Los expertos nutricionistas de EROSKI CONSUMER responden

El objeto del Consultorio Nutricional es ofrecer una respuesta a las dudas que pueden surgir a los consumidores sobre cualquier aspecto vinculado con la alimentación, nutrición y dietética
1 abril de 2013
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Los expertos nutricionistas de EROSKI CONSUMER responden

¿Se come la corteza de los quesos? En algunos casos es evidente que no porque se aprecia a simple vista algo parecido a plástico, ¿en otros?

Según el tipo de corteza hay dos clases de quesos, los de corteza natural y los de corteza artificial, o con recubrimiento. En estos últimos, este elemento se emplea para controlar la humedad y proteger el queso, entre otras cosas. El recubrimiento se distingue fácilmente de la corteza, ya que está hecho con un material distinto del queso y muy a menudo se puede eliminar raspándolo o despegándolo. La corteza del queso es comestible aunque adquiere una composición ligeramente distinta de la del interior del queso y a menudo presenta un sabor más amargo, mientras que el recubrimiento conviene desecharlo ya que normalmente se elabora con materiales sintéticos (plásticos, ceras o parafinas).

Dentro de los quesos de corteza natural, comestible, según gustos, hay también diversidad de productos: quesos con corteza con moho grisáceo azulado como algunos franceses (Crottin, Valençay); de corteza blanda y blanquecina cubierta de pelusa (Brie, Camembert); quesos de corteza dura y correosa como el Emmental, Cheddar, Parmesano, Manchego, Idiazabal…

¿Qué frutas son recomendables para controlar la diabetes?

La dieta para una persona con diabetes no debe excluir el consumo de ningún tipo de fruta fresca. En su justa medida, una persona diabética puede cualquier fruta sin temor a que se descontrole su glucemia. No obstante, conviene ser comedido, ajustar la cantidad por ración o comer con menos frecuencia aquellas frutas que en comparación con el resto y a igualdad de peso concentran más azúcares. Es el caso de: plátanos, uvas, chirimoya, palosanto o caqui, granada e higos, que contienen entre 2 y 3 veces más azúcares (15-17 g/100 g) respecto al el resto de frutas (7-10 g/100 g).

ABC de la nutrición: Leptina

Es una hormona relacionada con el apetito. La leptina, que produce de forma natural el organismo, desactiva la sensación de hambre en el cerebro. La leptina también elimina la satisfacción que proporciona comer porque actúa sobre los centros cerebrales del placer y reduce la actividad en esta zona cerebral. Está comprobado que las personas que no fabrican leptina o no lo hacen en una cantidad regular, tienen un mayor descontrol con las sensaciones de apetito y hambre, comen de una manera más compulsiva, no son selectivas con los alimentos, no tienen capacidad de autocontrol, y tienden a tener exceso de peso.

Binomio dieta mediterránea y ejercicio: anula la predisposición genética a la obesidad

El último estudio realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), publicado en la revista científica Plos One, asegura que el binomio entre dieta mediterránea y ejercicio anula la predisposición genética a la obesidad.

La investigación centrada en el estudio simultáneo de los dos principales genes asociados a la obesidad, el FTO y el MC4R, permitió confirmar que en personas sedentarias las variantes en estos genes que confieren predisposición a la obesidad se asocian a un mayor índice de masa corporal, circunferencia de cintura y prevalencia de obesidad. Sin embargo, en personas activas, la predisposición genética a mayor obesidad conferida por estos genes se anula.

También se comprobó que seguir una dieta mediterránea es capaz de anular la mayor predisposición genética a tener mayor peso, conferida por estos dos genes. La conclusión es muy clara: la práctica de ejercicio físico y la alimentación es clave para compensar la mutación de los genes FTO y MC4R de manera que las personas que la padezcan no tienen por qué ser obesas siempre y cuando practiquen deporte y tengan un alto grado de adherencia a la dieta mediterránea.


Picoteo sano: no más de 200 calorías

El picoteo, para que sea sano, debe considerarse como una comida que forma parte de las 5 que se hacen al día. No es cuestión de comer más en el total del día, sino de repartir todos los alimentos de una manera más proporcionada y asequible para el sistema digestivo. En una dieta de 2000-2200 kcal, la parte que corresponde a un picoteo saludable equivale a un 5-10% de total calórico, es decir, entre 100 y 200 kcal.

Para calmar el apetito entre horas se debe masticar despacio y a conciencia ya que se necesitan unos 20 minutos para que la sensación de saciedad llegue al cerebro; combinar en el picoteo alimentos con diferentes nutrientes como proteínas e hidratos de carbono, o proteínas y grasas para que la energía llegue a sangre de manera más paulatina. Comer mientras se hace otra actividad puede hacer que se pierda la consciencia sobre la cantidad de alimento que se come.

Por un puñado de dátiles

Los dátiles se incluyen dentro del grupo de las frutas desecadas aunque no sufren el proceso de deshidratación propio de ciruelas, uvas o higos secos. Los dátiles (Phoenix dactylifera L.) son los frutos de la palmera datilera, unas frutas de gran cultivo en países de Oriente Próximo y Oriente Medio.

Los resultados de un análisis comparativo de las principales variedades de dátiles, realizado desde la Facultad de Agricultura y Alimentación de la Universidad Emiratos Árabes Unidos, demuestra el principal nexo común: todas las variedades son excelentes fuentes de fibra dietética.

Deliciosas propuestas de consumo:

  • Ensalada de lechugas con tacos de queso de cabra y dátiles

  • Bizcocho integral relleno de dátiles y almendras

  • Crema de dátiles y nueces

  • Cordero o pollo guisado con ciruelas pasas y dátiles

  • Endibias con naranjas y dátiles