Teléfono móvil: mayor precio no significa mayor utilidad

En la elección de un móvil pesa tanto el precio como sus dimensiones o la cantidad de funciones para las que está diseñado
1 febrero de 2009
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Teléfono móvil: mayor precio no significa mayor utilidad

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La compra acertada de un teléfono móvil, ya sea para regalar o para uso personal, no es una tarea sencilla. La variedad de modelos y de precios es tan amplia como cambiante. La mayoría de los consumidores se decanta por móviles subvencionados que ofertan las operadoras de telefonía, con lo que su coste, en apariencia, es menor. En realidad, las subvenciones de las compañías telefónicas se asemejan a los créditos de los bancos, y no salen baratos. Cuando adquirimos un terminal subvencionado, nos comprometemos a permanecer con la operadora durante al menos un año y medio, y si sus tarifas son muy altas -aunque no lo parezcan a simple vista-, es probable que el móvil nos acabe saliendo más caro que si se hubiera optado por un terminal libre de compromisos. De hecho, una tarifa de móvil barata sale más a cuenta que el mejor de los terminales de regalo.

Un móvil para cada persona

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No conviene dejarse llevar por las modas y elegir por sistema el modelo más caro, o el más popular; pero tampoco hay que pensar que, en la actualidad, un teléfono móvil sólo sirve para hacer llamadas. Lo más recomendable es, antes de realizar la compra, pensar qué funciones nos gustaría que tuviera nuestro teléfono móvil ideal. Con este punto de partida es más fácil acudir al vendedor para que nos asesore y nos ofrezca el modelo más indicado. Siempre, eso sí, sin obviar la capacidad de nuestro bolsillo.

Cada usuario tiene unas necesidades muy concretas, determinadas por su edad, su formación tecnológica, sus capacidades físicas, sus necesidades profesionales o de ocio, sus posibilidades económicas y sus inclinaciones estéticas. A una persona mayor que desconozca las nuevas tecnologías, lo más probable es que no le compense un aparato de las características de un iPhone o una Blackberry, terminales muy completos, muy caros y con multitud de funciones. Tal vez sea mejor pensar en un terminal enfocado exclusivamente a llamar y enviar mensajes SMS. En cambio, un profesional cuyo trabajo le obliga a una movilidad continua, va a necesitar un teléfono muy completo que le permita enviar y recibir correos electrónicos, fotografiar y grabar vídeos, además de navegar por Internet. Y entre estos dos perfiles se encuentran, a buen seguro, la mayoría de las personas.

Principales funciones

Un móvil de última generación puede tener muchísimas funciones, y de hecho sólo una minoría de usuarios las aprovechan en su totalidad en el caso de los aparatos más complejos. A continuación se describen las más populares, con una valoración de sus pros y sus contras y con una indicación de los perfiles de usuarios para los que pueden ser más aconsejables.

  • Enviar y recibir llamadas: Es la esencia del teléfono móvil, aunque está dejando de ser su función más importante. Hay soluciones en el mercado específicas para la gente mayor o que no quiere complicarse la vida, como el teléfono Emporia Life, o la línea Vodafone Simply que comercializa la operadora del mismo nombre. Lo importante en estos aparatos es que el proceso de hacer y recibir llamadas sea rápido y simple, al igual que el acto de añadir contactos a la lista.
  • Mensajes de texto: Los SMS son la segunda función más popular en el móvil, ya que, bien utilizados, permiten un importante ahorro en las comunicaciones y han generado incluso una subcultura juvenil con un lenguaje propio. Para poder utilizar esta función es importante que el teclado sea lo más grande posible. Si se puede optar por un teclado QWERTY (con todas las letras, como el de los ordenadores) tanto mejor. Si no, hay que mirar que las opciones de escritura y borrado no sean demasiado complicadas. Los teclados táctiles aportan muchas ventajas en simplicidad, pero no son especialmente precisos.
  • Hacer fotografías: La mayoría de los móviles actuales permiten hacer fotografías, lo que no quiere decir que a la mayoría de los usuarios les interese esta posibilidad. Un buen terminal para capturar imágenes debe tener una cámara fotográfica con más de tres Megapixeles de resolución, que incorpore un flash. Pero además debe ir acompañado de una tarjeta de memoria suficiente para guardar varias fotos (por encima de un ‘giga’) y debe poseer métodos para pasar las imágenes a otros dispositivos como el ordenador. Es interesante que disponga de conectividad bluetooth o acceso a Internet, ya sea por wifi o por redes 3G. En cualquier caso, una cámara de un móvil de tres megapíxeles obtendrá fotos de una calidad muy inferior a una cámara digital de la misma resolución, porque en la nitidez de imagen influyen muchos otros aspectos como la óptica del objetivo.
  • Grabar vídeos: También necesita de una buena tarjeta de memoria y conectividad. De todos modos, por el momento no se pueden esperar resultados de calidad.
  • Escuchar música: al igual que con las fotos, el terminal debe tener una tarjeta de memoria de al menos un ‘giga’, para que quepan unas cien canciones, y una buena conectividad para poder recibir y mandar los archivos multimedia. Pero lo más importante es que tenga salida de audio “normal” (jack de 3,5mm) para poder usar cascos de cualquier marca y no estar atados a los del fabricante del móvil.
  • Grabar voz y sonidos: El terminal debe disponer de una entrada de audio y de un programa que gestione la grabación. Es una prestación que sólo será de utilidad en ámbitos profesionales muy concretos.
  • Enviar y recibir correo electrónico: La esencia es la misma que la que compete a los SMS (teclado lo más grande posible y modelo QWERTY -con todas las letras-), pero su complejidad es mayor. Junto con una lista de contactos telefónicos, se manejará una de direcciones de ’email’. La gestión de ambas listas puede ser conjunta o no, pero requerirá de un programa de gestión de datos potente, que permita actualizar con rapidez las modificaciones que se puedan hacer y sincronizarlas entre varios aparatos, como el móvil y el ordenador. El terminal también deberá ser capaz de abrir los documentos adjuntos que se envíen con los correos. Además, no hay que olvidar que el uso de correo electrónico requiere el pago de una tarifa de datos adicional a la de llamadas.
  • Usar Internet: Precisa un teléfono de gama alta y con un sistema operativo complejo, lo que repercutirá en el precio. Además, es necesario contratar una tarifa plana de datos para no pagar cantidades desorbitadas. Otra opción es que el terminal disponga de conectividad wifi para conectarse gratuitamente a las redes abiertas que se vayan encontrando, pero estas redes no abundan.
  • Usar como GPS: Puede resultar muy interesante disponer de GPS en el móvil, en especial si se combina con Internet. De este modo, el usuario puede determinar su posición y en función de la misma realizar en la Red búsquedas de servicios y comercios que se encuentren cercanos. Es lo que se conoce como “búsquedas geolocalizadas”, sistema que se presume como el gran negocio publicitario del futuro.