Museos diferentes

A camino entre piezas de arte y curiosidades

1 noviembre de 2004
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A camino entre piezas de arte y curiosidades

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Sin llegar a formar parte del patrimonio cultural ni de la riqueza artística nacional, existe una vasta red de museos con encanto y simpatía que bien merecen ser señalados en la hoja de ruta de cualquier escapada otoñal. Se trata de museos curiosos y no de colecciones más o menos extensas: disponen de galerías acondicionadas para los visitantes y realizan una labor de investigación y documentación rigurosa. Algunos de ellos, como el Museo del Botijo o el del perfume de Barcelona han superado lo puramente anecdótico y se han convertido en reclamo merecido para turistas.

El Museo del Botijo, ubicado en la localidad alicantina de Villena, expone una colección privada de Pablo Castelo Villaoz que agrupa a más un millar de piezas. Son ejemplares de botijos de todo el mundo, producto de una recopilación hecha en años que ha llevado a su mentor a Rusia, Argentina, Colombia, México, Chile, Paraguay, Perú, Marruecos, Francia, Grecia, Portugal, Italia y Estambul, pero que también ha recibido donaciones de visitantes divertidos con la idea. Permanece abierto todos los días.

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En la villa vallisoletana de Peñafiel, cuna de los vinos de Denominación de Origen Ribera del Duero, se acondicionó su castillo medieval, donde según cuenta la historia Don Juan Manuel escribió su obra maestra “El Conde de Lucanor”, para albergar el Museo del Vino. Aprovechando el florecimiento del viñedo y la fama internacional de sus viñedos, el castillo ofrece un recorrido por la enología y enseña principios básicos del mundo del vino. Abierto de martes a domingo con horario de mañana y tarde, la visita tiene un coste de 2 euros si se reduce al castillo y de 5 si se opta por conocer el museo. También se pueden pagar 7 euros para una degustación comentada de vinos.

A pocos kilómetros de allá, en Tordesillas, se inclinaron por recopilar, investigar y en ocasiones restaurar piezas de encajes y bordados, indumentaria, piezas litúrgicas, paños de ritual e incluso ajuar doméstico. Así nació y florece el Museo del Encaje. De entrada libre, se puede visitar de lunes a viernes por las tardes y los fines de semana con horario matutino y vespertino. Si existe interés se puede acceder a algunas de las actividades didácticas que se programan.

El Museo de las Fiestas de Aranjuez se ha sumado a la oferta cultural del Real Sitio. La ciudad, que inspiró al maestro Rodrigo y fue lugar de cita de la nobleza, guarda una particular belleza en sus calles, otorgada por los edificios de planta cuadrada, en los que se encierran gran número de monumentos. El curioso museo de sus fiestas, que recorre la historia de las ferias populares de la ciudad, plantea dos recorridos diferentes utilizando prácticamente todas las estancias de la plaza Mayor, desde el patio de cuadrillas, palcos, tendidos, callejón, toriles y la capilla.

El Museo del Perfume de Barcelona es un veterano en ofrecer un punto de vista diferente a la contemplación del arte. Fue inaugurado en 1961 en el tradicional Paseo de Gracia, y ofrece una clase magistral de historia y geografía de la mano del perfume. Se pueden conocer cerca de nueve mil piezas entre botellas de perfume, ficticios, material publicitario, productos de cosmética, etc.

El Museo de la Minería del País Vasco es un centro dedicado al estudio y difusión de la cultura y la historia de la minería, especialmente de la zona minera de Vizcaya. Se encuentra en el pueblo Gallarta. Sus instalaciones están situadas a una altitud muy particular: 20 metros bajo el nivel del mar, pero a cielo abierto. Han pasado más de tres lustros desde que se abrieran sus puertas y en este tiempo se han recopilado gran número de piezas, herramientas, maquinaria y documentación procedentes de las antiguas explotaciones de hierro. Entre estos materiales destaca la colección de vagonetas. El horario de atención al público general se reduce de jueves a domingo. Durante la semana está abierto para grupos. La entrada es gratuita.

