Mermeladas y confituras: tienen fruta, pero también mucho azúcar
Si no conocemos bien este tipo de productos, lo más probable es que cuando vayamos a comprarlos nos fijemos en aspectos poco relevantes, como la forma del envase o el diseño de la etiqueta. En cambio, es aconsejable detenerse y observar la cantidad de fruta o azúcar que contienen. Pero hay otras facetas que deberíamos conocer para poder hacer una elección adecuada.
¿Cuánta consumimos?
Se suele decir que no hay alimentos buenos ni malos, sino que todo depende de su frecuencia de consumo, pero en realidad sí que podemos hacer esa distinción. Por ejemplo, una manzana es indudablememente buena porque está compuesta por nutrientes beneficiosos (vitaminas, fibra, minerales…) y no aporta otros perjudiciales, como sal o grasas saturadas de mala calidad nutricional, mientras que en una bebida de cola ocurre lo contrario, así que podríamos decir que es mala. Obviamente eso no significa que vayamos a enfermar por beber un refresco. Es cierto que hay que considerar la frecuencia con la que consumimos esos alimentos y, sobre todo, valorar el conjunto de la dieta, que en nuestro entorno generalmente no es muy saludable, debido entre otras cosas a un excesivo consumo de azúcares. ¿Qué ocurre con las mermeladas y las confituras?
Según el panel de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el año 2019 el consumo de estos productos fue de 590 gramos por persona, es decir, aproximadamente un bote y medio. Sin embargo, estos datos pueden despistar porque el consumo de este producto no está generalizado, como puede ocurrir con otros alimentos como la leche o el pescado. Es decir, hay un grupo de población que lo consume habitualmente, por ejemplo, en el desayuno diario, y otro grupo que no lo consume nunca, así que el valor promedio podría no ser representativo.
Esta hipótesis parece confirmarse si observamos los datos del estudio Anibes (2017) sobre el consumo de azúcares en la población española, donde se muestra que las mermeladas y las confituras son la tercera fuente de azúcares añadidos en la dieta para las personas de entre 65 y 75 años, lo que supone casi un 15% del total, por detrás del azúcar (el que añadimos nosotros mismos a los alimentos como el café y los postres caseros) y de la bollería. Sin embargo, en otros grupos de edad el aporte de azúcar a partir de este alimento no llega al 5% (en niños y adolescentes las principales fuentes son los refrescos, los chocolates, los lácteos azucarados y la bollería, mientras que en adultos son los refrescos, el azúcar y la bollería).
Para realizar esta guía de compra se seleccionaron mermeladas y confituras de fresa elaboradas por marcas líderes en el mercado, en las que se analizó principalmente:
- Puntuación Nutri-Score. La valoración viene muy determinada por la cantidad de fruta y de azúcares.
- La calidad comercial. Especialmente el tipo de producto (mermelada o confitura) y su categoría (extra o no).
- La información comercial. Analizamos si aporta información de valor o si esta puede resultar confusa o llevar a engaño al consumidor.
- Precio. No fue un criterio para evaluar la calidad del producto, pero la calidad/precio se ha tenido en cuenta para las posiciones del ranking.
- El etiquetado. Se analizó si cumple con la legislación vigente.
¿Mermeladas o confituras?
Muchas personas utilizan los términos “mermelada” y “confitura” indistintamente, porque piensan que son sinónimos y se refieren al mismo producto. Otras son conscientes de que esas denominaciones hacen referencia a distintos productos, pero creen erróneamente que las diferencias entre ellos radican en la cantidad de fruta que contienen.
En realidad, la mermelada y la confitura no se diferencian estrictamente en la cantidad de fruta, sino en otras características, como la forma en la que se encuentra la fruta de partida y el modo de elaboración. Según la legislación, la mermelada se elabora a partir de la cocción de frutas enteras, troceadas o trituradas a las que se incorporan azúcares hasta conseguir un producto semilíquido o espeso.
La confitura, por su parte, es una mezcla de pulpa (es decir, lo que queda de la fruta una vez retirada la piel y las semillas) o puré de frutas, con azúcares y agua que tiene una consistencia gelificada. Pero la característica que establece realmente la diferencia entre un producto y otro es el contenido en materia seca soluble, que en el caso de las mermeladas debe estar comprendida entre 40 y 59,9 grados Brix (parámetro que mide el dulzor) y en el caso de las confituras debe ser de 60 grados Brix o más. La materia seca soluble está constituida principalmente por azúcar, así que podemos decir que la diferencia entre un producto y otro se encuentra básicamente en la proporción de esta sustancia, que es mayor en la confitura (aproximadamente un 60%) que en la mermelada (aproximadamente 40-59,9%).
