El precio por kilómetro de unas autopistas duplica el de otras
Las autopistas españolas son limpias, seguras… y caras. El precio medio alcanza los diez céntimos de euro por kilómetro, es decir, los conductores pagan de media un euro por cada diez kilómetros recorridos. No obstante, las variaciones son considerables. De hecho, el peaje más oneroso (14 céntimos por kilómetro) duplica al más económico (seis céntimos por kilómetro), ambos registrados en vías de peaje de Andalucía. Así lo ha constatado CONSUMER EROSKI en un estudio en el que se han analizado 16 tramos de autopista, incluidas 32 áreas de servicio. La muestra abarca el 60% de los 3.378 kilómetros de este tipo de vías construidas en nuestro país, con una intensidad media de tráfico de 25.000 vehículos al día por autopista y con un índice de siniestralidad bajo (según la DGT, de las 2.741 personas fallecidas por accidentes de tráfico en 2007, 150, el 5,5%, murieron en vías de pago).
Los técnicos de la revista, tras asesorarse con expertos en seguridad viaria, recorrieron dos veces (ida y vuelta) el tramo de autopista asignada en equipos de dos personas: una conducía y otra anotaba las incidencias. Todas las pruebas se han realizado en uno o dos días (en función del número de recorridos asignados a cada técnico) y siempre en una jornada laborable. Los tramos recorridos han sido: Santiago-A Coruña (AP-9), Barcelona-Valencia (AP-2/AP-7), Bilbao-Zaragoza (A-68), Bilbao-San Sebastián (A-8), Barcelona-La Jonquera (AP-7), Vitoria-Burgos (AP-1), Málaga-Estepona (AP-7), Madrid-La Roda (R-4/AP-36), Alicante-Valencia (AP-7), Madrid-Arganda (R-3), Villalba-Adanero (Madrid, AP-6), Santiago-Vigo (AP-9), Pamplona-Tudela (A-15), Madrid-Toledo (AP-41), Madrid-Guadalajara (R 2) y Sevilla-Cádiz (AP 4). Se ha observado, por un lado, la limpieza y mantenimiento de estas vías de gran capacidad, es decir, el estado en el que se encontraba el pavimento, las señales, la limpieza de los arcenes, etc. Por otro lado, se ha analizado la seguridad, apartado en el que se ha estudiado la señalización de las autopistas, así como todos los elementos que podrían suponer un peligro para sus usuarios. A ello se ha sumado la valoración sobre las áreas de servicio y los peajes de entrada y salida de la vía.
La principal conclusión es que las autopistas de nuestro país aprueban, y con nota. Reciben una calificación global de “muy bien”. De las 16 analizadas, las mejores se encuentran en los itinerarios de Barcelona-Valencia, Barcelona-La Jonquera, Bilbao-Zaragoza, Madrid-Guadalajara, Madrid-La Roda, Pamplona-Tudela, Villalba-Adanero y Vitoria-Burgos. Por el contrario, suspenden la AP-4 (Sevilla-Cádiz) y los dos tramos de la AP-9 (de Santiago de Compostela a Vigo y a A Coruña). La razón: las deficiencias registradas en sus áreas de servicio y puestos de peaje.
La mayor disparidad se ha observado en las tarifas de las autopistas. Mientras que en la AP-4 entre Sevilla y Cádiz se pagan 6 céntimos de euro por kilómetro recorrido, en la AP-7 entre Málaga y Estepona, y en la AP-41 entre Madrid y Toledo el pago por kilómetro se cuadruplica, con 14 céntimos, cuatro por encima de la media del informe, diez céntimos de euro. La tercera autopista más cara de las analizadas es la Radial 2 Madrid-Guadalajara, que sólo se diferencia en un céntimo de las dos más onerosas. Entre las menos gravosas, aunque lejos de los precios de la autopista Sevilla-Cádiz, se hallan la vía A Coruña-Santiago (AP-9) (siete céntimos por kilómetro), Barcelona- La Jonquera (AP 7), Bilbao-San Sebastián (A 8) y Bilbao-Zaragoza (AP 68) (ocho céntimos por kilómetro en los tres casos).
El pavimento, muy bien, aunque con matices
La limpieza y mantenimiento del 30% de las señales que los técnicos de CONSUMER EROSKI analizaron en estos 32 trayectos (de ida y vuelta por 16 autopistas españolas), dejaba bastante que desear. Estas carencias se observaron en las autopistas Barcelona-Valencia (AP-2/AP-7), Barcelona-La Jonquera (AP-7), Vitoria-Burgos (AP-1) y Santiago de Compostela-Vigo (AP-9). En cuanto al estado del pavimento, se puede calificar como muy bueno. Sin embargo, en la mitad de los tramos recorridos se hallaron en algunos puntos deficiencias, muy leves, en el firme (pequeñas irregularidades, suciedad…). Las mejores en este apartado fueron la A-68, la AP-4, la A-8, la R-4/AP-36, la R-3 y la AP-41.
También se estudiaron las marcas viales. En casi el 20% de las vías recorridas se vieron tramos con la señalización poco definida, lo que hacía que la pintura apenas se distinguiera del asfalto.
Buena información para viajar con comodidad
Salvo en el trayecto de Madrid a Guadalajara por la R-2, el resto de tramos está dotado con indicativos acerca de la distancia en kilómetros que hay hasta las ciudades de destino de ese recorrido. Otro tanto sucede con las salidas de las autopistas hacia ciudades, claramente apreciables en todos los casos, a excepción del trayecto entre la localidad madrileña de Villalba y la abulense de Adanero.
En cinco de las 16 vías se podía leer información de índole turística o cultural en los carteles electrónicos que aparecen (en un 78% cuando se trata de señales verticales). El 41% de estos indicativos electrónicos funcionan con un sistema de paneles solares.
Por idiomas, hay que resaltar los dos trayectos entre Alicante y Valencia. Son los únicos del informe que tienen impresas sus señales en castellano, el idioma autonómico y otro extranjero. En el resto de autopistas, el 70% de los carteles informativos sólo aparecen en castellano, mientras que el otro 37% comparten espacio con la lengua autonómica (allí donde corresponde).
Carencias en la señalización: tónica general
Antes y después de viajar por una autopista, es frecuente que los usuarios se encuentren con la señal que les indica que entran o salen de una vía de pago. En 14 de los 16 tramos se halla con al menos un kilómetro de antelación. Sin embargo, en los casos de Santiago-Vigo y Vitoria-Burgos el aviso se encontraba a unos escasos 100 metros.
Durante su inspección, los técnicos de esta revista observaron las señales que con mayor frecuencia se utilizan en las autopistas españolas. Así, en todas disponían de indicadores de la velocidad máxima que debía respetarse. Sin embargo, el 56% no contaba con señales de la distancia de seguridad entre coches, en el 81% de los casos no se divisó una señal de la presencia de animales sueltos y en idéntica proporción no se halló información alguna sobre las peculiaridades meteorológicas de algunos trayectos (por ejemplo, tramos en los que es mayor la probabilidad de que nieve).
Por otra parte, en el 56% de las autopistas del informe no había señal alguna de la existencia de radares para controlar la velocidad de los conductores, tan sólo en un 31% se anunciaba la frecuencia de radio en la que los usuarios pueden conocer el estado del tráfico, mientras que en los 32 recorridos se apreciaron señales que indican la existencia de teléfonos de emergencia (que aparecen de media cada 7 kilómetros).
En líneas generales, las mayores carencias en la señalización se hallaron en los tramos Sevilla-Cádiz (AP-4), Madrid-Arganda (R-3), Pamplona-Tudela (A-15) y Vitoria-Burgos (AP-1).
En la mayoría de los casos, la información de las señales aparecía en letras grandes y claras (menos en la autopista gallega AP-9 que resultaba confusa para el usuario), estaban ubicadas con suficiente antelación y a una altura correcta. No obstante, en un 22% de los casos estudiados se halló algún elemento que tapaba la información.
Aparte de esas señales, en un 64% de las autopistas analizadas en este informe se encontraron paneles electrónicos con información variable, aunque en número muy escaso. Además, dos de cada diez estaban apagados.
La seguridad es un concepto fundamental en los tramos en los que hay operarios trabajando. En la mitad de los 16 itinerarios escogidos, se encontraron 25 zonas de obras. Los operarios trabajaban en la mejora de las autopistas AP-9, AP-7, AP-4, A-8, AP-1 y la AP-6. Casi todas las zonas de obras que se estaban remodelando estaban delimitadas por objetos (conos, triángulos), exceptuando las de la AP-4 y la AP-9. En casi un 70% de las obras también se utilizaban vehículos para señalizar el tramo en obras.
No es sencillo para un usuario que circula por una autopista comprobar su nivel de seguridad. Sin embargo, organizaciones como la Asociación de Automovilistas Europeos (AAE) y el Real Automóvil Club (RACC) ofrecen una serie de pistas que pueden ayudar a los conductores para evaluar la calidad de las vías.
- Firme del asfalto: comprobar que esté limpio y que no presente irregularidades (baches, socavones…). Cuando llueve, es preciso que en el asfalto no se generen charcos que produzcan el efecto de aquaplaning (pérdida de adherencia de las ruedas).
- Mediana: lo aconsejable es que ambos sentidos estén en distintos niveles de altura para evitar los deslumbramientos de otros automóviles cuando se circula de noche. Además, es imprescindible que este espacio tenga una anchura superior a los 10 metros y que no haya elementos peligrosos con los que el coche pueda chocar.
- Lateral derecho de la autopista: debe ser un terreno llano y sin ningún tipo de obstáculos (tales como árboles, farolas, edificios, pendientes…).
- Señales: letras grandes y claras, que avisen con suficiente antelación y se repitan de forma constante a lo largo del recorrido; de lo contrario puede distraer al conductor buscando una salida y causar accidentes.
- Carriles de incorporación: que no sean cerrados y que puedas acceder a la autopista de la manera más suave, sin encontrarte de golpe dentro de la vía.
A ambos lados...
Los elementos que rodean la zona de circulación (arcenes, medianas…) son factores relevantes en la seguridad de una autopista. Respecto a la separación entre los carriles de diferente sentido, en un 56% se utilizan pivotes en la mediana, en un 25% hay un jardín, en uno de cada cinco trayectos se observaron quitamiedos y en un 12,5% aparecía un desnivel o un muro (solución desaconsejada por los expertos en seguridad vial y que se apreció principalmente de Pamplona a Tudela y entre Santiago de Compostela y Vigo).
Por su parte, en el lateral derecho de la carretera sólo en un 12% había una explanada llana (lo más seguro si hay una salida de vía de un coche y que pudo observarse entre Pamplona y Tudela y de Sevilla a Cádiz). En los tramos de las 14 restantes había sobre todo caídas pronunciadas (poco recomendables para la seguridad de los conductores), vegetación, muros de contención o vallas publicitarias. Los trayectos Alicante-Valencia y Bilbao-San Sebastián son los más peligrosos en este apartado.
