El médico a un clic
Son muchos los internautas que, atemorizados por un síntoma o una enfermedad, se asoman a la Red en busca de una solución para su problema, ya sea un tratamiento o un profesional médico. El 65% de las personas que acuden al médico navegan por Internet, antes o después, para entender qué quería decirles el médico o para investigar si existen segundas alternativas, según un estudio de Red.es de 2012, del Observatorio Nacional de Telecomunicaciones (ONTSI). Un clic con el ratón parece un remedio cómodo, rápido, sencillo y barato para acallar la zozobra o malestar interior que provoca un problema de salud.
Pero cualquier búsqueda en Internet que ataña a la salud se debe contrastar con el médico y que la fácil accesibilidad que brinda la Red no debe sustituir a la relación médico-paciente. Hay que tener en cuenta que los motores de potentes buscadores, como Google, no son capaces de discriminar la información de calidad de aquella que no lo es, por lo que, en la práctica, Internet es un ingente cajón de sastre, un mundo paralelo que contiene información sin clasificar y en abundancia, y en el que los usuarios sin conocimientos en salud pueden tropezar con información poco fiable, inadecuada para su problema, confusa o, simplemente, incompleta. Se trata de un error que puede sumir al osado internauta en un profundo estrés y agobio por la llamada infoxicación (o intoxicación por un exceso de información) y conducirlo a la cibercondría (o temor excesivo o injustificado a padecer una enfermedad tras informarse en Internet), que son algunas de las consecuencias negativas de la mala utilización de la red, es decir, sin pasar por el tamiz de la consulta a un médico. ¿Cómo saber, por lo tanto, dónde buscar información de salud e identificar las páginas web con garantías de seguridad?
Webs seguras: sus señas de identidad
El Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB) recomienda a los internautas que se rijan por ciertos criterios, a modo de filtros, para decidir si una web de salud es segura o no lo es. Estos son algunos para aprender a desarrollar ese “ojo clínico”:
- El Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB) recomienda a los internautas que se rijan por ciertos criterios, a modo de filtros, para decidir si una web de salud es segura o no lo es. Estos son algunos para aprender a desarrollar ese “ojo clínico”: Tener en cuenta que la compra de medicamentos de prescripción por Internet está prohibida por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y, si se compra algún medicamento que no precise receta, hacerlo con mucha precaución.
- Buscar si tiene un sello, como el de Web Médica Acreditada (WMA), que certifica que la web de salud consultada ofrece garantías, que hay médicos vinculados a ella y que dicha web ha sido reacreditada
anualmente. No obstante, hay que tener en cuenta que puede haber webs médicas de calidad no acreditadas, simplemente por desconocimiento de sus responsables o por otras causas. Por esta razón,
también es conveniente aplicar los siguientes criterios:- Ser capaz de responder a una batería de preguntas cuando se visita una web sanitaria: quiénes son sus responsables y cómo contactar con ellos, quién es su financiador, cuál es su fuente original de información, si está actualizada, si los profesionales están bien identificados y si los contenidos publicitarios están claramente diferenciados
- Desconfiar de los sitios web con dominios antiguos, ingredientes secretos, promociones especiales, obsequios y rebajas en tratamientos, ya que se han identificado informaciones poco precisas y, en ocasiones, fraudes referentes a áreas muy sensibles como el cáncer o la dieta.
Buscar información sobre salud ya no es la única opción que la Red permite a sus usuarios. Ahora también es posible ir más allá, gracias a la interacción que permiten las web 2.0, y reservar cita médica on line. Esta libre elección de especialista médico ya es posible tanto en el ámbito privado, a través de diversas plataformas que han aparecido en los últimos años, como Doctoralia, líder en el sector, y en el ámbito de la sanidad pública en comunidades autónomas como Madrid y Andalucía. Para cerciorarse de que se realiza una buena elección, se pueden aplicar además de los filtros ya señalados para las páginas web de salud , los que se describen a continuación:
- Si existen dudas sobre la identidad de un profesional, se puede hacer una comprobación mínima, ya que los colegios de médicos y la Organización Médica Colegial (OMC) que los agrupa cuentan con sistemas de búsqueda por internet donde se puede comprobar que sus datos (nombre, apellidos, número de colegiado y especialidad) sean correctos.
- No confiar ciegamente ni en los pacientes que vierten opiniones muy críticas o aduladoras sobre un profesional en foros y redes sociales, sobre todo si dichos pacientes no se identifican bien con nombre y apellidos y algún teléfono o e-mail de contacto (a falta de la expansión de certificados digitales, que identifiquen a cada usuario y que será el futuro), porque pueden faltar a la verdad de la praxis y el trato proporcionados por el médico en cuestión.
- Si se quiere conocer más acerca de su carrera y reputación, no conformarse con una sola web, sino buscar en varios lugares: ¿dispone de algún blog? ¿cuenta con artículos publicados en revistas científicas?