A la hora de consumirlas, esto se traduce sobre todo en que la mermelada tiene una consistencia espesa, a menudo con tropezones, y una proporción menor de azúcar, mientras que la confitura es de consistencia más homogénea, con una textura más gelatinosa y una mayor concentración de azúcar. Para saber lo que estamos comprando es necesario observar la etiqueta y, más concretamente, la parte posterior: ahí se suele indicar la denominación legal de venta. Entre los productos analizados en esta guía hay cinco mermeladas (Helios, Eroski Basic, Bebé, Hero y La vieja fábrica) y tres confituras (Helios, Hero y Bonne Maman).
La categoría: ¿extra o normal?
El tipo de producto, mermelada o confitura, no está relacionado directamente con la cantidad de fruta que contiene, como decimos. Ese aspecto viene determinado por la categoría comercial, extra o normal, que define además otras características relacionadas con esa materia prima:
- Mermelada extra. Debe elaborarse al menos con 500 gramos de fruta por cada 1.000 g de producto. Es decir, un 50% del producto debe corresponder a la fruta.
- Mermelada. La cantidad de fruta es menor que en el caso anterior, concretamente se exige un mínimo de 300 gramos por cada 1.000 g de producto, es decir, un 30%. Además, algunos criterios son menos exigentes. Por ejemplo, en la mermelada se tolera la presencia de dos pedúnculos por cada 100 gramos de producto (es el nombre que recibe el rabo de la fresa), mientras que en la mermelada extra solo se permite la presencia de uno. Ocurre lo mismo con el color y el sabor, aunque los criterios que establece la legislación son un tanto subjetivos: la mermelada extra debe tener su color y sabor “típicos”, mientras que la mermelada puede tener un color y sabor “aceptables”.
- Confitura extra. La cantidad de pulpa de fruta empleada en la elaboración de este producto no puede ser inferior a 450 gramos por cada 1.000 g, es decir, el 45%. Además, debe tratarse de pulpa no concentrada, lo que significa que debe mantener su contenido de agua original.
- Confitura. Se puede emplear tanto pulpa como puré de fruta, en una cantidad de, al menos, 350 g por cada 1.000 de producto, es decir, un 35%.
Para conocer la categoría comercial debemos fijarnos de nuevo en la denominación legal de venta que figura en la etiqueta. Así podremos ver que, entre los productos analizados para la elaboración de esta guía, todas las confituras son de categoría extra, y lo mismo ocurre con las mermeladas, a excepción de La vieja fábrica.
- Fruta: 54,5%
- Azúcares: 44,5%
- Otros (ácido cítrico, pectina…): 1%
En una ración de unos 25 gramos de mermelada (la cantidad que ponemos en una tostada) hay aproximadamente:
- 14 gramos de fruta, equivalente a media fresa (de unos 30 g)
- 11 g de azúcares, equivalente a unas 2,5 cucharaditas de azúcar (de 4,5 g)
En un envase de 350 gramos de mermelada hay aproximadamente:
- 193 gramos de fruta, equivalente a 6 fresas de unos 30 g
- 158 g de azúcares, equivalente a unas 35 cucharaditas de azúcar de 4,5 g
La cantidad de fruta
La categoría comercial, extra o normal, puede darnos una pista acerca de la cantidad de fruta que contiene el producto, pero para conocer la cifra concreta es necesario observar la etiqueta, donde debe mostrarse obligatoriamente. En los productos analizados, esa cantidad se encuentra entre el 65% de la mermelada extra Helios y el 45% de la mermelada La vieja fábrica, mientras que el valor promedio del conjunto de la muestra es del 54%. Podemos confirmar, además, que este dato no depende del tipo de producto (mermelada o confitura), porque hay confituras con más cantidad de fruta que algunas mermeladas. Por ejemplo, de entre todos los productos analizados la confitura extra Helios se sitúa en el segundo puesto, con un 59% de fruta, por delante incluso de mermeladas extra como Eroski Basic, Bebé y Hero. Además, la cantidad de fruta en las confituras extra Hero y Bonne Maman es del 50%, una cifra que iguala la de la mermelada extra Hero y supera la de la mermelada La vieja fábrica.