El mantenimiento de los arcenes de la autopista también influye en la seguridad viaria. Así, si no están lo suficientemente limpios (como es el caso de Santiago de Compostela-A Coruña, Alicante-Valencia y Santiago de Compostela-Vigo) representan un elemento de riesgo.
Aparte de estas infraestructuras, los desperfectos en la misma autopista también influyen en la seguridad de los viajeros. No se hallaron en la mayoría de los trazados, a excepción de las vías Bilbao-Zaragoza y Santiago de Compostela-A Coruña, en las que se comprobaron una serie de deterioros en algunos tramos que no estaban señalizados con conos.
Insuficientes arcenes de emergencia en los túneles
Los túneles también forman parte del paisaje de buena parte de las autovías españolas. En los tramos analizados, todos los pasos subterráneos estaban indicados con la señal de uso de la luz de cruce. Una vez dentro, la iluminación es muy buena, excepto en un túnel del recorrido de ida entre Santiago de Compostela y Vigo, que no cuenta con puntos de luz (este paso subterráneo tiene menos de 200 metros de longitud). No obstante, se comprobó que no todas las galerías disponían de salidas de emergencia. Fallan en este aspecto todos los túneles del itinerario Alicante-Valencia (que no llegan a los 500 metros de distancia), Madrid-Arganda (tiene más de un kilómetro de extensión) y Santiago-Vigo (entre 116 y 885 metros de longitud). Algo similar ocurre con los teléfonos de socorro: aprueban todos menos la R-3 y la mitad de los túneles localizados en la AP-9. Esta última autopista repite la mala nota, junto a Alicante-Valencia y la mitad del trayecto Vitoria-Burgos, por no contar con sistemas de ventilación.
Las proporciones de las carencias en los túneles se incrementan cuando se habla de cámaras de vigilancia (tan sólo se vieron en un 43% de los casos) y, de manera especial, en la ausencia de arcenes de emergencia (obligatorio en todos los túneles, aunque apenas superen los 200 metros) y que los técnicos de la revista únicamente observaron en todo el recorrido entre Bilbao-San Sebastián, Vitoria-Burgos y Santiago de Compostela-Vigo
- Tarifas: El desembolso medio para el uso de una autopista en nuestro país es considerable. Por cada diez kilómetros recorridos en una vía de pago, el usuario de autopistas en España tiene que pagar de media un euro. De las 16 autopistas analizadas, el precio más oneroso se pagó en el trayecto de la AP-7 entre Málaga y Estepona, y en la autopista Madrid-Toledo (AP 41), en ambos casos 1,4 euros cada diez kilómetros.
Peajes: Sólo en cuatro de las 16 autopistas analizadas, todas las casetas de peaje se encontraban abiertas o en funcionamiento.
Seguridad: Sólo en dos de los trayectos se observó una explanada llana en el lado derecho de la carretera, el mayor elemento de seguridad ante un posible accidente por una salida de vía del vehículo.
Señalización: Apenas la mitad de los paneles electrónicos localizados en estas autopistas ofrecían al conductor recomendaciones y consejos sobre seguridad vial.
Marcas viales: Un 20% de los indicativos impresos en el firme de estas 16 autopistas examinadas no eran perfectamente visibles y la pintura apenas se distinguía del asfalto.
Idiomas: La AP-7 (en el tramo Alicante-Valencia) es la única vía de pago que tiene escritas sus señales (además del castellano y de valenciano) en una lengua extranjera.
Túneles: Los técnicos de la revista cruzaron túneles en menos de la mitad de las 16 autopistas visitadas. Tan sólo tres de ellos contaban con los obligatorios arcenes de emergencia.
Áreas de servicio: Las 32 zonas de descanso examinadas superan el examen final con una nota media de “bien”. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer en los apartados de accesibilidad para personas con discapacidad y reciclaje de residuos.
Emergencia sanitaria: Las áreas de servicio visitadas en los trayectos entre Barcelona-La Jonquera y Barcelona-Valencia fueron las únicas que disponían de un puesto de atención sanitaria.
En los peajes y tablas comparativas
Durante los recorridos realizados, se atravesaron 62 peajes, en los que se contabilizaron 524 casetas de cobro, de las que 406 estaban abiertas o en funcionamiento. Su mantenimiento, los servicios ofertados al usuario y la señalización recibieron una calificación media de “muy bien”. Así fue en los peajes de 11 de las 16 autopistas analizadas. Sin embargo, tres suspenden el examen de esta revista con un “mal” (los dos tramos de la AP-9; Santiago – A Coruña y Santiago – Vigo) o un “regular” (la AP-4 entre Sevilla y Cádiz).
En los puestos ubicados en Guisamo (AP-9, trayecto entre Santiago de Compostela-A Coruña), Milla Duoiro (trayecto entre Santiago y Vigo, también en la AP-9) y Sant Joan (itinerario de la AP-7 entre Valencia y Alicante) más de la mitad de las casetas de cobro permanecían fuera de servicio. En el otro lado de la balanza se ubican autopistas como la R-2, la AP-68, la A-8 o la AP-2/AP-7, en la que todas las casetas de peaje permanecieron abiertas durante los recorridos.
Escasas fueron las ocasiones en las que se sufrieron paradas prolongadas de los vehículos en los peajes. Sólo se constataron retenciones superiores al minuto y medio en los peajes entre Santiago de Compostela con Vigo y con A Coruña y entre Sevilla y Cádiz.
Asimismo, se comprobó la información que en cada peaje se facilitaba al usuario: tan sólo en el 44% se mostraba, por medio de un cartel, el precio a abonar según el tipo de vehículo y el trayecto, aunque el 81% de ellos sí indicaba los tipos de tarjetas de crédito aceptadas.
Áreas de servicio: accesibilidad y reciclaje deficientes
La calidad de las áreas de servicio de las autopistas también influye en la comodidad y disfrute del trayecto por estas vías. En las 32 áreas visitadas por los técnicos de esta revista, se ha comprobado su dotación (aparcamientos, parques infantiles, áreas de descanso, puesto de atención sanitaria), la información que se facilitaba al usuario en las señales, el mantenimiento de las prestaciones con las que contaba cada área y su accesibilidad.
Las áreas de servicio superaban el examen final de la revista con una nota media de “bien”. Pese a que la mitad de las 32 áreas examinadas obtenían un “muy bien”, una de cada cinco no pasaba de un mediocre “aceptable” y dos de ellas, las visitadas en el itinerario de Bilbao a San Sebastián, suspendían con un “regular”.
La peor calificación ha correspondido al equipamiento de las áreas, puesto que apenas han logrado un “aceptable”. Así, sólo la mitad disponía de parque infantil, cuatro de cada diez no contaban con área de descanso y uno de cada tres no ofrecía sistema de seguridad alguno para proteger los vehículos. La información al usuario y accesibilidad en las instalaciones se han catalogado como buenas.
Las únicas áreas que suspenden en información son las ubicadas en la A-8 entre Bilbao y San Sebastián. En accesibilidad, se han observado grandes diferencias: del “excelente”, (es el caso de las áreas de servicio de la AP-7 entre Barcelona-La Jonquera, la A-68, la R-2, la AP-9 entre Santiago de Compostela y Vigo, la AP-6 y la AP-1) al suspenso de las áreas de servicio situadas en la A-8, en las vías que circundan la capital española (la R-4/AP-36 y la AP-41), y en la AP-7 entre Málaga y Estepona. Por último, la limpieza y mantenimiento de las áreas merecieron la mejor valoración, un “muy bien”.
En el mapa de infraestructuras viarias en España conviven dos tipos de vías de gran capacidad que crean una red de comunicaciones de norte a sur y de este a oeste: las autopistas de peaje y las autovías libres de pago. Sin embargo, esta coexistencia entre los dos tipos de carreteras no es proporcional. Mientras los ciudadanos que viven en el norte, este y centro del país deben abonar un peaje por circular en vías de gran capacidad, en el sur y en el oeste abundan las autovías. La pregunta generalizada entre los usuarios es: “¿Por qué hay que pagar en algunas zonas y en otras no?”
Antes de responder a esta cuestión es importante saber que la construcción de una autopista siempre se lleva a cabo cuando el trazado previsto en construcción previsto es una alternativa a otro itinerario gratuito que ya existía. En España, la construcción y el mantenimiento de estas vías de gran capacidad se financian a través del sistema de peajes. Por tanto, sería más preciso preguntar: ¿cuál es el motivo por el que el Estado no se hace cargo de las autopistas en el momento en que se agota la licencia de explotación de la empresa?
Cuando el Gobierno considera necesaria una infraestructura viaria de pago (en la mayor parte de los casos para descongestionar lugares colapsados por el gran aumento de parque móvil), otorga una concesión a una empresa privada para que la construya y la mantenga durante un largo periodo de tiempo. A cambio, concreta lo que la compañía concesionaria debe cobrar a los usuarios.
Una vez que vence el plazo de la concesión, la Administración, de manera habitual, prefiere renegociarlo que hacerse cargo de una infraestructura cuyo mantenimiento le supondría un gran coste. Y no sólo por el mantenimiento, sino también por la pérdida de una cantidad importante de dinero que se retiene a las empresas concesionarias por cada billete que cobran al usuario (un 16% del importe total), así como del Impuesto de Sociedades (un 35% de los beneficios totales de la empresa).
No obstante, y aunque se amplíe la concesión, también se entabla una negociación con la empresa concesionaria, a quien se insta a bajar los precios de los peajes o, en algunos tramos, convertirlos en gratuitos (la fuerza reivindicativa de los usuarios juega un papel relevante). Ocurrió en el puente de Rande, en Vigo, y en algunos accesos a ciudades en Cataluña.
Por otra parte, para explicar cómo surgió la red de autovías en España hay que mirar al pasado. La crisis del petróleo de 1973 afectó seriamente a la red de autopistas que comenzó a construirse en los años 60 por el deseo de potenciar las zonas más industrializadas e impulsar el consumo de automóviles. Una década después, el Ministerio de Obras Públicas (MOPU) elaboró el Plan General de Carreteras, cuya iniciativa más ambiciosa era la construcción de autovías de utilización gratuita para los usuarios, una alternativa más barata a las autopistas.
En los últimos años, el mapa de autovías se ha ido ampliando poco a poco gracias a la ayuda de los fondos estructurales y de cohesión europeos recibidos por España, que entre 1986 y 2006 sumaron 118.000 millones de euros. Unas ayudas comunitarias que en parte han financiado cuatro de cada diez kilómetros de las autopistas y autovías construidas durante esos veinte años en todo el país.
Los tramos de autopista analizados, uno a uno
http://static.consumer.es/revista/imgs/20080501/mapa-general.gif - Álava
- Alicante
- Andalucía
- Barcelona
- Burgos
- Cádiz
- Castellón
- Galicia
- Girona
- Guipúzcoa
- Madrid
- Málaga
- Navarra
- Pontevedra
- Sevilla
- Tarragona
- Toledo
- Valencia
- Vizcaya
- Zaragoza
Los dos trayectos que atraviesan Álava destacan en seguridad y limpieza de la carretera y en la accesibilidad de las áreas de servicio
El recorrido de 83 kilómetros la AP-1 y de 35 kilómetros la AP-68 (de Vitoria a Bilbao) supondrá al conductor un desembolso de 9,35 y 4,25 euros en cada caso.
