Detectores de humo

Objetivo: prevenir incendios domésticos

El número de hogares españoles equipados con detectores de humo ronda el 25%, frente al 93% de Estados Unidos
1 octubre de 2004
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Objetivo: prevenir incendios domésticos

Son pequeños, fáciles de instalar, funcionan a pilas, requieren muy poco mantenimiento y cuestan poco dinero. Los detectores de humo -obligatorios en algunos países- evitan en torno al 50% de las catástrofes domésticas generadas por incendios.

El número de hogares españoles equipados con detectores de humo ronda el 25%, frente al 93% de Estados Unidos

Por poco más de 200 euros se puede instalar en una vivienda un sistema completo de detección de humos, cuyo número de terminales variará en función de los metros cuadrados de la casa y del tipo de techos que ésta posea. Pero los dispositivos independientes, unitarios, se pueden adquirir en grandes almacenes a partir de 30 euros.

Consideraciones antes de elegir

  • Lo recomendable es tener un detector de humos por cada 40 metros cuadrados. El primero debe colocarse en la entrada de la casa o zona de distribución de los dormitorios y salas. Si la casa tiene más de una planta, en cada una de ellas se habrá de instalar al menos uno.
  • Por el momento no resulta fácil encontrarlos en el mercado: se venden más sistemas completos que independientes, aunque son éstos últimos los más prácticos para pisos de tamaño medio o pequeños (además de más económicos).

Tipos de detectores

  • Los detectores más habituales para el hogar son los fotoeléctricos y los que funcionan por ionización, aunque también hay detectores de CO, termostáticos, de llamas y termovelocimétricos, por citar algunos.
  • Los ópticos o fotoeléctricos detectan el humo utilizando los efectos que éste produce sobre la luz. Existen varios tipos, entre los que destacan los basados en el oscurecimiento de la luz y en su difusión.
  • Los detectores por ionización funcionan por sensibilidad a la humedad, la presión atmosférica y las partículas suspendidas en el aire. Reaccionan rápidamente si hay humo (incluso no visible) y son más baratos que los de tipo fotoeléctrico que, sin embargo, dan menos falsas alarmas.

La mejor ubicación

  • En la cocina, para evitar falsas alarmas, se colocan detectores termovelocimétricos, que no detectan humos pero si elevaciones bruscas temperatura.
  • Lo más conveniente es situar las terminales de detección en la puerta de las estancias en las que existe riesgo de que se genere un incendio.
  • Si usted y su familia duermen con las puertas de los dormitorios cerradas, ponga un detector adicional en cada dormitorio. Si las puertas permanecen abiertas, el mejor lugar es el pasillo, próximo a los dormitorios.
  • Si en su hogar se fuma, deberá situar el detector en una zona en la que no se produzca una elevada concentración de humo para evitar falsas alarmas.
  • Lo ideal es colocar el detector de humos en el centro del techo, ya que en las esquinas el aire queda “muerto” y no se mueve. Instálelo a una distancia mínima de 30 centímetros de cualquier artículo de decoración – puertas, lámparas, molduras- que pueda obstruir la entrada de humo.
  • Si en el techo hay vigas u otros elementos que impiden la instalación el detector, éste se debe colocar en la pared a una distancia de no más de 30 centímetros del techo y manteniendo una distancia mínima de 15 centímetros con respecto a las esquinas.

Zonas a evitar

  • No deben colocarse en cuartos de baño, duchas, garajes o estancias donde el vapor de agua y otros humos se acumulan con facilidad.
  • Evite también superficies que están normalmente más calientes o frías que el resto de la habitación, como tragaluces de áticos o tabiques exteriores sin cámara.
  • No los instale próximos o encima de calentadores o ventiladores, acondicionadores de aire, ventanas, huecos de ventilación, etc., que puedan cambiar la dirección de la corriente del aire y al mismo tiempo, tienen cambios de temperatura extremos.

Mantenimiento

  • Los detectores de humo pierden resistencia con el tiempo, por lo que los fabricantes recomiendan reemplazarlos cada 10 años.
  • Compruebe periódicamente el buen funcionamiento del detector. Basta con presionar la parte central del aparato para que suene la alarma como lo haría en caso de incendio.
  • La batería dura al menos un año, aunque su carga puede fallar antes. El cambio de la batería asegura un adecuado funcionamiento.
  • Limpie el detector periódicamente, al menos una vez al mes. Use un cepillo suave o un aspirador para quitar el polvo de las ranuras por las que penetra el humo, pero no para el interior. Para esto último utilice algún spray de aire comprimido especial para quitar el polvo.