Sustratos para plantas

Elegir el adecuado para cada ejemplar asegura su buen estado

1 marzo de 2005
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Elegir el adecuado para cada ejemplar asegura su buen estado

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Las plantas son el elemento decorativo natural por excelencia y confieren a las estancias donde se ubican una agradable atmósfera. Su buen aspecto y su buena salud pasan por unos cuidados básicos en los que juega un papel muy importante la elección de la tierra del tiesto, también llamada sustrato o mantillo.

A través de él, las plantas obtienen agua y nutrientes, condición indispensable para que crezcan sanas, con un verde intenso y una floración duradera.

Cuestiones generales

  • La elección del mantillo es un requisito previo esencial para el buen desarrollo de las raíces y la planta.
  • Lo primero que debe hacer cuando compre una planta es consultar las características del sustrato que necesita la especie que vaya a cultivar, así como sus necesidades de riego e iluminación.
  • Antes de comprar el sustrato, estudie las necesidades de la especie que desea cultivar y prepare la mezcla precisa.
  • Compre sustratos fabricados con productos de calidad. Todos llevan la identificación correspondiente.
  • La mejor época del año para trasplantar o renovar la tierra de sus plantas es la primavera, cuando las plantas despiertan de su reposo invernal, las raíces reanudan su actividad y comienzan a desarrollarse.
  • Si a causa del tamaño o del peso de la planta no puede realizar un trasplante, basta con retirar algunos centímetros de tierra y reemplazarla por mantillo nuevo.
  • No todos los ejemplares requieren de un sustrato compuesto por una mezcla de tierra y arena; puede ser un sustrato calizo, arcilloso, de limos o sedimentos de los márgenes de los ríos, con un pH alto o bajo, etc.
  • Tenga en cuenta que si le aporta tierra ácida a una planta que no la precise, puede llegar a matarla o dificultar su crecimiento.
  • La tierra procedente del jardín no es siempre la más recomendable. Puede contener parásitos que puede trasladar a su nuevo ejemplar, por lo que debe hornearla unos minutos para matar a todos los posibles agentes agresores que pueda contener. Además, este tipo de mantillo, constreñido en el reducido espacio de un recipiente, tiende a compactarse y a producir bacterias dañinas para los ejemplares.
  • La mejor opción para los ejemplares de maceta son los mantillos comerciales, que son estériles y están libres de malas hierbas.

El sustrato adecuado

  • Ha de ser capaz de acumular agua y nutrientes, ceder éstos poco a poco a las plantas y permitir que el líquido sobrante fluya con facilidad.
  • Debe ofrecer una buena base a las raíces, pero sin que se apelmace.
  • Tiene que regular las oscilaciones extremas de humedad y temperatura y recuperar así el equilibrio.
  • Los mantillos porosos y fibrosos están indicados para las plantas delicadas, de raíces carnosas y quebradizas (orquídeas, helechos, etc.), que necesitan un mantillo muy permeable y que casi no se descomponga.
  • Los sustratos porosos y ligeros son convenientes para las plantas que, por lo general, medran en el sotobosque, en un suelo rico en humus. Se emplean en el trasplante de helechos, begonias de follaje, aráceas, bromeliáceas y gesneriáceas.
  • Los rododendros, azaleas y ericas no soportan la cal y necesitan un sustrato ácido (tienen un valor de pH bajo). En estos casos sólo deben utilizarse sustratos específicos para dichas plantas.

Mantillos más habituales

  • Mezcla universal. Los más habituales en los comercios. Corresponden a la mezcla clásica que antaño hacían los jardineros: un tercio de tierra de cultivo o de jardín, otro tercio de turba o compost y una última parte de arena. Aportan elementos fertilizantes y sólo son desaconsejados para la siembra de semillas, puesto que, por ser demasiado rico para ellas, las queman. Indicado en el trasplante de casi todas las plantas verdes (Codiaeum, Ficus, Schefflera, Monstera, etc.).
  • Mantillo de tierra. Obtenidos a partir de un suelo franco. Son permeables y ricos en nutrientes. Sin embargo, son poco prácticos porque son pesados y engorrosos de manejar en grandes cantidades, además de que ensucian bastante. Colocados en recipientes, son los más adecuados para plantas de vida prolongada.
  • Mantillo sin tierra. La mayoría se compone de turba y de otros materiales tales como trozos de corteza y corcho, agujas de abeto, serrín o arenas, entre otros. Son limpios, ligeros y fáciles de manejar, pero contienen menos nutrientes que sus equivalentes hechos con tierra. Este tipo de sustrato es el más adecuado para plantas de vida corta, como las anuales o las de parterre.