Radiografía a los tejidos

No todo es moda, también la calidad cuenta

Comprar una prenda de vestir no debería ser tan sólo cuestión de moda y de gusto. La clase de tejido utilizado para su confección determinará su calidad, duración y las condiciones de conservación
1 septiembre de 2000
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No todo es moda, también la calidad cuenta

Las fibras son filamentos que componen los hilos y tejidos. Se dividen en dos grandes grupos, las naturales o las artificiales. El primer grupo está constituido por fibras en estado natural que no exigen más que una ligera adecuación para ser hiladas y utilizadas como materia textil. El segundo grupo lo forman fibras que no existen en la naturaleza, fabricadas mediante un artificio industrial.

Fibras naturales de procedencia animal

La seda

Brillante, fina, suave, lisa y crujiente, la seda no arde, es elástica, retiene el agua, se arruga bastante y no es atacada por los insectos. La seda se considera reina de las fibras naturales de procedencia animal, privilegio que le otorga la antigüedad de su uso y el misterio y la leyenda que ha rodeado durante siglos al gusano de morera que la produce. Debe lavarse a mano, con agua fría, sin frotar ni retorcer, por lo que no conviene que las prendas de seda se ensucien mucho, con el fin de limpiarlas siempre con un lavado ligero. Para mantenerla viva hay que evitar el uso de lejía y se debe planchar con sumo cuidado. Se puede limpiar en seco con cualquier disolvente, pero con precaución.

La lana

Ha sido utilizada en la vestimenta humana desde el Neolítico para elaborar prácticamente todo tipo de prendas. La mayor parte de las ovejas productoras de Europa, Australia y América proceden de la oveja merina española, traída a la Península por los árabes a principios del siglo XIV. La lana retiene el agua, por ello le cuesta mucho secarse; es un buen aislante térmico, ya que guarda en torno a la piel el calor que el cuerpo produce, proporcionando una sensación cálida. Las prendas confeccionadas con lana son especialmente valoradas y utilizadas por montañeros, debido a que atraen la humedad pero al mismo tiempo la retienen, y el cuerpo se mantiene seco y fresco. La lana no se inflama ni se funde y, por tanto, no se pega a la piel en caso de incendio. Es elástica, no se deforma y se arruga poco, ya que tiene gran poder de recuperación. Resiste los ácidos pero no las lejías, incluso diluidas. Puede apolillarse, amarillea con el sol y no almacena electricidad estática. Ningún otro tejido se conserva en excelentes condiciones durante tanto tiempo, aunque depende, claro está, de su pureza. El 7% de los tejidos están confeccionados de este material textil. La lana ha de lavarse en agua tibia, con precaución y utilizando jabón neutro, pero sin frotar ni retorcer. A ser posible, las prendas de lana deben secarse en horizontal. Puede limpiarse en seco y plancharse a baja temperatura y bajo un paño húmedo para evitar brillos. Sólo las prendas que así lo indiquen pueden lavarse a máquina.

El pelo de animales

En la composición química apenas se diferencian los pelos de las lanas, pero no así en su estructura física. La lana es rizada, el pelo liso; en el animal, la lana forma vellones o pelotas de fibras, el pelo, en cambio, cae suelto.

  • Alpaca: La alpaca es un animal que vive en Sudamérica, sobre todo en la región andina, y resulta difícil adaptarla a otras regiones. Es de color uniforme, casi siempre blanco, aunque también las hay de color achocolatado, pero nunca negras. Su tejido resulta suave al tacto y brillante a la vista. El empleo de alpaca ha sido tradicional en la confección de trajes de caballero.
  • Angora: pelo largo, muy fino y suave del conejo originario de Angora (región turca). Se utiliza preferentemente para elaborar suéteres y prendas exteriores de punto. Se mezcla con algodón o con fibras sintéticas.
  • Cachemira o cachemir: Proviene de la cabra de Cachemira (región asiática dividida entre la India y Pakistán), aunque actualmente se cría también en otros países fronterizos. Se usó tradicionalmente en la confección de los famosos chales que aún conservan ese nombre. En Occidente este pelo se vende a un precio muy elevado, por lo que generalmente se teje mezclado con otras fibras. Una prenda 100% cachemira se considera un gran lujo.
  • Camello: Pelo fino, suave y liso, muy apreciado para la fabricación de tejidos ligeros e impermeables. Fueron famosos los abrigos, en su color natural. Las mantas de cama elaboradas con pelo de camello resultan muy ligeras. Para lavar y conservar correctamente las prendas elaboradas con el pelo de los animales citados hay que seguir las mismas instrucciones que con la lana.

