Perderse, una mala aventura evitable
La mayoría de los excursionistas regresan habitualmente agotados y satisfechos de haber logrado ascender a una cima o conocer determinado paraje, aunque algunos volverán defraudados debido a algún contratiempo. Respecto a estos últimos, depende del propio excursionista evitar el 90% de las situaciones de peligro que se presentan en la naturaleza. Y uno de los problemas más frecuentes es la desorientación. Por ello, saber orientarse en cualquier zona es una virtud, muy escasa debido al estilo de vida urbano de la mayoría de la población. No es seguro orientarse por instinto o por un vago conocimiento de un lugar, ya que será más fácil extraviarse.
Lectura de mapas
Un mapa es la representación gráfica de una porción de superficie terrestre. Algunos, como los del Ejército y los de editoriales especializadas, son herramientas precisas de orientación y, si se utilizan correctamente, juegan un papel fundamental. En ellos aparecen signos convencionales, llamados topográficos, que representan diversas características del terreno que reproducen y vienen indicados en los márgenes de la hoja. Su conocimiento permitirá leer un mapa con absoluta facilidad, asociando los símbolos convencionales con casas, caminos, montañas, etc. Los signos se dividen en dos grandes grupos: los planimétricos, que representan caminos, vegetación, hidrografía y construcciones, y los altimétricos, que muestran los desniveles del suelo, mediante líneas trazadas en el papel que unen puntos terrestres de una misma altura. Una completa carta topográfica expresará la planimetría y la altimetría del terreno que reproduce.
Estas cartas topográficas se componen de una red de cuadrículas formadas por líneas que recorren el plano de norte a sur y de este a oeste. La distancia entre esas líneas representa 1.000 ó 4.000 metros, según la escala de que se trate, y permite señalar un determinado lugar geográfico. La escala es la permanente relación entre la distancia real del terreno y la correspondiente en el papel, y deviene de gran ayuda para determinar espacios.
La brújula indica el Norte
La brújula resulta de vital importancia para quienes se alejan de zonas pobladas. Consiste, básicamente, en una diminuta barra metálica imantada que invariablemente señala el Norte. Las de mejor calidad poseen en su interior un limbo graduado en un disco giratorio numerado, que aumenta de cero a 360 grados de la siguiente manera: Norte = 0 grados, Este=90 grados, Sur=180 grados, Oeste=270 grados. El norte se denomina 360 grados ó 0 grados indistintamente.
La brújula magnética es el instrumento más sencillo y preciso para obtener rumbos y, junto con la carta topográfica del lugar, constituye un elemento básico de orientación. Su utilización es muy fácil: tan sólo habrá que depositarla sobre una superficie plana no metálica, esperar a que se detenga la aguja o el disco graduado y después leer el rumbo buscado.
La brújula debe mantenerse alejada de cualquier masa metálica o campo magnético durante su manejo, porque se alteraría la medición. No es inusual que algún “despistado” intente orientarse con una brújula manual dentro de un automóvil o al lado de un transistor de radio. Asimismo, debe utilizarse lejos de instrumentos de metal, como armas, linternas, cuchillos, etc..
Orientarse mediante los puntos cardinales
Determinar los puntos cardinales es básico para orientarse en el terreno. Aun en casos de extravío, no conviene caminar sin rumbo definido: invariablemente, se terminará más desorientado y se acumulará más cansancio, además de que la situación de la persona perdida habrá empeorado.
Una antigua pista para retomar el rumbo: recordar que el Sol sale por el este y se pone al oeste, indicando el Norte al mediodía. Para quienes incluyen en su mochila la brújula y el mapa topográfico de la zona, hay otras maneras de orientarse. Como primera medida, hay que depositar ambos objetos sobre una superficie plana y hacer coincidir el Norte del lugar con el de la hoja impresa. A continuación, se podrá reconocer visualmente la zona y se distinguirán los accidentes naturales del área en el mapa (montañas, ríos, etc.). Así, se ubicará en la carta topográfica el lugar donde se encuentra. Después, tan sólo habrá que fijar el camino a seguir.
Cálculo de la distancia
En ocasiones, surgirá durante las travesías la necesidad conocer la distancia a la que se encuentra un punto de referencia que se divisa a lo lejos. En caso de excursiones en grupo en las que nadie porte ningún instrumento de precisión, lo mejor será recurrir al siguiente sistema, que de puro obvio parece una broma, pero, al parecer, funciona: cada viajero determina la distancia a la que interpreta se encuentra el referido punto.
Después, se sumarán todas esas cantidades y el resultado se dividirá por el número de personas que participaron en el cálculo. De esa manera se obtendrá un promedio aproximado. No obstante, se tendrá en cuenta que las condiciones atmosféricas inciden en los cálculos. Se estiman distancias mayores a las reales con el sol de frente, tiempo lluvioso, nublado, en los atardeceres, en superficies rectas (caminos, costas) y en cuestas ascendentes, mientras que se aprecian espacios menores los días claros y diáfanos, con el sol detrás, en planos lisos (playas, salinas, agua, nieve…) y en cuestas descendentes.
Constituye, para quien posea este instrumento y cuente con un transmisor para pedir auxilio, un excelente sistema que calcula rápidamente la longitud, latitud y la altimetría. Pero es un error pensar que un GPS puede reemplazar al uso cotidiano de la cartografía.
- Obtenga bibliografía específica de la zona elegida.
- Lleve un teléfono móvil, podrá comunicar su situación, al menos la aproximada, en caso de pérdida.
- Con niebla, quédese quieto hasta que esta se disipe.
- Informe a la autoridad más cercana respecto a sus intenciones: ruta elegida, acampadas, etc..
- Asesórese sobre la viabilidad de sus proyectos; de esta manera podrá evitar serios inconvenientes.
- Si planea un viaje de aventuras, consiga una carta topográfica del lugar y una brújula de calidad. De lo contrario, busque un lugareño de la zona para que le acompañe.