Tanto en el estado de la carretera, los peajes y las áreas de servicio, los tres apartados evaluados en el estudio, la AP-1 consigue una valoración de muy bien. La AP-68 consigue idéntica valoración en los dos primeros, pero en las áreas de servicio desciende a un bien.
En seguridad y limpieza de la carretera, tanto la AP-1 como la AP-68 coinciden en un brillante “excelente”, como la media del resto del país. Sin embargo, en información al usuario la AP-1 se queda en un bien por la constatación de algunas deficiencias, como no contar con marcas viales de seguridad pintadas en el asfalto que separan los carriles y el arcén en algunos tramos del recorrido.
La seguridad en la carretera es especialmente importante. Un asfalto sin deterioros y correctamente señalizado ahorra a los conductores más de un disgusto. En la autopista de Bilbao a Zaragoza, los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron varios desperfectos en la vía que no estaban delimitados con las obligatorias medidas de seguridad para avisar a los usuarios.
También los túneles que atraviesan la AP-1 sacan buena nota. En líneas generales cuentan con los obligatorios arcenes de emergencia, salidas para evacuación en caso de siniestro y teléfono de socorro durante todo el recorrido. Sin embargo, en el caso de los sistemas de ventilación, la mitad de los túneles hallados en la AP-1 no cumple con esta medida.
De las 39 casetas de peaje que los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron en la AP-68 y la AP-1 durante su análisis, una treintena estaban abiertas o en funcionamiento. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se comprobaron paradas prolongadas de vehículos en estos puestos de cobro de la autopista entre Bilbao-Zaragoza y Vitoria-Burgos.
Las áreas examinadas en la AP-1 superan con una nota de “muy bien” a las visitadas entre Bilbao y Zaragoza que apenas obtienen un “bien”. En términos generales, ambas sobresalen de una manera más que positiva en limpieza y accesibilidad para personas discapacitadas pero, por el contrario, bajan la calificación en servicios y equipamientos (la AP-68 se queda con un mediocre “aceptable”) y suspenden en información al viajero: hasta encontrar estas áreas de servicio resulta un tanto confuso para los conductores de la AP-68 y la AP-1, ya que no hay en los trayectos señal alguna de los servicios que se ofrecen, así como de sus horarios. Las áreas de la AP-1 destacaron por ser unas de las pocas que cuentan con un hotel donde pasar la noche, pero no disponían de salidas de emergencia en el interior de estas instalaciones ante posibles accidentes.
Por su parte, la vía que une Bilbao con Zaragoza tiene el dudoso honor de servir el menú del día más caro en el restaurante (18 euros frente a los 12 de media nacional); además de no contar con el obligatorio cartel avisando de la prohibición de vender alcohol a menores de edad o de tener la limpieza como una tarea pendiente en algunas de sus gasolineras.
El trayecto que une ambas capitales levantinas destaca en la calidad de sus áreas de servicio pero necesita mejorar en el estado de la carretera y sus peajes
Tarifas aparte, según el informe de CONSUMER EROSKI, la vía de pago que une Alicante y Valencia logra una nota de “bien”, con lo que se sitúa por debajo de la media nacional (un “muy bien”). Aunque sobresale en la valoración de sus áreas de servicio (“muy bien”), no puede decirse lo mismo del estado de la carretera y los peajes de la AP-7 en este trayecto del sur de la Comunidad Valenciana: pese a recibir una calificación de “bien”, se hallan por debajo de la media (un “muy bien”).
La nota obtenida en el análisis de la carretera se concreta en un resultado satisfactorio en limpieza y mantenimiento e información al usuario; mientras que flaquea en el despiece dedicado a la seguridad que afecta a los conductores de esa autopista. En este último aspecto, el recorrido entre Alicante-Valencia es uno de los dos tramos con mayor sensación de riesgo para el conductor (el otro pertenece a la vía de pago que conecta Bilbao con San Sebastián) por contar con numerosas caídas pronunciadas, vallas publicitarias o postes de alumbrado en los márgenes de la vía, elementos que según los expertos en seguridad en la carretera, pueden agravar las consecuencias de una salida de vía de un coche.
Las deficiencias se observaron asimismo en algunos túneles que los técnicos de CONSUMER EROSKI atravesaron durante su análisis de la autopista AP-7 (Alicante-Valencia). Según el estudio de la revista, algunos de esos pasos subterráneos no contaban con los pertinentes sistemas de ventilación, eficaces en caso de producirse accidentes o emergencias.
Pese a todo, este tramo puede presumir de ser el único de todo el informe de tener impresas sus señales en un idioma extranjero, además del castellano y la lengua autonómica.
De las 26 casetas de los peajes que los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron en la AP-7 entre Valencia y Alicante durante su análisis de las autopistas españolas, la mitad no se encontraban abiertas o en funcionamiento. Por otro lado, fueron escasas las ocasiones en las que se constataron paradas prolongadas de vehículos en estos puestos de cobro de la vía de pago.
La calificación de “muy bien” en las áreas de servicio supera la media nacional (en un “bien”). Sin embargo y aunque las áreas de servicio de la AP-7 entre Alicante y Valencia destacan en limpieza (impolutos los baños de las gasolineras) e información a los viajeros (muy completa la información turística facilitada); no ocurre lo mismo en servicios/equipamiento y accesibilidad para personas discapacitadas (en ambos casos no superan el “bien”, aunque en el primer caso destaca sobre el mediocre “aceptable” del índice nacional).
Los técnicos de la revista precisaron algunos fallos en materia de equipamiento dentro de las instalaciones de las áreas de servicio visitadas: los más pequeños no podían divertirse ya no había apenas zona de juegos en este itinerario, no se encontraron carteles en los restaurantes en los que se prohibiera la venta de bebidas alcohólicas a los menores de edad ni tampoco se localizaron contenedores de reciclaje para los diferentes residuos (papel/cartón, vidrio y plástico).
A diferencia de la mayoría de las áreas de servicio, las del tramo Alicante-Valencia sí disponían de pasos de cebra para que los viandantes pudieran cruzar sin riesgos.
El precio de la vía de pago de Málaga a Estepona (14 céntimos de euro por kilómetro) duplica el coste de la Sevilla-Cádiz (seis céntimos por kilómetro)
De hecho, pese a que el trayecto total desde Sevilla hasta la capital gaditana implica recorrer 93 kilómetros, el coste, 5,65 euros, es inferior al de la autopista malagueña, 9,8 euros, con tan sólo son 70 kilómetros.
Además de las tarifas, CONSUMER EROSKI revisó el estado de mantenimiento y limpieza en que se encontraban las autopistas andaluzas, así como su seguridad y la calidad de los peajes y las áreas de servicio. Se concluyó que la AP-4 y la AP-7 aprueban el examen de esta revista, aunque por debajo de la media del informe, un “muy bien”. Mientras que la vía de pago que finaliza en Estepona consigue una calificación global de “bien”, la que une Sevilla y Cádiz se debe conformar con un mediocre “aceptable”. La razón: las importantes carencias que los técnicos de esta revista encontraron en los peajes y en las áreas de servicio analizadas.
Los dos trayectos estudiados sobresalen en la limpieza y el mantenimiento de sus carreteras (logran un “excelente”). La valoración disminuye en la señalización y en la información que ofrecen al usuario, apartados en los que consiguen un “bien” (de hecho, la Sevilla-Cádiz es una de las peores valoradas del estudio en materia de señalización). Y es que las dos autopistas carecen de señales que indiquen la distancia de seguridad obligatoria para los vehículos, tampoco indican la presencia de radares ni las frecuencias de radio para conocer el estado del tráfico. Además, los paneles de información variable aparecen con muy poca frecuencia y no ofrecen información sobre seguridad vial, campañas de la DGT o normas de tráfico.
La seguridad de estas dos autopistas recibe mejores calificaciones (un “bien” en la Málaga-Estepona y un “muy bien” en la Sevilla-Cádiz), aunque en algunos tramos se encontraron algunos elementos que podrían suponer un peligro para los conductores (guardarraíles y pivotes). Por su parte, los túneles que se atravesaron en la Málaga-Estepona contaban con la mayor parte de los sistemas indispensables para ser calificados como seguros (teléfonos de socorro, sistemas de ventilación, arcenes de emergencia, etc.).
En el informe suspenden los peajes de la AP-4 con un ‘regular’, mientras que los encontrados en la AP-7 entre Málaga y Estepona lograron un “muy bien” (en la media del informe). Durante el recorrido (ida y vuelta) los técnicos de esta revista contabilizaron en las dos autopistas andaluzas 6 peajes y, dentro de ellos, 39 casetas de cobro. En la AP-7 sólo cinco estaban cerradas, pero en la Sevilla-Cádiz tan sólo una se encontraba abierta. De ahí, el rotundo suspenso en materia de peajes, una nota agravada por la falta de señalización: no se habían colocado semáforos para aminorar la velocidad, ni un cartel de conservación del ticket hasta efectuar el pago. Además, sólo en la mitad de ellos existía un panel informando de las tarjetas de crédito que los usuarios podían utilizar para efectuar el pago.
Las áreas de servicio visitadas en las dos autopistas andaluzas sólo merecieron un mediocre “aceptable”, puesto que se encontraron deficiencias en casi todos los apartados estudiados (accesibilidad, información al usuario y equipamiento). El punto débil de las áreas estudiadas es la accesibilidad, ya que en algunas no se habían adaptado los aseos para personas con algún tipo de minusvalía y en otras tampoco se habían instalado rampas para facilitar su acceso a las diferentes instalaciones. Además, se encontraron algunas áreas de servicio sin plazas de estacionamiento para estas personas. En materia de equipamiento, faltaban entre otros servicios indispensables restaurantes, puestos de atención sanitaria, oficinas de información, parques infantiles y hoteles.
Los dos tramos analizados se hallan entre los mejores del estudio. Destaca por la limpieza y el mantenimiento de sus carreteras y por la información que proporcionan a los usuarios, aunque deben mejorar en el equipamiento de sus áreas de servicio
Además de las tarifas, CONSUMER EROSKI también revisó la limpieza y mantenimiento de la autopista, así como su seguridad, y la calidad de los peajes y las áreas de servicio. Se concluyó que la AP-7 (incluido el tramo de la AP-2) entre Barcelona y Valencia, así como el trayecto que llega hasta La Jonquera se hallan entre las mejores del informe: ambas reciben una calificación de “muy bien”.
Los dos trayectos estudiados destacan en la limpieza y el mantenimiento de sus carreteras (obtienen un “muy bien” Barcelona-Valencia y un “excelente” Barcelona-La Jonquera). Sin embargo, se encontraron algunas deficiencias en parte de las señales, que acumulaban suciedad que dificultaba su visión. No fueron las únicas carencias: en las dos se echó en falta señales avisando de la distancia de seguridad entre los coches y de la presencia de animales sueltos.
