Webcams

Desde el ordenador, la vida en directo

"Me iría esta mañana a esquiar pero ¿qué tiempo habrá en la estación". Para saberlo, no necesitamos llamar a nadie ni consultar el parte meteorológico.
1 febrero de 2001
Img internet listado

Desde el ordenador, la vida en directo

Conectándonos a Internet y bajando la página web correspondiente, podemos hacernos con esta información viendo imágenes en movimiento en directo y conociendo la temperatura y el viento que hay allí en ese mismo momento. Y la abuela que vive en Madrid puede emocionarse contemplando a su nieto en la cuna hacia la que sus padres, amantes de la naturaleza y guardas forestales en un parque natural de Soria, han enfocado su cámara de vídeo específica para Internet, o webcam.

No estamos hablando de ciencia-ficción. Esto ocurre hoy mismo en muchos hogares de nuestro país. La imagen en movimiento y en directo también viaja a través de Internet. La Red ofrece hoy a cualquier usuario la posibilidad de ir más allá del texto, de las imágenes estáticas y de los gif animados. Una cámara digital conectada a un ordenador, que cuesta entre 9.000 y 70.000 pesetas, puede transmitir imágenes en movimiento en directo (normalmente, de calidad mediocre, todo hay que decirlo) que a su vez pueden ser recibidas a través de la Red por los ordenadores que se conecten a la dirección en que se halla esa página.

Estas cámaras son las webcam, nombre que también designa a las páginas o parte de las páginas que ofrecen secuencias de vídeo en vivo. Hace todavía unos meses, sólo los muy caprichosos, y entre ellos no precisamente los que sufren penurias para llegar a fin de mes, se permitían esta tecnología. La razón era la de siempre, el coste excesivo: mantener una cámara actualizando imágenes 24 horas al día salía muy caro, ya que se enfrentaban al problema del consumo de ancho de banda. Hoy, con las tarifas planas (cuesta lo mismo estar conectado sólo una hora que todo el día) empieza a ser común el uso de webcam en páginas (sitios web) personales en Internet, pero todavía pasarán algunos años antes de que cualquier usuario, al igual que tiene hoy una impresora, coloque una cámara sobre su monitor para comunicarse también mediante esta imagen en movimiento que él mismo genera y que habla de sí mismo y de su circunstancia. Hasta que se generalice este uso, podemos conformarnos con asomarnos a las cientos de ventanas que se ponen a nuestro alcance mediante las webcam colocadas en los más diversos lugares del mundo.

No son complicadas de instalar

Si queremos transmitir nuestras propias imágenes, sólo necesitamos una cámara digital conectada a un ordenador a su vez conectado a Internet y el software (programas) específico. Una cámara de calidad, que garantice control de luz y una cierta fiabilidad técnica, cuesta hoy unas 70.000 pesetas pero si arrinconamos las exigencias podemos hallar algunas webcam por 15.000 pesetas e incluso algo menos. La podemos instalar nosotros mismos, siguiendo las sencillas instrucciones que acompañan al hardware. Tengamos claro, antes de empezar, lo que distingue a una webcam de una transmisión de vídeo por Internet.

Ambos sistemas hacen llegar al usuario imágenes en directo, con la relevante diferencia de que la transmisión por vídeo requiere un mayor ancho de banda (conexión de una calidad considerable) que la de imágenes de una webcam, además de revestir una mayor complejidad ya que se trata de una emisión continua de imágenes. Para ver y transmitir imágenes desde una webcam no se requiere un mayor ancho de banda, ya que son imágenes fijas de pequeño tamaño, fotografías emitidas a una cierta velocidad, aunque al usuario receptor le parezca que está viendo un vídeo que funciona más lento de lo habitual. La mayor ventaja de las webcam es que para ver las imagen captadas a través de una de estas cámaras digitales el usuario receptor no necesita programa específico alguno ya que se puede mediante los navegadores, como Internet Explorer o Netscape.

Fotografías en tiempo real

Navegar en Internet parece más real cuando visitamos en vivo cientos de lugares por todo el planeta. La mera curiosidad, saber si en la estación de esquí está nevando o en la playa luce el sol, saludar a los amigos desde la Plaza de Cataluña de Barcelona, comprobar si el hijo cumple la promesa de estudiar tres horas al día, vigilar a nuestra madre enferma en cama o contemplar un acontecimiento sin tener que esperar a que la televisión se haga eco de él, son algunas de las muchas razones que mueven al internauta a acudir a las webcam.

