¿Qué proceso sigue a la hora de escribir, de plantearse una obra literaria?
El oficio de escritor es permanente, uno está pensando a todas horas en la posibilidad de que algo que le suceda en la vida real puede ser susceptible de ser escrito. Yo voy por la calle con una libretita y anoto aquello que me puede servir, por ejemplo, para un novela. De repente, llega un momento en que ciertas ideas, sin saber muy bien porqué, se le fijan a uno. Cuando me surgió la idea de la novela La sonrisa etrusca estaba pasando unas navidades con mi hija que tenía un niño de nueve meses en Estrasburgo; entonces, en una noche, de esas frías de centroeuropa, el bebé comenzó a lloriquear, y yo, que de siempre me he levantado muy temprano, lo cogí en brazos para que su madre y su abuela no se levantaran. Mientras acurrucaba al niño paseando por la habitación la luna se reflejaba en la nieve y su luz entraba por la ventana. Fue fascinante. Ese cuarto de hora fue para mí infinito, y pensé en todo lo que le quedaba por vivir a esa criatura, si me iba a llegar a conocer, qué suerte iba a tener en la vida, etc. Total, que me fui a la cama pensando en que iba a escribir un cuentecito titulado “El abuelo” y acabó convirtiéndose en una novela de doscientas y pico páginas. Eso quiere decir que el arranque de una novela no se sabe muy bien dónde lo podemos encontrar. Luego, cada escritor tiene una manera de desarrollar la trama y de buscarse los apoyos para mantenerla viva. Yo tardo bastante en escribir una novela y me documento muchísimo. “La vieja sirena” tardé cinco años en escribirla pero no por hacer gala de erudición, sino porque tengo una idea central en mi oficio de escritor: si yo no me creo lo que estoy contando el lector no se lo va a creer. Por eso me documento mucho.
¿Es cierto que se necesitan estimulantes para toparse cotidianamente con la tan escurridiza lucidez?
Algunos escritores necesitan tomar café, whisky u otros estimulantes, pero yo no recurro a nada de eso. Me levanto muy temprano, ahora a las cinco y media de la mañana y antes lo hacía a las cuatro) Es en esas horas de la mañana es cuando estoy más despierto y me encuentro con mayor lucidez; medida que avanza el día m evoy cansando. Esa hora primera, en la que nadie me llama, que no hay teléfono, no hay ruido, no hay molestias¿para mí es fundamental. Es cuando monto mis tinglados en las novelas. El resto de la mañana sigo escribiendo y ya por las tardes me voy al cine o a pasear.
¿Cómo está el actual panorama literario español?
Yo lo veo bien, desde luego mejor que hace 30 años. Se escribe mucho y bien. Además se lee mucho más, sobre todo las mujeres. Sin embargo, en toda Europa no veo que se escriba mejor que los que lo hacían los escritores de antes de la Segunda Guerra Mundial como Malraux, Sartre¿Por no destacar que los escritores han perdido peso como intelectuales y no son tratados como tal.
¿Cómo ve usted la tan manida cuestión de la Tercera Edad ?
El término Tercera Edad no me gusta. Yo soy viejo, gracias a Dios he llegado a viejo y ejerzo de viejo. Lo de la tercera edad me parece como si el ser viejo costase trabajo decirlo. Para mí la Tercera Edad es como el ATS o la EGB, términos que suplantan nombres de toda la vida. Con ciertas condiciones la vejez se puede vivir muy bien disfrutando de las pequeñas cosas. Primero hace falta un mínimo de salud porque si uno está dolorido y enfermo se llevan peor estos años, luego hay que disponer de un mínimo de comodidad económica (no tener que pedir para comer, por ejemplo) y por último algo importantísimo es tener una cierta cultura. Lo malo es el pobre viejo que no tiene horizonte en la vida, que lo jubilan y no sabe como rellenar todo el tiempo de ocio que de repente le viene encima. No saben qué hacer con la vida y acaban muriéndose. Para mí la vida de viejo está muy bien. Una de las cosas buenas que tiene la vejez es la libertad, porque no hay que justificarse de nada, no tengo que ser más, puedo decir lo que me plazca sin atenerme a las consecuencias, no tengo problemas familiares¿en definitiva estoy encantado de la vida. Con respecto a las cuestiones afectivas como el amor, está claro que con 80 años nos se puede hacer lo mismo que con 20, pero la ternura, el afecto y la caricia siempre son posibles.
¿Y de los jóvenes, que podría decirnos?
