¿Qué prefiere usted, libro electrónico o de papel?
El libro electrónico.
¿Por qué?
Por una razón muy específica: dispongo en este formato de una mayor oferta de contenido relacionado con mis intereses. El libro técnico ha sido de los primeros en abrirse camino en la Red. Yo leo mucho en inglés y busco muchos contenidos sobre mi profesión de consultor editorial. Además viajo mucho y el libro electrónico me permite transportar todas mis necesidades culturales en un maletín: libros, música, películas, revistas, diarios, etc.
¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes de cada formato?
El papel no deja de ser una tecnología que lleva 500 años con nosotros, y por algo será: permite leer de forma muy amable y sensorial. Pero tiene grandes inconvenientes: pesa demasiado y ocupa espacio en las estanterías de unas casas cada vez mas pequeñas. Por el contrario, el libro electrónico no pesa ni ocupa, te deja personalizar la lectura -permite aumentar el cuerpo de letra o el tipo de letra, dar más brillo a la pantalla o más contraste, etc.- y puedes compartir notas sobre lo que lees con gente que no conoces, con lo que se enriquece la experiencia de lectura.
¿Se podría decir que nos hallamos ante un salto tecnológico definitivo en cuanto al soporte para la cultura?
Si, esto ya no tiene vuelta atrás, Internet ha impactado en todos nuestros hábitos. Todavía no ha llegado este cambio radical a la literatura, en cuanto a que aún replicamos el modelo de toda la vida, pero es muy posible que en los próximos años veamos la llamada “narrativa transmedia”. Yo ya la he visto en Estados Unidos, con autores que sacan obras en digital para leerse sólo en pantalla, con lo que adaptan su narrativa a una serie de condicionantes, como textos más concisos, frases más cortas o introducción de enlaces hipertextuales. Yo creo que llegaremos a ver novelas multimedia.
¿Cuánto tiempo le queda al libro de papel?
El libro de papel no va a desaparecer, pero sí va a perder su peso relevante en la sociedad. En EEUU el 20% de las ventas ya son digitales.
¿Qué consecuencias en los hábitos de lectura tiene este cambio?
Para empezar ya leemos a más velocidad pero con menos tiempos de atención, lo que se dice leer en diagonal. Habrá mucha voracidad por tener y saber, pero con menos profundidad en los temas. Esto es algo que los narradores deberán tener en cuenta a la hora de escribir. Otro cambio es que ahora somos más sociales, nos gusta compartir todo lo que hacemos, incluso lo que leemos; la lectura está dejando de ser algo íntimo.
¿Se leerá más o se leerá menos en soporte electrónico?
Yo no creo que el libro digital vaya a hacer que leamos más, al menos en principio. El 50% de los españoles confiesa que lee muy poco, según el Gremio de Libreros. Yo creo que los índices serán parecidos.
¿No se perderá una manera de vivir y ver las cosas?
Sí, sin duda, sobre todo para unas generaciones que nos hemos educado sentimentalmente en esos sitios. Pero toda revolución implica pequeñas y grandes tragedias.
¿Nos dirigimos hacia una cultura personal más libre o más controlada con los formatos electrónicos?
El libro digital es una senda peligrosa sin duda. En la “librería de viejo” escogías tu libro con total libertad y ahora tienes una presión muy grande de los intermediarios culturales. Creo que a las futuras generaciones habrá que educarlas para que no pierdan la capacidad de decidir por ellas mismas, de tener criterio y saber escoger.
España siempre ha sido un país de pocos lectores, ¿no sorprenden un poco las cifras que se manejan sobre la piratería de libros electrónicos?
Yo veo en el problema de la piratería una demanda de consumo no atendida, en este caso la disponibilidad de títulos. Es cierto que hay personas que acumulan cientos de libros electrónicos en su disco duro que jamás leerán. En Internet todos tenemos una especie de síndrome de Diogenes, pero se debe a que venimos de una sociedad en la que ser alguien era poseer algo, y pasamos a otra que vive de “acceder a” y “compartir con”. Cuando se atienda la demanda de libros electrónicos se frenará la piratería.