La vuelta al mundo en vivo y en directo

Julio Verne, además de un inolvidable narrador de aventuras, fue un adelantado a su tiempo y predijo muchos inventos que sorprenderían a la humanidad décadas después, así como las repercusiones (como el viaje a la Luna) de estos avances tecnológicos. Pero ni siquiera la fértil imaginación de este escritor pudo imaginar que llegaría un momento en que sus intrépidos podrían dar una vuelta al mundo virtual, y en tiempo real, sin siquiera moverse del sillón.
Sólo se requiere, para ello, un ordenador conectado a Internet y con los programa de audio y vídeo convencionales. Nada más. Me doy un paseo por Barcelona en uno de sus taxis negros. Me aburro de tanto coche, reconozco que todo me acaba aburriendo enseguida, no en vano pertenezco a la generación de los impacientes, y decido culturizarme un poco y qué mejor para una moderna como yo que visitar el Guggenheim: bilbao.cjb.net. Me gustan los contrastes, y me paso a la estación de Canfranc que sirvió de escenario a “El Doctor Zivago”: www.arrakis.es/~saman/mava. Y ya que estoy tan cerca de la nieve voy a comprobar el tiempo hace en la estación de Candanchú, tal vez me anime a ir a esquiar este fin de semana. Si hace bueno quizá me dé un garbeo por La Concha donostiarra: www.viapolis.com. En cualquiera de estos dos sitios web, además de disfrutar de la imagen, me informo sobre la temperatura y el viento que rigen. Antes de irme, voy a intentar descubrir cómo se ve mi casa desde un satélite: terraserver.microsoft.com/default.asp. No ha habido suerte, pero si obviamos la sensación de vértigo es divertido observar la estatua de la Libertad desde el cielo. Hablando de franceses (no es un error, fueron los galos quienes regalaron esta estatua-símbolo a la ciudad yanki), París siempre merece una visita, y como he avisado a unos amigos que iba a darme esta vuelta mundial, veo sus sonrientes caras, ateridas por el frío, saludándome desde la Torre Eiffel: www-compat.tf1.fr/livecam. Lástima que no pueda contestar su saludo, pero veo que todos se han cambiado el pelo, a pesar de la niebla que pende sobre la ciudad; lo mismo me pasó en Barcelona el otro día: www.bcn.es. No sé si algún día haré realidad mi sueño de llegarme hasta Alaska, qué tendrán esas moles de hielo para encandilarme tanto, pero al menos podré verlas en camera.touchngo.com. Para descansar un poco de tanto paisaje embriagador y volver a la cruda realidad humana, en www.dohc.com/aloha investigo qué es eso de Pearl Harbour que sale en todas las películas de la Segunda Guerra Mundial. Algo tenía que ver con los portaaviones, como en el que estoy navegando en www.earthcam.com/usa/newyork/intrepid. De la alta tecnología militar, y sin cortarme un pelo en cuanto a ambiciones logísticas se refiere, paso a la magnificencia del Everest. Y como es tiempo de rebajas, vuelo hasta la Quinta Avenida neoyorquina: www.mte.com/webcam. Para ir terminando el viaje me relajaré con la monumental Florencia: www.vps.it/cupolalive, y como postre, vuelta a la naturaleza más agreste en lanzarote-webcam.com.

Navegar a la carta
  • www.viapolis.com ofrece un recorrido por distintas ciudades: Badajoz (Plaza de España), Palma de Mallorca (Bahía de Palma), Cádiz (Plaza de la Victoria), Málaga (Plaza General Torrijos), Granada (Alhambra), Vitoria (Plaza de la Virgen Blanca), Alicante (playa de San Juan), Barcelona (Plaza de Cataluña), Bilbao (Guggenheim), Donostia (La Concha), Gijón (playa San Lorenzo), Las Palmas (playa Las Canteras) , Logroño (Plaza del Espolón), Pamplona (Plaza del Castillo), Santander (El Sardinero), Sevilla (vista de la Giralda desde el Guadalquivir), Tenerife norte (lago Martianez), Tenerife Sur (playa de las Américas), Valencia (Plaza del Ayuntamiento), Madrid (Plaza de Colón) y A Coruña (playa de Riazor).
  • www.barrabes.com
    permite el acceso a las estaciones de esquí de Pas de la Casa, Sierra Nevada, Candachú y Baqueira.
  • www.comfm.com/webcam
    es la dirección del anuario mundial de webcam, alberga 2.436 direcciones divididas por lugares del mundo, actividad y temas. Permite viajar en Red por todo el mundo y ofrece la posibilidad de conectarnos a las últimas cámaras colocadas.