La seguridad también debe estar presente a ambos lados de las autopistas. En algunos tramos de los recorridos estudiados se hallaron medianas con elementos que elevan el nivel de riesgo si ocurre un accidente. Son quitamiedos, muros y pivotes. Lo mismo sucede en el lado derecho de la vía, ya que se encontraron caídas pronunciadas, vegetación, farolas y muros.
El informe califica los peajes de las dos autopistas catalanas con un “muy bien”, en la media del estudio. Durante el recorrido (ida y vuelta), los técnicos de esta revista contabilizaron 11 peajes. Dentro de ellos, se registraron 165 casetas de cobro, 64 entre Barcelona y La Jonquera, y 101 entre Barcelona y Valencia, de las que sólo el 19% se encontraban cerradas. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se hallaron paradas prolongadas de vehículos en los peajes de más de minuto y medio.
Las áreas de servicio analizadas en los dos trayectos que unen la ciudad condal con Valencia y La Jonquera lograron un “muy bien” en el examen de esta revista (la media era de “bien”). Sin embargo, se comprobaron algunas carencias en equipamientos, ya que faltaban algunos servicios; por ejemplo, en algunas áreas situadas en la AP-2/AP-7 las gasolineras no contaban con aseos o no se podía acceder a ellos, no se había instalado un servicio de taller de reparación de vehículos, ni cajeros automáticos. En otras, sin embargo, se observaron servicios inexistentes en la mayoría de las estudiadas a nivel nacional: son duchas, puesto de atención sanitaria, parques infantiles, contenedores de reciclaje e incluso hoteles.
En materia de accesibilidad, el tramo Barcelona-La Jonquera supera con un “excelente” a la Barcelona-Valencia, que se quedó en la media (un “bien”). Y es que las áreas ubicadas en esta última fallan especialmente en adaptar los aseos del restaurante o la cafetería para personas con algún tipo de minusvalía.
El usuario paga 1,10 euros por cada diez kilómetros, un 10% por encima de la media del estudio. El trayecto que atraviesa la provincia burgalesa destaca en la limpieza y seguridad de la carretera, así como en la calidad de sus áreas de servicio
Estas tarifas casi cuadruplican la de la vía de pago más barata del estudio, la AP-4 que conecta Sevilla con Cádiz (3 céntimos por kilómetro, 30 céntimos por cada diez kilómetros), aunque están por debajo de las autopistas más caras del informe (14 céntimos por kilómetro, 1,40 euros por cada diez kilómetros), el tramo de la AP-7 de Málaga a Estepona y el de Madrid a Toledo (AP-41).
Precios aparte, según el informe de CONSUMER EROSKI, esta vía de pago logra una nota de “muy bien”. Así, sobresale por contar los tres apartados del estudio de la revista (estado de la carretera, peajes y áreas de servicio) con una calificación de “muy bien”.
En limpieza del firme y seguridad de la carretera, la AP-1 logra un brillante “excelente” y un “muy bien”, respectivamente, como la media del resto del país. Sin embargo, tan sólo obtiene un “bien” en información al usuario (padece carencias de señalización como, por ejemplo, no contar con marcas viales de seguridad pintadas en el asfalto que separan los carriles y el arcén, no informar al usuario de que cambia de provincia durante su viaje o encontrar algún elemento que tapa la información dada por las señales, con lo que distrae o confunde a los usuarios de esta autopista).
La seguridad en la carretera es muy importante. Un coche puede tener un accidente y salirse de la vía por el lado derecho de la carretera. Lo mejor en estos casos es que haya una explanada llana, algo que sólo se cumple en algunos tramos del recorrido de Burgos a la capital vasca. Durante el trayecto de la AP-1 se observan, además, caídas pronunciadas o postes de luz, muy peligrosos en caso de siniestro según los expertos en prevención vial.
Por su parte, los túneles que atraviesan la AP-1 sacan buena nota: cuentan con los obligatorios arcenes de emergencia, sistemas de ventilación, salidas para evacuación en caso de siniestro y teléfono de socorro durante todo el recorrido de estos pasos nocturnos.
De las 20 casetas de los peajes que los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron en la AP-1 durante su análisis de las vías de gran capacidad españolas, algo más de la mitad estaban abiertas o en funcionamiento. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se observaron paradas prolongadas de vehículos en estos puestos de cobro de la autopista entre Vitoria-Burgos.
En áreas de servicio, las examinadas en las AP-1 reciben un “muy bien”. En términos generales, sobresalen de una manera más que positiva en limpieza y accesibilidad para personas discapacitadas (rampas de acceso o para salvar desniveles, aseos adaptados, teléfonos para personas en sillas de ruedas y plazas de estacionamiento específicas para personas con movilidad reducida).
Por el contrario, baja la calificación en servicios y equipamientos (la AP-1 recibe un “bien”) y en información al viajero no pasa de un mediocre “aceptable”. De forma más detallada, las áreas de la AP-1 sobresalen por ser unas de las pocas que cuentan con un hotel donde pasar la noche, pero, a su vez, no contaban con puesto de atención sanitaria, salidas de emergencia en el interior de estas instalaciones ante posibles accidentes o paneles informativos sobre el estado del tráfico o el tiempo a tiempo real.
El coste, seis céntimos por kilómetro, es inferior que el precio medio del estudio (10 céntimos por kilómetro). El trayecto que une la capital gaditana con Sevilla recibe un mediocre “aceptable”, muy por debajo del “muy bien” de la media
Tarifas aparte, la vía de pago que une ambas ciudades andaluzas aprueba el informe de CONSUMER EROSKI con un mediocre “aceptable”, muy por debajo del “muy bien” de la media del estudio. Aunque logra un “muy bien” en el apartado referente al estado de la carretera, recibe un “aceptable” en la calidad de sus áreas de servicio y suspende con un ‘regular’ en el examen de sus peajes.
En limpieza y mantenimiento de la carretera, merece un “excelente”, un “muy bien” en seguridad y apenas un “bien” en información al viajero. Este tramo es uno de los que peor señalización tiene de todo el estudio: carece de señales que indiquen la distancia que debe respetarse entre coches, indicativos con la presencia de radares, no hay radio que informe del estado del tráfico, las indicaciones no están correctamente tapadas en caso de obras y los paneles electrónicos localizados en la autopista no ofrecen información sobre seguridad vial, campañas de la DGT o normas de tráfico.
De las 13 casetas de los peajes que los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron en la AP-4 entre Cádiz y Sevilla durante su análisis de las autopistas españolas, sólo una no se encontraba abierta o en funcionamiento. Pese a esto, los peajes en este tramo dejan bastante que desear: no hay semáforos que obliguen a los conductores a aminorar la velocidad, no disponen de una cartel anunciando al conductor que debe conservar el ticket hasta que haya efectuado el pago en el peaje y sólo en la mitad de ellos existe un panel electrónico informado de las tarjetas de crédito que pueden usarse para pagar.
En cuanto a las áreas de servicio, reciben un mediocre “aceptable” en la calificación de los apartados de información al usuario, servicios/equipamientos y accesibilidad para personas discapacitadas. Únicamente se salva el estado de limpieza de estas áreas de servicio que obtiene un “muy bien”.
Despunta de forma negativa el hecho de que apenas haya restaurantes en estas zonas, tampoco puesto de atención sanitaria, un hotel para pernoctar o que las zonas de juegos infantiles estaban sucias. Otro aspecto a mejorar: las áreas de servicio de la AP-4 no contaban con contenedores para el reciclaje de vidrio, papel/cartón y plásticos. En líneas generales, tan sólo el 19% de las instalaciones visitadas en toda España disponían de este sistema de recogida de residuos.
El trayecto de la vía de pago que atraviesa la provincia castellonense destaca en los tres apartados del informe (carretera, peajes y áreas de servicio), lo que la convierte en una de las mejores autopistas del país
Estas tarifas son seis céntimos superiores al precio de la autopista más barata del estudio, la AP-4 que conecta Sevilla con Cádiz (30 céntimos por cada diez kilómetros frente a 90 céntimos); y cinco céntimos más económicas que lo que tienen que abonar los usuarios que circulen de Málaga a Estepona por la AP-7 o de Madrid a Toledo en la AP-41, las más caras del informe (1,40 euros frente a 90 céntimos).
Tarifas aparte, según el informe de CONSUMER EROSKI, el tramo de esta vía de pago que atraviesa Castellón y une la ciudad condal con Valencia obtiene una nota de “muy bien”, con lo que se sitúa entre las mejores del país. La AP-2/AP-7 sobresale en los tres apartados en los que se ha dividido el estudio de la revista: obtiene una calificación de “muy bien” en el estado de la carretera, los peajes y las áreas de servicio de este itinerario.
En limpieza del firme, pese a la buena nota de “muy bien”, se han constatado ciertos desperfectos en el pavimento en un par de tramos del recorrido, algunas marcas viales están poco definidas o claras y el mantenimiento de ciertas señales no es del todo perfecto.
‘Excelente’ es la información al usuario que los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron durante su análisis. Así, destacan la existencia de indicativos cubiertos correctamente en caso de obras, otros informando al conductor de las condiciones meteorológicas específicas del recorrido, señales avisando de la colocación de radares, recomendaciones sobre seguridad vial o el estado del tráfico impreso en los paneles electrónicos localizados en la AP-2/AP-7 de Barcelona a Valencia a su paso por la provincia de Castellón.
La seguridad de esta vía de pago es muy buena, pese a contar con algunos elementos que el conductor deberá tener en cuenta, ya que no son aconsejables en opinión de los expertos en seguridad vial, pero sí muy comunes en la red de autopistas nacionales. Así, la AP-2/AP-7 entre Barcelona y Valencia cuenta con quitamiedos o muros en la mediana que separa los carriles de distinta dirección; mientras que en el lateral derecho de la carretera tan sólo hay una explanada llana (lo mejor en caso de una posible salida de vía de un automóvil) en algunos tramos del trayecto.
Del centenar de casetas de los peajes que se observaron en la AP-2/AP-7 entre Barcelona y Valencia durante su análisis de las autopistas españolas, la mayoría se encontraban abiertas o en funcionamiento. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se observaron paradas prolongadas de vehículos en estos puestos de cobro de la vía de pago.
La calificación de “muy bien” en estas zonas destinadas para la pausa de los usuarios supera la media nacional (un “bien”). Sin embargo, y aunque las áreas de servicio de esta autopista entre Valencia y Barcelona destacan en limpieza e información a los viajeros, no ocurre lo mismo en servicios/equipamiento y accesibilidad para personas discapacitadas (en ambos casos se quedan en el “bien”). Pese a que un área de servicio de este itinerario puede dar buen ejemplo en buenas prácticas medioambientales, la tónica general es que en el resto del trayecto no hay contenedores para el reciclaje selectivo de los residuos (es decir, para separar correctamente el vidrio, el plástico y el papel/cartón).
Cabe resaltar la existencia de áreas de descanso, alguna que otra zona de juegos para los más pequeños, restaurante y cafeterías, teléfono público, servicio de duchas, un puesto de atención sanitaria o sistema de vigilancia de las instalaciones por medio de cámaras de seguridad y personal humano, entre otros.
