Disfrutar del medio ambiente en la ciudad

Naturaleza urbana

Las iniciativas que proponen un contacto con la naturaleza urbana son cada vez más numerosas y divertidas
1 junio de 2009
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Naturaleza urbana

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‘Ecosafaris’ al lado de estaciones de autobuses, kilómetros de carril bici que bordean fábricas, observatorios de especies de fauna y flora locales a pocos kilómetros de la oficina, mantenimiento de huertos en azoteas… Las ciudades brindan cada vez más oportunidades para mantener un contacto con la naturaleza a pocos metros de casa y del trabajo y ofrecen mayores posibilidades para disfrutar del medio ambiente en los núcleos urbanos. La ecuación es simple: a más espacios y actividades de naturaleza urbana, mayor calidad de vida para todos.

En estos momentos, la mayoría de la población es urbana. Sirva como ejemplo un dato: más del 80% de los europeos habita en las ciudades. Por ello, aumentan las iniciativas que persiguen un contacto con el medio ambiente sin salir de la ciudad, algunas de ellas muy curiosas. El programa “Biodiverciudad”, del Instituto Jane Goodall en España, propone diversos ‘ecosafaris’ y talleres en los que se explican hechos sorprendentes sobre la biodiversidad urbana y se conciencia de la necesidad de proteger la naturaleza. Durante el curso 2009-2010 estas actividades de carácter gratuito y dirigidas tanto a familias y colegios como a ciudadanos particulares, se desarrollarán en Madrid, Barcelona y Lleida con programas tan llamativos como “Bicivoladores”, “El coro de los anfibios”, “CSI fauna nocturna”, “Recorrido a través de los sentidos”, o “Viaje a través del tiempo”. La web del programa (www.biodiverciudad.org) explica los detalles y cómo apuntarse.

Para los amantes de los pájaros, la organización SEO/BirdLife también organiza actividades urbanas. Entre ellas, la observación e identificación de aves, una afición que levanta pasiones en los países anglosajones; la construcción de comedores para aves, la alimentación de aves de jardín, o el cuidado de polluelos huérfanos.

Más novedoso es el programa Vías Verdes, centrado en la rehabilitación ecológica de infraestructuras y líneas ferroviarias sin servicio para su disfrute a pie o en bicicleta. Cuando discurren por los cascos urbanos, se convierten, además, en un sistema de desplazamiento alternativo entre la periferia y el centro de la ciudad. En la actualidad hay 70 vías verdes repartidas por todo el país, con un recorrido de 1.700 kilómetros. Sus responsables, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), RENFE y FEVE, ofrecen más información en su web oficial (www.viasverdes.com).

Centros de educación ambiental

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Entre todas estas propuestas destacan los centros de educación ambiental (CEA). Son lugares de encuentro para conocer mejor la naturaleza y protegerla día a día y España cuenta con más de 700, entre ellos, Granjas-Escuela, Aulas de la Naturaleza, Centros de Interpretación, Casas del Parque o Ecomuseos. Todas las comunidades autónomas cuentan, además, con al menos un jardín botánico en el que se catalogan de forma científica plantas vivas, tanto locales como exóticas, y se protegen especies en riesgo de extinción. Sus responsables desarrollan actividades de investigación para científicos y otras educativas a disposición de todos los ciudadanos. Los zoológicos también cumplen un papel educativo y de conservación importante, aunque la gran mayoría debe mejorar sus instalaciones.

Ecosafaris, vías verdes y
voluntariado ambiental son
algunas de las iniciativas para
conocer la naturaleza urbana

En cualquier caso, los CEA ofrecen en general una gran variedad de actividades y proyectos educativos destinados tanto a escolares, niños y jóvenes como al público adulto. Para localizarlos, lo más conveniente es acudir al Ayuntamiento correspondiente, ya que guardan un registro de todos ellos.

Participación ambiental activa

Por otro lado, las organizaciones ambientalistas y las instituciones proponen cada vez más acciones de voluntariado ambiental en los entornos urbanos o limítrofes y no sólo en los grandes espacios naturales. Los interesados pueden dirigirse a ONG medioambientales como WWF, Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife, Acciónatura, Fundación Global Nature, Fundación Oxígeno y Fundación Más Árboles que impulsan actividades de participación ciudadana a nivel estatal, provincial o local. Tampcoo faltan actividades de carácter público. El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural Marino (MARM), además de sus programas de educación ambiental, impulsa diversas iniciativas, como el Programa de Voluntariado en Ríos, que trata de recabar la colaboración de los ciudadanos para recuperar estos ecosistemas fluviales dañados en buena parte de su recorrido.

Para conocer la oferta actual de estas organizaciones e instituciones, lo más conveniente es hacer un primer contacto con una de sus oficinas locales. Colaborar con ellas es una forma de contribuir a conservar y recuperar espacios naturales que no reciben a menudo suficientes recursos, además de un medio de sentirse útil y conocer a personas comprometidas con el entorno.

Precisamente, utilidad y compromiso medioambiental definen la creación de los huertos urbanos en las urbes españolas. Además de cultivar productos naturales para el auto-consumo, los ciudadanos entran en contacto con la naturaleza de una manera lúdica y desde el respeto por el medio ambiente. Una práctica que permite sacar un gran rendimiento a partir de pequeños terrenos: un solar en desuso, un balcón, una terraza o una azotea pueden convertirse en un vergel con un poco de tiempo, paciencia y un mínimo de información básica. Entre sus defensores destacan los “localtarianos”, que subrayan las ventajas para la naturaleza, la salud y la economía de consumir alimentos locales y de temporada.

Zonas verdes urbanas: un recorrido más que recomendable

Los lugares más visitados para disfrutar de una “eco-excursión urbana” son los jardines y los parques, sin olvidar los espacios naturales periurbanos (limítrofes a la ciudad). Si bien los ciudadanos conocen, en general, su ubicación, siempre son conscientes de la importancia de mantenerlos en buen estado y, en lo posible, de ampliar su tamaño.

Las bondades de estos espacios verdes son diversas:

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  • Combaten el cambio climático, ya que su flora retiene el dióxido de carbono (CO2)
  • Reducen la contaminación acústica y lumínica
  • Purifican el aire, el suelo y el agua
  • Estabilizan el microclima de las ciudades
  • Protegen el suelo de la erosión
  • Albergan un patrimonio natural y cultural
  • Ofrecen productos agrícolas y silvícolas de calidad
  • Constituyen un entorno saludable para el deporte y el ocio
  • Permiten a los ciudadanos mantener un contacto cercano con la naturaleza.

A pesar de ello, los expertos recuerdan las presiones que ponen en peligro su conservación, como el desarrollo urbanístico mal planificado, la construcción de infraestructuras, la transformación artificial del entorno o un uso inadecuado de sus recursos naturales. La labor ciudadana es determinante para conservar estos espacios. Son ellos los que deben usarlos de forma respetuosa y exigir a las instituciones locales o autonómicas de la puesta en marcha de planes de conservación que eviten las posibles amenazas.