Con la discoteca en el bolsillo
El MP3, un sistema para comprimir audio, ha conseguido que la música se mueva sin dificultad por Internet y que se puedan almacenar centenares de canciones en el PC o en un solo CD, sin perder calidad de forma apreciable. Estos archivos han pasado de reproducirse en el ordenador, gracias a programas como WinAmp, a escucharse en todo tipo de aparatos; muchos lectores de DVD reproducen archivos de audio (MP3 incluidos, por supuesto) grabados en un disco compacto grabable. Pero, además, los MP3 pueden viajar con los usuarios, pues ha nacido una nueva y variada generación de reproductores portátiles capaces de transportar una discoteca completa. Sin exagerar un ápice: los de mayor capacidad pueden albergar más de 20.000 canciones, dos meses de música sonando 24 horas al día.
Estos dispositivos permiten reproducir música digital en diversos formatos, tanto si se ha descargado de Internet como si se ha extraído de un CD (pasar las canciones del CD al ordenador, lo que se conoce como “ripear”). La variedad de los productos es tal y se renueva tan rápidamente, que al consumidor le viene bien informarse antes de tomar la decisión de compra. La primera pregunta que hay que plantearse es para qué se va usar el reproductor. A partir de ahí es una cuestión de gustos y de valorar las prestaciones de cada aparato: capacidad, software que utiliza, duración de pilas o baterías, tamaño de la pantalla LCD (color o blanco y negro), formatos de archivo admitidos (MP3, OGG, WMA, AAC, WAV, etc.), diseño (tamaño y peso), accesorios, precio, garantía, etc.
Actualmente existen tres tipos de reproductores, diferenciados por la forma en que almacenan la música: en memoria flash, disco duro o CD. Los primeros vienen con una tarjeta de memoria, entre 32MB y 256MB, capaz de albergar entre 30 minutos y cuatro horas de música. Es importante que cuenten con ranuras de expansión para introducir más memoria (hay tarjetas de hasta 1GB). Su gran ventaja es el tamaño (algunos más pequeños que una caja de cerillas y unos 30 gramos de peso) y que, al no llevar partes móviles en su interior, la música no salta aunque el usuario lo utilice mientras hace footing. Los de 64MB se pueden encontrar a partir de 60 euros.
Los reproductores de gran capacidad no son otra cosa que pequeños discos duros portátiles, nacidos para escuchar música pero eficaces para transportar cualquier tipo de archivos. Empezaron ofreciendo 5GB de capacidad hasta llegar a los modelos actuales, algunos con 80GB de memoria en la que caben más de 1.200 horas de música.
Ambos tipos de reproductores se conectan al PC para descargar canciones mediante un programa que se incluye con el equipo. Y en ambos hay que tener en cuenta la compatibilidad con el sistema operativo del ordenador, la conexión con éste (la mayoría es USB, rápida y presente en todos los ordenadores con menos de cinco años), el tipo de archivos que leen (MP3 es el más habitual, pero no el único) y si el software que maneja el reproductor (firmware) se puede actualizar para adaptarse en el futuro a nuevos formatos. Los controles de volumen y reproducción son estándar, pero la pantalla LCD puede presentar además el título y autor de la canción, la capacidad y batería restante, etc., por lo que es importante su tamaño y visibilidad en distintas condiciones de luz. A medio camino se encuentran los lectores de CD capaces de reproducir MP3. Cuentan con las prestaciones de los discman (reproducen los CDs de música ‘normales’), pero para exprimir toda su capacidad el usuario debe crear sus CDs en MP3, para lo que necesita una grabadora y software específico. Estos CDs sólo funcionan en ciertos reproductores (cada vez más habituales), pero pueden contener más de 200 temas, lo que unido al bajo precio de estos discmans (desde 70 euros) los convierten en una alternativa interesante.
Muchos reproductores incluyen grabadora de voz, otros sintonizan la radio y los hay capaces de emitir en FM, por lo que la música que almacenan se pude escuchar en cualquier aparato de radio situado a corta distancia. Pero los reproductores de disco duro aprovechan, además, su enorme capacidad y la posibilidad de manejar varios tipos de archivo para ofrecer muchas más posibilidades: reloj y alarma, agenda de contactos, calendario, gestión de fotografías digitales, juegos, etc. Tampoco es inusual encontrar reproductores de MP3 integrados en aparatos no destinados en principio a escuchar música como teléfonos móviles, agendas electrónicas (PDAs) o cámaras de fotos.
La música digital, sobre todo el MP3, siempre se ha relacionado con la piratería. La industria de la música ha perseguido los sistemas de intercambios de archivos (P2P), tipo Napster, que no respetan el copyright, e incluso trató de impedir la comercialización de los primeros reproductores de MP3, ya que la mayoría de estos archivos son ilegales. Sin embargo, el usuario puede estar tranquilo a la hora de adquirir un reproductor MP3 y cuenta con muchas formas legales de rellenarlo de música.
Para empezar, puede transformar todos los CDs de su discoteca en archivos MP3 para su uso personal. Además, se puede descargar música de las plataformas musicales puestas en marcha por la propia industria (como PressPlay o MusicNet) o por los que han adquirido los derechos de venta (Mp3.com o iTunes). También hay muchos artistas que venden o regalan sus discos en MP3 a través de Internet.
www.portable-cd-mp3-player.com
Todo lo que al usuario se le pueda ocurrir preguntar sobre los reproductores portátiles antes de decirse por un modelo lo responde este portal. Eso sí, en inglés.
Para elegir
www.hispamp3.com/hardware/reproductores
De memoria flash, de CD, de disco duro, para el coche… Una buena selección de reproductores de MP3 con una detallada reseña y la opinión y valoración de los usuarios.
iTunes
Apple ha conseguido combinar con gran éxito un completo jukebox (programa para manejar música digital) con la tienda ‘iTunes Music Store’, que ofrece canciones a 0,99 dólares pero sólo para los estadounidenses. El programa es gratuito.
Un reproductor de MP3 puede contar con salidas para conectarse a cualquier equipo de música, incluido el del coche. Pero también existen reproductores creados especialmente para instalar en los automóviles. Las ventajas son evidentes: ahora hay estéreos con cinco cargadores de CDs para evitar soltar demasiado el volante al cambiar de disco, pero si el equipo lee MP3 habrá que echar gasolina mucho antes de que termine un solo disco de 12 horas.
La mayoría son equipos con apariencia idéntica a los reproductores de CDs, que simplemente añaden la posibilidad de leer formatos de audio comprimido como el MP3. Pero también los hay con discos duros de varios Gigabytes, lo que multiplica su capacidad, que además muestran toda la información sobre el tema que suena de una forma muy atractiva.