Enfrentarse al mareo sin darle más vueltas
El mareo no empieza en el coche, en un puerto o en el avión. Quienes sufren este trastorno saben que las primeras molestias traducidas en angustia y malestar generalizado se sufren en casa, durante la preparación de la maleta o en el trayecto que les lleva hasta la parada del autobús. Sin embargo, viajar sin que la cabeza dé vueltas e invadan las náuseas es posible si se aplican medidas preventivas y consejos médicos muy sencillos.
El viaje más placentero puede traducirse en una tortura si el viajero se marea, el paisaje se nubla y en el estómago se “hace un nudo” hasta que la debilidad y las náuseas acaban en un vómito. Esta indisposición típica asociada al hecho de viajar en coche u otro medio de transporte, o bien a montar en una atracción que da vueltas, se denomina técnicamente cinetosis -de movimiento-, mientras que el término popular “mareo” significa etimológicamente “mal de mar”.
Es un trastorno originado por la sobreestimulación externa del órgano del equilibrio que se encuentra en el oído interno. El mecanismo que lo produce es complejo y la variedad de los síntomas que padece la persona mareada (sudoración fría, dolor de cabeza, sensación rotatoria, de estómago revuelto y náuseas que pueden provocar el vómito) se explican por el sistema nervioso que controla tanto el estómago como las reacciones frente al estrés.
El mareo típico de los viajes no está asociado a síntomas de gravedad ni alteraciones de las constantes vitales. No obstante, si aparecen palpitaciones del corazón, pérdidas de conocimiento, fiebre muy alta o bajadas o subidas de tensión, es señal de que sucede algo grave.
Personas más propensas
y evita el vómito
La sensación de cinetosis es subjetiva y variable según cada persona: hay quien se marea en cuanto abre la puerta del coche y otros que no se marean ni en las atracciones más imponentes. Con el dolor sucede lo mismo: algunas personas lo soportan muy bien y otros muy poco. Los más propensos a esta indisposición registran una sensibilidad especial ante el movimiento, sus ojos se deben acostumbrar a la visión en movimiento, y sus oídos y su cerebro son más sensibles a los estímulos de sobreexcitación. El grupo por edad más afectado por este trastorno es el los niños, ya que su organismo es más inmaduro y deben habituarse a los viajes. El segundo grupo que más sufre los mareos es el compuesto por las personas mayores que tienen problemas cervicales, seguido de quienes toman ciertos medicamentos como los antihipertensivos y los analgésicos de acción muy potente, cuyo efecto secundario es el mareo o la sensación de tener la cabeza “atontada”.
Pero, sin duda, uno de los factores que más influyen a la hora de marearse es el estado emocional y la ansiedad que siente la persona propensa desde que empieza a hacer las maletas al pensar que va a pasar un mal rato durante el viaje. Por ello, los expertos recomiendan canalizar ese sentimiento y procurar tranquilizarse antes de emprender el viaje.
- Una vez que comienzan los síntomas típicos del mareo las pautas más indicadas pasan por parar el coche o aprovechar el rato de descanso del autobús, salir de este y tumbarse un rato en un lugar fresco y de lado, sobre todo si el afectado es un niño, para favorecer el vómito. Mientras el mareado se restablece, se pueden aplicar paños fríos o suministrarle bebidas frescas. Y, una vez que recobre las fuerzas para incorporarse, debe hacerlo sin levantarse de golpe.
- Si durante el receso para atenderlo siente muchas ganas de vomitar, es preferible que lo haga. Después de vomitar, se recomienda que tome un líquido azucarado, como una manzanilla, una bebida de cola, o que esté fría y sea levemente dulce, como las bebidas isotónicas, que contribuyen a restablecer el bienestar estomacal. Pero se desaconseja darle zumos por su acidez, ya que después de vomitar no suelen resultar apetecibles.
- Tras superar la afección, se recomienda que la persona afectada se tome un tiempo de descanso mínimo de 15 minutos antes de volver al vehículo y emprender de nuevo el viaje, pues el tiempo de recuperación varía en función de la respuesta de cada persona.
- Por último, las personas con tendencia a marearse deben contar en su botiquín de viaje con la clásica Biodramina. Esta pastilla debe tomarse una hora antes de salir de viaje, después de haber comido algo y, si el viaje es largo, de nuevo al cabo de seis horas. Su efecto es sedante y permite al afectado dormir durante el trayecto y evitar la indisposición.
