Conducir en invierno

La pericia al volante no basta

La llegada del invierno (viento, lluvia, nieve, hielo y niebla) dificulta la circulación por carretera, reduciendo peligrosamente la visibilidad del conductor y la adherencia de los neumáticos al firme
1 diciembre de 1999
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La pericia al volante no basta

La llegada del invierno (viento, lluvia, nieve, hielo y niebla) dificulta la circulación por carretera, reduciendo peligrosamente la visibilidad del conductor y la adherencia de los neumáticos al firme. Si en condiciones del todo favorables la conducción de un vehículo requiere del piloto sentido común y precaución, bajo la influencia de fenómenos meteorológicos adversos es indispensable adoptar medidas de seguridad específicas

  • Revise los elementos de su vehículo más sensibles al frío y a la humedad, sin olvidar la puesta a punto de otros, como el alumbrado y los neumáticos.
  • Vista ropa cómoda que le abrigue y no le reste movilidad. Recuerde, además, que la calefacción muy fuerte y prolongada puede producir somnolencia y dolor de cabeza.
  • Llene el depósito de combustible para tener más peso y estabilidad en el eje trasero. Y en caso de quedarse inmovilizado, dispondrá de calefacción durante más tiempo.
  • Si la temperatura es muy baja, no use el freno de mano cuando estacione su vehículo pues podría quedarse bloqueado al congelarse la humedad. Deje una marcha engranada y evite las pendientes.
  • Si se prevé una nevada copiosa, levante la antena al máximo y átele algo vistoso para facilitar la localización del vehículo (absténgase de hacerlo si su coche tiene antena eléctrica telescópica).
  • Si el parabrisas está helado, utilice anticongelante o alcohol, pero nunca agua caliente, ya que el cristal podría romperse. Para evitar que las escobillas se queden pegadas al parabrisas a causa del hielo, cuando estacione su vehículo vuelva los limpiaparabrisas y apoye la parte metálica.
  • Si hay mucho viento, extreme las precauciones, sobre todo al adelantar a otro vehículo y al salir de una zona protegida a otra llana. En ambos casos, disminuya ligeramente la velocidad y sujete firmemente el volante con las dos manos, preparándose para corregir las posibles pérdidas de trayectoria con movimientos suaves. Y, en estas situaciones, mantenga un elevado número de revoluciones en el coche para que la fuerza del motor ayude a mantener la trayectoria.
  • En caso de lluvia, reduzca la velocidad y aumente la distancia de seguridad con el vehículo que le precede; procure frenar siempre en línea recta y soltar los frenos antes de empezar a girar el volante; y si se produce un acquaplaning, mantenga firme la dirección de su vehículo evitando frenazos y acelerones bruscos.
  • Si el hielo o la nieve cubren la carretera, circule a baja velocidad y con el motor a un régimen mínimo (entre 1.500 y 2.500 rpm) para mantener la motricidad. Frene con suavidad y sólo si es necesario.
  • Para arrancar en un suelo cubierto de nieve o hielo, suelte suavemente el embrague y sin apenas acelerar.
  • Si piensa usar cadenas anti-nieve, colóquelas en las ruedas motrices; tras recorrer unos metros, compruebe su ajuste (si es necesario, ténselas); no circule a más de 40 km/h; y cuando ya no haya nieve, retire las cadenas para no destrozar los neumáticos y el asfalto.

Afrontar situaciones comprometidas…

  • Cuando la carretera esté cortada por un desprendimiento o corrimiento de tierras, no siga adelante. Pare y pida información.
  • Si encuentra un curso de agua, no lo cruce sin cerciorarse de su profundidad, que en ningún caso debe superar los bajos del coche. Al atravesarlo, hágalo a poca velocidad y después pise varias veces el freno para secar las pastillas.
  • Si el coche se para en medio de un charco y no arranca, meta la primera y gire la llave de contacto tantas veces como sea necesario para que, empujón a empujón, llegue a la otra orilla.
  • Si la tormenta le obliga a parar, hágalo fuera de la carretera, con las luces encendidas, y a ser posible, en una zona elevada. Nunca detenga su vehículo en rampas o pasos de agua.
  • En caso de tormenta con material eléctrico, el coche ofrece buen refugio contra los rayos. Recoja la antena de la radio, desconecte el teléfono móvil, cierre las ventanillas y procure no tocar ningún elemento metálico de su vehículo.
  • Si la nieve o el hielo le impiden avanzar, espere en el coche a que los servicios de rescate despejen la carretera.

Para circular en moto

  • Utilice botas, guantes y ropa resistente a las bajas temperaturas. Una persona que tiene frío reacciona con más lentitud; su falta de tacto en pies y manos provoca también que los mandos se accionen con mayor brusquedad.
  • Deténgase frecuentemente para desentumecer los músculos. Tome alguna bebida caliente e, incluso, realice algún ejercicio ligero de calentamiento.
  • Aplique algún tratamiento antivaho a la visera del casco para evitar que se empañe.
  • Para frenar, reparta el esfuerzo: el 60% en la rueda delantera y el 40% en la trasera. La rueda trasera bloqueada es mucho más fácil de controlar que la delantera.
  • Si comienza a llover, es preferible que se detenga hasta que la lluvia haya arrastrado el polvo y la grasa de la carretera. Recuerde también que la visibilidad de los coches se reduce, por lo que no debe olvidar encender las luces (es obligatorio). Vista prendas de colores llamativos para ser visto fácilmente por los automovilistas.
  • Procure no pisar las marcas viales de la calzada, ya que son deslizantes.