Gösta Esping-Andersen, Catedrático de Sociología

"Una buena política de pensiones comienza en los bebés"

1 junio de 2010
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¿Cómo calificaría en estos momentos la salud del Estado de Bienestar?

Prácticamente desde el momento en que nació el Estado de Bienestar tras la Segunda Guerra Mundial, se ha declarado en crisis de forma cíclica cada diez años. Ahora vivimos una crisis que no sabemos cómo definirla, si es del Estado de Bienestar o más de la economía o del sistema financiero mundial.

¿El Estado de Bienestar es sostenible en estos momentos?

Fue sostenible en las otras crisis y no veo por qué no lo va a ser en el futuro. La única dimensión importante en el nuevo debate es la demográfica, que hace que cambien las reglas de juego del Estado de Bienestar. Hay que tener en cuenta que gran parte de este sistema se construyó en torno a una demografía muy favorable y ahora tenemos una demografía extrañamente desfavorable, que hará que continúe decreciendo la población hasta 2040-2050. Esta sería la fecha del clímax del mal demográfico, mal que se traduce en la falta de bebés.

Imagine que está frente a un neoliberal, ¿cómo trataría de convencerle de las bondades del Estado de Bienestar?

Defendería las bondades del Estado de Bienestar no sólo desde un punto de vista ético, sino económico, de inversión. El Estado de Bienestar es el que más invierte en desarrollo positivo de niños. La fase de la infancia es decisiva porque tiene efectos individuales en la vida, en la escuela…Yo he hecho un estudio que revela que las políticas más eficientes para asegurar una buena infancia consisten en ofrecer un sistema público de cuidado a los menores en los primeros años de vida. Sabemos que la ventana cognitiva que desarrolla la capacidad de aprender se da fundamentalmente de 0 a 6 años. Por eso la inversión en los niños durante sus primeros años de vida es fundamental.

“La economía
va mejor con el
empleo femenino”

Y usted promueve que esa inversión la realice el poder público

Bueno, sabemos que el coste es demasiado alto. En España una plaza de guardería de alta calidad está en torno a los 500 euros al mes. Si tenemos en cuenta el salario medio de la mujer española y que ésta tenga dos hijos, se come prácticamente todo el salario. Es un coste muy elevado, no para los ricos, claro.

Pero en la situación actual, en la que se promueve el recorte de gastos, no parece que sea una política factible. ¿Es necesario más dinero?

Hay un argumento claro y es que algunas de las actividades del Estado de Bienestar tienen carácter de inversión, es decir que la contabilidad y la financiación en el Estado de Bienestar tienen que seguir la lógica de la inversión con la rentabilidad a largo plazo, de 10 a 20 años. Lo interesante de las guarderías es que se autofinancian a través de más empleo femenino, que a su vez repercute en una mayor riqueza del país. Con el incremento del empleo de la mujer hay a largo plazo un aumento de ingresos mediante impuestos y esto financiaría el coste inicial.

Pero no parece que se esté por la labor, ni se defienda el sentido de la visión que usted tiene.

Claro, los políticos no piensan a largo plazo.

¿Cree posible trasladar el sistema escandinavo, que según afirma, se acerca a lo que sería deseable como modelo del Estado de Bienestar, a un país como España?

El modelo entero no, pero aspectos concretos sí. Respecto al sistema preescolar sí se puede copiar. Yo he discutido mucho esto como asesor de Barroso presidente de la Comisión Europea en la UE, y el consenso allí es claro en el diseño del Estado de Bienestar del futuro. En España la idea se está desarrollando un poco, pero haciéndolo lo más barato posible. España tiene 25 alumnos por persona cualificada mientras que en Escandinavia está en torno a 7-9 por cuidador y en Dinamarca son 3. La diferencia es grande. Yo no digo que en España deba haber tres, que es exagerado, pero los expertos pedagogos y psicólogos dicen que en la fase de 0 a 3 convendría tener 6 ó 7 niños por educador, si no el efecto sería adverso.

También insiste mucho en el papel de la mujer, que considera clave. De hecho, las define como las heroínas del Estado de Bienestar del futuro.

Desde el punto de vista económico el papel de la mujer es muy importante. En España ahora el nivel de empleo femenino está en torno al 55-58%, en Dinamarca es el 80%. Tenemos estudios que simulan cómo sería el efecto económico en España si el perfil económico femenino en España fuera igual que el de Dinamarca y la simulación dice que los efectos beneficiosos serían enormes. El primer argumento aquí es que la economía va mejor con el empleo femenino, el segundo es que la fecundidad está ahora cada vez más relacionada con el nivel de empleo. La razón es que hay un alto nivel de empleo femenino conectado con políticas más activas de conciliación: guarderías, bajas de maternidad, pero también por el mercado de trabajo. España con los horarios laborales es un desastre. La escasa flexibilidad de horarios reprime la fertilidad. Es por eso que el nivel de fecundidad española está un 50% por debajo de Escandinavia.

