó a todas las funerarias solicitando sus tarifas mínimas, explicando el objeto del estudio. Un total de 223 funerarias se negaron, a pesar de las tenaces gestiones de esta revista, a facilitar los datos solicitados para este informe.
- Una vez conseguidas las tarifas, se calculó para cada funeraria el coste medio final del supuesto establecido: el coste global que supone adquirir el féretro más barato de los disponibles, el traslado en coche fúnebre, el acondicionamiento sanitario del cadáver, el servicio religioso más común, la corona de flores más habitual, los gastos de gestión y tramitación del expediente y del certificado de defunción, la esquela habitual en el periódico de mayor difusión de la provincia y la tasa de inhumación. Posteriormente, se calcularon las medias correspondientes a cada ciudad o conjunto de localidades en cada provincia.