El azúcar no solo endulza
El segundo ingrediente principal de las mermeladas y las confituras es el azúcar. Su función más conocida es la de aportar sabor dulce, pero en estos productos desempeña además otros importantes papeles. Por una parte, favorece su conservación. Esto ocurre porque el azúcar provoca la salida del agua contenida en las células de la fruta. De este modo se evita el crecimiento de bacterias que podrían estropear el producto o causarnos enfermedades, ya que necesitan agua para desarrollarse. Además, al atraer las moléculas de agua, el azúcar contribuye a desarrollar la textura característica de estos productos, tal y como explicaremos más adelante.
Para que el azúcar pueda desempeñar estas funciones es necesario añadir una cantidad muy elevada, que en las mermeladas es normalmente del 45-55%, para mantener así una relación 50:50 entre azúcar y fruta, mientras que en las confituras suele ser del 60%, para mantener una relación 60:40 entre azúcar y pulpa. A grandes rasgos, esta premisa se cumple en los productos analizados, en los que el promedio de azúcar es del 45% en las mermeladas y del 59% en las confituras. Para conocer la cantidad concreta de azúcar en cada uno de ellos solo tenemos que observar la etiqueta. En muchos casos esa información se muestra junto a la cantidad de fruta, pero no es obligatorio hacerlo de este modo, porque ya se indica en la información nutricional que debe incluirse de forma obligatoria en el etiquetado.
A veces ambos datos no coinciden exactamente, porque uno se refiere a la materia seca soluble medida en grados Brix y el segundo al contenido en azúcares, pero son muy similares. Los productos con mayor contenido de azúcar fueron las confituras extra Helios y Bonne Maman (59%), mientras que el que presentó la menor proporción fue la mermelada extra Bebé (39%).
DE MAYOR A MENOR
- Mermelada extra Helios: 65%
- Confitura extra Helios: 59%
- Mermelada extra Bebé: 57%
- Mermelada extra Eroski: 57%
- Mermelada extra Hero: 50%
- Confitura extra Hero: 50%
- Confitura Extra Bonne Maman: 50%
- Mermelada La vieja fábrica: 45%
*La legislación regula el porcentaje de gramos de fruta o pulpa por cada kg de producto. Entre las analizadas, nunca es menor del 30%, cumpliendo todas ellas con lo establecido.
Podio del azúcar*
DE MAYOR A MENOR
- Confitura extra Bonne Maman: 59%
- Confitura extra Helios: 59%
- Confitura extra Hero: 58%
- Mermelada La vieja fábrica: 52%
- Mermelada extra Hero: 50%
- Mermelada extra Eroski Basic: 42%
- Mermelada extra Helios: 40%
- Mermelada extra Bebé: 39%
*Según la legislación, el contenido en azúcares debe ser mayor en las confituras que en las mermeladas. Este compuesto cumple tres funciones principales: endulzar, conservar y aportar la textura característica de estos productos.
Implicaciones nutricionales
Algunas personas piensan que las mermeladas y las confituras son saludables porque contienen mucha cantidad de fruta (en las mermeladas analizadas, un promedio del 54%), pero su enorme cantidad de azúcar hace que no lo sean. Recordemos que estos productos contienen en torno a 50 g de azúcar por cada 100 gramos de producto, es decir, en un tarro de 350 g hay unas 35 cucharaditas de azúcar.
A pesar de ello, las puntuaciones que obtienen estos productos en el sistema Nutri-Score no son tan malas como cabría esperar, sobre todo en el caso de las mermeladas, a las que les corresponde una C. Para entender por qué ocurre esto hay que tener en cuenta que estos productos no tienen grasas saturadas ni sal, así que no puntúan negativamente en estos aspectos, y además contienen mucha cantidad de fruta y algo de fibra, que les otorga puntuaciones positivas que compensan los puntos negativos recibidos por el alto contenido en azúcar. Las confituras obtienen una peor puntuación, concretamente una D, debido a su mayor contenido en azúcar.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que cada vez que comemos mermelada o confitura no ingerimos 100 g, sino más bien unos 25 g (cantidad que ponemos en una tostada). Pero eso sigue aportando una notable cantidad de azúcar a nuestra dieta, concretamente unos 12,5 g, es decir, unas tres cucharaditas. No todos esos azúcares proceden de lo que añade el fabricante, sino que parte de ellos proceden de la fruta, pero en este caso ese detalle no es muy relevante porque esa proporción es muy baja, ya que las fresas contienen apenas un 5% de azúcares. Además, si están trituradas, esos azúcares se comportan como azúcares libres, es decir, tienen el mismo efecto sobre nuestro organismo que los azúcares añadidos, que son los que se recomienda reducir en la medida de lo posible.