Usted ha escrito que cuando la tasa de fecundidad es muy baja refleja un malestar social. Si se tiene en cuenta la bajísima tasa de natalidad española, el malestar social en nuestro país es muy considerable.

Sabemos que entre los ciudadanos, mujeres y hombres, la norma de dos hijos está asentada. No necesitamos introducir políticas de promoción de la natalidad porque por un lado sabemos que no tienen mucho efecto, y por otro, porque no se trata de que los ciudadanos no quieran tener niños, sino de que la sociedad no lo permite considerando el nuevo papel de la mujer. Y volver al viejo modelo del ama de casa sería contraproducente para todos.

No sólo es posible, sino que es lógico que con una mayor incorporación de la mujer al mercado de trabajo aumente la fecundidad.

Sí, estamos en una fase muy básica en la revolución del papel de la mujer. Ha empezado pero no ha madurado. Una vez que se madure todos los efectos positivos empezarán a verse bien. Por lo tanto hay que apostar por una mayor conciliación, no sólo mejores guarderías sino mayor flexibilidad por parte de las empresas para adaptar el horario de trabajo a las condiciones de vida, sin olvidar el aspecto de la discriminación de género.

Una empresa dice no querer a las mujeres porque desaparecen por dos años…y prefieren a los hombres. Pero esa discriminación también depende del hombre, si el hombre empieza a femenizar un poco su vida, el diferencial desde el punto de vista del emprendedor empieza a disminuir y el hombre desaparece también un poco. O sea que esas medidas de flexibilidad también se deberían extender a los hombres.

Aparte de las guarderías de calidad, lo que usted llama cuidado de calidad de los niños, está la baja por maternidad, que en España es de cuatro meses, ¿la considera suficiente?

Sí, aquí en Francia, en Holanda… no es atípico, lo es en EEUU que no contempla esta opción. Por el contrario, Suecia concede un año y medio pagado. Son los dos extremos. Para mí el caso sueco es exagerado, pienso que lo normal debería ser 9-10 meses. Se sabe que durante el primer año de vida es fundamental la conexión con los padres porque si esto falla tendrá repercusiones en el desarrollo de los niños. En España se da el caso de que las mujeres muy preparadas, con una carrera importante, se reincorporan demasiado pronto y la alternativa es la abuela, que tiene un nivel de educación más bajo. Y el otro problema es que, en el caso de las personas menos cualificadas, las madres desaparecen del mercado de trabajo. Las dos alternativas son igualmente malas.

También dice que la herencia social marca mucho la educación de los niños.

Sí. El destino del niño depende mucho de la clase social de origen. El mecanismo es sobre todo a través de educación, del desarrollo cognitivo de los niños. Se puede optar porque los padres lean con los niños o que les dejen ver televisión a todas horas. El ambiente de cultura de aprendizaje en la familia es clave.

¿Ese efecto distorsionador lo corregiría también esa educación de calidad desde el principio?

Sí. El efecto marginal es más alto para niños de clases sociales bajas, familias problemáticas, desestructuradas.

“La inversión en los niños durante sus
primeros años de vida es fundamental”

El gasto que supondría poder establecer ese paquete de medidas para corregir esta situación lo estima en un 4% de PIB. Teniendo en cuenta que en España el gasto en investigación no supera el 1,5% de PIB, ¿se puede plantear como una posibilidad real que se dedique este esfuerzo?

Sí es posible, ya lo hacen varios países, porque es rentable, incrementa las posibilidades de futuro. En el parque de políticas familiares, algunas tienen más prioridad que otras. La cobertura plena de guarderías públicas de calidad está en torno al 2% del PIB, esa es muy buena inversión. Y se autofinancia a través del autoempleo de madres. En el largo plazo hay menos fracaso escolar, problemas sociales, delincuencia…

¿Y tienen datos?

Está todo bien documentado. El paquete que incluye el 4% del PIB incluye guarderías, costes de maternidad, paternidad, cheque familiar equivalente al cheque bebé, que allí se cobra cada mes.

También vincula estas medidas con el mantenimiento del sistema de pensiones. Usted defiende que todo está muy hilado, desde la más tierna infancia hasta las personas mayores que dejan de trabajar, todo está integrado, no son departamentos estancos.

Sí, por eso la situación de España y Escandinavia es muy diferente. El modelo escandinavo se ha construido con esta idea, todo integrado, y el modelo europeo funciona más independiente, pensiones es un módulo aparte, salud otro, y luego hay otros considerados aquí residuales como los relacionados con el apoyo a la familia. El modelo escandinavo reconoce explícitamente que el modelo de pensiones está relacionado a cómo pasa la gente la vida laboral…Yo le digo a los políticos que una buena política de pensiones comienza con los bebés.