La autopista gallega, sin embargo, es una de las peor valoradas, en buena medida por las deficiencias en sus peajes
El trayecto total entre Santiago y Vigo, de 81 kilómetros, cuesta 7,05 euros y el que une Santiago con A Coruña, de 75 kilómetros, supone un desembolso para el conductor de 4,95 euros.
Tarifas aparte, el estudio de CONSUMER EROSKI sitúa esta vía de pago entre las peores del país, con una valoración de “aceptable”. La AP-9 de Santiago de Compostela a A Coruña y a Vigo logra un “muy bien” en estado de la carretera, baja hasta el “bien” en el examen de las áreas de servicio en dirección a A Coruña y suspende con un ‘mal’ en peajes.
La limpieza y seguridad de ambos tramos recibe una nota de “muy bien”, pese a algunos desperdicios observados en el asfalto y los arcenes. Además, el informe constató la presencia de muros al lado de la vía en el tramo de Santiago de Compostela a Vigo, un elemento que aumenta los riesgos en caso de una salida de calzada.
También dentro del examen general a la autopista, se tuvo en cuenta la información que durante el viaje se ofrece al viajero y que de Santiago de Compostela a Vigo es “excelente” y de Santiago de Compostela a A Coruña no pasa del “bien”.
De las 32 casetas de los peajes que los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron en la AP-9 durante su análisis de las vías de gran capacidad españolas, más de la mitad estaban fuera de servicio o cerradas. A ello se suma la falta de semáforos a la entrada del peaje para obligar al conductor a que reduzca la velocidad, a las retenciones de más de un minuto y medio para pagar o a la ausencia de un cartel con información de las tarifas según el tipo de vehículo.
En áreas de servicio, el tramo de Santiago de Compostela a Vigo supera con un “muy bien” a la nota de “bien” del otro tramo analizado de la AP-9. Así, destaca con un “excelente” en accesibilidad para personas discapacitadas (rampas de acceso para superar obstáculos, aseos adaptados o plazas de aparcamiento específicas para estos viajeros) y un “muy bien” en limpieza y mantenimiento de las instalaciones interiores y exteriores. Por otro lado, coincide con una calificación de “bien” en lo que a información al usuario se refiere.
Pese a estas buenas posiciones, el itinerario de Santiago de Compostela a Vigo suspende, y saca peor nota que el otro tramo de la AP-9 que discurre hasta A Coruña, en la dotación de servicios de estas zonas específicas para que los usuarios de autopista realicen una parada: no hay zona de juegos para los más pequeños, ni cajero automático o indicación alguna sobre el estado del tráfico o las rutas turísticas que pueden hacerse por los alrededores.
Las áreas de servicio localizadas entre Santiago de Compostela y Vigo sí disponen de contenedores de reciclaje de residuos, que no existían en caso de las instalaciones del otro recorrido de la AP-9 desde la capital gallega.
Como elemento positivo, las áreas de servicio de la autopista gallega cuentan con señales que, aparte del castellano y el gallego, utilizan otro idioma extranjero; caso único en todo el país. Otro punto positivo para la AP-9: los que quieran hacer una parada para comer algo en el restaurante contarán con el menú más barato de todo el país, apenas 10 euros por una comida que, por ejemplo en el tramo de Bilbao a Zaragoza cuesta ocho euros más. La media nacional se encuentra en los 12 euros por un menú del día en un área de servicio.
El trayecto de pago que atraviesa la provincia de GIRONA es uno de los mejores del país. Destaca en los tres apartados del informe (carretera, peajes y áreas de servicio)
Tarifas aparte, el informe de CONSUMER EROSKI concluye que la vía de pago que une la ciudad condal con la localidad de La Jonquera obtiene una nota de “muy bien”, con lo que se sitúa entre las mejores del país. La AP-7 sobresale en el estado de la carretera (logra un “excelente”). Aunque un poco más baja, la calificación de sus peajes y áreas de servicios también es satisfactoria (un “muy bien” ambas).
En lo que a la limpieza del firme se refiere, la nota de esta autopista es de un “excelente”, pese a que cuenta con pequeños desperfectos en el mantenimiento de las señales que los técnicos de la revista encontraron durante su examen. Idéntica calificación lograron en el apartado de información al usuario (durante todo el recorrido aparecen las pertinentes señales de las condiciones meteorológicas específicas del territorio, información turística o del estado del tráfico, además de contar con un teléfono de socorro cada kilómetro).
Una nota algo más baja (un “muy bien”) pero igual de satisfactoria recibe en el apartado de seguridad de este recorrido de Barcelona a La Jonquera. El mantenimiento que se lleve a cabo en los arcenes de estas autopistas se convierte en una parte importante a la hora de evitar accidentes. Así, una limpieza óptima, como se pudo comprobar en el estudio de CONSUMER EROSKI de esta vía de gran capacidad puede traer consigo menos incidentes.
De las algo más de 60 casetas de los peajes que los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron en la AP-7 durante su análisis de las autopistas españolas, la mayoría se encontraban abiertas o en funcionamiento. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se observaron paradas prolongadas de vehículos en estos puestos de cobro de la vía de pago entre la ciudad condal y La Jonquera.
Esta tónica general se mantiene, asimismo, en las áreas de servicio visitadas (un “muy bien”, por encima de la media nacional que se encuentran en el “bien”). Sobresale, con una nota de “excelente”, el apartado destinado a la accesibilidad para personas con algún tipo de discapacidad (rampas para acceder a las instalaciones, aseos y baños adaptados, plazas de aparcamiento específicas para estos usuarios…). Le siguen: limpieza y mantenimiento con un “muy bien” (pese a que tiene algunos desperfectos de poca importancia en el pavimento) e información al usuario con la misma nota (todos los servicios de estas áreas de servicio están perfectamente indicados).
La nota más baja (apenas un “bien”) corresponde a los servicios y equipamientos con que cuenta este itinerario de Barcelona a La Jonquera. A pesar de todo, este trayecto que termina a escasos metros de la frontera francesa destaca en relación al resto del país por disponer, en estas áreas de servicio, de hoteles para pasar la noche, conexión wifi a Internet o puesto de atención sanitaria para los usuarios de esta autopista. Sin embargo, fallan en la preocupación por el medio ambiente, ya que por ningún lado se hallaron contenedores de reciclaje para plástico, papel/cartón o vidrio.
La vía de pago que une San Sebastián y Bilbao cumple en seguridad y limpieza de la carretera, pero suspende en la calidad de sus áreas de servicio
Estas tarifas son cinco céntimos superiores al precio de la autopista más barata, la AP-4 que conecta Sevilla con Cádiz; y seis céntimos más económicas que lo que tienen que abonar los usuarios que circulen de Málaga a Estepona por la AP-7 o de Madrid a Toledo por la AP-41, las más caras del estudio con 14 céntimos por kilómetro.
En el informe de CONSUMER EROSKI, la vía de pago de Bilbao a San Sebastián obtiene una nota de “bien”. La A-8 destaca de forma especialmente positiva en el estado de la carretera y en los peajes (logra sendas calificaciones de “muy bien”), aunque suspende en el examen a esas dos zonas de descanso que apenas logran un “regular”.
En limpieza del firme, la A-8 recibe un excelente por no observar imperfecciones o desperfectos en el asfalto. En seguridad recibe un “muy bien”. Sin embargo, este tramo es especialmente peligroso en comparación con el resto de España por contar con caídas pronunciadas, muros o vallas publicitarias en el lado derecho de la vía, algo nada recomendable en caso de accidente de tráfico.
Los túneles que atraviesan la A-8 cumplen con todas las medidas de preventivas ya que cuentan con los obligatorios arcenes de emergencia, salidas para evacuación en caso de siniestro, sistemas de ventilación y teléfono de socorro durante todo el recorrido. Las notas de los dos apartados anteriormente mencionados coinciden con la media nacional que, sin embargo, se reduce en lo que a información al usuario se refiere con un “bien” (la media del resto de autopistas es de un “muy bien”).
Las 12 casetas de los peajes que los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron en la A-8 estaban abiertas o en funcionamiento. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se detectaron paradas prolongadas de vehículos en estos puestos de cobro de la autopista entre Bilbao y San Sebastián.
Las buenas valoraciones de la A-8 cambian cuando se abordan las áreas de servicio. Las dos analizadas suspenden con un mediocre “regular” (cuando la media del resto de trayectos analizados es de un “bien”). Incluso encontrar estas áreas de servicio resulta un tanto confuso para los conductores de la A-8, ya que no hay en el trayecto señal alguna de los servicios que se ofrecen, así como de sus horarios. Las principales deficiencias se han hallado en la información al usuario de esta autopista, en los servicios y equipamientos, y en la accesibilidad para las personas discapacitadas.
Las dos áreas de servicio visitadas no cuentan con un parque infantil, no se observó un área de descanso con árboles o fuentes para comer al aire libre y no disponen de un sistema de seguridad (ni con cámaras de vigilancia o personal humano). Suspenden, además, en la limpieza exterior de la gasolinera y en la preocupación por el medio ambiente, ya que por ningún lado había contenedores de reciclaje para plástico, papel/cartón o vidrio.
Tampoco cuentan con rampas que faciliten el desplazamiento a estos usuarios y en una de las dos áreas no se observaron aseos adaptados en la gasolinera (aunque sí estaban perfectamente acondicionados en la cafetería). Las carencias se repiten en el aparcamiento (las plazas específicas para discapacitados brillan por su ausencia) y en las cabinas de teléfonos (no hay adaptadas para personas en silla de ruedas) de la mitad de las dos zonas de descanso visitadas en al A-8.
La Villalba-Adanero obtiene la mejor calificación de las visitadas en la Comunidad de Madrid, mientras que la autopista que une la capital con Toledo registra las mayores carencias
En la AP-41, el recorrido total es de 47 kilómetros y un coste de 6,35 euros; en la R-2 con 54 kilómetros, se paga 6,75 euros; de Villalba a Adanero (80 kilómetros) hay que desembolsar 8,85 euros, de Madrid a Arganda (3,25 euros por una treintena de kilómetros) y, por último, los 126 kilómetros de distancia que unen Madrid con La Roda tienen un precio global de 11,3 euros.
Tarifas aparte, según el informe de CONSUMER EROSKI, las cinco autopistas analizadas la comunidad madrileña obtienen una nota media de “muy bien” y sobresalen en el examen de la carretera. En la calidad de las áreas de servicio y los peajes, las calificaciones se sitúan entre el “aceptable” (aprobado justo) y el “muy bien”. Con todo, la valoración global más discreta fue para la AP-41 que une Madrid con Toledo (un “bien”); mientras que la Villalba-Adanero logra las mejores notas (un “muy bien” en todos los apartados).
El estado del asfalto se halla en muy buenas condiciones de limpieza en todas las vías (especialmente pulcro es el mantenimiento que se lleva a cabo en los tramos de la R-3, R-4/AP-36 y AP-41). La autopista que comunica Madrid con La Roda es la única que logra un “excelente” en el apartado de información al usuario que se ofrece durante el trayecto. Las otras cuatro vías sólo obtienen un “bien” (el caso de Madrid-Arganda es especialmente significativo por ser el itinerario que más carencias en este sentido presentaba).
