Víctor Viñuales, sociólogo especializado en ecología y director de la Fundación de Ecología y Desarrollo

"Reducir el consumo de energía y frenar las emisiones de gases contaminantes es imperativo"

El dilema sobre sus bondades o maldades resurge cada vez que hay que retrasar o adelantar el reloj. Sus defensores se apoyan en la rebaja del consumo de energía; sus detractores esgrimen que se trata de una medida más simbólica que eficaz. Ahora, la Comisión Europea se propone suprimirla definitivamente.
1 octubre de 2018
Img entrevista listado 1269

¿Por qué se cambia el reloj en España dos veces al año?

Los cambios de hora son una medida para ahorrar energía. Consiguen que se aproveche mejor la luz del sol, lo que logra que consumamos menos electricidad.

¿Qué se consigue, en realidad, llevando a cabo este gesto?

Si hay sol, ya no se necesita iluminación artificial ni en las fábricas ni en los hogares. Ahorran los empresarios, los habitantes en sus viviendas, se reduce la emisión de gases al planeta, lo que es bueno para frenar el cambio climático, y se ahorra en la factura de la luz, ya que la mayor parte de la energía que consumimos la importamos.

¿Qué consecuencias tiene para las ciudades?

Por ejemplo, gastan menos en iluminación urbana. El motivo del ahorro energético sigue el mismo principio: si los ayuntamientos encienden el alumbrado una hora más tarde, el consumo eléctrico se reduce.

¿De qué manera ayuda este cambio a que las empresas e industrias gasten menos energía?

El ahorro es más evidente en las compañías o negocios que tienen horarios de trabajo más prolongados y que se extienden durante las horas sin iluminación natural. Por tanto, la reducción de la factura de la luz la notan más aquellas empresas que empiezan antes o acaban después su actividad laboral.

¿Cuáles serían los efectos beneficiosos que tiene manipular el reloj dos veces al año para el consumo y el ocio?

Más horas de luz natural por las tardes implica más horas de consumo en el comercio y en la restauración, tanto de los turistas como de la población local.

Desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) se indica que cada familia española reduce seis euros su factura de la luz con el cambio de hora. No parece una cantidad significativa…

IDAE lleva a cabo sus cálculos con la estimación de que el cambio horario permite ahorrar un 5% de la electricidad que se consume en iluminación. Para cada familia resulta poco, pero la suma total que implica para casi 47 millones de personas que viven en España ya supone un ahorro significativo, tanto en euros como en reducción de emisiones contaminantes.

Otro de los argumentos a favor de mantener esta práctica es que juega un papel de concienciación social sobre el ahorro energético. ¿Cree que esta medida ayuda en este aspecto?

Ese argumento no lo veo tan claro. Según mi impresión, el cambio de hora se realiza de una manera muy burocrática y falta pedagogía social al respecto. El desafío de la eficiencia energética es mucho más amplio que el cambio de hora, ya que interpela al conjunto de la sociedad, las empresas, las instituciones y las personas.

¿Qué otras medidas propondría para ahorrar en iluminación, además del cambio de hora?

Existen muchas maneras. Las más importantes tienen que ver con que el diseño de los edificios maximice el aprovechamiento de la luz solar. El sol es un buen amigo que trabaja de forma voluntaria para nosotros, y eso hay que aprovecharlo. Además, hay otras medidas relacionadas con el uso de tecnología eficiente, como la sustitución de las viejas bombillas por luces LED, que gastan menos energía y también son más duraderas.

Otra de las razones que se esgrimen para justificar el adelanto y atraso de la hora es que armoniza el horario de España con el resto de países de Europa.

El horario resulta importante para ahorrar energía, pero también para lograr la felicidad. La jornada laboral en España genera mucho malestar: se cena tarde, algo que es malo para la digestión, y se trabaja hasta altas horas de la tarde, lo que tiene un impacto enorme en la atención de los niños y en el cuidado de las personas más frágiles. Los poderes públicos deberían cambiar los horarios en busca de un mayor bienestar. El objetivo último de la política pública y de la vida es ser feliz.

¿Qué consecuencias tiene cambiar la hora para el planeta?

Todas las medidas encaminadas a reducir el consumo de energía implican una reducción de las emisiones contaminantes a la atmósfera asociadas al cambio climático. Y frenar las emisiones es un imperativo general.

Hay quien dice que el cambio de hora tiene beneficios para la salud y la felicidad, ¿qué opina?

Más horas de luz pueden ayudar a aumentar la interacción entre vecinos en las calles, lo que quizás contribuiría a frenar los perjuicios iniciales ante el cambio de hora. En cualquier caso, en la valoración de la bondad del cambio de hora hay que hacer un abordaje multidimensional, contemplando las distintas variables que entran en juego. Y una muy importante es la salud, por supuesto.