Claves: racionalizar el gasto, planificar el consumo y contratar tarifas económicas
No hay fórmulas mágicas para gastar menos, pero nos será más fácil si reducimos el consumo de energía y contratamos tarifas económicas telefónicas, eléctricas o de gas. También podemos ahorrar si obtenemos el máximo rendimiento a nuestro consumo de agua, gas y electricidad, adaptando los hogares: acumuladores, uso de bombillas de bajo consumo, termostatos, burletes para puertas y ventanas… Otra fuente de gastos susceptible de intervención es la cesta de la compra: si pensamos mejor la lista y adquirimos sólo lo que necesitamos y buscando el mejor precio, podremos ahorrar un dinero.
Recibos de luz y gas
- Contrate la potencia y tarifa que más se ajusten a sus necesidades. Estudie la tarifa nocturna y evalúe si le resulta rentable.
- Use la luz artificial sólo cuando realmente la necesite. No deje luces encendidas en habitaciones en las que no haya nadie.
- Sustituya las bombillas convencionales por otras halógenas de bajo voltaje o por lámparas fluorescentes compactas. Proporcionan el mismo nivel de iluminación, duran 8 veces más y ahorran hasta un 80% de energía.
- Compruebe el consumo de los electrodomésticos en su etiqueta energética. Los niveles A y B son los más eficientes.
- Sopese la opción de sustituir los radiadores eléctricos por acumuladores de calor para contratar la tarifa nocturna. Podría ahorrar un 50% en calefacción.
- Reduzca las fugas de calor, y proteja su casa contra el frío aislándola con doble acristalamiento y burletes (tira en las hojas de puertas y ventanas para aumentar el aislamiento térmico). Puede ahorrar entre un 20% y un 40% en calefacción.
- Procure que la temperatura de la calefacción se mantenga alrededor de 20 oC, nivel ideal para una vivienda. Cada grado adicional supone un 5% más de consumo de energía.
- Ajuste el termostato del frigorífico según la temperatura ambiente. Los alimentos necesitan 3oC -5oC; cada grado que baje esta temperatura supone aumentar el 5% en gasto eléctrico.
Ahorrar en el agua
- Aproveche al máximo la capacidad de la lavadora y del lavavajillas. Reducirá el consumo de agua, detergente y energía. Y alargará la vida de los aparatos.
- Controle el consumo de agua. Un grifo abierto gasta 5 litros de agua por minuto. Repare las fugas de agua. Un grifo que gotea supone 60 litros de agua al día.
- Sustituya el baño por la ducha. Consumirá la cuarta parte de agua y de la energía que requiere calentarla.
Factura telefónica
- Analice el destino y la hora de sus llamadas más habituales y compare las tarifas de los distintos operadores para ver que compañía le resulta más económica.
- Realice preferentemente sus llamadas durante el horario “reducido”. Ahorrará hasta el 50%.
- Pida información a su compañía sobre bonos y planes de descuento. Según el operador y el tipo de llamada, puede ahorrar hasta un 45%.
- Si tiene móvil, haga sólo las llamadas imprescindibles con él y deje el resto para cuando llegue a casa. Las tarifas de la telefonía fija son más baratas.
La cesta de la compra
- Antes de salir de casa, elabore un lista de lo que necesita, con cantidades exactas y cíñase a ella. Compare los precios que para un mismo producto ofrece cada marca.
- Una compra grande al mes, o cada 15 días. Controlará mejor lo que gasta y se enfrentará menos veces a la tentación de la “compra por impulso”.
- Reduzca el uso de la tarjeta de crédito y pague en metálico. Casi siempre se gasta menos.
- Aproveche ofertas de productos no-perecederos (conservas, limpieza, higiene…) para llenar la despensa.
- Adquiera marcas blancas de distribuidor. Según el producto, podrá ahorrar hasta un 25%.
- A final de mes ,haga un cuadro con los gastos de luz, agua, teléfono, etc., y póngase de acuerdo con su familia para intentar reducirlos.
- Lleve sus cuentas al día. Apunte cada noche lo que ha gastado durante el día. Será consciente de los gastos innecesarios que ha realizado, y tendrá un estímulo para no reincidir.