Fibras naturales de procedencia vegetal

El algodón

Representa el 39% del consumo total de fibras textiles. Su nombre es de procedencia árabe, debido a que, con toda probabilidad, fue originario de Oriente Próximo y del Valle del Nilo. El algodón retiene gran cantidad de agua, es fresco y su uso resulta confortable. Se tiñe con facilidad, con lo cual no se produce el fenómeno de descarga en el proceso de tintura. No tiene estabilidad frente a la conservación de la forma y hay que conferírsela mediante tratamientos mecánicos o químicos. Se arruga, aunque existen tratamientos químicos para evitarlo. Es más económico que las fibras animales. Cuando arde, huele a papel quemado. Resiste mal los ácidos y bien las lejías. El algodón ofrece muchas ventajas para su conservación. Es muy resistente al lavado, se puede frotar, escurrir y planchar fácilmente, aunque se recomienda que el tejido esté húmedo antes de plancharlo. Puede limpiarse en seco.

El lino

Fue una de las primeras fibras que el hombre utilizó, antes incluso que la lana. En la actualidad el lino goza de gran aceptación en la confección de prendas frescas para verano. Dependiendo de la urdimbre (técnica del hilado), puede fabricarse un tejido tan fino como la batista u otro tan basto como la lona. Por su grado de absorción de agua, es un tejido muy fresco. La superficie de la fibra, muy lisa, permite que el tejido sea suave al tacto. Por su afinidad a los colorantes, el tejido de lino es muy apropiado para la estampación y esta misma consistencia permite realizar en él cualquier tipo de bordado. Las características de conservación son idénticas a las del algodón.

De procedencia mineral

Destaca el asbestos, un silicio que se presenta en filamentos tan finos que se pueden tejer y son resistentes al fuego.

Atengos a la etiqueta

Las normas internacionales de la industria exigen etiquetar cada prenda fabricada indicando la naturaleza y composición del tejido, así como las instrucciones elementales de tratamiento y conservación. A continuación se relacionan los símbolos que de acuerdo a estas normas acompañan cada prenda, y se explica el significado de cada uno de los símbolos. Estos signos se emplean por los fabricantes de confección de todo el mundo para referirse a las operaciones de lavado, lejiado, planchado, lavado en seco y secado de las prendas.

Fibras no naturales

Las fibras artificiales, manufacturadas mediante polímeros naturales de celulosa, proteína y otras materias primas, provienen de la transformación química de productos naturales. Representan el 49% del consumo total de las fibras textiles.

  • El nylon Fue la primera fibra sintética que salió al mercado. Brillante o mate, es sensible al calor y de alta elasticidad. Posee un bajísimo índice de absorción de agua y es poco resistente a los ácidos y a los rayos ultravioletas. Se mezcla con las fibras naturales, añadiéndose a éstas hasta un 20 % de nylon para abaratar el tejido y mejorar su resistencia. El nylon aguanta bien los lavados aunque hay que plancharlo con mucha precaución. Si es de color blanco admite la lejía. Se puede limpiar en seco.
  • La viscosa Inventada a principios del siglo XX, la materia prima con la que se elabora es pulpa de madera o pelusa de algodón, que se disuelve en lejía de sosa y de la que se obtienen las fibras textiles. Es similar al algodón, pero de inferior calidad. Tiene gran poder de absorción de agua. Sensible a los ácidos y poco resistente a la humedad, su color es poco sólido. Se recomienda limpiar en seco y planchar bajo un paño húmedo con mucha precaución.
  • El poliester Cuando este producto apareció en el mercado acaparó la confección de camisas para hombre y blusas para mujer, así como la de sábanas, porque este tejido no requiere planchado. Es brillante o mate, de tacto cálido y menos transparente que el nylon, y permite ser teñido en el color deseado. Al arder desprende humo negro. Es muy elástico y resistente a la rotura, a la abrasión, a los insectos y los hongos. Retiene poco el agua, y dada su escasa absorción, fermenta el sudor, por lo que resulta inapropiado en climas húmedos. Se lava en frío, aunque también puede limpiarse en seco, pero sin amoniaco. Las prendas blancas admiten lejía. Ofrece buena resistencia al calor seco, pero no al húmedo.
  • Los vinilos Tan elásticos como el algodón, tienen la mayor tasa de absorción de agua de las fibras sintéticas. Arden formando burbujas, sin fundirse. Buena resistencia a la rotura y a la abrasión. Estables frente a ácidos y álcalis, y resistentes a la luz y a la intemperie. Pueden lavarse y plancharse a temperatura moderada. Admiten el uso de lejía y la limpieza en seco con precaución.
  • El elastano Quizá más conocido como Lycra, que no es más que el nombre comercial de la casa Dupont para este tejido, aunque también lo fabrican otras empresas textiles. El elastano es muy resistente y elástico, y posee una gran capacidad de recuperación. Se añade a otras fibras para proporcionarles elasticidad, que a su vez aportará comodidad a las prendas. Los tejidos que incluyan elastano deben lavarse con precaución y plancharse a baja temperatura.