La textura no surge sola
La textura que caracteriza a las mermeladas y las confituras se debe a la formación de una estructura en forma de red tridimensional que atrapa el agua, de forma parecida a lo que ocurre con una esponja. Para formar dicha estructura, que se conoce como gel, es necesaria la presencia de pectina, un compuesto que está presente de forma natural en muchas frutas, por ejemplo, en la piel de los cítricos. No es el caso de las fresas, así que es necesario añadir este gelificante como ingrediente, como ocurre en los productos analizados en esta guía.
Al añadir la pectina, esta se disuelve en el agua o los jugos de la fruta y, debido a sus características, no es capaz de unirse entre sí para formar esa red. Ello se resuelve con tres medidas: el calentamiento que se aplica durante el proceso de elaboración, que evapora parte del agua; la adición de azúcar, que la retiene, y la adición de un ácido, que al tener cargas positivas, favorece la unión entre las moléculas de pectina.
Normalmente el ácido que se utiliza es ácido cítrico, que se obtiene, por ejemplo, a partir del zumo de limón. De hecho, en algunos productos, como la mermelada extra Hero y las tres confituras, se utiliza directamente zumo de limón. Esto se hace normalmente para dar al producto una imagen más “natural” y lograr más aceptación por parte del consumidor. Aunque acabamos de comparar indistintamente la cantidad de fruta de mermeladas y confituras, conviene no olvidar que en estas últimas lo que se emplea realmente es pulpa o puré de frutas.
En el caso de la confitura extra Helios, se destaca la presencia de zumo de limón en la etiqueta frontal, enumerándola en segundo lugar, por detrás de la fresa y por delante del azúcar, lo que puede dar a entender que es el segundo ingrediente mayoritario, cuando en realidad se encuentra en una cantidad presumiblemente muy baja y sin duda mucho menor que la de las fresas y el azúcar. Además, al destacar su presencia de este modo, debería indicarse la cantidad concreta en el listado de ingredientes, cosa que no se hace, lo que supone un incumplimiento de la legislación.
- ¿Mermelada o confitura? La principal diferencia entre ellas reside en el contenido de azúcar, mayor en la confitura (en torno a un 60%) que en la mermelada (cerca del 45%). Además, esta última se elabora con fruta, mientras que la primera se hace a partir de pulpa o puré de fruta. Por esos motivos es más apreciada la mermelada que la confitura.
- ¿Categoría extra o normal? La extra tiene más cantidad de fruta. Fíjate bien en su porcentaje: cuanto más, mejor.
- ¿Con conservantes o sin ellos? La presencia de conservantes como sorbato potásico no es perjudicial para la salud y evita el desarrollo de mohos una vez abierto el producto. Después de ese momento, estos productos deben conservarse en el frigorífico.
Todas, sin colorantes
Durante la elaboración de estos productos se somete a la fruta a un calentamiento, lo que puede hacer que su color se deteriore. Por eso, en las mermeladas y confituras (excepto en la confitura extra) se permite el uso de colorantes; por ejemplo, para dar color rojo se puede emplear rojo cochinilla (E 120). Sin embargo, es algo que no se hizo en ninguno de los productos analizados. Es decir, ninguno de ellos tiene colorantes. En algunos se destaca esa ausencia, como ocurre en las mermeladas extra Helios, Hero y Eroski Basic, donde se incluye la indicación “sin colorantes”. Esto también se destaca en la confitura extra Hero, pero en este caso supone un incumplimiento de la legislación porque da a entender que es una característica específica de esta marca cuando, en realidad, no está permitido el uso de colorantes en ninguna confitura extra (Reg (UE) 1129/2011).
… y sin conservantes
Las mermeladas y las confituras tienen una larga vida útil debido a la enorme cantidad de azúcar que contienen y al tratamiento térmico que se aplica durante su elaboración, que elimina la posible presencia de microorganismos que podrían estropear el producto o enfermarnos. Por eso, en principio, no es necesario utilizar conservantes. Pero una vez que abrimos el envase se pierden esas condiciones asépticas, así que se recomienda almacenar en frigorífico. El problema es que incluso en esas condiciones de refrigeración es posible que se desarrollen levaduras y mohos que pueden alterar el producto. Por eso algunas marcas, concretamente la mermelada extra Eroski Basic y la mermelada La vieja fábrica, incluyen conservantes como sorbato potásico, que evitan su desarrollo.
Esto suele generar desconfianza en muchas personas, que es alentada además por mensajes del tipo “sin conservantes”, como los que se incluyen en las mermeladas extra Helios y Hero y en la confitura extra Hero. No debe causarnos preocupación porque se trata de aditivos seguros, al igual que todos los que están aprobados para su uso en alimentos.