Una solución para cada medio de transporte
A continuación se describen una serie de recomendaciones según el emdio de transporte elegido para realizar el viaje:
- En el coche. Si una persona sabe que se marea en el automóvil, debe mantener la vista fija en un punto lejano, por encima del horizonte, y mirar el paisaje, así como dejar la ventanilla abierta para que el vehículo esté bien ventilado. Otra opción es poner el aire acondicionado, ya que la alta temperatura favorece la cinetosis. También es importante evitar olores fuertes como el de gasoil, gasolina y tabaco, por lo que no se debe fumar dentro del coche. Por otro lado, las personas susceptibles de marearse no deben realizar actividades dentro del coche, como leer. El conductor también debe poner de su parte y hacer una conducción suave, sin frenazos ni tomar las curvas de manera brusca y elegir, si es posible, rutas sin curvas.
- En el barco. Ir de crucero no le sienta igual de bien a todos los turistas, aunque los grandes buques suelen ser muy estables y apenas se nota el movimiento del oleaje, salvo que haya tormenta. Para evitar la afección es aconsejable situarse en el centro del barco, donde hay más estabilidad, y mirar hacia un punto fijo del horizonte. Si el barco es pequeño y se sabe navegar, es más efectivo llevarlo uno mismo y fijar la mirada.
- En el avión. Es recomendable sentarse en uno de los asientos centrales del avión (a la altura de las dos alas o un poco más hacia delante) es el punto más estable del avión. Hay que evitar los asientos ubicados muy atrás o demasiado delante, porque es ahí donde se notan más las maniobras del avión. A menudo, la indisposición en los aviones está asociada a la fobia a volar, por lo que el afectado debe mentalizarse e intentar no angustiarse.
- En el tren: En este caso, el pasajero debe buscar un sitio bien ventilado y estable, ya que cuanto mayor sea el movimiento o traqueteo al que esté sometido, mayor será el flujo de información errónea o exagerada que recibirá su organismo. Esta sobreestimulación descontrola el órgano del equilibrio y hace que una persona se maree con mayor facilidad en cualquier medio de transporte.
Pequeños viajeros, los más perjudicados
Los niños, debido a la inmadurez de su organismo, tienden a marearse con mayor frecuencia. Para ayudar a estos pequeños viajeros a dar esquinazo al mareo es importante colocarlos de una manera adecuada, en un asiento elevado; las sillitas actuales en las que deben sentarse obligatoriamente en el coche ya lo permiten.
Situarlos en un asiento elevado es importante para que, al igual que hacen los adultos que se marean, puedan fijar la vista y mirar hacia un punto situado en la parte de delante. Una buena idea es la de colocar en el cabezal de los asientos delanteros pantallas de DVD para que miren al frente mientras disfrutan de su película favorita. En cambio, se desaconseja de forma rotunda que hagan otras actividades que les obligue a mover la mirada de un lado a otro, como jugar con las maquinitas. La situación ideal es que se duerman durante el viaje, ya que es la forma más efectiva de evitarles la indisposición.
- Evitar hacer comidas muy pesadas y abundantes antes de iniciar el viaje. Conviene hacer una comida ligera y no viajar con el estómago vacío.
- Evitar el exceso de alcohol y el tabaco antes de viajar.
- Mantenerse bien hidratado, sobre todo en verano, con líquidos abundantes y azucarados, ya que las bajadas de azúcar (hipoglucemias) pueden ser causa de mareo.
- Antes de iniciar el viaje, no se deben tomar bebidas de cola ni excitantes que contengan cafeína, porque también favorecen la afección.
- Después del mareo sí se pueden tomar bebidas de cola o líquidos dulces, nunca zumos, para restablecerse.
- Viajar con luz y evitar las horas de máximo calor y la noche, ya que se pierden las referencias visuales, que también favorecen el mareo.
- Masticar chicle resulta beneficioso para el oído, donde se encuentra el órgano del equilibrio.
- Planificar el viaje y salir con tiempo con el fin de parar cada dos horas si una persona es propensa al mareo.
- No llevar ropa apretada porque, ante un cuadro de mareo, las prendas que oprimen molestan e incrementan la sensación de angustia.
- Intentar tranquilizarse y pensar en otras cosas, en lugar de lo mal que se viajará por el mareo.
Fuente: Norberto Proupin, de la SEMG, y Paloma Casado, de SEMERGEN