No figuran en algunas guías de turismo pero suscitan la curiosidad del visitante y también forman parte de nuestra cultura

Otra colección privada, en este caso de rosarios, ha convertido a la población de Aroche, en Huelva, en la sede del Museo del Santo Rosario. La idea fue de Paulino Díaz, quien hasta su muerte se encargó de agrupar más de 1.300 ejemplares en las paredes de su casa, en ocasiones más importantes por quien se los cedió que por el artículo en sí. A su solicitud le remitieron collares de cuentas los papas Pablo VI, Juan Pablo VII, Teresa de Calcuta, los reyes de España y los príncipes de Mónaco, entre otros. Se concierta la visita preguntando por Manuel Amigo, quien abre sus puertas por 3 euros.

Más conocido es el Museo de la Inquisición que se puede visitar en Santillana del Mar (Cantabria). Ubicado en un edificio de propiedad particular exhibe una colección privada de instrumentos europeos de tortura y pena capital. Está abierto todos los días, aunque en invierno conviene consultar horarios, y el precio de la entrada es de 6 euros.

En Fene (La Coruña), se han inclinado por la risa. El Museo del Humor acoge una gran diversidad de dibujos humorísticos que reflejan de forma satírica la sociedad del siglo XX. Todos los dibujos que se exponen en el museo forman parte de donaciones, tanto de artistas gallegos -Torres, Pepe Carreiro-, como de artistas de fuera de Galicia -Mingote o Chumy Chumes-. El museo está abierto en días festivos, salvo si se quiere realizar una visita de grupo (escolar, de tiempo libre…), que se puede concertar por teléfono para cualquier día (981 34 24 00 / 34 14 51). La entrada es gratuita.

También los libros han inspirado algunas colecciones. En Torrija, centro neurálgico comarca guadalajareña de la Alcarria, se cedió la torre del homenaje de su castillo al Museo del Viaje a la Alcarria, la obra de Cela que hizo famosa la región. En su interior figuran numerosos objetos personales utilizados por el Premio Nobel en su recorrido por Guadalajara en el año 1946, cuando inició su viaje, así como ediciones únicas, fotografías de la época, mapas y utensilios artesanales usados en la posguerra que Cela nombra en alguna ocasión en alguno de sus escritos. El horario de invierno limita las visitas, que son gratuitas, a los fines de semana.

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Y como los museos en muchas ocasiones, suponen un regreso al pasado, Figueras ofrece un viaje nostálgico a la infancia. Por cinco euros, su Museo del Juguete, abierto todos los días del año excepto el 25 de diciembre, permite la visión de 4.000 piezas cuyo único propósito era hacer las delicias de los más pequeños.

Una de las galerías inauguradas recientemente es el Museo Erótico de Madrid, una oferta alternativa en la ciudad de las grandes pinacotecas. Ofrece un singular recorrido por las diferentes manifestaciones que el ser humano ha tenido desde sus inicios con respecto al erotismo y al sexo. Abierto todos los días de la semana, la entrada es de 6 euros.

Museo Sefardí de Toledo. Abierto todo el año, salvo en fiestas señaladas, su titular es el Ministerio de Cultura. Acerca al visitante a la historia de los judíos en España y le lleva a reconocer la entidad cultural e histórica de este pueblo. Proclama su deseo de mantener y estrechar los lazos que secularmente han vinculado a los sefardíes a España. La entrada es gratuita los sábados por la tarde y los domingos, y de 2.40 euros el resto de jornadas.

El Museo de la Ciencia y el Agua de Murcia forma parte de la red de museos municipales del Ayuntamiento de Murcia. Inaugurado en diciembre de 1996, tiene como objetivo fomentar la curiosidad, acercar al público los conocimientos científicos de una forma divertida y participativa. Cierra los lunes, y la entrada sin descuentos es de 1,20 euros.

Museo de la vida rural. Ubicado en la Casa solariega de la familia Carulla, en Tarragona, se trata de un museo etnológico como hay tantos y tantos a lo largo de la geografía española. En él se exponen herramientas agrícolas y oficios artesanos, propios de una tradición rural. Cierra los lunes, y la entrada sin descuentos es de 3,20 euros.

Museo de la Historia de la Automoción. Abierto en 2002, se trata del mayor museo de automoción de España. Ubicado en la plaza del Mercado de la capital salmantina, La base sobre la que se construye este museo es la “Colección Gómez-Planche”, formada por más de cien vehículos, miles de piezas, accesorios y objetos relacionados con el automóvil y un impresionante archivo bibliográfico. Todo ello reunido minuciosamente durante más de 40 años por D. Demetrio Gómez y su familia. La entrada cuesta 3 euros, y salvo los lunes, se puede visitar todo el año.