Seguridad en todas partes
La afición o la necesidad hacen que muchas personas no desconecten de Internet en sus vacaciones y recurran a la Red de redes allá donde van para consultar el correo, escribir en su página web o, simplemente, navegar. Entre estos últimos también hay dos tipos de ‘veraneantes’: los que no olvidan colocar en el equipaje el portátil, la PDA y todo lo necesario para conectarse a Internet; y quienes confían en encontrar en su destino un lugar de acceso público, bien sea un cibercafé, un locutorio o el propio hotel.
Tanto unos como otros no deben olvidar que la seguridad también debe acompañar a la conexión a la Red durante los viajes. La conexión desde un lugar público aumenta las posibilidades de que algún intruso tenga acceso a nuestros datos. La seguridad pasa en estos casos por extremar las precauciones habituales y añadir algunas prácticas no tan necesarias en el hogar.
Más que a los hackers (mejor llamados crackers) que emplean sofisticadas técnicas para penetrar en nuestro ordenador, hay que temer prácticas más clásicas, como fisgonear por encima del hombro. Cuando se teclea una clave de acceso en un lugar público hay que cuidar que ojos extraños no vigilen la pantalla o el teclado y no desatender el ordenador si hay información confidencial en la pantalla. Las contraseñas, conviene recordarlo siempre, deben ser seguras: combinaciones de letras y números de más de seis caracteres que no se puedan asociar a su propietario (el nombre del perro o el cumpleaños de la pareja no son buenas contraseñas).
El intento de captura de nombres de usuario y contraseñas es un delito real y en aumento que se traduce en robo de dinero o suplantación de identidad. Para sentirse seguro al cien por cien en utilizar un ordenador público, no hay mejor remedio que evitar introducir información importante (el número de tarjeta de crédito, la clave de acceso a servicios bancarios, etc.), porque el PC puede tener instalado software espía capaz de registrar las teclas pulsadas por el usuario. Como no es habitual tener a mano un programa que detecte y elimine los espías, hay que minimizar el riesgo borrando todas las huellas al salir.
Para el uso de cualquier servicio online hay que vigilar que no esté activada la opción ‘guardar contraseña’ o ‘inicio automático de sesión’, habitual en el correo-web (como el de Yahoo! o Hotmail) y los programas de mensajería instantánea. Asimismo, conviene responder “no” cuando el navegador nos pregunte si queremos que guarde la contraseña. Las precauciones en la navegación son las mismas que se toman en casa: ojo con los archivos adjuntos a los mensajes y con los descargados de sitios dudosos.
Cuando se sale de cualquier página que requiere registro no hay que olvidar cerrar la sesión; y cuando se deja el ordenador no está de más cerrar también el navegador, no sin antes eliminar cualquier rastro que hayamos dejado (siempre que sea necesario). A través de las preferencias del navegador, es sencillo borrar los archivos temporales de Internet (que registran todas las páginas visitadas), las cookies (puede haber información personal) y el Historial.
Las cada vez más ubicuas redes inalámbricas son una bendición para quien viaja con un portátil equipado con tarjeta WiFi (inalámbrica). En aeropuertos, hoteles e incluso en algunos restaurantes y cafeterías, es posible conectarse a la Red por el aire, en muchos casos de forma gratuita. En el acceso a una red pública con el ordenador propio lo que hay que proteger son los archivos del disco duro, en especial los que contienen información valiosa o confidencial.
El ordenador le dirá si se trata de una red inalámbrica segura (cifrada o protegida por contraseña, que habrá que conocer) o no, pero en cualquier caso es perentorio tener instalado un cortafuegos (firewall), que evite accesos no deseados al equipo. Si es imprescindible introducir claves o números de tarjeta en una red pública, hay que constatar que se emplean páginas seguras, que empiezan por https:// y muestran un candado cerrado (o una llave) en la parte inferior del navegador.
www.microsoft.com/spain/seguridad/usuarios/onthego/default.mspx
Especial de Microsoft sobre seguridad en portátiles, Pocket PC, dispositivos SmartPhone y otros equipos para conectarse en los viajes.
Una guía para el turista escrita por los viajeros, con atención especial a los cibercafés repartidos por el mundo. También se pueden localizar en www.cybercafes.com y, en español, en ociototal (www.ociototal.com/recopila2/r_internet/cibercafe.html).
http://hotspots.netstumbler.com
Para encontrar puntos de acceso a Internet inalámbricos, conocidos como hotspots (a los que acceder mediante la tarjeta Wifi del equipo) en todo el mundo.
Los modernos, caros y potentes ordenadores portátiles son un objeto ‘goloso’ para los amigos de lo ajeno: sólo en EEUU, más de medio millón de ordenadores ‘cambian de propietario’ cada año, sin contar los que se extravían en los numerosos controles de seguridad de los aeropuertos. Cuando se viaja con un portátil, hay que vigilar tanto el hardware (el portátil mismo) como la información que almacena. Para lo primero, basta seguir unas reglas tan obvias como habitualmente olvidadas:
- ‘Camufle’ el portátil. Evite transportarlo en un maletín llamativo (mejor una mochila o una bolsa).
- No lo abandone. Ni al pasar un control de seguridad, ni en el coche, ni en el hotel. Tampoco en la silla de al lado cuando toma un café.
- Guárdelo en lugar seguro. En los aviones, mejor bajo el asiento de delante que en el portaequipajes.
Para proteger lo que lleva dentro, hay que ser precavido con la conexión en sitios públicos, tanto por la seguridad de la propia red como por los posibles fisgones a la caza de datos personales. Si se extravía, se estropea o nos roban el portátil, es posible reducir el impacto tanto económico como por la información perdida. Para ello:
- Proteja el acceso al ordenador mediante una contraseña segura y cifre las carpetas y archivos confidenciales.
- Guarde una copia de seguridad de los archivos importantes, en un servidor de Internet o un llavero USB (o reproductor de MP3), desde los que se podrá recuperar la información dondequiera que esté. El bajo precio de las grabadoras de DVD facilita la práctica regular del volcado a este soporte del contenido íntegro de nuestro disco duro.
- Instale un programa que siga la pista del equipo en caso de que se “extravíe”, como zTrace o Computrace. Estos programas actúan como un radiofaro que, si nos roban el ordenador, indican, de forma invisible para el ladrón, la posición del equipo cada vez que éste se conecta a Internet.