En seguridad, las valoraciones van del “excelente” de la Villalba-Adanero al “bien” de la Madrid-Guadalajara. Entre las carencias constatadas, los quitamiedos situados en las medianas de las carreteras suponen una de las mayores preocupaciones de los conductores (Villalba-Adanero y Madrid-Arganda son los más peligrosos en este sentido). Esta última autopista destaca, asimismo, de forma negativa por no disponer de salidas de emergencia en los túneles que encontraron los técnicos de CONSUMER EROSKI durante la realización de estos análisis.
De las cerca de 180 casetas de los peajes que los técnicos de la revista observaron en las autopistas de la Comunidad de Madrid durante su análisis, apenas 36 no estaban abiertas o en funcionamiento. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se comprobaron paradas prolongadas de vehículos en estos puestos de cobro de estas vías de pago madrileñas. Con todo, todas las autopistas (salvo Madrid-Toledo que logró un mediocre “aceptable”) obtienen una calificación de “muy bien” en este aspecto.
En este apartado, conclusiones para todos los gustos. Aunque la mayoría de estas cinco autopistas (Madrid-Arganda, Madrid-La Roda y Madrid-Toledo) no pasan de un mediocre “aceptable” en la calificación global de estas zonas destinadas a la pausa de los conductores, Villalba-Adanero y Madrid-Guadalajara obtienen un ‘muy bie’ en este sentido. Con todo, en materia de limpieza las conclusiones son altamente satisfactorias en estas cinco vías de pago madrileñas; en información al usuario rondan la calificación de “bien” y el aprobado raspado; Madrid-La Roda y Madrid-Toledo son las únicas que suspenden en medidas destinadas a facilitar la accesibilidad de personas discapacitadas y, por último, el apartado de servicios y equipamiento se lleva los índices más bajos.
Conviene resaltar algunos aspectos de un modo general: estas áreas de servicio apenas tienen restaurantes, en las que se encuentran en el tramo entre Madrid-La Roda y Madrid-Toledo los más pequeños no podían jugar en un espacio reservado para ellos, la mayoría de las áreas no contaban con área de descanso para comer al aire libre, en las gasolineras de la AP-6 la limpieza no era del todo perfecta y el itinerario de Madrid a Arganda era el único a nivel nacional que no tenía señalizados los precios de los carburantes en la estación de servicio.
En el lado positivo, las áreas de servicio de la AP-6 que disponen, a nivel de todo el informe, de la señalización más completa y las visitadas entre Villalba y Adanero, las únicas de toda la Comunidad de Madrid que habían instalado contenedores de reciclaje selectivo de residuos.
Los 14 céntimos por kilómetro superan en un 40% la media del informe. El trayecto entre las dos localidades malagueñas aprueba el examen de CONSUMER EROSKI con un “bien”, pero debe mejorar en la accesibilidad de sus áreas de servicio
El peaje de Málaga duplica al más barato del estudio, el de la AP-4 entre Sevilla y Cádiz (también en Andalucía), donde el kilómetro vale 8 céntimos menos que de Málaga a Estepona (60 céntimos cada diez kilómetros frente a 1,40 euros). Un fuerte contraste de importes entre las dos únicas autopistas construidas en toda la Comunidad Autónoma.
Además de las tarifas, CONSUMER EROSKI también revisó el estado de mantenimiento y limpieza en que se encontraban las autopistas, así como su seguridad y la calidad de los peajes y las áreas de servicio. Se concluyó que la AP-7 en este tramo aprueba con un “bien” el examen de esta revista. Pese a ello, esta vía de pago debe mejorar en la señalización, seguridad e información a los usuarios, y en especial en la calidad de sus áreas de servicio.
Aunque la limpieza y el mantenimiento de la carretera del tramo Málaga-Estepona es “excelente”, la señalización e información al usuario es mejorable (consiguen un “bien”, por debajo de la media nacional de “muy bien”). Por ejemplo, no hay señales que indiquen la presencia de animales sueltos. Los indicativos de información turística aparecen con muy poca frecuencia, al igual que los paneles de información variable, y no se señaliza la presencia de radares y las frecuencias de radio donde conocer el estado del tráfico.
En materia de seguridad, recibe un “bien”, por debajo de la media del informe, un “muy bien”. En la mediana se encontraron guardarraíles y pivotes que podrían suponer un peligro en el caso de que ocurra un accidente. Además, en el lado derecho de la autopista había caídas pronunciadas, farolas y vallas publicitarias que podrían agravar las consecuencias de una salida de vía.
Los túneles, sin embargo, cuentan con la mayor parte de los elementos indispensables para que sean calificados como seguros. Todos cuentan con sistemas de ventilación, teléfonos de socorro, señales con la luz de cruce, el nombre y la longitud del túnel, arcenes de emergencia, etc.
El informe califica los peajes de la autopista Málaga-Estepona con un “muy bien” (en la media del informe). Durante el recorrido (ida y vuelta) los técnicos de esta revista contabilizaron cuatro peajes. Dentro de ellos, se registraron un total de 26 casetas de cobro y sólo cinco de ellas se encontraban cerradas. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se observaron paradas prolongadas de vehículos en los peajes de más de minuto y medio.
Durante el recorrido de la autopista AP-7 de Málaga a Estepona las áreas de servicio visitadas merecieron una calificación de “aceptable”, puesto que tenían muchas carencias en materia de limpieza y mantenimiento, información al usuario, y servicios y equipamiento, pero de manera especial en accesibilidad para discapacitados (suspende con un ‘regular’, cuando la media nacional es un ‘bien).
Entre otros servicios indispensables, las áreas de este tramo de la AP-7 no contaban con puesto de atención sanitaria, parque infantil, hotel, oficina de información, sistema para hinchar neumáticos (es la única que no lo tiene), contenedores de reciclaje y cajero automático. Además, los restaurantes no delimitaban la zona de fumadores y no fumadores ni tampoco estaba a la vista el cartel de prohibida la venta de alcohol a menores de edad.
Las áreas de la AP-7 entre Málaga y Estepona fallan especialmente en materia de accesibilidad. Y es que los aseos no estaban adaptados para discapacitados y tampoco se habían habilitado rampas para facilitar su acceso a las diferentes instalaciones. Es más, no disponían de plazas de estacionamiento para personas con alguna discapacidad.
El trayecto Pamplona-Tudela debe mejorar en señalización y seguridad de sus carreteras, y el de Bilbao-Zaragoza en la calidad de sus áreas de servicio. Pese a ello, las dos autopistas obtienen un “muy bien”
Con todo, las diferencias entre las tarifas analizadas a nivel nacional son muy variables. Si bien es cierto que el peaje más económico (encontrado en la AP-4 entre Sevilla y Cádiz) es de 30 céntimos por cada diez kilómetros, muy por debajo de las dos autopistas estudiadas en Navarra, también lo es que las vías más caras (también en Andalucía, en la AP-7 entre Málaga y Estepona, y la de Madrid a Toledo, la AP-41 ) superan con holgura a la AP-15 y la AP-68 (1,40 euros por cada diez kilómetros).
Además de tomar nota de las tarifas de las autopistas que atraviesan el territorio vizcaíno, el estudio de CONSUMER EROSKI también revisó el estado de mantenimiento y limpieza en que se encontraban, así como su seguridad y la calidad de los peajes y las áreas de servicio. Se concluyó que la AP15 y la AP-68 aprueban y con buena nota el examen de esta revista. Y es que las dos obtuvieron un “muy bien” en la calificación global, aunque hay diferencias en la calidad de los servicios que ofrecen.
Los dos trayectos estudiados obtuvieron una muy buena valoración en el estado de sus peajes, así como en la limpieza y mantenimiento de sus carreteras. En el otro lado de la balanza, la AP-15 se conforma con un “bien” en información a los usuarios, en la señalización y la seguridad de la vía, por debajo de la media nacional de “muy bien” en ambos aspectos.
Por el contrario, sobresale en las áreas de servicio, en las que lograba un “muy bien”, por encima de la media del estudio (un “bien”); no así las cuatro áreas visitadas en la AP-68 que bajaban la media nacional a un “bien”, lo mismo que en la sección de información al usuario.
La AP-15 es una de las autopistas estudiadas (junto con la AP-4 de Sevilla a Cádiz, la AP-1 de Vitoria a Burgos y la Radial 3 de Madrid a Arganda) con más carencias en señalización de la vía e información al usuario. Y es que no cuenta con señales que indiquen la distancia de seguridad que debe haber entre los coches, ni si el usuario entra o sale de la autopista. Tampoco se indica la presencia de radares, ni la frecuencia de radio donde conocer el estado del tráfico. Además, esta vía de pago tampoco tiene paneles de información variable. Por último, falla en la señalización de posibles condiciones meteorológicas adversas, un aspecto en el que también debe mejorar la AP-68.
En cuanto a la seguridad, la AP-68 contiene en su carretera algunos elementos no seguros que pueden agravar las consecuencias de un accidente. Por ejemplo, en algunos tramos, la mediana que separa uno y otro sentido contiene quitamiedos, y en el lateral derecho hay vegetación, farolas y vallas publicitarias. Sin embargo, en la AP-15 domina en todo el recorrido la explanada llana, el entorno más adecuado según los expertos en seguridad vial.
El informe califica los peajes de la AP-15 y la AP-68 con un “muy bien”, en la media del estudio. Durante el recorrido de ida y vuelta, los técnicos de esta revista contabilizaron seis peajes, dos en la AP-68 y cuatro en la AP-15. Se contabilizaron 51 casetas de cobro, 32 en la AP-15 y 19 en la AP-68, y sólo un 10% cerradas. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se detectaron paradas prolongadas de vehículos en los peajes de más de minuto y medio.
Durante los dos trayectos recorridos, Pamplona-Tudela y Bilbao-Zaragoza, se visitaron seis áreas de servicio. La calidad en las dos ubicadas en la AP-15 ha sido valorada como ‘muy buena’, por encima de la media del estudio, un “bien”. Las estudiadas en la AP-68 se quedan en un “bien”. Sus principales deficiencias: información al usuario y en servicios y equipamiento (logran un muy mejorable “aceptable”). Entre otras cosas, algunas no cuentan con un bar o una cafetería, un restaurante, una zona de descanso y contenedores de reciclaje. Sin embargo, en materia de accesibilidad, la AP-68 supera a la AP-15, ya que ha logrado un “excelente”, muy por encima de la media nacional (“bien”) y a la Pamplona-Tudela (“muy bien”).
El tramo recibe una valoración de “aceptable”, entre las más bajas del estudio, por las deficiencias en sus peajes
Además de tomar nota de las tarifas de la autopista que atraviesa el territorio pontevedrés, el estudio de CONSUMER EROSKI también revisó el estado de mantenimiento y limpieza en que se encontraba, así como su seguridad y la calidad de los peajes y las áreas de servicio. Se concluyó que la AP-9 aprueba con un simple “aceptable” el examen de esta revista. La razón: el rotundo suspenso (un ‘mal’) que obtiene en el apartado de peajes.
