Una limpieza regular ahorra tiempo y esfuerzo
El sol es una amenaza para la pintura oscura de los coches no sólo porque se desgasta con mayor rapidez sino porque la suciedad se ve más, los mosquitos se pegan con más facilidad a la luna delantera y el polvo reaparece a los cinco minutos de haberlo lavado. La lluvia y el granizo cubren el automóvil con una capa de barro fino que se concentra en ruedas y paragolpes. La mejor forma de proteger el automóvil contra las influencias nocivas del medio ambiente es lavarlo con frecuencia, sin olvidar la limpieza del interior.
Este hábito dependerá, entre otros factores, de la asiduidad con que usemos el vehículo, el lugar en el que se ubica y las condiciones atmosféricas y ambientales. Un lavado a la semana no sólo mejora el aspecto del coche, sino también su potencial precio de reventa. Pero no todos los servicios ni todos los instrumentos de limpieza son aconsejables.
Cuándo y dónde lavar el coche
- Sin una limpieza adecuada y regular, incluso la mejor pintura se volverá pálida y descolorida por la acción de contaminantes industriales y del tráfico.
- Cuanto más tiempo permanezcan sobre la pintura del vehículo los excrementos de pájaros, restos de insectos, resinas de árboles, manchas de alquitrán, sales antihielo u otro tipo de suciedad agresiva, tanto más persistentes serán sus efectos corrosivos. Las altas temperaturas y la radiación solar intensa potencian el efecto cáustico.
- En caso de suciedad conviene lavar el coche nada más terminar de usarlo, cuando el barro y los restos de insectos y demás partículas aún están blandas porque se desprenderán con más facilidad. Si deja secar la suciedad, se expone a que se raye la pintura o queden manchas en ella.
- No lave el coche bajo el sol, ya que el jabón se puede secar antes de que tenga la oportunidad de aclarar el coche, dejando huellas en la carrocería.
- Procure evitar las estaciones de lavado a base de rodillos de cerdas. Son muy prácticas, pero en la mayoría de las ocasiones las cerdas de plástico rayan la carrocería.
- Evite lavarlo a mano. Las pequeñas cantidades de agua usadas en el lavado manual se mezclan con la suciedad y forman una agresiva pasta abrasiva que deja una gran cantidad de arañazos minúsculos y disminuye la capa de la pintura.
- Siempre que le sea posible, lave su coche en estaciones que dispongan de un sistema de lavado a presión con tratamiento de agua por ósmosis inversa. Este sistema descalcifica, desmineraliza y elimina el cloro del agua, con lo que no deja marcas de cal en la carrocería y favorece su secado.
Con manguera a presión, el enjabonado de abajo hacia arriba
- Debido a las características del detergente (específico para eliminar la suciedad estática), sus activos químicos son más eficaces mezclados con agua a 80 grados y a 100 bares de presión, y la fase de enjabonado se debe hacer de abajo hacia arriba y con la boquilla de la manguera perpendicular a la carrocería, para eliminar la suciedad de forma uniforme. De hacerlo de arriba hacia abajo, el detergente se dispersará sobre las zonas aún sin lavar dejando ?parches? de suciedad difíciles de quitar aunque después se lave esa zona. Además, se debe mantener una distancia entre la boquilla de la lanza y la carrocería del vehículo de unos 6 centímetros para mantener la temperatura, y la eficacia, del agua.
- Si el agua está tratada por ósmosis inversa no es necesario secar la carrocería, es más, no se debe hacer porque la gamuza dejaría manchas.
- Elimine las manchas de alquitrán con un poco de alcohol, aclarando después con agua.
- Para ayudar a quitar el barro de la parte inferior del chasis y de las ruedas use un cepillo blando. Frote una vez que el barro esté ya reblandecido por el agua, y siempre a chorro.
- No olvide limpiar a conciencia los faros, ya que la suciedad les resta luminosidad, con la consiguiente pérdida de visibilidad. Una simple capa de polvo en la superficie de los faros puede reducir su eficacia hasta un 10%.
Lunetas, ventanillas y escobillas
- Cada vez que lave el coche limpie las escobillas para evitar que las partículas de suciedad y grasa impregnada ensucien o rayen las lunetas. Páseles un trapo húmedo o un paño impregnado en limpiacristales una vez por semana.
- Mejore la limpieza de los cristales añadiendo un poco de lavavajillas al líquido del limpiaparabrisas.
- Para eliminar los mosquitos incrustados, pruebe a frotar con las bolsitas de malla plástica que suelen contener fruta y verdura. Rascan la superficie del cristal sin rayarlo.
Salpicadero y demás superficies interiores
- Limpie periódicamente el salpicadero, el techo y los revestimientos de plástico. Además de ofrecer un mejor aspecto, evitará respirar el polvo y la suciedad acumulados.
- Nunca limpie el cuadro de instrumentos ni las superficies de la unidad del airbag con productos que contengan disolventes, ya que su efecto corrosivo hace que las superficies se vuelvan porosas.
- Hay paños y aerosoles especiales para lavar los interiores, y “atrapapolvos” para la limpieza y mantenimiento de automóviles. También puede usar un trapo de polvo del hogar, y un cepillo suave para las zonas de difícil acceso.
- No pase el aspirador por esta zona, ya que podría arañar o dañar alguna pieza.
Tapizados y revestimientos
- Pasar el aspirador por los asientos con cierta frecuencia es la mejor manera de que se mantengan en perfecto estado.
- El tapizado y los revestimientos de puertas, bandeja portaobjetos, techo? se deben tratar con productos especiales de limpieza, o bien con espuma seca y un cepillo blando para las manchas.
- Cuide de que las espumas de limpieza no sean demasiado fuertes, ya que podrían atacar al color. Siga en todo momento las indicaciones del fabricante.
- Limpie con regularidad los asientos de cuero para evitar con el paso del tiempo un deterioro y desgaste del color.
- Evite que el cuero quede expuesto al sol durante mucho tiempo para que no pierda color.
- Para eliminar el polvo y la suciedad de este tipo de superficies lo mejor es usar un paño húmedo. Si algún punto está muy sucio, utilice algún producto de los que hay en el mercado para dicho fin.
- En caso de uso normal es aconsejable aplicar cada seis meses los productos especiales para mantener hidratado el cuero que se puede adquirir en cualquier concesionario o establecimiento especializado.