Voy bastante a dar charlas a institutos y allí veo chicos estupendos interesados por la economía o la literatura. Luego está lo de las litronas y demás, pero también es verdad que hay chavales que colaboran con ONG y dedican sus vacaciones a irse a Latinoamérica a echar una mano a los más necesitados. Pero no hay que olvidar que el sistema educativo actual no enseña a los jóvenes a pensar, los atiborra de cosas que hay que hacerlas mecánicamente y que acto seguido se olvidan. Al poder no le interesa que los jóvenes piensen. Por eso, a muchos jóvenes sólo les interesa el cantante de turno y el acostarse con su chica; por otro lado, una cosa lógica si la única bandera que les ofrecemos es la de ganar dinero. Es el ideal de nuestra sociedad, luego no nos quejemos de que a los jóvenes no les interesan otros temas. A esto hay que añadir que la sociedad se ha secularizado y que la influencia de la Iglesia ha bajado muchísimo, los chicos no aceptan lo que ésta dice.
De este siglo que finaliza y que usted lo ha vivido casi entero, ¿qué balance hace de él?
A mí lo que más me ha impresionado es la estupidez y la brutalidad humana, que no aprende de nada. Este siglo lo sitúo en un final de época que no dice mucho, salvo en la ciencia y en la tecnología donde el progreso es abrumador. En lo demás yo no veo grandes ideas. No creo que la novela ahora sea mejor que la del siglo XIX, no veo que se pinte mejor, o que se haga mejor música que en el XVIII o XIX, o que el pensamiento filosófico sea más importante que el de Kant o los grandes pensadores. Y no digamos ya en economía, todo eso que llaman el neoliberalismo o el pensamiento único, lo considero un atraso porque son ideas del siglo XVIII. Lo del pensamiento único me irrita porque si es único no es pensamiento, es algo totalitario. Precisamente el pensamiento es todo lo contrario, la variedad, la libertad, la diversidad, en definitiva el que pensemos cosas distintas. O sea que yo no veo ideas nuevas, son todas del pasado. En la ciencia las novedades que se avecinan son inimaginables: por primera vez en la historia, el hombre no va a depender de sus genes sino que los genes humanos van a depender del hombre porque los vamos a poder modificar. Lo que antes la vida tardaba miles y millones de años en evolucionar ahora se realiza en un breve periodo de tiempo. Todo eso va producir unas revoluciones que no tenemos ni idea a dónde vamos a llegar, y si a esto unimos la constante renovación tecnológica y nuclear cualquiera vaticina algo. Por eso el poder se va a trasladar a los científicos e investigadores, que como siempre van a trabajar para las grandes empresas.
¿Qué hemos de entender cuando se habla de nueva economía?
Para los teóricos y políticos que se reúnen en cumbres, la nueva economía es competencia, nuevas tecnologías y globalización. Mire usted, hablar de globalización y poner policías en Tarifa para que el se quiera globalizar no entre me parece un contrasentido total. Quiero decir con esto que la globalización sólo es para una pequeña parte de la humanidad que son las grandes empresas y su entorno, porque el resto del mundo está globalizado en función de lo que dicten los de arriba. Dígale usted a un campesino asiático o del Perú que está globalizado. Lo que llaman globalización es el nuevo nombre del imperialismo, del colonialismo, donde una minoría rige los destinos del resto del mundo. Y la nueva economía sólo tiene de nuevo que usa Internet. ¿Cuál es el propósito de la nueva economía?, aumentar el beneficio. Mientras ese sea su dios seguirá siendo la misma vieja economía de siempre. Decía Machado que las sociedades no cambiaránn mientras no cambien de dios, y el verdadero dios de esta sociedad es el dinero.
¿Tendremos que acostumbrarnos los europeos a que el fenómeno de la inmigración y sus problemas se conviertan en algo habitual?
La inmigración es un hecho imparable y mientras exista la desigualdad esto va a seguir siendo así. En España nos tenemos que acostumbrar y ver que la inmigración en Francia o Inglaterra es mucho mayor, por lo que es normal que alcancemos esas cifras de personas venidas de países subdesarrollados. Sin olvidarnos que esas personas están aquí porque los necesitamos como mano de obra.
Con lo que ha pasado en las elecciones norteamericanas ¿puede entrar en crisis la democracia tal y como la entendemos ahora?
Si por democracia entendemos el gobierno del pueblo, no hay democracia en ningún lugar del mundo. Si de verdad hubiera democracia mucha gente no daría -vía impuestos- dinero para los ejércitos, que no sirven para nada, y destinaría su dinero a lo que de verdad le interesa: sanidad, educación¿por ejemplo la ciencia recibiría más dinero y nuestros científicos no se tendrían que ir. Pero ¿quién le da de verdad ese poder a la gente para decidir donde destinar el dinero de sus impuestos?. El pueblo no manda en ningún país.
Por último, y ya que estamos en estas fechas tan peculiares ¿cómo percibe la Navidad?
El hecho es que la Navidad contribuye a que las familias se reúnan y que los chiquillos disfruten me parece positivo. Ahora bien, la Navidad es un gran montaje comercial, a lo que hay que añadir todo lo que tiene de publicidad religiosa. Por ese lado, la Navidad me trae sin cuidado y no me conmueve nada. Es una fiesta social como otra cualquiera.