En el trayecto (ida y vuelta) estudiado, se contabilizaron cuatro peajes y dentro de ellos 28 casetas de cobro, aunque aproximadamente la mitad estaban cerrados cuando se visitaron, una de las razones que justifica su baja valoración. Asimismo, se observaron retenciones superiores al minuto y medio en los peajes entre Santiago y Vigo.
A todo ello hay que añadir los fallos en señalización de los peajes se refiere. Y es que, en general, los peajes de la AP-9 en el tramo estudiado no cuentan con semáforos para reducir la velocidad, ni si quiera el cartel que recuerda que se debe conservar el ticket, y tampoco el cartel con la información de las tarifas en función del tipo vehículo.
Por el contrario, en las áreas de servicio y en el estado y calidad de la carretera obtuvo un “muy bien”. De hecho, en este último apartado incluso logró un “excelente” en información al usuario (la media es un “muy bien”), y dos “muy bien” en limpieza y mantenimiento, y señalización y seguridad.
A pesar de las buenas notas, también existían algunas carencias. Por ejemplo, en la AP-9 en este trayecto faltaban señales que indicasen la presencia de animales sueltos en la zona y posibles condiciones meteorológicas adversas que pudiesen afectar a la conducción. Además, en las medianas se observaron muros que pueden agravar las consecuencias de una salida de calzada.
En los túneles, a pesar de que se señaliza convenientemente la entrada en el túnel y la obligatoriedad de poner las luces de cruce, la iluminación no era suficiente en uno de los túneles del recorrido de ida (este paso subterráneo tenía menos de 200 metros de longitud) y otro no contaba con salidas de emergencia, teléfonos de socorro, ni tampoco sistemas de ventilación.
Durante el recorrido de la autopista AP-9 de Santiago a Vigo se visitaron dos áreas de servicio que merecieron una calificación de “muy bien”, aunque con algunas carencias en servicios (no había zona de descanso, hotel, puesto de atención sanitaria y parque infantil, entre otras cosas). Es destacable el “excelente” en accesibilidad para discapacitados (pese a que faltan aseos adaptados a discapacitados), y en la preocupación por el medioambiente, ya que son de las pocas áreas de servicio que cuentan con contenedores de reciclaje.
El coste, seis céntimos por kilómetro, es inferior al precio medio del estudio (10 céntimos por kilómetro). El trayecto que une la capital hispalense con Cádiz recibe un mediocre “aceptable”, muy por debajo del “muy bien” de la media
Tarifas aparte, la vía de pago que une ambas ciudades andaluzas aprueba el informe de CONSUMER EROSKI con un mediocre “aceptable”, muy por debajo del “muy bien” de la media del estudio. Aunque logra un “muy bien” en el apartado referente al estado de la carretera, recibe un “aceptable” en la calidad de sus áreas de servicio y suspende con un ‘regular’ en el examen de sus peajes.
En limpieza y mantenimiento de la carretera, merece un “excelente”, un “muy bien” en seguridad y apenas un “bien” en información al viajero. Este tramo es uno de los que peor señalización tiene de todo el estudio: carece de señales que indiquen la distancia que debe respetarse entre coches, indicativos con la presencia de radares, no hay radio que informe del estado del tráfico, las indicaciones no están correctamente tapadas en caso de obras y los paneles electrónicos localizados en la autopista no ofrecen información sobre seguridad vial, campañas de la DGT o normas de tráfico.
De las 13 casetas de los peajes que los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron en la AP-4 entre Sevilla y Cádiz durante su análisis de las autopistas españolas, sólo una no se encontraba abierta o en funcionamiento. Pese a esto, los peajes en este tramo dejan bastante que desear: no hay semáforos que obliguen a los conductores a aminorar la velocidad, no disponen de una cartel anunciando al conductor que debe conservar el ticket hasta que haya efectuado el pago en el peaje y sólo en la mitad de ellos existe un panel electrónico informando de las tarjetas de crédito que pueden usarse para pagar.
En cuanto a las áreas de servicio, reciben un mediocre “aceptable” en la calificación de los apartados de información al usuario, servicios/equipamientos y accesibilidad para personas discapacitadas. Únicamente se salva el estado de limpieza de estas áreas de servicio que obtiene un “muy bien”.
Despunta de forma negativa el hecho de que apenas haya restaurantes en estas zonas, tampoco puesto de atención sanitaria, un hotel para pernoctar o que las zonas de juegos infantiles estaban sucias. Otro aspecto a mejorar: las áreas de servicio de la AP-4 no contaban con contenedores para el reciclaje de vidrio, papel/cartón y plásticos. En líneas generales, tan sólo el 19% de las instalaciones visitadas en toda España disponían de este sistema de recogida de residuos.
El trayecto que atraviesa TARRAGONA es uno de los mejores del país. Destaca en los tres apartados del informe (carretera, peajes y áreas de servicio)
Tarifas aparte, según el informe de CONSUMER EROSKI, la vía de pago que atraviesa la provincia tarraconense y une la ciudad condal con Valencia obtiene una nota de “muy bien”, con lo que se sitúa entre las mejores del país. La AP-2/AP-7 sobresale en los tres apartados en los que se ha dividido el estudio de la revista: obtiene una calificación de “muy bien” en el estado de la carretera, los peajes y las áreas de servicio de este itinerario.
En limpieza del firme, y pese a la buena nota de “muy bien” de esta autopista, se han constatado desperfectos leves en el pavimento en algunos tramos del recorrido, algunas marcas viales están poco definidas o claras y el mantenimiento de ciertas señales no es del todo perfecto.
‘Excelente’ es la información al usuario que los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron durante su análisis. Así, destacan la existencia de indicativos cubiertos de forma adecuada en los tramos en obras, otros informando al conductor de las condiciones meteorológicas específicas del recorrido, señales avisando de la colocación de radares o recomendaciones sobre seguridad vial y el estado del tráfico en los paneles electrónicos localizados en la A-P2/AP-7 de Barcelona a Valencia a su paso por Tarragona.
La seguridad de esta vía de pago es muy buena, pese a contar con algunos elementos poco aconsejables, aunque habituales. Así, la AP-2/AP-7 entre Barcelona y Valencia cuenta con quitamiedos o muros en la mediana que separa los carriles de distinta dirección, elementos que pueden agravar las consecuencias de una salida de vía. Por el contrario, en el lateral derecho de la carretera tan sólo hay una explanada llana (lo mejor en caso de una posible salida de vía de un automóvil) en algunos tramos del trayecto.
Del centenar de casetas de los peajes que los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron en la AP-2/AP-7 entre Barcelona y Valencia durante su análisis de las autopistas españolas, la mayoría se encontraban abiertas o en funcionamiento. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se observaron paradas prolongadas de vehículos en estos puestos de cobro de la vía de pago.
La calificación de “muy bien” en estas zonas destinadas para la pausa de los usuarios supera la media nacional (en un “bien”). Sin embargo y aunque las áreas de servicio de la AP-2/AP-7 destacan en limpieza e información a los viajeros, no ocurre lo mismo en servicios/equipamiento y accesibilidad para personas discapacitadas (en ambos casos no superan el “bien”). La mayoría de las áreas visitadas no disponen de contenedores para el reciclaje selectivo de los residuos (es decir, para separar correctamente el vidrio, el plástico y el papel/cartón del resto de basuras orgánicas).
En las áreas visitadas se han encontrado áreas de descanso, alguna que otra zona de juegos para los más pequeños, restaurante y cafeterías, teléfono público, servicio de duchas, un puesto de atención sanitaria o sistema de vigilancia de las instalaciones por medio de cámaras de seguridad y personal humano, entre otros.
Su coste, 14 céntimos por kilómetro, cuadruplica al más barato del estudio, el de la autopista Sevilla-Cádiz (tres céntimos por kilómetro). El trayecto que atraviesa la provincia toledana sobresale en el estado de la carretera, pero debe mejorar la calidad de sus peajes y áreas de servicio
Precios aparte, según el informe de CONSUMER EROSKI, esta vía de pago recibe una valoración global de “bien”, por debajo de la media del estudio, un “muy bien”. El apartado con mejor valoración (un “muy bien”) es el referente al estado de la carretera, mientras que debe conformarse con un mediocre “aceptable” en calidad de los peajes y áreas de servicio.
Así, la AP-41 puede presumir de ser una de las vías de gran capacidad con un aspecto y limpieza “excelente” (tanto del asfalto como de las señales que los técnicos de la revista observaron durante todo el trayecto). Por su parte, obtiene un “muy bien” en seguridad de la autopista (aunque, por ejemplo, no aparecen indicativos acerca de la distancia mínima que debe respetarse entre coches) y apenas un “bien” en información facilitada al usuario (durante el recorrido aparecen con poca frecuencia carteles electrónicos y en ningún caso ofrecen información relativa al estado del tráfico, las normas de seguridad viaria o recomendaciones que los conductores deberían seguir al volante).
De las 16 casetas de los peajes que los técnicos de CONSUMER EROSKI observaron en la AP-41 durante su análisis de las vías de gran capacidad españolas, la mitad no estaban abiertas o en funcionamiento. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se observaron paradas prolongadas de vehículos en estos puestos de cobro de la autopista entre Madrid y Toledo.
Las zonas destinadas para que los usuarios hagan una pausa en su viaje es otro de los puntos negros de la autopista que conecta Madrid con Toledo (la AP-41). Así, la nota media es de un “aceptable”. La limpieza y el apartado en que se estudia la información al viajero se salvan de este análisis con un “muy bien” (los aseos y las instalaciones interiores presentaban una máxima higiene) y un “bien”, (por ejemplo, las salidas de emergencia están perfectamente señaladas), respectivamente.
Las áreas de servicio de la AP-41 suspenden en equipamiento y accesibilidad para personas discapacitadas. Entre las deficiencias que encontraron los técnicos de CONSUMER EROSKI durante su examen: carecer de restaurante; zona de juego para los niños; área de descanso para comer al aire libre con árboles, mesas y fuentes; cajero automático o plazas de aparcamiento y teléfonos públicos específicos para usuarios con movilidad reducida. Además, aunque la velocidad de los vehículos está limitada dentro del aparcamiento, no hay pasos de cebra para que los peatones crucen con total seguridad esos lugares reservados para el estacionamiento.
Por último, en el apartado relativo a la preocupación por el medio ambiente y el reciclaje, las áreas de servicio de la AP-41 dejan mucho que desear, ya que los técnicos de la revista no localizaron en ningún momento contenedores para la recogida selectiva de las basuras (uno para papel/cartón, otro para vidrio, un tercero para depositar plástico y el más común, para dejar el resto de residuos orgánicos).
