Ahorro, el mejor compañero de oficina
Trabajar cuesta dinero. Suena a paradoja, pero es así. El bono del metro, el billete de bus o el combustible del coche, los menús diarios y las bebidas, además de las compras pequeñas y diarias en comercios cercanos a la oficina, son las fuentes de gasto más habituales en el trabajo, y las que pueden descuadrar el presupuesto de muchos trabajadores. Sin embargo, esta “sangría” se puede reducir a través de la aplicación de sencillas estrategias de ahorro que pueden ponerse en práctica desde el momento en que se sale por la puerta de casa.
Minimizar los costes de transporte
- Compartir coche con vecinos o compañeros: en los casos en que la empresa esté más alejada del hogar, se puede contactar con uno o varios vecinos que trabajen en la misma zona e ir juntos, pagar los gastos entre todos o turnarse por semanas para llevar el coche, así como recurrir al intercambio de automóviles. Si no se conoce a nadie, para buscar un compañero de trayecto se puede utilizar una herramienta básica hoy en día: Internet. Hay páginas que facilitan el encuentro de personas interesadas en compartir el vehículo privado para realizar juntos un mismo trayecto. En estas webs se pueden encontrar ofertas tanto de viajes diarios o semanales, por razones de trabajo, como de viajes puntuales entre ciudades o pueblos. El contacto se realiza primero por correo electrónico, pero con el fin de evitar problemas siempre hay que pedir referencias a la otra persona, así como realizar una primera entrevista personal en un lugar público antes de cerrar el viaje, pactar los gastos y horarios, etc.
- Utilizar la bicicleta: cada vez son más los municipios que cuentan con carriles específicos para andar en bicicleta sin la necesidad de sortear los coches y autobuses. Aparte de las tradicionales, se fabrican ya bicicletas plegables que son idóneas para la ciudad, y muy útiles para quienes desean acudir a su lugar de trabajo en este medio de transporte. Si solo se tiene un hijo, también se puede aprovechar para dejar al niño en el colegio, una forma más divertida y menos contaminante.
- Desplazarse en transporte público: otra alternativa es utilizar los abonos de los transportes públicos (tranvía, metro o autobús), que pueden reducir el precio de cada trayecto en más del 20%, en algunos casos.
Suprimir los pequeños gastos
Es común tener un periodo de descanso por las mañanas, en torno a media hora, que casi todos los trabajadores suelen dedicar a tomar un café o refresco en algún establecimiento cercano al trabajo, o en la cafetería de la empresa. Pero si se desea ahorrar, se puede abandonar este hábito, y tomar el café en alguna máquina expendedora de estas bebidas, lo que reduce el gasto en cerca de un 50%. O incluso se pueden suprimir por completo estas visitas, y dedicar este tiempo a realizar gestiones administrativas y bancarias o bien a la lectura de un buen libro, un hábito que ayudará a mantener la mente despejada y desconectar por unos minutos de las labores profesionales.
Desayunar en casa
Se pueden aprovechar los días laborables para levantarse unos minutos antes y desayunar en casa, con toda la familia. Será un momento para estar reunidos alrededor de la mesa y, además, así se eliminarán también los gastos que genera desayunar todos los días fuera. Aunque muchos establecimientos han ajustado sus precios al pedir un desayuno completo, un café con leche y un bollo o tostada es difícil que baje de 1, 50 euros y lo habitual es que alcance los 2,5-3 euros si se incluye un zumo. Desayunar en casa, además, permite escoger los productos utilizados para el desayuno y sus cantidades y, con toda seguridad, se comenzará el día de manera más saludable.
Llevarse la comida al trabajo
Si se tiene la jornada partida, pero no hay tiempo suficiente para ir a comer desde el trabajo a casa, el almuerzo es uno de los gastos diarios más importantes. Para que esta hora no suponga un desembolso excesivo, se puede llevar un táper y comer en la oficina. En muchos centros de trabajo cuentan ya con neveras y microondas destinados a guardar la comida de sus empleados y a calentarla. De no ser así, se puede recurrir a un menú económico, que ronda los 10 euros. En numerosas ciudades (sobre todo, las grandes urbes o las capitales administrativas) se ha popularizado desde que comenzara la crisis el “mini menú” o el “medio menú”, que consiste en un segundo plato fuerte con una guarnición -que hace las veces de primero- de arroz, ensalada o verduras. Su precio, la mitad del de un menú completo, oscila entre 5 y 6 euros.
Reducir los gastos para cumpleaños, despedidas o celebraciones
El cumpleaños de un compañero o su despedida por un traslado son algunas de las ocasiones en que se suele hacer un regalo. Sin dejar de hacerlo, este gasto se puede reducir. Para ello, se puede crear un fondo común entre varios, en lugar de hacer un regalo cada persona. Con una cantidad mínima, de 4 o 5 euros, se puede adquirir un pequeño detalle. Otra opción, que también resulta bonita (y más emotiva), es comprar material y hacer algún regalo manual más personal, como enmarcar una foto, hacerle una pulsera o collar… O, en lugar de regalo, organizar una comida o merienda donde cada uno lleve un plato: tortilla, bizcochos o magadalenas decoradas…
- No hay que aprovechar el descanso que se tiene a media mañana para hacer compras. En muchos casos son compulsivas o sin ningún motivo, y se realizan para pasar estos minutos de pausa, incluso con el uso de tarjeta.
- No recurrir al uso frecuente e irracional del servicio de taxi, ya que supone un gasto elevado e innecesario si nos organizamos bien.
- No es preciso visitar la cafetería en todo momento: antes y después de trabajar, en los descansos… ¿Se necesita de verdad? Casi con toda seguridad, sobran la mitad de las visitas. Si se desea charlar con algún compañero, puede hacerse en cualquier otro lugar, o aprovechar el tiempo de descanso para caminar mientras se comparten confidencias. El café de máquina también es una buena y económica opción y ronda de los 30 a los 50 euros para los trabajadores.