El envase, un reclamo
Uno de los criterios por los que nos guiamos a la hora de elegir mermeladas y confituras es el diseño del envase y de la etiqueta. Los productores son conscientes de ello y por eso emplean determinados formatos. Por ejemplo, el envase de la confitura extra Helios tiene un diseño sofisticado que puede hacer pensar que se trata de un producto de alta categoría. Otras marcas, como Bonne Maman, optan por un diseño más tradicional, con un tarro sobrio y una tapadera de cuadros, que puede hacer pensar que el producto es más “natural”.
En cualquiera de los casos, no deberíamos guiarnos por la estética de los envases porque no están relacionados con las características reales del producto. Pero hay algunas que sí resultan interesantes desde un punto de vista práctico. Por ejemplo, todos los productos analizados tienen tapaderas de seguridad, que sirven de testigo para saber si el envase conserva el vacío. En caso de ser así, la protuberancia que hay en el centro de la tapa permanece hundida, mientras que al abrir el bote, se pierde el vacío y esa protuberancia sobresale hacia arriba. Otro detalle que resulta de utilidad es el precinto de garantía que incluyen algunas marcas, concretamente las mermeladas extra Helios y Bebé, la mermelada La vieja fábrica y las confituras extra Hero y Bonne Maman, ya que permite comprobar que el bote no ha sido abierto.
Ojo con el precio
Existen notables diferencias entre los precios de los productos analizados, que están comprendidos entre los 0,63 €/100 g de la mermelada extra Bebé y los 0,25 €/100 g de la mermelada extra Eroski Basic, con un promedio de 0,51 €/100 g para el conjunto de todas las marcas. En principio, las diferencias de precio no parecen corresponderse con las características de los productos. Por ejemplo, una de las más baratas es la mermelada extra Hero (0,42 €/100g), que es la que más cantidad de fruta contiene (65%), mientras que entre las más caras se encuentra la confitura extra Bonne Maman (0,52€/100 g, uno de los que menos proporción de fruta tienen, 50%). Otro ejemplo lo encontramos en la mermelada La vieja fábrica, cuyo precio (0,56€/100g) supera el de varias mermeladas extra (Hero, Helios y Eroski Basic) a pesar de pertenecer a una categoría comercial inferior. La mejor relación calidad/precio corresponde a la mermelada extra Eroski Basic, con un 57% de fruta y un precio de 0,25€/100g.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que el consumo de azúcares libres, como los que se encuentran en mermeladas y confituras, sea inferior a 50 gramos diarios en el caso de los adultos. Además, indica que si esa cantidad se reduce a menos de 25 gramos diarios se obtendrán beneficios adicionales. Una ración de 25 gramos de mermelada ya supone unos 12 gramos de azúcar, así que es fácil sobrepasar esa recomendación si consumimos cualquier otro producto con azúcar en el mismo día. ¿Deberíamos optar por mermeladas sin azúcar y con edulcorantes? Así evitaríamos la ingesta de esa cantidad de azúcares, pero, aunque los edulcorantes son seguros, no hay evidencias de que sean útiles para evitar problemas de sobrepeso u obesidad y además podrían dificultar el seguimiento de un patrón dietético saludable, al habituarnos a sabores intensamente dulces. Por todo ello, la mejor alternativa es la fruta fresca.
Para elegir bien, fíjate en la cantidad de fruta y de azúcar
Las mermeladas y las confituras están elaboradas principalmente a base de frutas y azúcar. Las diferencias existentes entre ellas no se deben a la cantidad de fruta, sino a la forma en la que esta se encuentra inicialmente (en las confituras se utiliza pulpa o puré de fruta), al proceso de elaboración y, sobre todo, a la cantidad de azúcar, mayor en las confituras que en las mermeladas. Por todo ello estás últimas son más apreciadas. La categoría de estos productos viene determinada por la cantidad de frutas. De entre todos los productos analizados el más recomendable es la mermelada extra Helios, debido a que es la que tiene un mayor contenido de fruta (65%), una de las que menos azúcares lleva (40%) y su precio se encuentra entre los más bajos (0,42€/100g). La mejor relación calidad-precio corresponde a la mermelada extra Eroski Basic, con una cantidad de fruta entre las más altas (57%), una cantidad de azúcar entre las más bajas (42%) y un precio mucho más bajo que el resto (0,25€/100g). El producto menos recomendable de entre los analizados es Bonne Maman debido a su menor contenido de fruta (50%), su alta proporción de azúcares (59%) y su precio, que es uno de los más altos, 0,62€/100g.