Mientras que la AP-7/AP-2 desde Valencia a Barcelona destaca en la limpieza y la información de sus carreteras, la de Valencia a Alicante debe mejorar la señalización y la seguridad de la vía
La AP-7, a su paso por la Comunidad Valenciana, se halla por tanto en la parte media de la clasificación de las tarifas de las autopistas del informe. Le separa casi la misma cantidad del peaje más económico (encontrado en la AP-4 entre Sevilla y Cádiz), seis céntimos inferior al coste por kilómetro recorrido de la AP-7 por Valencia, que de la más cara (la AP-7 entre Málaga y Estepona y la AP-41 entre Madrid y Toledo), con un coste de 14 céntimos por kilómetro (1,40 euros cada diez kilómetros).
Tarifas aparte, CONSUMER EROSKI también revisó la limpieza y mantenimiento de las autopistas, así como su seguridad, y la calidad de los peajes y las áreas de servicio. Se concluyó que los dos tramos estudiados en la Comunidad Valenciana aprueban el examen de esta revista con buena nota, aunque se hallaron diferencias destacables. La vía de pago que conecta Valencia con Barcelona obtiene un “muy bien” en la calificación global (en la media del estudio), sin embargo, la que llega hasta Alicante se conforma con un “bien”. La razón de esta diferencia es que esta última debe mejorar en la calidad de sus peajes, y en la señalización y la seguridad de sus carreteras.
Por apartados, en la carretera los dos trayectos estudiados destacan por su limpieza y el mantenimiento (obtienen un “muy bien”), así como por la información que ofrecen al usuario (la mejor es la Valencia-Barcelona, puesto que logra un “excelente”). Sin embargo, la vía de pago que conecta la capital valenciana con Alicante falla en la señalización y seguridad de sus carreteras. Las deficiencias encontradas son las siguientes: se señaliza con poca frecuencia la velocidad máxima permitida, no se indica la distancia de seguridad que deben mantener los vehículos y tampoco la presencia de animales sueltos. Faltan señales de presencia de radares y teléfonos de emergencia. Además, tampoco se han instalado paneles de información variable, aunque sí en la vía de peaje que conecta la capital valenciana con la ciudad condal.
A pesar de todo ello, hay que destacar positivamente la autopista Valencia-Alicante porque es la única de las estudiadas que tiene impresas sus señales en castellano, el idioma autonómico y otro extranjero. En el resto de vías, sin embargo, los carteles sólo aparecen en castellano o lo comparten con la lengua autonómica oficial. La seguridad es también un punto que puede mejorar en las dos autopistas analizadas, especialmente en la Valencia-Alicante. Y es que en algunos tramos se han encontrado guardarraíles, desniveles y muros en la mediana, que podrían agravar un posible accidente. También se encontraron caídas pronunciadas, farolas, muros y vallas publicitarias en el lado derecho de las dos autopistas, elementos desaconsejados por los expertos en seguridad vial.
En materia de seguridad, también interviene el estado de los túneles que se atravesaron en el tramo de la AP-7 entre Valencia y Alicante. A pesar de que cuentan con algunas de los sistemas de seguridad obligatorios (señal de entrada al túnel, luz de cruce, nombre y longitud del paso subterráneo, iluminación suficiente y salidas de emergencia), faltaban otras como los sistemas de ventilación y salidas de emergencia.
El informe califica los peajes de la autopista Valencia-Barcelona con un “muy bien” (en la media del informe) y los de Alicante-Valencia con un “bien”. Durante el recorrido (ida y vuelta) los técnicos de esta revista contabilizaron 10 peajes. Dentro de ellos, se registraron un total de 127 casetas de cobro, 26 entre Valencia y Alicante, y 101 entre Barcelona y Valencia, sólo el 22% de ellas se encontraban cerradas. Sin embargo, en el tramo Valencia-Alicante la mitad de sus casetas se encontraban cerradas. En los dos tramos fueron escasas las ocasiones en las que se observaron paradas prolongadas de vehículos en los peajes de más de minuto y medio.
Las áreas de servicio analizadas en los dos trayectos lograron un “muy bien” en el examen de esta revista (la media era de “bien”). Sin embargo, el punto débil en este tipo de instalaciones está en el apartado de servicios y equipamiento. En las estudiadas en la Alicante-Valencia faltan entre otras cosas un puesto de atención sanitaria, un parque infantil, un hotel y una oficina de información. Por su parte, en algunas áreas situadas en la AP-7/AP-2 las gasolineras no contaban con aseos o no se podía acceder a ellos, no se había instalado un servicio de taller de reparación de vehículos, ni cajeros automáticos. En otras, sin embargo, se habían instalado servicios inexistentes en la mayoría de las estudiadas a nivel nacional: duchas, puesto de atención sanitaria y contenedores de reciclaje. En materia de accesibilidad, las dos autopistas se conformaron con un “bien”. Y es que fallan especialmente en adaptar los aseos del restaurante o la cafetería para personas con algún tipo de minusvalía.
El coste por kilómetro en las dos autopistas vizcaínas es de ocho céntimos, por debajo de la media (diez céntimos). Sus carreteras cumplen en limpieza y seguridad, pero la calidad de sus áreas de servicio es muy mejorable, en especial las estudiadas en el tramo entre Bilbao y San Sebastián
Si bien es cierto que el peaje más económico (encontrado en la AP-4 entre Sevilla y Cádiz, tres céntimos de euro por kilómetro) es 5 céntimos inferior al coste por kilómetro recorrido en las dos autopistas estudiadas, también lo es que las más caras (la AP-7 entre Málaga y Estepona y la AP-41 entre Madrid y Toledo) es seis céntimos superior a la A-8 y la AP-68.
CONSUMER EROSKI también revisó el estado de mantenimiento y limpieza en que se encontraban, así como su seguridad y la calidad de los peajes y las áreas de servicio. La A-8 y la AP-68 aprueban y con buena nota el examen de esta revista, aunque con diferencias. Mientras que la vía de pago que finaliza en Zaragoza consigue una calificación global de “muy bien” (en la media del estudio), la que une Bilbao y San Sebastián se debe conformar con un mejorable “bien”. La razón: las importantes carencias que los técnicos de esta revista encontraron en las dos áreas de servicio ubicadas y analizadas en dicho tramo.
Los dos trayectos estudiados cumplen en limpieza y mantenimiento de sus carreteras. Sin embargo, a pesar de que en la señalización y la seguridad la valoración general es de ‘muy buena’, se han constatado deficiencias. Por ejemplo, las dos fallan en la información a los usuarios a través de señales posibles condiciones meteorológicas adversas. Además, en la AP-68 la información de algunas señales era poco visible. La información al usuario es el punto más débil en el que debe mejorar, especialmente la A-8, que se queda en un “bien”, por debajo de la media del estudio, un “muy bien”.
En seguridad también se hallaron algunas carencias. En las dos vías, la A-8 y la AP-68, se encontraron pivotes en la mediana que separa los carriles de uno y otro sentido, elementos que incrementan los riesgos en caso de accidente. Además, en el lateral derecho de algunos de los tramos de la A-8 se observaron elementos que podrían agravar una posible salida de vía (hay muros, caídas pronunciadas o vallas publicitarias). No obstante, los túneles que atraviesan la A-8 cuentan con las medidas de seguridad imprescindibles, como los obligatorios arcenes de emergencia, las salidas para la evacuación en caso de siniestro, los sistemas de ventilación y los teléfonos de socorro.
Durante el recorrido de ida y vuelta, los técnicos de esta revista contabilizaron cuatro peajes (2 en la A-8 y otros 2 en la A-68), en los que se registraron 31 casetas de cobro, 12 en la A-8 y 19 en la AP-68, todas ellas abiertas. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se detectaron paradas prolongadas de vehículos en los peajes de más de minuto y medio.
Durante los dos trayectos recorridos, Bilbao-San Sebastián y Bilbao-Zaragoza, se visitaron seis áreas de servicio. Las dos ubicadas en la A-8 suspendieron con un ‘regular’ en información, servicios y equipamientos. Pero es especialmente grave la falta de sistemas para la accesibilidad de los discapacitados (ausencia de rampas, aseos sin adaptar, carencia de plazas de aparcamiento específicas para estos usuarios). En cuanto a la limpieza, sólo logra un “aceptable”. Aunque las cuatro situadas en la Bilbao-Zaragoza obtienen un “bien” de nota media, fallan en información al usuario y servicios y equipamiento, pero destacan de forma muy positiva en limpieza (un “muy bien”) y en accesibilidad (con un “excelente”).
El coste por kilómetro (8 céntimos) es un 20% inferior a la media. El trayecto destaca por la limpieza y seguridad de sus carreteras, pero el equipamiento y la información que sus áreas de servicio ofrecen a los usuarios es muy mejorable
Si se compara con otras vías de pago analizadas, la AP-68 casi triplica el coste de la autopista más barata del estudio, la AP-4 entre Sevilla y Cádiz (30 céntimos por cada diez kilómetros frente a los 80 por cada diez kilómetros). Sin embargo, su tarifa también es mucho más económica que las más caras del informe, la AP-7 entre Málaga y Estepona y la AP-41 entre Madrid y Toledo (1,40 euros por cada diez kilómetros frente a los 80 céntimos).
Además de los precios, CONSUMER EROSKI también revisó el estado de mantenimiento y limpieza en que se encontraba la autopista, así como su seguridad y la calidad de los peajes y las áreas de servicio. Se concluyó que la AP-68 aprueba y con nota el examen de esta revista. Y es que consigue una calificación global de “muy bien” (en la media del estudio).
Este trayecto estudiado sobresale en limpieza y el mantenimiento de sus carreteras. Sin embargo, a pesar de que en la señalización y la seguridad la valoración general es de ‘muy buena’, se hallaron algunas deficiencias. Por ejemplo, no se informa a los usuarios a través de señales posibles condiciones meteorológicas adversas y en algunas ocasiones algún elemento tapaba la información de las indicaciones.
En seguridad también se encontraron algunas carencias. Y es que el peligro estaba presente en la AP-68 porque en el lateral derecho había objetos que podrían agravar una posible salida de vía: muros, caídas pronunciadas o vallas publicitarias, algo muy común, por otra parte, a la mayoría de las vías analizadas.
El informe califica los peajes de la AP-68 con un “muy bien”, en la media del estudio. Durante el recorrido de ida y vuelta, los técnicos de esta revista contabilizaron 2 peajes. Dentro de ellos, se registraron 19 casetas de cobro, casi todas abiertas, excepto una. Además, fueron escasas las ocasiones en las que se detectaron paradas prolongadas de vehículos en los peajes de más de minuto y medio.
Durante el trayecto Bilbao-Zaragoza se visitaron cuatro áreas de servicio. El estudio las calificó como ‘buenas’, en la media nacional, porque tienen una serie de carencias, en especial en información al usuario y equipamiento (se conforman con un “aceptable”).
Por su parte, la AP-68 tiene el dudoso honor de servir el menú del día más caro del estudio (18 euros frente a los 12 de media nacional); además de no contar con el obligatorio cartel anunciando la prohibición de vender alcohol a menores de edad. Además, la limpieza de las gasolineras es tarea pendiente en algunas de sus áreas de servicio.
En el otro lado de la balanza, destacan de manera muy positiva en limpieza (un “muy bien”) y en accesibilidad (con un “excelente”).